Capítulo 4
Jisung
Na Jaemin resultó ser un chico muy inteligente y divertido, en cuanto me vio observando los caballos que tiraban del carro en el cual había llegado se acercó a mí con la intención de hablarme sobre estos: cómo se llamaban, cuántos años tenían, etc.
Algo que me causó demasiada gracia fue su sonrisa llena de ilusión cuando le mencioné que una de mis estancias favoritas del palacio era la biblioteca. Parecía un niño ilusionado al recibir su primera espada de madera. Me insistió bastante para que le llevara hasta el lugar y al no tener realmente nada más que hacer lo conduje hasta allí. Lo que no me esperaba era ser completamente ignorado nada más abrier las puertas del lugar. Me mantuve en un costado, sentado en uno de los grandes sillones mientras observaba como él iba de una estantería a otra observando los títulos de los libros. No sé decir cuánto tiempo estuvimos ahí hasta que llamaron a la puerta que previamente había cerrado, me sorprendí bastante al ver a Xiaojun y más aún al saber que era a mí a quien buscaba y no a mi hermano. Me despedí de Jaemin sin estar muy seguro de si me había escuchado o no y salí de la sala.
—¿Ocurre algo, príncipe Liu? — Pregunté evitando mirarlo a los ojos, se me hacía raro puesto que yo era más alto que él a pesar de ser varios años más pequeño.
—Me ha mandado a llamarte un chico con el pelo rubio, casi blanco...
—¿Chenle?— Dije frunciendo la nariz, se me haría bastante difícil olvidar mi amor por él si ahora empezaba a querer ser mi amigo.
—Sí, supongo que él, verás... Se lo veía bastante preocupado, pero no me ha dicho el motivo. Tu tío está con él.
Al oír esas palabras mi cerebro automáticamente detectó peligro.
—¿Y mi hermano?
—Yangyang ha ido a buscarlo.— Contestó mientras me dirigía por varios pasillos hasta donde, suponía yo, se encontraba mi tío y Chenle.
Sentí desfallecer en cuanto supe que nos dirigíamos a la habitación de mi padre. No quería imaginarme lo peor pero por la expresión asustada de los allí presentes, fue inevitable.
—¿Tío Woo? ¿Qué ha pasado?
—Sungie... Tu padre lleva desde ayer sin salir de su habitación y antes al menos contestaba a los sirvientes para que no lo molestaran pero... Ya no se le oye y creo que ha colocado algo tras la puerta para que no podamos abrirla.
Oír la voz de mi hermano me tranquilizó un poco pero no lo suficiente como para que me girara a verlo.
Hacía tiempo que le ocultaba a mi hermano un hecho importante, que mi padre era fumador de opio. Lo había descubierto por error, pero él me suplicó que no dijera nada ya que mi hermano no merecía cargar con más preocupaciones. Ese era el motivo por el cual solía quedarse todo el día en su habitación o cuando estaba con nosotros parecía desconectar completamente de las conversaciones. Me había guardado el secreto y la culpa me estaba carcomiendo desde dentro, si mi padre moría sería culpa mía por no haberlo detenido o por no habérselo contado a Donghyuck.
—Padre, abre la puerta, por favor.— Dijo mi hermano mientras llamaba a esta.
Segundos, minutos, una eternidad después la puerta fue abierta no sin antes haber oído el sonido de un sillón siendo arrastrado, el que seguramente había utilizado para bloquear la puerta.
Por la rendija que dejó abierta tan solo se podía ver la mitad de su rostro y al ver que había más espectadores de lo esperado incluso hizo el amago de volver a cerrar.
—No voy a salir y el único que puede entrar es Jisung.— Dijo con voz rasposa y mirada somnolienta.
Miré a mi hermano antes de que este asintiera. A pesar de su mirada serena, la que siempre mostraba a la gente para hacer ver que lo tenía todo bajo control, pude contemplar un resquicio de dolor fruto de un separatismo que siempre había existido puesto que yo era el favorito de mi padre (más que nada porque decía que me parecía a mi madre) y Hyuck de mi madre.
Con paso tembloroso entré a la habitación e inmediatamente mi padre cerró la puerta tras de mí.
