Capítulo 6
Jisung
Estaba nervioso, realmente nervioso. El primer motivo era Chenle, había vuelto a su actitud distante desde la comida del día anterior, ya no sabía si la preocupación que había tenido por mí durante los días que estuve en cama fueron una simple ilusión o que yo me había vuelto adicto a su mirada sobre la mía y no era consciente de que él tenía un trabajo que cumplir.
Después del quinto suspiro una risa se escuchó frente a mí. Levanté la mirada rápidamente avergonzado de mi propia distracción.
—¿Tanto te aburre mi presencia, majestad?— Preguntó YangYang con una sonrisa burlona.
Negué rápidamente con la cabeza y le sonreí con timidez.
—Jisung, sé que tu corazón le pertenece a otra persona, yo también he estado enamorado antes, pero al menos dame la oportunidad de conquistarte. Te pido por favor que cuando estés conmigo solo me mires a mí y te olvides de lo demás, es todo lo que deseo: saber que la persona por la que estoy luchando no está pensando en otro mientras me mira a mí.— Continuó al ver que yo no respondía a sus palabras.
Me dejó algo impactado el hecho de que supiera que me gustaba otra persona, creía no ser tan obvio.
—Lo siento, YangYang, prometo poner de mi parte en esto.— Susurré en respuesta.
Él sonrió para que dejara de pensar en ello, cosa que realmente funcionó. El príncipe naorense había pedido hacer la muestra de su habilidad primero además de querer hacerlo en privado. Yo había aceptado puesto que confiaba en él y a pesar de ser algo travieso sabía que tenía muy clara su educación.
—Dime, príncipe de las nieves, ¿Qué me vas a mostrar hoy?— Pregunté atento a cada uno de sus movimientos, dispuesto a cumplir mi palabra.
—Primero quiero demostrarte mi habilidad con el arco y después desearía poder retarte a otro duelo de esgrima.— Contestó mirándome con su encantadora sonrisa.
—Si logras batir el récord de mi hermano lograrás sorprenderme, YangYang, de lo contrario no harás nada que no haya visto antes.— Dije riendo mientras me sentaba en una de las sillas que habían traído para nosotros al jardín.— Hyuck es capaz de darle tres veces seguidas al centro de la diana.
—Subestimas mi talento, alteza.— Respondió mientras colocaba el carcaj de flechas a su espalda y cogía el arco.
La diana estaba situada a unos veinte metros de distancia y el rojo del centro destacaba claramente a plena luz del día. Me miró por última vez antes de centrar toda su atención en su objetivo. Cargó una de las cinco flechas que tenía a su disposición y tensó la cuerda. Al encontrarme al lado suyo podía apreciar perfectamente su perfil, la tensión de sus brazos, la posición de sus largas piernas, la concentración en su sereno rostro y la manera en la que delicadamente soltó la flecha. El sonido de esta al clavarse en la madera me hizo apartar la vista del deslumbrante chico. Justo en el centro. Tragué saliva, sonrojándome sin motivo alguno y observé cómo hacia lo mismo con otras dos flechas más sin problema alguno. Tan solo quedaban dos flechas más que para sorpresa mía cargó al mismo tiempo en el arco. Volvió a mirarme para comprobar que tenía toda mi atención en su persona y así era. Las flechas cortaron el viento con velocidad y acertaron en el círculo rojo de la diana, repleto de flechas a más no poder.
Parpadeé incrédulo, no solo había acertado cinco flechas en el centro, sino que había tirado dos al mismo tiempo. Bajó el arco y se retiró el carcaj ya vacío antes de acercarse a mí. Se arrodilló y me sonrió antes de delicadamente acariciar mi barbilla y cerrarme la boca, la cual había dejado abierta por la impresión.
—Espero haberte enseñado algo nuevo, ladrón de mi corazón.— Susurró haciéndome reír por lo bajo.— ¿Aceptas batirte en duelo conmigo otra vez? Pero esta vez podríamos apostar algo.
Me puse en pie y lo miré con curiosidad.
—Claro que acepto. ¿Qué quieres apostar?— Inquirí mientras cogía mi careta, puesta sobre la mesa con otras espadas y espadines.
