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La luz de la habitación fue encendida con la magia del serafín, su rostro de semblante orgulloso y victorioso, cambió a uno de asco y repulsión al ver a aquella criatura que yacía en el suelo.

—¿Qué mierda eres?—Preguntó el serafín mirando al ser

Los cuernos que sobresalían de la cabeza de Subió hacían contraste con sus hermosas alas doradas, que se habían terminando de formar mientras Heeseung se había manchado.

—¿Qu-Quién eres?—Preguntó, incluso con su vista nublada por el agonizante dolor, podía saber que él estaba demasiado lejos de se su ángel

—¡¿QUÉ PUTA MIERDA ERES?!, ¡ERES UN SER DEFECTUOSO!—Grito el ángel serafín, rápidamente levanto una de sus manos y apunto con esta a Sunoo

—Y no sabes cuánto odio a los seres que no encajan aquí.—De está comenzó a emitir una carga de luz que pronto saldría de la mano de Jay

El serafín de la guerra no dudo en exterminar a aquella criatura que ante sus ojos, era una burla hacia su especie. El impacto fue hecho, varias cosas de la habitación habían salido a volar y terminaron chocando contra las paredes, el humo dió paso a la silueta de unas alas, para ser específico, seis alas cubrían el lugar donde antes estaba aquel ser.

—¿Qué mierda?—Dijo Jay, viendo molesto como la figura angelical se levantaba con torpeza

—N-No voy a pe-permitir que le hagas daño... Superior...—Habló Jungwon, el serafín más joven

Jay frunció el ceño, estaba más que claro que aquel tonto e ingenuo serafín se iba a meter en graves problemas.

—Quiero que te quites de ahí, es una orden de tu superior.—Jay nuevamente volvió a alzar su mano, podía ver como las alas de Jungwon habían sufrido quemaduras pero aún así, este era ajeno a su propio dolor

—N-No... ¡No te lo voy a permitir!, nosotros no somos esto, no somos seres que exterminan sin ningún motivo, él es Sunoo, un ser inocente que ha pasado por muchas cosas horribles.—Las piernas del serafín más joven temblaban, estaba herido, pero estaba cansado de ser el más débil, siendo la burla dentro de su propia jerarquía

—No me importa que o quien carajos sea él, quítate, o de lo contrario te considerare un traidor.—Nuevamente la mano de Jay comenzó a brillar

Jungwon era temeroso, no quería morir a manos de uno de su propia especie, pero no quería desamparar a aquel pequeño demonio que no era consciente de la gravedad en la que estaba involucrado.

—Basta Jay... Esto no eres tú.—Los ojos de Jungwon amenazaban con llorar, viendo una sonrisa por parte del serafín de la guerra

—Entonces, muerte al traidor.—Jungwon cerró sus ojos esperando lo peor ante las palabras dichas por el serafín contrario

Pero antes de que otro impacto fuera dado en su contra, escuchó en grito de Jay, acompañado de escombros cayendo y paredes rompiéndose.

Al parecer, Heeseung había vuelto a hacer acto de presencia, rompiendo el muro de la pared y dándole un fuerte golpe a Jay, haciendo que este atravesará múltiples paredes y terminará chocando contra un candelabro.

Heeseung miro de reojo a Jungwon, dándole una pequeña sonrisa reconfortante a pesar de todo el caos que estaban viviendo.

—Los demás ángeles vienen en camino, eres muy valiente.—Dijo Heeseung, posicionándose nuevamente

—Hee...—El serafín iba a hablar, pero sus palabras fueron interrumpidas por Heeseung

—Toma a Sunoo y vete de este lugar lo más lejos posible, vuela hacia el cielo y piérdete en el espacio de este universo, escapa y proteje todo lo que amo, por favor.—Jungwon podía jurar escuchar una voz de lastima producida por el potestad, una voz lastimada y quebrada

Sin rechistar, Jungwon tomó el agotado y cansado cuerpo de Sunoo, cargandolo en sus brazos.