—No puedo, no puedo seguir ocultando la verdad, no quiero seguir contribuyendo a tu muerte, padre. Tienes que dejarlo, al menos déjanos ayudarte, siquiera díselo a Donghyuck, merece saberlo.
—Donghyuck está bien así, no quiero que algo como esto le arruine la fiesta. Estoy seguro de que se alegrará de que me muera, total, ya me ha quitado a tu madre, me quitará el trono, mi reino, todo lo que tengo.
—Estás empezando a desvariar, padre. Sabes perfectamente que madre murió súbitamente, nadie tiene la culpa de eso. Además Hyuck te ama como nadie, pero te has alejado de nosotros, ya casi no nos hablas y él solo procura lo mejor para el pueblo y por si no lo recuerdas fuiste tú quien quiso organizar la alianza entre los reinos.
—¡Cállate!— gritó tirando por el suelo todo lo que había sobre su escritorio, haciéndome sobresaltar.
—¿Jisung? ¿Va todo bien?— Oí preguntar a Hyuck a través de la puerta con tono preocupado.
—S-sí, no te preocupes.— La mirada iracunda de mi padre me acobardó haciéndome retroceder.
Estaba claramente bajo los efectos de la droga, solo deseaba que el sueño le cayera encima de una vez por todas porque su actitud agresiva estaba empezando a atemorizarme y no tenía con qué protegerme.
El sonido de la puerta siendo golpeada repetidas veces tras de mí fue el desencadenante de su rabia, la cual no sabía de dónde había sacado ya que mi padre siempre había sido un hombre de palabras, totalmente tranquilo.
Rápidamente me giré hacia la única salida de la habitación que había pero antes de poder llegar siquiera a esta sentí un fuerte golpe en la parte posterior de mi cabeza.
No sé exactamente cuándo perdí la consciencia, si en ese preciso instante o cuando caí al suelo y me golpeé contra este.
Todo me daba vueltas, sentía punzadas en toda la cabeza y cuando por fin pude abrir los ojos no se veía absolutamente nada. Me incliné hacia un lado de la cama y vomité hasta no poder más. Cuando me recompuse volví a abrir los ojos y me di cuenta de que al otro lado de la cama se hallaba una persona a mi lado sosteniendo una pequeña lámpara de aceite para alumbrarnos. Me puse pálido al darme cuenta de que era Chenle. La garganta me ardía así que no solté ninguna palabra, él me miró con preocupación, dejó la lámpara en la mesita de noche y me abrazó dejándome paralizado por completo.
Era la primera que me abrazaba desde que lo había conocido, la primera vez que me había dirigido la mirada más de cinco segundos, la primera vez que me sentía seguro en los brazos de alguien que no fuera mi hermano.
Minutos más tarde logré reaccionar y le devolví el abrazo para seguidamente empezar a llorar. Lloraba por amarlo, porque no podía hacer nada para evitarlo. Lloraba por mi hermano, por la decepción que seguramente sentía por mi padre y por mí. Lloraba por la familia rota que tenía, por las responsabilidades que me caerían encima. Lloraba porque no sabía qué estaba haciendo con mi vida.
Cuando logré calmarme Chenle carraspeó.
—Haechan me había dicho que en cuanto despertaras te llevarámos a tu cama para que descansaras...
—¿Cuánto tiempo he estado aquí?
—Un día y medio, los príncipes Jeno y Mark llegaron hace unas horas... Pero eso no importa ahora, mandaré que limpien eso— Dijo señalando el vómito— y tú te irás a descansar hasta que te encuentres bien.
Se levantó de la silla en la cual estaba sentado y se dirigió a la puerta para empezar a dar órdenes. Observé cómo se alejaba y algo se comprimió en mi pecho. Su olor tan característico a cítricos se había quedado impregnado en mi ropa. Todavía sentía la calidez de sus brazos al rodear mi cuerpo. ¿Por qué lo habría hecho? ¿Por qué tenía que complicar las cosas justo ahora?
Bueeeeeno. Mark y Jeno ya han llegado, aunque no hayan hecho acto de presencia.
Recordad que estoy contando vuestros votos para las futuras parejas de Hyuck y Jisung.
Podéis dejar vuestro voto aquí:
¿Qué opináis del padre de los chicos? ¿Os esperábais una cosa así?
Nos vemos pronto 😝
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