Heeseung seguía horrorizado mirando a su pequeño retorcerse de dolor en el suelo de la habitación, no sabía que hacer, estaba preocupado de que este de verdad muriera y se fuera lejos de él.

—¡HÁZLO POR FAVOR!—Gritó Sunoo llamando la atención de potestad

—No lo voy a hacer, no insistas.—Dijo Heeseung, este retrocedió hasta llegar a la puerta de la habitación

—No me dejes aquí sufriendo...—Los ojos de Sunoo lagrimeaban, Heeseung sintió su "corazón" partirse a la mitad ante tal mirada

Los ojos profundos del demonio pedían a gritos su ayuda, quería que su dolor cesárea de una buena vez, independientemente de si moría o sobrevivía. Heeseung ni podía hacer nada, nunca antes en su vida había visto o escuchado que hacer cuando lo que se supone que es un demonio defectuoso estaba mutando entre un ángel y su verdadera forma demoníaca.

Sin decir nada, Heeseung salió de la habitación y cerró la puerta detrás de él, recostandose sobre esta y se deslizó hasta sentarse en el suelo. Podía escuchar los quejidos y lloriqueos de Sunoo, llamando por su nombre y rogándole por acabar con su vida.

El ángel no quería seguir escuchando aquellos lamentos, intento crear una burbuja de paz a su alrededor usando su magia, pero esto le fue inútil, pues su lazo con Sunoo dolía, podía escuchar en su mente los dolores de este.

Rompió la burbuja y nuevamente escuchó en voz alta el dolor ajeno, aunque fue interrumpido, pues la puesta de su hogar fue tocada repentinamente.

Heeseung bajo con rapidez a abrir la puerta, y una vez abierta, no imagino ver a la persona que había detrás de esta.

—Hola joven Lee, he estado escuchando algunos llantos y lloriqueos muy fuertes que provienen de aquí, me preocupa escuchar todo esto, quise venir a ver si se encontraban bien.—Habló amablemente la anciana en la puerta, está era su vecina del departamento de al frente, algunas veces habían cruzado palabras en el pasillo o en el ascensor, o también solía tomar el té con Sunoo

—Señora Park, no debe preocuparse por nada, mi esposo tuvo un accidente y lo estaba solucionando, ¡Se cayó de las escaleras!, tiene suerte de que yo soy enfermero y sé que hacer en este tipo de situaciones.—Dijo con una sonrisa cálida, la anciana miró con duda las palabras del ángel

—Ummmm, está bien, si al pequeño Sunoo le pasa algo, puedo ayudarte a cuidarlo, él es muy lindo.—La anciana sonrió de oreja a oreja

—Bien, cualquier cosa le estaré avisando.—

—Bueno, hasta luego joven Lee, nos vemos en otra ocasión.—Heeseung hizo una reverencia, la anciana se dió media vuelta para entrar nuevamente en su departamento

Heeseung suspiró y cerró la puerta, una vez cerrada se apoyó en esta.

«¿Por qué está pasando esto justo cuando estoy encontrando mi felicidad y la razón de mi ser?» Heeseung cerró sus ojos, las lágrimas comenzaron a brotar de estos y poco a poco las lágrimas cristalinas comenzaron a recorrer la mejilla del ángel.

Se sentía acabado, pensaba que todo esto le pasaba por haber cometido múltiples pecados y haber roto las leyes de su especie. Sunoo era su salvación, de cierta forma, pudo haberlo matado ese mismo día que se lo encontró, porque de cierta forma había pensado en hacerlo solo por aburrimiento. Sin embargo, no lo hizo, quiso darle una oportunidad y tal vez solo para tener sexo, pero al final fue algo mucho más, su amor, su único amor.

«No mueras, amado mío, porque si tú mueres, yo también lo haré.» Dijo, nuevamente la puerta fue tocada, esto hizo que sé limpiará las lágrimas y se incorporará nuevamente en si, arreglando un poco su cabello en el proceso.

—Señora Park ya le dije que Sun...—Heeseung quedó estático ante la presencia delante de él

Quien se encontraba detrás de la puerta, está vez, era su antigüo superior y ángel a cargo, Jungwon, este mantenía una mirada seria y apagada, sin embargo, a penas conectaron miradas este esbozó una sonrisa.