—Espera...—Dijo Heeseung, acercándose brevemente al cuerpo que Jungwon tenía en brazos

—Mi preciado tesoro, eres tú quien me enseñó todo aquello que yo consideraba muerto dentro de mí, eres la razón por la cual he decidido desafiar a uno de los más peligrosos seres que existes. Tú, no puedes imaginar cuánto te amo, incluso si este es mi último te amo, quiero que sepas que te amare por en resto de mi existencia.—Heeseung plantó un beso en los labios de Sunoo, este intento corresponder torpemente, pero estaba exhausto

—Vete y lo más lejos posible.—Heeseung caminó hacía el hueco en la pared, despidiéndose de Jungwon con una bella y sincera sonrisa

Las alas de Jungwon se extendieron y rápidamente emprendió vuelo por el mismo agujero que había hecho Heeseung. Llevando consigo a Sunoo en brazos mientras escuchaba las súplicas de este por quedarse.

—Por favor... Quedemonos Won...—Suplicó Sunoo acurrucándose en los brazos del serafín, sintiendo el aire más frío de lo normal

—No podemos Sunoo, si nos quedamos, los tres correríamos un gran peligro.—Dijo Jungwon volando con rapidez, estaba haciendo lo que Heeseung le ordenó, volar y perderse lo más lejos posible en el espacio de aquel universo donde viven los humanos

Mientras volaban entre las nubes, Jungwon se dió cuenta que varias siluetas de ángeles se formaban entre estás, lo estaban buscando, y no descansarían hasta encontrarlo.

«Vamos Jungwon, puedes volar mucho más rápido.» se dió ánimos así mismo, estaba nervioso, pues a pesar de todo Jay tenía razón, era un traidor, prefirió salvar a un ser que no sabía si podía matarlo o no que a asegurar la vida de los humanos y ángeles.

Cuando creyó por fin estar saliendo de la tierra, una lanza se atravesó en su camino, siendo sostenida por uno de los ángeles del séquito de Jay.

—Vaya vaya, un serafín actuando como un traidor, eso nunca antes se había visto.—Dijo el ángel principado frente a él

Jungwon se asustó e intento volar hacia otro lado, pero era inútil, estaba totalmente rodeado por principados, arcángeles y potestades.

Al escuchar a Jungwon marcharse, Heeseung no tuvo de otra que soltar algunas lágrimas, no sabía si iba a morir, no sabía si volvería a ver a su pequeño y travieso diablito. Todo lo que había construido junto a Sunoo estaba hecho pedazos, su departamento, su habitación, la cocina, los baños, todo estaba en ruinas, ruinas que ahora quedaban como recuerdos divinos.

Su lazo con Sunoo agonizaba, escuchaba como él imploraba por su presencia, por estar junto a él. Pero debía protegerlo y mantenerlo tan lejos de la tierra como sea posible.

Cuando miro los alrededores, Jay ya no estaba donde se supone que debió haber caído, miro todo el parámetro pero no había rastro del serafín, no hasta que sintió como una cadena se acercaba con rapidez hasta él.

Tuvo suerte está vez, esquivado de esta mientras escuchaba la risa del serafín, una risa cargada de odio y rencor hacia Heeseung.

—¿Sabes algo?, desde el momento en que ví a tu estrella convertirse en ti, supe que ibas a ser diferente a los demás, y resultaste siendo eso, diferente... Una plaga. Y yo... ¡DETESTO A LAS PLAGAS!—Jay apareció de la nada, propinando un fuerte golpe en el rostro de Heeseung

Este cayó unos cuantos metros hacia atrás, reponiendo se rápidamente pero sintió un largo escalofrío recorrer su cuerpo al ver al serafín.

Jay estaba en una de sus formas finales, sus alas brillaban en plateado mientras de estás se abrían varios ojos, al igual que en su cuerpo, los serafines eran hermosos, pero en su estado más puro, podían dar miedo y sembrar el caos.

Solvet pro peccatis tuis, spumae.—Dijo Jay, Heeseung solo apretó sus puños y espero cualquier ataque que el serafín fuera a hacer

«Mi pequeño Sunoo, no importa si es acosta de mi vida... Pero te protegeré, te voy a proteger pase lo que pase.» pensó Heeseung, todo pasaba en cámara lenta ante sus ojos, viendo como el serafín se abalanzaba en su contra.

Ya casi se acaba este fanfic 😭😭😭😭😭 incluso yo estoy chillando por el final 😭😭😭😭😭😭😭😭

"solvet pro peccatis tuis, spumae" = vas a pagar por tus pecados, escoria (en latín).

Recuerden que ustedes son libres de corregirme algún error ortográfico.

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