Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

Jisung

Había pasado casi todo el día solo, Mark y Jeno al ser de reinos tan cercanos habían estado hablando entre ellos sin dar lugar a que otros participaran en la conversación, Jaemin había ido a visitar a Renjun y después se encerró en la biblioteca y YangYang tenía cosas importantes que hablar con Xiaojun según palabras suyas. Suponía que mi hermano estaría con Hendery así que tampoco quise molestarlo, por esa razón fui a los establos para poder pasar tiempo con mi querido Moonfire. Lo lavé, cepillé y hablé con él pues a veces sentía que era el único que de verdad me comprendía.

La visita de Chenle me pilló desprevenido, casi como si el viento lo hubiera traído, silencioso y traicionero. No le hice caso, no valía la pena.

—Jisung... Tenemos que hablar sobre lo que sucedió el otro día.— Dijo él con nerviosismo mientras se acercaba a mí.

Me mantuve en silencio mientras acariciaba a mi caballo, no quería mirarlo a él, no quería volver a desmoronarme.

—Comprendo que no quieras hablar conmigo y que seguramente me odies pero...

—Te he amado toda mi vida, Zhong Chenle, cada día desde que tengo memoria. Te buscaba para que jugaras conmigo cuando a penas era un niño, buscaba tu mirada en los grandes banquetes y bailes, quería tener al menos un segundo de tu atención pero tú nunca me lo otorgaste... Y ahora que por fin te estaba olvidando, sabiendo que nuestro amor era improbable, es cuando decides acercarte a mí... Lo encuentro muy injusto.— Susurré aparentando mis puños, sin poder mirarlo aún.

Él se acercó un poco más a mí y alzó su mano con intención de tocar mi hombro, pero al instante se arrepintió, bajándola lentamente.

—¿Crees que no lo sabía? ¿Acaso piensas que yo no sentía lo mismo por ti? Yo también te he amado, te amo, Jisung y pensaba que algún día sería lo suficientemente valiente como para contártelo pero he llegado demasiado tarde.

—¿Y pretendes que me lo crea? Jamás me has dirigido una sola mirada ni una palabra que no sea por petición de mi hermano. ¿Ese es el interés que tenías en mí?— Contesté amargamente saliendo del establo sin un rumbo fijo.

—¡No podía hacer nada! Tan solo soy un plebeyo, un sirviente. Si alguien se hubiera enterado de que te amaba me habrían despedido, pensarían que ya no podría hacer adecuadamente mi trabajo y fuera de aquí yo no tengo nada.

—No me mientas Chenle, mi hermano es tu mejor amigo, él te habría escuchado, él sabía lo que yo sentía por ti, nos habría ayudado.

—¿Y después qué? Cuando te tuvieras que casar, ¿Qué diría el pueblo si te unieras con alguien que no es de la realeza? ¿O acaso yo sería tu amante?

—Eso ya da igual, porque lo que sí tengo en claro es que ya no quiero nada contigo. ¡Y tú no tenías derecho alguno para besarme sin mi permiso! ¿Qué se te pasó por la cabeza?— Dije exaltado, girándome hacia él para poder encararlo.

—¡Estaba celoso! Estabas tan cómodo en los brazos de tu querido príncipe. No pude evitarlo, quería hacerte saber lo que en realidad sentía por ti y no controlé mis acciones. Pero al menos sé que nuestros sentimientos eran recíprocos.— Respondió él con semblante calmo.

—Lo eran antes de que me empezara a enamorar de otra persona, cuando me besaste yo no pensaba en ti, ya no pienso en ti de esa manera. Ahora hay otro que se está ganando mi corazón a base de esfuerzo, ya no pienso ofrecerle mi amor a alguien que no supo aprovecharlo.

—Jisung...— Murmuró él.

Su voz se oía rota de dolor. ¿Estaba siendo cruel? En realidad no sabía si él merecía que lo tratara así, pero estaba claro que yo no había merecido nunca su trato tan tosco.

—Y con respecto al beso... Te perdono, por mucho que no te hayas disculpado, pero tengo que decirle lo que pasó a mi hermano, siendo su mejor amigo seguro que te perdona y lo deja pasar.

—Haechan no lo haría. Si se llega a enterar... No quiero ni pensar en lo que me espera.— Se estremeció al decir aquello, pero no le hice mucho caso.

—Debes irte, tendrás cosas que hacer, supongo.— Contesté antes de retirarme hacia el palacio.

Buscaría algo con que distraerme, aunque fuera limpiar mi ya impoluta habitación.

—¿YangYang?

Verlo sentado junto a la puerta de mi recámara no era algo que me esperara. Levantó la cabeza, la cual tenía apoyada en sus rodillas y me sonrió provocando el aleteo de miles de mariposas en mi interior. Solo él tenía la capacidad de hacer que me olvidara de todo lo que me envolvía.

—Hola, principito. Te estaba esperando.— Comentó con tono alegre.