—Hola Hee, ¿Cuánto tiempo sin vernos?—Preguntó, este no espero invitación y entro en el departamento haciendo a un lado a Heeseung, quien se miraba extrañado ante la repentina visita del serafín

—Pues... No fue tanto.—Dijo, cerró la puerta rápidamente pues el serafín aún tenía visibles sus seis alas

—Si... Cómo sea... ¿Has visto o has sabido algo acerca de la explosión que hubo hace algunas horas atrás?—Preguntó, este tomó asiento en el sofá de la casa mientras miraba con aquellos ojos felinos al potestad

—¿Te refieres a la explosión que hubo cerca del bosque del portal?, si, la vi, pero desconozco totalmente quien la provocó.—Heeseung sonrió mientras caminaba

—¿Te gustaría tomar algo?, ¿Agua, refresco, té, café?—Preguntó el potestad, quería evitar cualquier tema acerca de la explosión

—Nosotros no necesitamos de esas cosas, estoy bien así.—Heeseung sintió algo de tensión en el aire, sentía que este no era Jungwon que solía conocer

Para empezar, si fuera Jungwon este buscaría en primera instancia a Sunoo, pues ambos habían hecho una extraña conexión especial, además, estaba seguro que este tema no sería algo de lo que Jungwon tendría intereses, o más bien, los serafines mayores no le harían que Jungwon sintiera interés por eso.

—Está bien, ¿A qué se debe nuevamente tu repentina visita?—Preguntó Heeseung, sentándose al lado del serafín

—Oh... Bueno, solamente quería saber si estabas familiarizado con la explosión, esa magia fue tan fuerte, digna de un serafín.—Heeseung notó algo extraño en Jungwon, sus ojos no eran aquellos cafés que solía mirar todos los días, ahora eran azules con una pizca de dorado en ellos

Pero aún así, no dudo en que fuera como tal su Jungwon, el serafín carismático que había conocido desde que este se originó de su estrella.

—Sabes... Pensé que ibas a venir por Sunoo, él y tú se hicieron grandes amigos, jeje.—Dijo Heeseung rascando su nuca, esto llamo la atención de Jungwon, quien lo controlaba sentía la presencia de una fuerza extraña en ese lugar

—¿Sunoo?, ¡Oh claro!, me disculpo por mi comportamiento tan grosero, es mi amigo y no pregunte por él.—Jungwon soltó una risita forzada mientras miraba hacia los lados, Heeseung comenzó a sospechar sobre la verdadera visita de su amigo

—Me gustaría ver a Sunoo.—Dijo emocionado, Heeseung se levantó rápidamente del sofá

—No... No es buen momento para que lo veas, se encuentra muy grave.—Heeseung sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, el rostro se Jungwon se deformó a una mueca de desagrado

—¿Y por qué no puedo verlo?, ¿Me estás escondiendo algo?—Dijo Jungwon cambiando un poco su tono de voz, Heeseung trago en secó, pues tenía miedo de que lo que fuera eso, no es su amigo serafín

—Bueno... No sé acerca sobre enfermedades en los demonios así que es mejor no acercarnos a él...—Heeseung miró como Jungwon esbozaba una sonrisa, una realmente tétrica

«Así que, ¿Un demonio, eh?, Oh Heeseung, nunca pensé que te gustará meterte con cualquier especie.» pensó Jungwon, aunque realmente, era Jay quien pensaba por él.

—Gracias Heeseung, solo eso necesitaba.—Esa ya no era la voz de Jungwon, aquella voz tan conocida hizo temblar a Heeseung

Se trataba de la voz del serafín de la guerra, Jay, un ángel que, a pesar de ser tan similar a Heeseung, seguía bajo las órdenes y mandamientos del serafín superior, siguiendo de estas con total lealtad y fidelidad.

—Oh vamos Heeseung, no te asustes, solo estoy usando el cuerpo de Jungwon para localizarte, ¿Y adivina qué?, ya lo hice. Por fin está perrita sirve de algo.—Dijo Jay a través de Jungwon

Repentinamente, Jungwon se abalanzó en contra de Heeseung, este no trataba de lastimarlo y esquivaba con rapidez los golpes que este lanzaba. Y en un par de segundos, el ventanal de cristal fue roto, mostrando al serafín de la guerrera mirando con desprecio a Heeseung.

—Entonces, ¿Tienes a un demonio de mascota, eh?—

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Me compraron un nuevo cel y estará llegandome está semana, me va a costar adaptarme a ese nuevo cel y voy a tratar de terminar este ff antes de que me cambie (porque me toca, realmente este teléfono ya no me está rindiendo para la universidad)

Recuerden que ustedes son libres de corregirme algún error ortográfico.