—Eso se verá cuando acabe el duelo. Quien gane le puede pedir algo al contrario. ¿Hecho?— Dijo tendiéndome la mano.
La observé por un momento, atento a la posibilidad de que yo perdiera, sin saber muy bien qué podría pedirme él, pero la tentación y la curiosidad podían más que mi razón.
—Hecho.— Estreché su mano y en menos de lo que canta un gallo ya nos hallábamos preparados para la pequeña batalla.
Esta vez su agilidad y velocidad no me tomaron por sorpresa así que pude contrarestar rápidamente sus ataques. El problema quizá fue que ambos éramos buenos en esgrima. Entre risas, estocadas fallidas y varios momentos de descanso el duelo se alargó demasiado siendo que el cielo ya oscurecía.
—¡Touché!— Gritamos ambos a la vez.
Lo observé algo confuso hasta que noté como la punta de su espadín presionaba mi pecho al igual que el mío hacía con el suyo. Había pasado lo mismo la vez anterior pero esta vez había bastante separación entre nosotros.
Exhausto me tiré al césped mientras reía y él me siguió, no sabía exactamente cuánto tiempo habíamos estado batallando pero me lo había pasado realmente bien.
—¿Podemos consider esto un empate?— Preguntó él con la respiración entrecortada.
—Supongo que sí... Así que voy a pedir mi recompensa.— Dije girando mi cabeza para mirarlo.— Quiero que me enseñes a manejar el tiro con arco tan bien como tú.
—Está bien, no tengo problema en ello.
—¿Qué quieres tú a cambio, YangYang?
—Que cierres los ojos.
Contrariamente a sus palabras los abrí incluso más de manera inconsciente por lo que volvió a provocar risas entre nosotros.
—No hagas que me arrepienta de esto, Liu, confío en ti.— Susurré algo avergonzado una vez nos hubimos calmado.
Cerré mis ojos lentamente y giré mi cabeza hacia el cielo, sintiendo estragos en todo mi cuerpo debido al nerviosismo.
Verdaderamente no sabía qué esperar de él así que cuando sentí sus labios presionar mi mejilla y cómo su mano empezaba a acariciar mi cabello tan solo pude sonreír.
—No te lo voy a negar, Jisung. Quiero besarte, pero creo que sería injusto hacer algo así. Si acaso llega el día en el que tus labios y los míos vayan a juntarse quiero que sea porque tú lo hayas deseado tanto como yo lo hago ahora.— Susurró sin cesar el movimiento paulatino de su mano en mi cabeza.
Abrí mis ojos lentamente y observé sus orbes, que brillaban gracias al sol que se escondía en el horizonte. Como un acto puramente impulsivo me enderecé, haciendo que nuestros rostros quedaran uno frente al otro y sonreí antes de besar su mejilla con lentitud, dejando mis labios allí quizá más tiempo de lo debido. Al separarnos ambos nos sonrojamos y para cambiar de tema decidimos que ya era buena hora de entrar al palacio. Recogimos las flechas de la diana y las guardamos en el carcaj antes de dirigirnos hacia el interior mientras manteníamos una entretenida conversación sobre la estrategia y los métodos para tener una mejor puntería con el arco. Estaba feliz, me lo había pasado muy bien con él y justo en el momento en que entramos al comedor para la hora de cenar me di cuenta de un detalle. Todos estaban sentados a la mesa, incluso Chenle, que no parecía muy contento de verme entrar riendo junto a YangYang. Zhong Chenle, la persona de la cual estaba enamorado, la persona de la cual me había olvidado completamente mientras pasaba el día con el príncipe de Nao.
Bueeeeeno, bueno. Esto se pone interesante.
Como esto va de Jisung dejo esto por aquí.
Jisung con:
YangYang
Chenle
Jaemin
Mark
Puede que por ahora lo tengáis muy claro porque sólo han aparecido algunos de los personajes junto a Jisung pero cuanto más avance la historia, más comprenderéis por qué están los otros pretendientes.
Nos leemos pronto 💞
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro