𝐱𝐱𝐢
Ante la llegada del ángel, muchos de los demonios se sintieron intimidados, pero no iban a huir de ahí, pues ellos eran varios, mientras que el ángel solo contaba con si mismo y muy posiblemente con la ayuda de un demonio débil.
—Ja... ¿Esto es en serio Sunoo?, ¿Caiste tan bajo para andar de ofrecido con uno de nuestros enemigos?—Dijo Riki mirando con desagrado al ángel, quien frunció el ceño con aquellas palabras
—Oye ángel, cuéntame, ¿Sunoo es buena perrita?—Preguntó Sunghoon, todos los demonios comenzaron a reír por las palabras dichas
Heeseung comenzó a reír, no le causaba gracia las palabras dichas por el ente, sino, le daba gracia como ellos creían ingenuamente que podrían ganar contra un ángel.
—¿No les han dicho que no deben meterse con un ángel?, incluso si solo soy uno, mi naturaleza es exterminarlos a ustedes sin importar que.—Heeseung se acercó hacía donde se encontraba Sunoo, tendido en el suelo y llorando por la perdida de su "hijo"
Los ojos del potestad se mantenían dorados, miraba y analizaba cada demonio a su alrededor. Eran débiles, tan débiles que sabía que atacarían todos al mismo tiempo.
—Pobrecito, piensa que porque nos metimos con su zorra él nos va a poder hacer daño. No te metas estúpido ángel, esto es un asunto de demonios.—Habló Wonyoung, quien lucía molesta por la sola presencia del ente sagrado
La paciencia de Heeseung se estaba acabando para ese momento, no toleraba tener que estar escuchando las estúpidas palabras que decían los demonios, solo quería llevarse a Sunoo lejos de ahí y mimarlo el resto del día hasta que se calme, pero si debía hacer algo al respecto, lo haría sin pensarlo y sin pensar en las consecuencias que podría traer.
—Solo vayanse de aquí, no los quiero volver a ver cerca de Sunoo o de mí, sino, tendrán que abstenerse a las consecuencias de sus actos.—Heeseung comenzó a acariciar la cabellera de Sunoo, quien solo se dedicaba a recoger los pedazos del señor Pringles
—¿Consecuencias?, lo único que queremos es llevarnos a esa perra al lugar de donde viene, si no es útil para hacer sus labores en la tierra, entonces, que sirva como objeto sexual en nuestro mundo.—Dijo Changbin, este se cruzó de brazos y mantenía una sonrisa burlona
—Hijo de puta.—La paciencia del potestad había llegado a su fin, con su magia, comenzó a arrojar rocas bastante grandes a los demonios, quienes con ayuda de sus alas comenzaron a esquivar de estas
A si mismo, estos comenzaron a abalanzarse sobre Heeseung, quien no dudo en extender sus alas para volar y evitar que estos lo atrapen, al final de cuentas era mucho más rápido y veloz que estos. Sabía que todos lo estaban siguiendo así que trato de volar dentro del bosque, con la intención de que lo perdieran de vista y así poder ir por Sunoo.
«Mierda, estos hijos de puta me la van a pagar bien caro.» pensó Heeseung, había detenido su vuelo quedando parado sobre el suelo, mirando a sus alrededores y agudizando sus sentidos, para detectar su había alguna otra presencia cerca.
«No hay nadie, debo ir por mi amor.» Heeseung comenzó a correr por el bosque, no conocía de este a la perfección, pero la luz que lo mantenía con vida podía dictarle dónde se encontraba él, no importa que tan lejos estén el uno del otro, siempre volverán a los brazos del otro.
Corría con gran velocidad, por suerte había perdido a todos esos imbéciles, o eso había creído, hasta que el demonio conocido como Riki se abalanzó en su contra.
—Voy a volver a mi tierra, follare a Sunoo y le diré como mate al ángel que estuvo follandolo.—De los dedos del demonio comenzaron a salir garras bastante largas y filosas, Heeseung propinó un golpe en el rostro del demonio haciendo que este se quitará de encima suyo, extendió nuevamente sus alas y comenzó a volar
Sin importarle si los demás demonios lo seguían, Heeseung se dirigió hacía dónde se encontraba Sunoo, quien seguía tendido en el suelo llorando, el ángel aterrizó de pie al lado del demonio quien solo levantó la vista verlo.