Me senté a su lado, sabiendo que si le ofrecía entrar a mi cuarto él se negaría.

—Espero que no haya sido mucho rato entonces.— Respondí sonriendo con cierta timidez.

Cuanto más lo miraba, más pensaba en lo atractivo que era. Recorrí su rostro con lentitud, desde sus ojos avellanados, pasando por su bonita nariz hasta sus sedosos labios que enmarcaban su pegadiza sonrisa.

—Debo confesarte algo...— Susurré acercándome una pulgada a él.

—Soy todo oídos, precioso.— Contestó bajando la voz también.

—Bien... Hace unos días... Digamos que, bueno, cuando me encontraste llorando en el pasillo fue porque alguien me besó sin mi consentimiento y... Espera, espera, no te alteres todavía. Ayer intentaron besarme otra vez y tuve que rechazarlo porque...— Me sonrojé violentamente, sin ser capaz de acabar mi frase.

Nuestras miradas habían conectado, la distancia decrecía con rapidez y no pude evitar sonreír al escuchar su susurro.

—Porque los únicos labios en los que puedo pensar son los tuyos.

Sus labios rozaron los míos primero, no yendo más allá de un contacto de reconocimiento. La segunda vez pude sentir que iba a explotar de la emoción cuando aquel roce se convirtió en un lío de labios y caricias. No estaba acostumbrado a este tipo de contacto, pero si así de bien se sentía no quería que se detuviera nunca. El tercer beso fue más profundo pero igual de lento que los anteriores. Colocó su mano en mi cintura e instintivamente me acerqué más a él, necesitaba sentir su frío tacto contra mi piel ardiendo. Cuando el beso acabó logré salir del trance en el que me había visto involucrado y me sonrojé al notar los rojos e hinchados que estaban los labios del príncipe naorense.

—¿Ahora te pones tímido, bonito? No debería estar permitido que se me niegue el poder ver tus mejillas pintadas del color de las rosas.— Dijo él mientras me abrazaba puesto que ahí, en sus brazos, era donde me había escondido, donde de verdad me sentía a salvo.

—Para o me voy a enfadar.— Murmuré contra la piel expuesta de su cuello.

Su risa después de haber escuchado mis palabras habían sonado como miel y ambrosía pura, sus caricias en mi espalda me relajaron y antes de que yo mismo me diera cuenta había acabado sentado encima de él.

—YangYang... Si alguien nos ve así podría malinterpretar las cosas.— Murmuré intentando separarme de él apresuradamente.

—¿Por qué estaría mal que abrace a mi futuro esposo? ¿De qué manera se puede malinterpretar?— Preguntó con una sonrisa llena de picardía, haciendo que mis mejillas se volvieran aún más rojas.

Hice un pequeño puchero y decidí callarme, sabía que solo buscaba que soltara alguna palabra indebida, cosa que no estaba dispuesto a hacer.

—Está bien, lo siento.— Dijo él colocándome en mi sitio, a su lado.

Sonreí contento y lo volví a besar antes de ponerme de pie y encerrarme en mi habitación. Reí al escuchar su indignación a través de la puerta.

—No puedes dejarme así, Jisung. Ya me has dado a probar la fruta prohibida, no me culpes si me vuelvo adicto a tus labios.— Dijo antes de marcharse.

Me tiré sobre mi cama, consciente de que poco tardarían en llamarme para ir a cenar y que tendría que volver a verlo allí, no solo a él, sino también a Chenle. Aún así me permití gritar contra la almohada preso de la emoción que llenaba mi alma en ese momento. ¿Era así como realmente se sentía el amor? Llevaba poco tiempo conociéndolos pero estaba seguro de que YangYang era quien más me había capturado por el momento. Era inteligente, gracioso, hábil, rápido, audaz y muy atractivo. ¿De verdad lo había besado? Me costaba creerlo. ¿Me había besado él a mí o yo a él? ¿Acaso importaba eso? ¿Quería casarme con él? No, eso seguía firme. En la ceremonia de elección, eligiera a quien fuese tendría que estar dispuesto a esperar hasta que yo estuviera listo, porque por muy enamorado que estuviera necesito disfrutar un poco más de mi limitada libertad. ¿Y si para el día en que tuviera que escoger mi corazón había cambiado de parecer? Tampoco estaba seguro. Pero pasara lo que pasara sabía que mi hermano estaría allí para aconsejarme y ayudarme... Y ahora que lo pensaba tenía que ir a hablar con él para contarle lo de Chenle o, al menos, para salvar la distancia que involuntariamente había creado entre ambos. Necesitaba a mi hermano, necesitaba a Donghyuck.

Hooola, hasta aquí el capítulo. Espero que os haya gustado. Tengo: sueño. En fin, me voy a dormir.

Jisung con:
Chenle
YangYang
Mark
Jaemin

Hyuck con:
Jeno
Xiaojun
Hendery
Renjun

Hasta pronto 💞

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro