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XVIII

     Todas las mentiras saliendo a la luz me hicieron recordar el molesto sonido de las moscas cerca de las flores.

     —¿Esta es la carta de Aubrey? —preguntó Douglas al darse cuenta de lo que sucedía—. Lilith no te pudo dar esto. —Se repetía a sí mismo.

     Estuve intentando pensar un rato, sin caer en la misma idea de que Lilith tenía la culpa. Quería creer que no me la habían jugado de nuevo después de todo esto. Solo me quedaba mantener las formas.

     —Estoy cansado de esto, ¿sabes? —tomé la carta de sus manos y la rompí en tantos pedazos pude—. Siempre me meto en estos problemas y no los pido. Solo quise ayudar porque los vi tristes con Aubrey, pero siguen mintiendo y haciendo perder la confianza que voy recuperando.

     Douglas no sabía responder tampoco, fue un impacto, pero no con el mismo resultado.

     —Toma esto —dije aún con el tono severo, entregando la nota de Adam—. No me dejan tener un día tranquilo, mi enfermedad sigue creciendo y ustedes solo se han preocupado por seguir engañándose.

     Realmente no podía más, yo sí que he hecho más por ellos de lo que nadie haría. Cada día me tengo que despertar con la noticia de que alguien se perdió o que en realidad todo lo que creía era una mentira, que se jodan los tres, son unos egoístas. Y yo el primero, por intentar ser el bueno para sentirme bien.

     Douglas estaba derrotado en todos los sentidos, no podía asimilar ambas cosas.

     —Ve a por el coche, buscamos a Lilith y luego vamos al hospital —respondí—. No vayan a discutir en medio del camino, me quedo hasta resolver el problema de Adam y luego me largo, no me voy a comer otra discusión para ver por qué lo hizo.

     Él tomó una expresión de dolor por unos segundos, no estoy seguro si mis palabras o por las de los otros dos. Cerró los ojos fuertemente un momento para aguantarse las lágrimas de frustración:

     —Voy a buscarlo. —respondió con el mayor pesar del mundo.

     ¿Egoísta? ¿Yo? No te equivoques, Wendigo. Ellos solo me han dado un lugar donde dormir y comer. Me han llenado de preocupaciones todo el rato, tú eres un castigo para mí, aunque te trate como cualquier conocido. Me han contado que tuvieron una amiga imaginaria, que luego resultó ser de verdad, tener una tumba y que la mató uno de ellos, la tumba resultó ser falsa y ella solo se había suicidado, se suicidó por el mismo que había inculpado, pero todo eso fue mentira porque la carta la escribió la tipa mas psicópata de los tres, solo para ver como la reputación de ese otro se pudría. Pero, ¿quién sabe? ¿Aubrey existe de verdad? Aunque sea la víctima, ella es la peor de todos, solo por haberles dado un motivo a esos tres para tener una excusa y ser como son. Yo no ando teniendo ataques de pánico cada tres segundos, no ando cambiando de actitud, ni veo más alucinaciones; yo me muerdo la lengua y sangro para que ellos no tengan que preocuparse ni sentirme más una molestia de lo que ya había sido. Todos pudieron haber puesto de su parte, Adam y Douglas nunca tuvieron ataques, ¿por qué comportarse como cretinos? Parece que a todos les dolía demasiado sangrar un poco.

     Todos los niños malos son castigados por irse de casa.

     No me quedaba duda.

     Lilith llegó en ese momento, con otro de esos vestidos hermosos que dejaban imaginársela como la mayor de las inocencias.

     —¿Por qué esa cara larga, Niall? —preguntó con esa sonrisa de nuevo, ojalá borrarla para siempre de mis recuerdos.

     Mi hermano anda perdido, mis padres saben algo que ignoro, tengo algo en la cabeza que lo único que sabe hacer es crearme más traumas de los que ya llevo, lo que menos me puede interesar son estos tres. Les agradeceré para siempre haberme acogido cuando lo necesitaba, tal vez incluso de haberme ayudado a darme cuenta de que tenía un problema aún mayor del que imaginaba, pero nunca les voy a perdonar haber jugado entre ellos y conmigo de esa manera, para luego sonreír como si nada hubiera pasado.

     —Creo que acabas de perder a tu Dou. —escogí el trozo más completo de la nota falsa de Aubrey para enseñársela.

     Ella tiró su bolso al suelo por la noticia y entre llantos preguntó:

     —¿Cómo Dou se enteró? Era solo para Adam, era solo para Adam. ¿Cómo lo tienes tú? Era solo para Adam.

     Y así estuvo todo el camino, fingiendo de nuevo que le importaba perder a alguien más, espero que Douglas sea lo último que necesite restar para darse cuenta. Como pedí, ambos quedaron callados todo el viaje, pero fue mucho más estresante. Estaban llorando, sin tener el valor de hablar uno con otro, ni después de bajar del auto.

     Llegamos al hospital mucho más rápido que la otra vez.

     —Somos los amigos del que le dio la nota hoy. —corrí apresurado a recepción, por suerte, parecía la misma señora de ayer.

     —Oh, claro. —dijo con alegría. Ya podía tener claro de que ella no había leído nada de lo que estaba escrito.

     Douglas y Lilith están en el coche, esperando sentados, aunque eso nunca se los pedí. Ojalá puedan dejar de tratarse entre ellos como basura. Él tuvo demasiada confianza en Lilith y le dio rienda suelta, ella aprovechó eso y les hizo revivir la peor etapa de sus vidas a todos de nuevo.

     —Aquí tienes, cielo. —dijo al (por fin) haberla encontrado en una de las cajas que tenía oculta a sus pies.

     Fui hasta el rincón más lejano de la sala de espera y comencé a leer, esperando que nadie pasara cerca de mí y alcanzara a ver algo:

     "Hola a todos, espero sinceramente que anden con las caras más largas de su vida, me sentiría un poco más querido. Asumo que Niall pudo enseñarle a Douglas la carta, y espero que se haya dado cuenta de todo. Al leerlo me quedó claro que nuestra amistad fue por compromiso, no pudimos separarnos después de todo lo de Aubrey, aunque no nos soportemos. Ayer subí a la cima del edificio, quise sentir lo que sintió ella. Quise librarme del miedo que me daría estar a esa altura, pero nada pasó. Me asomé por el callejón y pude ver la silueta de tiza, creo que me estaba llamando, así que me lancé a escucharla... o eso me gustaría decir. Tampoco entendí qué había de especial ahí. Así que parto a buscarla, la puerta que ella encontró seguro se movió de lugar, necesito encontrarla yo. No puedo vivir sin saber por qué murió de verdad. Por último, procedo a contarles la verdad, una persona que no tiene necesidad de mentir ni escucha sordamente lo que dicen otros: Jamás le puse un dedo encima, es gracioso que simplemente lo hayan pensado. Su madre no aguantaba que siguiera con nosotros así que intentó recurrir a hacerla entender por las malas, aunque Aubrey ignoró todo esto. Un día le vi las heridas y no me quiso contar el por qué, hasta unas semanas después. Si decía la verdad de por qué los golpes, por qué las heridas, pues ustedes se iban a distanciar de ella, hasta yo lo haría, era por su bien. Asumí la culpa porque la entendí, Lilith se enteró luego de todo y ella le contó que fui yo, por lo menos sabemos que todo lo que sale de su boca no es mentira. Pero Aubrey no se hubiera suicidado por algo tan simple, solo quiero saber por qué lo hizo. Búsquenme si pueden, o si quieren, perdedores."

     Ninguna respuesta exaltante de mi parte, pensaba que habría pasado algo peor, pero no. Apoyo totalmente su idea, espero que de verdad encuentre una puerta, es injusto que haya tomado tanto tiempo para tomar esta decisión, todo porque el resto no quiso hablar del tema.

     Salí por el pasillo que conectaba a la entrada, los pude observar a la distancia. Ambos seguían en el coche, sin decirse media palabra. Entré al asiento del copiloto y le enseñé la carta a Lilith, no creo que la haya leído completa, pidió por favor para que la quitara de su vista. Luego fui hacia Douglas, él solo pudo arrugarla como respuesta, tenía tanto que decir y pocas formas de hacerlo.

     —¿Dónde encontraste a Adam la última vez? —pregunté, no van a hablar de nada, así que no pienso perder más el tiempo.

     Douglas no respondió, condujo varias calles hacia abajo, cerca del cementerio. Pero lo dejó de lado y se estacionó en el parque cercano a la zona.

     —Lo encontré ahí. —bajó el cristal de la ventana y señaló hacia un banco vacío en medio del lugar.

     —Siempre lo encontramos ahí. —añadió Lilith.

     Asumí que él había estado más de una ocasión enfadado, o con ganas de buscar la puerta de la forma equivocada. Douglas me contó un poco por el camino de vuelta que Adam siempre iba a ese banco por miedo, no se encontraba con suficiente valor para hacer nada y necesitaba pensar. Pero pasaba tantas horas sentado, sumergido entre los pros y los contras de sus decisiones, que ellos siempre lograban encontrarlo a tiempo.

     ("Parece que esta vez lo tuvo muy claro.")

     Llegamos a casa, era un poco tarde, no habíamos cenado y no creo que ninguno tuviera ganas de eso. Consecutivamente, todos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Yo a recoger mis cosas, dando por perdida la causa de ayudar a Adam, ellos a pensar la forma de perdonarse todos los pecados.

     Tenía todo listo, mañana podría irme de nuevo a mi casa, a la de verdad. Poder intentar comprender a mis padres, pedirles una oportunidad y que me expliquen todo. Quiero ver a mi hermano por una única vez al menos. Estar seguro de que todo son alucinaciones mías y quedarme feliz. No me importa quedarme apartado del mundo de nuevo, en esta aventura aprendí que lo mío no es relacionarme con la gente, todas causan problemas, y yo cargo bastantes ya.

     Intenté acostarme y dormir algo, por muy serio y tranquilo que me haya tomado la situación, estaba exhausto, tanta tensión cansa a un nivel inimaginable. Esa misma noche, no solo recordé un color, también pude revivir la pesadilla de hace poco.

     Estaba de nuevo, sentado en esa silla, observando la estática. Pude girarme un poco más esta vez, detrás de mí había una pequeña ventana de madera, no tenía cristal, así que imagine que estaba en una cabaña. Pude ver una lata atada a un cordel colgada de esa ventana, no sé con quién conectará eso, pero espero que sea alguien que me pueda ayudar. Pude tomar control de mis piernas y levantarme del tedioso asiento. Pude ver también de dónde venían las canciones de radio que solía escuchar, a través de algunas hojas puedo ver una radio colgada en un árbol. Pero volví al tema principal, tomé la lata e intenté hablar por ella, me hizo recordar mucho a cuando era niño.

     —¿Hola? ¿Hay alguien? —Mi voz incluso sonaba diferente, supongo que serían cosas de los sueños.

     Levemente, pude escuchar sollozos al otro lado, alguien tarareando para calmarse. Intenté insistir un poco, preguntando quién era la persona al otro lado del teléfono. Creo escuchar la voz de una niña, me dijo que no quería saber nada de mí, no le gustaban mis mentiras. Intenté seguir hablando y escuché un sonido mucho más fuerte de lo normal desde el otro lado, pasaron unos segundos de silencio y sentí como la tensión de la cuerda había desaparecido. La intenté recoger poco a poco, era muy extensa, fácilmente podrían ser unos cien metros. Llegué hasta el otro extremo, estaba cortado torpemente, tal vez con algunas tijeras sin filo o cualquier otra cosa. Realmente no querían hablar más conmigo.

     Empecé a admirar toda la casa luego de eso, era muy pequeña, todo estaba totalmente hecho de tablones de madera gruesos, muy rupestre todo. Las paredes eran de un marrón anaranjado y el suelo estaba hecho de uno mucho más claro. Intentando buscar más pistas, admiré de nuevo la entrada, pero esa cosa espantosa seguía ahí, no la puedo ver, pero tengo un miedo horrible de acercarme a ver que hay detrás de la puerta.

     Y esta vez, pude despertarme por fin cuando quise, aunque creo que fue por el mero instinto de huir de ahí.

     Al despertar, recordé el color de la casa del árbol, es un marrón anaranjado en las paredes y uno mucho más claro en el suelo.

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