VII
63 horas desaparecidos:
Las cosas se ponen cada vez más intensas en las familias de Alice y Samuel, tanto Pilar como Ventura, Claudia y su hermano Guzman han dado entrevistas sobre las desapariciones de sus hijos, Guzman llevaba la misma expresión tras la muerte de Marina mientras era entrevistado.
En la televisión se dieron a conocer los carteles de las desapariciones de Alice y Guzman mientras ambas familias piden ayuda.
— Dar entrevista sin consultarme puede poner en peligro la investigación, es la misma situación que le he contado a los padres de Alice —explicó moleta la inspectora mientras Pilar encendía un cigarrillo.
—¿Ah si? —preguntó Pilar dando una calada a su cigarrillo ansiosamente—. Muy bien... pero voy a salir donde haga falta para pedir ayuda. Porque han desaparecido mis dos hijos, los dos y ahora Alice, también lo haré por ella ¿Y qué saben ustedes, eh? ¿Que saben? Absolutamente nada
Pilar se levantó de la cama de Samuel repentinamente y salió a paso veloz mientras la inspectora la observaba con sospecha.
X
Hay momentos en las que te sientes como una persona lleno de felicidad sin lleno de depresión y rencor contra todo el mundo, sin resentimiento y de un momento a otro todo se va a la mierda por una persona que te lo arrebata todo. Cómo mi hermano con Nano.
Verlo afuera del aula, mi cabeza hizo dar muchas vueltas mientras mi hermano está sacando toda su furia con Nano con tal de obtener venganza por la muerte de nuestra hermana, estaba libre.
—¿Que haces aquí? —preguntó Samuel molesto deteniendo a Nano.
—No voy a hacer nada —respondió Nano y Guzman salió del aula mientras era sostenido por Valerio, Polo y Ander
—¡Te voy a arrancar la cabeza! —entonó con coraje tratando de acercarse a Nano para pelear.
—¡Guzman! —Lu lo llamo al igual que yo.
—Guzman, tu hermana era la persona más importante de mi vida —comentó Nano mientras Samuel y Rebe lo detenían y yo, sostenía a mi hermano por igual—. ¡Si, íbamos a tener un crío juntos! ¡Jamás le hubiese hecho daño! ¡Jamás!
—¡Cállate! —respondió Guzman agresivamente.
—Se qué es fácil echarme la culpa, pero preocúpate de tu hermana Alice y de tus amigos, y preocúpate de esta gente. Se están riendo de ustedes en sus putas caras —dijo Nano apuntando con su dedo hacia a Guzman y a mi por igual.
—¡Cállate! —Samuel se encargó de llevarse a su hermano a otro lugar alejándolo de mi hermano—. ¡Nano! ¡Como te vuelvas a acercar a ellos, o te atreves a acercarte a mi hermana, te mato! ¿Me oyes? —gritó mi hermano a lo lejos y se llevaron al aula para tranquilizarlo.
—Guzman cálmate, ya se fue —dije serena tomándolo de los hombros entre lagrimas.
—¿Estáis bien Alice? —preguntó al levantarse de su asiento rápidamente para tomarme de las mejillas con furia y preocupado.
—Si —repetí la frase tres veces—. Estoy bien, no me hará nada. Estoy contigo.
—Te prometo que ese hijo de puta no se te acercara a ti —dijo con poca tranquilidad al abrazarme—. Te protegeré de quien sea, con tal que te encuentres a salvo.
—Gracias hermano —correspondí su afecto con mucha fuerza y entro Azucena.
—¿Donde está Samuel? —preguntó Azucena.
—Con su hermano —comentó Nadia mientras todos se encontraban inquietos, excepto Nadia y Rebe—. Ese delincuente ha entrado al colegio como si fuera su propia casa.
—Lo se, y siento que haya ocurrido así —comentó Azucena.
—Pues ocurrió —dijo Lu con seriedad y Samuel entró al aula mientras todos lo miraban con rencor y Azucena le pidió que entrara al aula, todos no le quitaban el ojo de encima—. Espero que hayas dejado bien atado al perro.
—¡Lucrecia! Ésa persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Inocente hasta que Samuel y yo encontremos la evidencia suficiente para demostrar la inocencia de Nano. Mis pulsos no me dejaban en paz y no era por los nervios.
—O hasta que mate a alguien más —dijo Guzmán mientras acariciaba mi cabeza.
—¿No tendría que tener una orden de alejamiento la policía? —preguntó Cayetana con tono burlón, esa tía ya me estaba haciendo perder los estribos el día de hoy.
—¡Madre mía! Que lo único que ha hecho es venir a decir tres verdades como templos, qué hace falta escuchar de vez en cuando, tampoco ha rajado a nadie —comentó Rebe con seriedad.
