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Se encontraba totalmente resignado a la idea que Sunoo planteó, pero no tenía otra opción pues de todas formas, tenía que atraer a los demás demonios con ayuda del demonio al cual buscaban.

—Sigo insistiendo en que no deberías hacer esto, ¡Puede ser peligroso para ti!—Comentó el ángel, habían llegado volando nuevamente hacía el lugar donde se conocieron por primera vez

—Aunque sea peligroso, debo hacerlo, o ellos causarán muchos problemas en la ciudad donde viven los humanos.—Sunoo tomó una de las manos de Heeseung, transmitiendole así una sensación cálida

Heeseung suspiró y no tuvo de otra más que seguir con el plan. Este constaba de que Sunoo los atraería, una vez hecho esto Heeseung se encargaría de espantarlos para que regresen al lugar de donde vienen.

Caminaron un poco entre los arbustos y ramas del lugar, tanto Sunoo cómo Heeseung tenían puestas sus respectivas ropas de aquel día, el demonio tenía abrazada a su roca mascota mientras caminaba, no quería dejarlo solo en casa así que decidió llevarlo consigo. Además, le aterraba el hecho de volver a ver a todos esos entes que solo abusaban de él, su mascota de cierta forma le brindaba seguridad y confianza en ese momento.

—Voy a esconderme por acá, necesito que actúes como si nunca en tu vida hayas visto a un ángel.—Heeseung se escondió detrás de un arbusto, Sunoo hizo un mohín y se negó a caminar solo

—¡No quiero!, me da miedo estar cerca de ellos nuevamente, aunque en cierta forma quiero que todo esto termine, no pensé que yo debería hacer algo así.—Sunoo bajó su mirada, sus ojos nuevamente vieron aquellas botas de tacón que usaba cada día de su vida

—No te desanimes, ambos estamos en esto, además una vez todo suceda, vamos a volver a nuestro día a día, veremos televisión, te enseñaré a jugar videojuegos y podremos hacer muchas cosas más, ¡Juntos!, como la pareja que somos.—El potestad le dió una sonrisa al demonio, las mejillas de este se encendieron en rojo y quiso lanzarse a besarlo, pero se limitó solo a asentir y seguir caminando

Una vez estuvo un poco lejos del arbusto donde se escondía Heeseung, Sunoo levantó con sus manos a su piedra e hizo que ambos conectarán miradas.

—Señor Pringles... Tu papá Hee es muy valiente, ojalá yo pudiera ser así de valiente como él.—Dijo Sunoo mirando a su piedra mientras caminaba

—“Tienes razón papá Sun, mi papá de dos alas peluditas es muy valiente y lindo... Saque su belleza.”—Fingió una voz totalmente diferente, Sunoo sonrió por las palabras que él mismo dijo

—¡Señor Pringles!, yo te cuidé a ti mientras tu papa aparecía y aún así nunca dices cosas lindas de mí.—Sunoo hizo un puchero

—“¡Eres muy valiente papá Nunu!, estoy seguro que todo esto saldrá bien y podremos ir a comer muchas cosas deliciosas.”—Dijo nuevamente con otra voz, las mejillas de Sunoo se tornaron carmesís y dio una sonrisa de oreja a oreja

—Eso espero señor Pringles, eso espero con todo mi corazón.—Contestó abrazando a su roca

Sus sentidos se pusieron alerta cuando entre la penumbra del bosque se escuchaban risas, eran tan familiares que Sunoo no dudo en reconocerlas, pero por más que mirara a sus alrededores no veía a nadie que las provocará.

—¿En serio sigues hablando con esa tonta roca?—Escuchó una voz masculina proveniente de algún lado del bosque

—¡Deberías dedicarte a hacer otra cosa que no sea hablar con cosas sin vida!, bien puedes volver voluntariamente a nuestra tierra y servir para lo que estás hecho, ser una puta.—Está vez habló una voz femenina, Sunoo seguía en búsqueda de los emisores de las voces

Escuchó nuevamente como todos reían, esto lo hizo sentirse ansioso así que como pudo salió corriendo del lugar, Heeseung le había especificado que no se fuera tan lejos de ahí, pero ahora estaba corriendo desesperado por el bosque tratando de no oír aquellas voces que martillaban dentro de su mente.

