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La batalla entre el serafín y el potestad había llegado a su fin, Heeseung intento con todas sus fuerzas defenderse y defender a quien más amaba, resistió todo lo que pudo, hirió incluso al serafín múltiples veces pero de nada le había servido, pues este parecía no ceder ante el dolor y persistir en la batalla.
Jay arremetió con fuerza en contra de Heeseung, dando golpe tras golpe en su rostro hasta dejarlo agrietado, de las grietas de su rostro se escabapan los rayos de su luz, estaba totalmente cansado, maltratado y golpeado hasta casi su muerte, ¿Acaso así de difícil era amar?
Siempre pensó que los humanos eran tontos cuando se trataba de amor, se volvían tan idiotas que harían lo que fuera por ver feliz y bien a su pareja... Ahora, él había experimentado eso, sin embargo, había fallado, Jay ganó.
El serafín sostenía a Heeseung de sus alas mientras lo arrastraba por los aires, estaba moribundo y agonizante en las garras ajenas y en su mente solo podía rogar que Jungwon y Sunoo hubiesen escapado con éxito.
Cuando Jay freno, el potestad pudo observar de forma borrosa más siluetas al rededor suyo, eran ángeles, y de seguro todos serían testigos de como moriría a manos de un serafín.
—Mirantur omnes proditorem!, hoc fit cum legibus nostris rebellis, solus morieris—Los demás ángeles miraban asombrados al ver a Heeseung en las manos de Jay, quien lo exhibía como su trofeo de caza
Sentía que cada vez iba perdiendo más y más su fuerza vital, abrió nuevamente sus ojos y está vez observo con claridad, pero no era algo que hubiese esperado ver, sus ojos amenazaron con llorar.
Las alas de Jungwon se encontraban encadenadas, varios ángeles lo apuntaban con una lanza en caso de que este hiciera algún movimiento sorpresa. Y luego, estaba Sunoo, quien permanecía en un estado somnoliento, encadenado de pies a cuello para evitar su movilidad, mientras dos ángeles con su magia hacían que este flotara sin la necesidad de tenerlo en brazos.
—Superior, ¿Qué vamos a hacer con estos dos traidores y está... Cosa?—Dijo un arcángel entre la multitud de ángeles
Jay cerró por un momento sus ojos y tomo aire, los ojos en sus alas y cuerpo comenzaron a cerrarse y este dejo de brillar con fuerza, ahora se encontraba más calando y preparado para volver a su dimensión.
—Debemos llevar a Heeseung y Jungwon con la alata comisión, y aquella cosa... No va a entrar a nuestro mundo... Voy a matarlo.—Los ángeles se miraron entre si, no sabían que tan violento podía ser aquel hermoso serafín
Los angeles que se encontraban al lado de Sunoo se hicieron a un lado y permitieron que Jay junto a Heeseung se acercarán a Sunoo, quien solo podía balbucear unas cosas mientras lágrimas caían por sus mejillas.
—Mira Heeseung, tu perrita está llorando, una lastima que ambos estén destinados a estar separados.—Una daga de luz se formó en la mano de Jay, lista para clavarla en el pecho de Sunoo
—Espera...—Habló Heeseung con los pocos alientos que tenía
Jay, quien estaba listo para apuñalar hasta la muerte a Sunoo, soltó un bufido molesto, pero no era tan malo, dejaría que Heeseung se despidiera de su mascota y porque a partir de ese momento nunca más se volvería a ver.
—¿Vas a decirle unas últimas palabras?—Preguntó con sarcasmo, Heeseung comenzó a llorar
—Por favor... Mátame a mi, deja libres a Jungwon y Sunoo... Ellos no merecen nada de esto.—Dijo mientras las lágrimas caían por sus mejillas
Jay solo soltó una risa irónica, ¿De verdad se atrevía a pedirle que dejara a esa extraña cosas ángel-demonio suelta por ahí y un serafín traidor?
—No me hagas reír idiota... Lastima que hayas gastado tus últimas palabras en algo en vano.—Jay nuevamente empuñó su daga y está vez no lo pensó demasiado
Dejó caer la daga con una sonrisa sobre el pecho de Sunoo, pero su sonrisa fue borrada rápidamente cuando un escudo de protección se formó al rededor de Sunoo.
El serafín de la guerra solo un quejido furioso, sus ojos se pasaron en Jungwon mientras frunció el ceño.
—¿Te crees muy gracioso haciendo esto, Jungwon?, te ordenó que quites ese escudo ¡YA MISMO!—Gritó molesto, los ojos de Jungwon miraron confundido a Jay
—N-No he sido yo...—Dijo Jungwon, el otro serafín se acercó de forma brusca a Jungwon y tomó del cabello de este
—Escúchame bien perrita, no tendré piedad contigo tampoco, si quitas ese escudo tú podrás vivir, pero si no lo haces, no solo mataré a esa cosa, a ti también te esperara el mismo destino.—La daga fue colocada en el cuello del serafín más joven, este rápidamente se tenso ante la luz caliente en su cuello
—T-Te repito... N-No he si-sido yo... Por favor superior... Usted no es así.—Dijo Jungwon con lágrimas resbalando por sus mejillas, lágrimas que fueron lamidas por el serafín contrario
—El sabor de tu dolor dice la verdad, no haz sido tú... Entonces...—Fue interrumpido cuando de la nada, las cadenas de Sunoo fueron rotas por el mismo
Sus alas de color dorado se extendieron, rompiendo las cadenas que tenía puestas, a pesar de nunca antes tuvo alas para volar, podía mantenerse suspendido en el aire. El híbrido levanto su mirada, uno de sus ojos brillaba de un rojo carmesí intenso, mientras que el otro irradia una luz dorada hermosa.
—Ya no más.—Habló Sunoo, rápidamente el séquito de ángeles se lanzaron en contra de Sunoo, apuntando con sus lanzas y armas hacía el híbrido
Sunoo esquivaba con rapidez cada ataque, brindaba fuertes puñetazos que derribaban al ángel que se le cruzaba, incluso si lograban herirlo este era ajeno a su propio dolor. Jay apretó sus dientes y la daga que tenía en manos se torno una guadaña, empuñó de está y se abalanzó sobre Sunoo.
—Eres una aberración.—Dijo, antes de que pudiera cortar el cuello de Sunoo unas cadenas se formaron entre las nubes, agarrando los tobillos y alas de Jay, arrastrándolo hacia atrás para permitirle a Sunoo ser liberado
Una vez quitó a Jay encima suyo, Sunoo voló hacia donde se encontraba este y lo libero, nuevamente lo intento atacar pero de un fuerte golpe Sunoo lo hizo caer. Jay era persistente, se resignaba a perder. Nuevamente voló decidido a acabar con el híbrido y logro hacerle varios cortes a su piel, pero este lo único que hacía era retroceder hacía atrás sin contratacar y sin rechistar por el dolor.
Cuando Jay se sintió cansado de propinar golpes, cortes con la guadaña y escupir insultos, Sunoo lo tomó por el cuello, ambos conectaron sus miradas, en la de Sunoo solo había dolor, estrés, tristeza y enojo acumulado, mientras que la de Jay, estaba cargada de orgullo, sangre, dolor y soberbia.
—No soy igual a ti... Soy mejor que tú.—Sunoo ordenó a sus cadenas agarrar a todos los ángeles del lugar, arrastrandolos hacia donde se encontraba él y Jay
Por otro lado, Jungwon aprovechó el momento y se libero de las cadenas que tenía él, yendo a socorrer a Heeseung que se encontraba inconsciente flotando en el aire.
Sunoo logró reunir a todos los ángeles, las cadenas se formaron en sus cuello, brazos, alas y tobillos para inmovilizarlos. Sus cuernos comenzaron a brillar, de sus manos comenzó a salir una especie de luz combinada con fuego infernal, lo que quedaba de aquel tierno y adorable diablito se había ido por completo, solo quedaba alguien que quería masacrar y destruir a aquellos ángeles.
Sus manos apuntaron al grupo de ángeles, estos intentaban escapar de las cadenas pero era inútil, estaban destinados a morir, o eso pensaron cuando rayos de sol dorados surgieron entre las nubes.
Entre las nubes y el cielo la silueta de un ángel dorado apareció, se trataba nada más ni nada menos que aquel gran líder de todos los ángeles, el serafín superior, el serafín del universo dorado.
Sunoo, quien solo pensaba en matar, cargo toda su energía y terminó disparandola en contra de Jimin. Escuchó los gritos de los ángeles implorando que su líder no hubiese muerto, pero, este resultó ileso del ataque, y solo se acercaba volando de forma pacífica hacia Sunoo.
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(1/3)
“Mirantur omnes proditorem, Hoc fit cum legibus nostris rebellis, Solus morieris" = ¡Admirar todos al traidor!, esto pasa cuando te revelas en contra de nuestras leyes, solo mueres
Quise extender esto uno o dos capítulos más :]
Recuerden que ustedes son libres de corregirme algún error ortográfico.
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