—Los me agarras como tú y él hacen piña entre ellos —comentó Lu con desdén.
—Una Buena piña es lo que te hace falta.
—Por portarte como una verdulera no vas a tener la razón, Rebeca —comentó Cayetana, ya me estaba haciendo perder la paciencia como Lu.
—¿Perdona, rubia? Dilo otra vez, que no lo he oído —por poco estaba a punto de ponerla en su lugar pero, Azucena las silencio, ordenando que tomáramos asiento.
—Lu ¿Puedo tomar tu lugar? Necesito estar ahora con mi hermano.
—Por supuesto cuñada —tome mis cosas y ambas cambiamos de lugar, aunque estaba disgustada por estar junto con Nadia.
Observé por un momento a Samuel, diciendo en silencio que debemos hablar al respecto.
X
Nadie pudo tener tranquilidad después de lo sucedido entre Nano y mi hermano en los pasillos, tampoco nadie quería dirigirle la palabra a Samuel por miedo a vuestro hermano y estaba preocupado por el y por Nano, hasta también de mi hermano.
No podíamos hablar a plena vista de todos y de mi hermano, me fui al baño para tener un poco de tranquilidad y parece que no era la única, estaba Rebe mientras fumaba.
—Chica ¿Estáis bien? —preguntó Rebe con cierta preocupación y yo solo suspire acercándome al lavabo para echarme agua en el rostro—. ¿Quieres hablar de lo qué pasó?
—¿Que te dijo? —respondí viéndome al espejo—. Joder, que todo pasó muy rápido. Ayer visite a Nano en la cárcel y ahora estaba en el instituto por los pasillos, por poco mi hermano se enfrenta a el.
—¿No crees que vino para verte a ti?
—No lo se —comente confundida—. Pienso que vino hasta aquí solo para decir la verdad. Y ahora no puedo hablar con Samu a plena vista de mi hermano o de todos.
—Tu hermano odia a Samu solo porque supuestamente vuestro hermano mato a tu gemela ¿no? —comentó confundía y negue observándola con cierto cansancio.
—Hay más motivos por el cual, Guzman odia a Samuel desde el primer día que llegó a Las Encinas.
—¿Quieres contarlo pelirroja? —preguntó y asentí mientras me senté en los lavabos apoyando mi espalda contra el espejo.
—Hace tiempo atrás, cuando ambas teníamos 14 años yo me mudé a Nueva York para tener un futuro mejor y muchas oportunidades y Marina siguió estudiando en Las Encinas y había conocido a un tío llamado Pablo que le ganaba tres años y también era un becado como Samuel, Nadia y Christian, los dos estaban más enamorados que nunca y se convirtieron en pareja, como sabrás, a Marina nunca le ha importado su clase social y el dinero, hasta que un día ambos tuvieron relaciones y Pablo la contagio de VIH. Mi hermano lo había culpado por abusar de ella y nuestros padres le pagaron a Pablo con tal de evitar que lo denunciara por la paliza que había recibido por parte de Guzman. Después Pablo desapareció de la vida de nuestra hermana y fue cuando Guzman comenzó a tener un odio hacia a los becados, por eso en varias ocasiones quería alejarla de Samuel, tal y como me lo contó Marina y quiere hacer lo mismo conmigo con tal que no tenga el mismo destino que la de nuestra hermana.
Rebeka se quedó estupefacta por la historia de Marina, había sido un amor prohibido pero para mi familia terminó en un total desastre, recuerdo que por mucho tiempo ocultaron la verdad sobre su enfermedad y mama me obligo a negar que tenía una hermana gemela y contagiada de VIH.
—¿Crees que tu hermano también será capaz de alejarte de Samu?
—No estoy asegura, ahora no puedo hablarle y mucho menos verle la cara con lo que sucedió. Iré a su casa esta tarde para hablar con Samuel y Nano...
—La madre que me parió —susurró en voz baja.
—¿Que pasa Rebe? —pregunte extrañada al ver que Rebe tomó su móvil.
—Mi madre acaba de organizar una fiesta de Halloween en mi casa —en ese momento mi móvil sonó y había recibido la invitación.
—Recibi la invitación de tu fiesta —comente.
—Seguro que Sandra le envió a todo el mundo —comentó molesta.
—Hay una manera de saberlo. Vamos a nuestro aula —comente y salímos del baño.
Estaba en lo cierto, al pasar por los pasillos del instituto, muchos compañeros observaron a Rebe con cierta sorpresa y otros se burlaban entre grupos, la invitación de la fiesta de Rebe en su casa había llegado a todos los del instituto, incluso a nuestro salón.
—¿No crees que es raro que tu mamá haga una fiesta después de lo que sucedió? —pregunte mientras llegamos a nuestra aula, sentándonos adelante de Valerio.