—Hee...—Dijo Sunoo con lágrimas corriendo por sus mejillas
—No llores más amor, vamos a casa, no quiero gastar todas mis energías en pelear con seres totalmente incompetentes.—Heeseung se agachó para poder cargar a Sunoo
Antes de que pudiera tenerlo en brazos, el potestad fue empujando con fuerza, su cuerpo chocó contra un árbol que no se haya muy lejos de ahí, soltando un quejido por el dolor que le había causado esto.
—Maldito ángel, siempre son unos entrometidos.—Se quejó Eunchae, al igual que Riki, de sus dedos salieron unas garras dispuestas a matarlo de una buena vez
Cuando la demonio se abalanzó en su contra, Heeseung salió volando, haciendo que está enterrara sus garras en el tronco del árbol, sin embargo, otro demonio lo atacó por la espalda, lanzando con fuerza a Heeseung hacía el suelo, haciendo que este golpeara su rostro con fuerza.
«Agh, maldita sea.» se quejo internamente, antes de poder levantarse sintió como sus alas fueron jaladas, obligándolo a levantarse del suelo.
—Vas a morir, ángel hijo de puta.—Yeonjun comenzó a propinar varios golpes en el rostro de Heeseung, haciendo que este retrocediera con cada golpe que se le daba
Cuando Yeonjun paró con sus golpes, sintió como sus cabellos eran tirados desde arriba, obligando a usar sus alas para volar y evitar ser aún más lastimado.
—Mira, el ángel que según podía con nosotros no lo está logrando, podemos llevarte a nuestra tierra y acompañar a Sunoo, muchos demonios quisieran cogerse a un ángel también.—Yuna pateó el vientre de Heeseung varias veces, haciendo que este se retorciera del dolor, su vuelo ahora era torpe y descuidado, una última patada hizo que este cayera al lado de Sunoo, quien trataba de cubrir su rostro para no ver a su amado ser lastimado
Todos los felinos que se encontraban allí se agruparon al rededor de la pareja, Sunoo se sentía mucho más inútil de lo que se pudo haber sentido en su vida, no podía ayudar a Heeseung, habían asesinado al señor Pringles, y ahora, estaba seguro de que iban a acabar con su felicidad.
—Unas últimas palabras, ángel.—Riki colocó su pie sobre el pecho de ángel, haciendo que este se sintiera inmóvil
—¡Yo pensé que lo íbamos a llevar a nuestras tierras para cogerlo!, no hay que desaprovechar la oportunidad.—Se quejó Sunghoon, nunca antes se había echado un ángel pero podría ser su primera vez
—No me importa, voy a matarlo.—Una de las garras de Riki se posicionó en el pecho del ángel, este sintió como lentamente se clavaba dentro de su carne
—Últimas palabras, para que tú perrita al menos tenga un último recuerdo de tu voz.—Volvió a hablar Riki, en su rostro había una sonrisa macabra y dispuesta a matar al ángel, incluso si sabían que no debían hacerlo, eran demonios, su naturaleza era romper las reglas y los límites establecidos para el bien de las tres especies que conviven diariamente
—Al menos n-no fu-fui un marica qu-que tuvo que ve-venir con todos s-sus chupaculos.—Dijo Heeseung con una sonrisa, este miró a Sunoo, quien se encontraba siendo obligado a ver cómo iban a deshacerse del ser que le demostró que podía haber esperanza en una gran tormenta
—Idiota.—Dijo Riki, antes de poder clavar su garra aún más profundo, paso algo que nadie esperaba
Un fuerte grito causó una explosión en el lugar, haciendo que tanto los demonios como Heeseung fueran disparados hacia los alrededores del bosque, por suerte, el potestad se pudo salvar.
Cuando levanto su vista para ver de quién se trataba, era nada más ni nada menos que Sunoo, aunque, había algo particular en él. Sus ojos brillaban de color dorado, un color que solo era digno de un ángel.
★
Ö
¿Qué creen que haya pasado? 👀
Recuerden que ustedes son libres de corregirme algún error ortográfico.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro