ACTO II (Doceava Escena)
Escena XII: La historia de Iryutia Bunte en la sala de estar
Fecha: 13 de junio del 2022 (Noche)
Personajes:
· Wenko Lonte Bunte
· Iryutia Bunte Furto
· Rutenlo Lonte Lujelo
Lugar: La sala de estar de Wenko
(Descripción del lugar: La sala de estar de Wenko es un espacio amplio que consta de los siguientes aspectos. En el lado izquierdo, se muestra un sofá marrón que se halla cubierto de una tela café. En el lado derecho, se observa una mesa negra cubierta de un mantel blanco y un jarrón que contiene tulipanes. En el centro del escenario, se ubica una mesa blanca que contiene un jarrón marrón decorado con rosas.)
(Se abre el telón)
(Ingresa Wenko Lonte Bunte caminando al escenario por el pasillo izquierdo)
(Ingresa Iryutia Bunte Furto caminando al escenario por el pasillo derecho)
(Ingresa Rutenlo Lonte Lujelo caminando al escenario por el pasillo derecho)
Wenko: (amable) Madre, quiero conversar con ustedes. La verdad es que estoy pensando en practicar un poco más en casa. Estoy emocionado por seguir practicando mi deporte favorito y creo que voy a estar queriendo disfrutar más de ese pasatiempo. Me encanta practicar fútbol realmente, porque me apasiona.
Iryutia: (triste) Wenko, tengo una mala noticia para ti. Lo que ocurre es que pronto renuncié a mi trabajo, porque mi jefe me despidió. Ya no tengo sustento económico para darle un monto económico a esta casa. Si no pagamos la renta, nos pueden quitar la casa. Necesito que empieces a dejar el fútbol y busques un trabajo. Perdón por decirte eso.
Rutenlo: (cordial) Wenko, lo que pasa tu madre es una situación complicada. Créeme que yo voy a estar contigo en el proceso de conseguir un empleo. Es lo mejor. Creo que probablemente yo vaya a tener tantas responsabilidades. La verdad es que nosotros somos los hombres con más mala suerte. Estoy agradecido de que todavía tengamos una casa.
Wenko: (entristecido) ¿Eso significa que voy a dejar el fútbol para siempre? Mamá no quiero hacerlo, porque es una forma que me divierte mucho. No quiero dejar de hacer lo que amo, porque no merezco extrañar lo que admiro. Sería una pesadilla si dejara de jugar fútbol, ya que es mi pasión. No puedo dejar de hacer lo que me gusta.
Iryutia: (triste) Hijo, te voy a contar mi historia para que te sirva de consuelo. Cuando era una niña, mis padres me inculcaron para ser una chica sumisa, pero siempre quise apegarme a las reglas. Mi padre también se quedó sin trabajo y tuve que tomar su lugar. Fue una decisión tremenda que tomé y creo que tal vez me he arrepentido.
Rutenlo: (entristecido) Wenko, tal vez sea una buena oportunidad para dejar el deporte. No podemos estar pensando que la vida sea fácil de lidiar. Trabajar es un proceso tan difícil, pero no lo abordaremos tanto. Créeme que todavía existen personas que se ambicionan por obtener un trabajo, aunque muchas veces necesitamos descansar.
Wenko: (triste) Padre, me va a doler dejar de practicar fútbol. Ojalá que algún día lo pueda retomar. Jugar ese deporte es importante, porque simboliza la amistad que tengo con mis amigos. Si lo dejo, entonces creo que probablemente yo vaya a tener tantos problemas internos. Me voy a cerrar con las personas y probablemente no quiera salir.
(Iryutia Bunte se toca la frente, porque le duele la cabeza)
Iryutia: (atento) Wenko, te exijo que vayas a buscar trabajo. Espero que pronto puedas tener tantas ganas de poder ayudarte, porque la verdad tengo tanto dolor de cabeza. No quiero tener que comprarme una pastilla blanca. Creo que tal vez me pueda comprar una manzanilla para realizar un jarabe. Recuerda que ahora tengo cincuenta años.
Rutenlo: (triste) Wenko, ahora lamentablemente vas a tener que dejar de asistir a los eventos sociales de tus amigos para enfocarte en mantener la casa. Eres especial para tu madre y tu padre, porque eres lo más importante de nuestras vidas. Pronto tendremos problemas para resolver como ganar un monto económico determinado.
Wenko: (entristecido) Madre, me arruinaste la vida. Ahora ya no podré dedicarme a lo que amo. Me siento tan solo en este momento. Ya no tengo ganas de salir con mis amigos. Me voy a encerrar en la casa hasta que mi madre cambie de opinión. No es justo que empiece a vivir la vida de un adulto tan joven.
Iryutia: (entristecida) Wenko, lo siento, pero esa es la realidad. En mi adolescencia, tuve que empezar a trabajar de mesera. Solía tener tantas ganas para emprender mi propio negocio, pero tal vez no era el mejor momento indicado para ser una trabajadora cuando tenía tan solo dieciocho años. Te voy a guiar, Wenko.
Rutenlo: (triste) Iryutia, lo que deseo hacer es que celebremos en un par de días el acontecimiento del día de padre. Recuerda que falta poco para esa celebración. Casi no se celebra como el día de la madre, pero podemos celebrarlo con un partido. Tal vez sea una buena idea que vayamos a tener un evento social en la cancha.
Wenko: (entristecido) Padre, ahora ya no tengo ganas de hacer ningún evento social. Mi vida ha cambiado para siempre y no podré dedicarme a mi sueño de deportista hasta que consiga todo el dinero necesario. Iré buscando trabajo en el internet. Tengo tanta tristeza que ahora solo quiero irme a la cama para descansar plácidamente.
Iryutia: (entristecida) Rutenlo, nuestro hijo necesita descansar de una forma saludable. Además, quiero averiguar sobre una forma de acercarme a él. Siento que puede cambiar su forma de ser. Yo ando ocupada, ya que quiero recuperar el trabajo que perdí. Es importante que debamos entender a nuestro hijo correctamente para que se encuentre bien.
Rutenlo: (triste) Wenko, tengo tanta tristeza de que vaya a dejar de asistir a la cancha, pero nuestra familia necesita el dinero para la renta. Me duele que no lo quieras aceptar, pero tampoco podemos perder la casa. Es lamentable que nosotros tengamos que sobrevivir ahora de nuestros ingresos sin disfrutar de lo que nos gusta.
(Wenko Lonte Bunte comienza a derramar lágrimas)
Wenko: (llorando) Madre, espero que pronto yo pueda retornar a mis actividades cotidianas deportivas. Mis amigos van a extrañar lo que estoy haciendo. Tengo tanto miedo de fallarles a mis amigos, porque no voy a verlos tan seguido. Eso me entristece, porque siempre ellos van a estar de mi lado. No puedo dejar que ellos se decepcionen.
Iryutia: (entristecida) Hijo, recuerda que el deporte puede ser un modo de expresión para lo que sientes dentro. Tu camino es aquel que tú decides, porque siempre hay que tener constancia y disciplina en aquello que nos gusta. Solo te hago acordar que nosotros somos de clase media pobre y no debemos estar rodeados de malas influencias.
Rutenlo: (entristecido) Wenko, lo que ocurre es que a mí también me despidieron del empleo que tenía. Ojalá alguno de nosotros podamos tener precaución en lo que vayamos a contarle a Wenko. Ese hijo mío es un chico que todavía es incapaz de tener en claro lo que quiere. Sin embargo, podemos ofrecerle una ayuda.
Wenko: (llorando) Madre, lo que ocurre es que mis amigos quieren tener más momentos conmigo para organizar campeonatos de mi deporte favorito. No quiero perderme ni un solo partido por andar buscando trabajo. Además, parece que la vida es tan complicada para mí, porque parece que todo está en contra de mí.
Iryutia: (entristecida) Hijo, no es relevante que sigas asistiendo a tus campeonatos de fútbol tan seguido. Enfócate en conseguir un buen dinero, porque parece que necesitaremos sobrevivir los siguientes meses de una forma u otra. No quiero forzar la situación, pero parece que yo soy el culpable de que Wenko se siente mal.
Rutenlo: (entristecido) Hijo, quizás sea lo mejor seguir el consejo de tu madre. El deporte ahora no es importante para ti, porque creo que podríamos dirigirnos hacia el aspecto económico para no perder la casa. Encima parece que pronto tendremos un nuevo inquilino en esta casa. Se trata de Artio.
Wenko: (llorando) No puede ser, padre. Ese señor es un maldito pesado y no me va a dejar en paz. Es increíble que ahora tengamos que convivir con él de una forma forzada. No quiero tener que fingir alegría o felicidad a un hombre adulto que no me agrada bien. No voy a poder vivir tranquilo, porque siempre voy a tener que aparentar y eso no me gusta.
Iryutia: (entristecida) Wenko, no quiero que estés obligado a obedecer las órdenes mías. Eres tan especial para mí y creo que yo estoy listo para poder tener una gran jornada de descanso. Pienso retornar a mis actividades domésticas y colaborar más en la casa con algunas funciones de la casa como decorar los alrededores.
Rutenlo: (entristecido) Hijo, mejor enfócate en encontrar empleo. En mi caso, voy a ir a la cancha para avisarle a los chicos sobre qué no vas a poder estar en estos días por la carencia de necesidades económicas que tenemos en este momento. Te van a entender.
(Rutenlo Lonte se retira caminando del escenario por el pasillo izquierdo)
(Iryutia Bunte se retira caminando del escenario por el pasillo derecho)
(Wenko Lonte Bunte se retira caminando del escenario por el pasillo izquierdo)
(Cierre del telón) (Fin de la escena XII)
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