Estaba pensando en muchas cosas, no dejaba de correr con su mascota en brazos y no importaba si lastimaba su cuerpo cayendo y golpeándose con las ramas, solo quería estar lejos de ellos.

Resbaló, soltó a su piedra y está todo hasta el zapato de una persona ajena, al levantar su rostro se dió cuenta que era Riki, el que él consideraba el peor del grupo que lo estaba acechando.

—Hola bebé, te he estado extrañando por toda esta semana, me hace falta follar tu lindo y apretado culo.—Riki levantó la piedra con su mano, Sunoo comenzó a lagrimear

—¡Devuélveme al señor Pringles!, él no te ha hecho nada.—Sunoo se levantó con impotencia del suelo

Los demás demonios aparecieron juntos a Sunoo, estos mantenían una sonrisa pícara y coqueta, al igual que una llena de orgullo y victoria, como si ellos supieran que Sunoo se iba a dar por vencido y volvería junto con ellos.

—¿Deseas tu roca?, entonces atrapala.—Riki lanzó a la mascota de Sunoo hacia otro demonio, el cual hizo lo mismo

Sunoo trataba de agarrar a lo que él consideraba su hijo, escuchaba la risa de los demás pero poco le podía importar en ese momento, tan solo quería que le devolvieran una de sus cosas más amadas e importantes que había tenido.

Las risas y la piedra fue pasada varias veces entre todos, todo hasta que en cierto punto Riki dejó de rotar la roca, la miro un segundo y luego miro a Sunoo, aquella sonrisa prepotente que hacía a Sunoo sentir mucho más repudio por él.

—Oye perrita, ¿Cuánto amor le tienes a esta patética cosa?—Preguntó, mirando directamente a los ojos de Sunoo, los cuales retenían lágrimas aunque les era imposible

—Debe amarla demasiado, pobrecito... Es lo único bueno que consiguió en nuestra tierra, ¿Cierto que si, zorrita?—Wonyoung fingió una voz tierna, los demás se echaron a reír por el comentario

—¡Una roca es mucho mejor que todos ustedes!—Dijo Sunoo apretando sus puños

—Entonces... Es una lastima que está estúpida piedra llegué a su fin.—Los ojos de Riki se tornaron rojos

Todo sucedió en un parpadeó, la fuerza de aquel demonio era superior a la de muchos. Con tan solo apretar de esta la piedra se deshizo en varios pedazos, los ojos de Sunoo miraron aterrados la escena.

—¡NOOOOO!, ¡SEÑOR PRINGLES!—Sunoo se arrojó hacía los pedazos de piedra que estaban regados en el suelo, a los pies de Riki

—Pffff, deja de ser tan idiota, no llores por una simple y patética piedra.—Habló Sunghoon, quien se cruzó de brazos al ver a Sunoo abrazar con desesperación los pedazos rotos

Sunoo se dedicaba a llorar en ese momento, cubrió su rostro con sus manos mientras estaba de rodillas en el suelo, no esperaba que ellos fueran tan malos como para deshacerse de una piedra que aunque para ellos no era nada, para Sunoo era un objeto con alto valor sentimental.

—Oh Sunoo, deja de ser tan tonto y vámonos, podrás conseguir otra tonta roca allá, contarle todos tus estúpidos problemas y ya, otro señor Ñinges o algo así.—Riki acarició los cabellos de Sunoo, este negó con ma cabeza mientras que aún escondía su rostro con sus manos

—No hagas las cosas más difíciles cariño... ¡Pido yo ser la primera en follarlo!—Exclamó Yuna, los demás comenzaron a pelear por quién se encargaría de follar a Sunoo una vez crucen el portal

Pero su tonta discusión fue interrumpida, un ser con dos alas blanquecinas cayó del cielo, aterrizando sobre sus pies y una vez levantó la mirada, está estaba totalmente encendida en color dorado, todos los demonios quedaron atónitos al presenciar a un ángel frente a ellos, aunque más que sentir asombro, el miedo comenzó a recorrer su cuerpo pues sabían que, a pesar de darles pelea, ellos no contaban con la misma cantidad de magia que ellos.

—Vaya vaya, veo que le han hecho daño a mis amores.—

Adiós señor Pringles te irá mejor en otro fanfic.

Recuerden que ustedes son libres de corregirme algún error ortográfico.

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