—Solamente para que ella conozco mis amistades pero, al menos dime que si irás a la fiesta —comentó con suplica.
—Por supuesto que si Rebe, no iré por mi hermano —le respondí—. Iré porque quiero pasármela bien contigo.
—No es cosa mía —le comentó a Valerio al ver que le llegó la invitación—. Lo que menos quiero es que sepan que existo. Mi madre se empeña en que haga amiguis y tu vaya carita que tienes.
—Esa carita —por favor, que esa arpia no me hagas perder los estribos—. Es la carita de todos los días. ¿Verdad, hermanito? Eso pasa por las mierdas que te metes —comentó Lu con sarcasmo—. Te meten en una montaña rusa y de pronto, puf, caída libre y acabas en la mierda.
—Ni caso. Esta noche te vienes conmigo y con Alice y te vuelves a subir en la montaña rusa —comentó con tono burlón y Valerio y yo, nos reímos.
—Es muy raro que tu madre no soy invitado y enviado un texto escribiendo la palabra "Halloween" Y ni siquiera saber cómo se escribe.
—Pues toda la razón. Precisamente por eso las Barbis no pintáis allí nada —dijo Rebe con sarcasmo.
—Que lástima. Ya hemos confirmado —Rebe frunce el entrecejo y yo torcí los ojos con cierta molestia.
—Oigan, no frunzas el ceño y ni levantes la ceja. También contigo cuñadita que no tuerces los ojos —enserio, que algún día me enfrentare—. Se va a arrugar y necesitarán botox.
—No hace falta que vayas de bruja. La fiesta todavía no empezado.
—Y tú no hace falta que vayas siempre de chunga y de ordinaria —comentó Cayetana siguiendo la corriente de nuevo a Lu, mi límite ya está llegando lejos—. Así ustedes no vas a tener amigos. Aunque te monten una fiesta todos los días Rebe.
Rebe estaba a punto de enfrentarse a Lu y a Cayetana pero, Nadia la detuvo con su mirada sería fijada en ella. Las tías comenzaron a burlarse de Rebe mientras Cayetana se cubría el rostro con un libro.
—Vuelvo en un momento Rebe —susurre en voz baja y me miro con extrañes—. Oye, Cayetana.
—¿Que sucede Al...? —no deje de completar su pregunta luego de que la tome por el cuello con mi mano izquierda y la otra tomando su cabello.
—Te advertí que no me conocéis bien y que no te iba a gustar para nada —comente con voz amenazadora, haciendo el agarre más fuerte y Lu comenzó a temblar de miedo—. Si vuelves hacer que pierda la paciencia y vuelves a molestar a Rebe, o quien sea. Aprenderás por las malas que tengo un lado mucho peor que esta y te arrancare de ese cabello rubio, pelo por pelo y también va para mi querida cuñada ¿entendieron?
—Si —respondió Cayetana con voz baja mientras asentía con temblor, sonrei satisfecha y le di un beso en su mejilla.
—Buen chica —la solté—. Ambas están advertidas.
Regrese con Rebe y su rostro se quedó totalmente pálida por lo que acababa de pasar, al igual que Nadia y Lu pero ella me observo con miedo.
—¿Que carajos acaba de pasar? —preguntó con mucho entusiasmo y con estupefacta con una enorme sonrisa.
—Lo que acabas de ver, alguien tenia que ponerlas en su lugar y que vieran mi otro lado —sonreí felizmente—. Tampoco iba a permitir que te siguieran molestando, si se meten con vos o con Nadia, se las verá conmigo.
Y durante el resto de la clase en el instituto, estuvo tranquilo de lo normal aunque algunas veces Cayetana y Lu me observaban con cierto miedo por la amenaza que les di.
Era otra faceta que nadie conocía y ahora todos saben cómo soy realmente, hasta mi hermano
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En casa siempre pasaba lo mismo, mamá en depresión con el alcohol o hasta en el jardín de nuestra casa cultivando las flores, mi padre en el trabajo y mi hermano tratando de disfrutar o hasta drogarse con Valerio con tal de sacar la depresión.
Mis padres estaban al tanto de que Nano salió libre de la prision y que había ido a Las Encinas, había escuchado a mis padres hace unos momentos la decisión de seguir en España o regresar a Nueva York.
Gracias a mi hermano volvió a convencer a nuestro padre de que me quedara en España y en Las Encinas y que este prometió que no me pasara nada.
Ahora estaba en mi habitación pensando en lo que sucedió en el instituto, por una parte estoy preocupada por Nano y otra, por mi hermano pensando en qué mierda cometerá ahora.
Le envié un mensaje de texto a Samuel para saber si vuestro hermano estaba en su casa, por suerte estaba ahí en su casa, y mi pregunta es ¿Donde consiguió la pasta suficiente Samu para liberar a su hermano? Y tal vez tenía la respuesta y Samuel también.
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—Guzman, lamento lo de vuestra hermana —hablo la inspectora con tristeza como Guzman lloraba en silencio—. Pero haremos lo que esté en nuestras manos para encontrarla a salvo.
—Primero Marina y ahora mi hermana Alice... papá tenía razón de regresarla a Nueva York desde el funeral de Marina —explicó Guzman mientras se limpiaba las lágrimas.
—Entiendo perfectamente la situación Guzman, pero necesito preguntarte algo ¿Sabeis si tu hermana también estaba involucrada en... alguna forma de obtener dinero ilegal para la fianza de Nano?
—Alice solo iba a mi casa para entrenar —explicó Rebeka con preocupación—. Ella jamás se metía en líos peligrosos, pero hay dos personas que siempre le ha tenido miedo a Alice por el parecido a Vuestra hermana.
—¿Quienes?
—El Polo y la marquesita.
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Llegue hasta la casa de Samuel, le pedí al chofer que no le contara nada a mis padres y a mi hermano sobre la visita con la excusa de que fui a casa de Rebe para ayudarla con la decoración de la fiesta de mañana.
Llegue hasta su puerta y toque varias veces, me recibió Samuel.
—Pasa Alice —se hizo un lado y entre a su casa saludando con un beso en la mejilla.
—¿Como estas? —pregunte con vergüenza.
—¿Como podía describir este día? —comentó Samuel lanzando un bufido molesto—. Pensando en cuando se acabaría esta mierda.
—Samu, hermano ¿Quien es? —preguntó a lo lejos su hermano, el escuchar su voz me hizo erizar la piel y al salir de su habitación me observo con sorpresa mientras me iba acercando con lentitud.
—Hola Nano —lo salude sin dejar de mirarlo a los ojos—. Necesitaba verte como estabas.
—Yo los dejó para que conversen —dijo Samuel y se retiró a su habitación dejándonos solos en la sala.
—Creo que desde un inicio te conté que —dijo apenado—. Te invitaría a un vino pero joder que mi hermano no me deja salir a la puta esquina ¿Te apetece una cerveza?
—Claro y es lo que justo necesito —acepte amablemente y se fue a la cocina por dos botellas y me entrego una, y permitió que tomara asiento.
—Lamentó lo qué pasó en ese instituto de pijos —dijo arrepentido bajando la mirada.
—No debes disculparte, por fin estás libre y se que querías dejarle en claro a Guzman que no tuviste nada que ver con la muerte de Marina y perdió el control —comente mientras daba un sorbo a la botella—. Pero necesitaba verte como estabas.
—Mi madre está muy rara conmigo y cómo sabes, Samu no me permite salir y sabes que quiero tener paz.
—Yo también necesito estar en paz —apoye una mano en la mano de Nano—. No tendré paz hasta buscar al verdadero asesino de mi hermana y que pague por todo, tampoco permitiré que le arrebaten la vida a otra persona más.
—¿Tu hermano no sabe...?
—No —lo interrumpí y negando—. No sospecha nada y no sabe nada de la visita de hoy.
—No me gustaría causarte un problema con tu hermano y con tus padres.
—Nano, no me estás causando un problema y estoy aquí porque me alegra que estás libre ahora, aquí estarás a salvo y confío plenamente en ti —apreté su mano más fuerte y no dejaba de mirarme, como yo no dejaba de mirarlo ese brillo en sus ojos.
—No dejas de mirarme ¿Por que?
—Porque tu tampoco no dejas de mirarme, ademas —tome su mano y la coloque en mi pecho—. Mi pulso están acelerados por ti.
—¿Soy el causante de tu pulso? —preguntó con asombro.
—No que más decir y en verdad, me preocupas demasiado y también tengo miedo que mi hermano cometa una estupidez —dije con la voz quebrada y la mano que estaba en mi pecho, la posó en mi mejilla haciendo que lo mirara a los ojos— también miedo de que...
Nano no dejó que completara la frase, ahora estaba besando a la pareja que fue de mi hermana, me tomó por sorpresa y correspondí a sus labios muy cálidos y se fue convirtiendo en un beso apasionado, mis manos estaban enrollando su cuello y su manos se posaron en mi cintura haciendo el agarre más fuerte. Todo lo que estaba sintiendo miedo se fue desapareciendo.
No se si fue lo correcto en corresponder su beso, nos fuimos separando poco a poco luego de que estábamos perdiendo oxígeno y lo miraba a los ojos y una de sus manos se posó en mi cabello rizado.
—Alice —susurró con voz baja—. Este fue el beso más maravilloso de toda mi vida.
Y creo que Rebe tenía razón después de todo.
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