IX
Salimos de su habitación para bajar hacia a su sótano que es su gimnasio, donde es la fiesta, la música sonaba a todo volumen mientras pasábamos por los invitados que bailaban, tomaban y se divertían.
Rebeka aún estaba disgustada por su disfraz de princesa debido a las órdenes de Sandre
—Mira baby, ahí está la Cayetanita Kennedy —comente mientras la mire con cierto odio—. Démosle una bienvenida amargada.
—Prepara tu cuchillito —entonó Rebe con mucha diversión caminando hacia donde se encontraba Cayetanita, Polo y... la estupida de mi cuñada—. A ver, chávales, El alcohol, los hielos y la comida, por aquí. Los abrigos, los condones y el vicio, por allí.
—Que mona —comentó la barbie falsa con una sonrisa hipócrita.
—Anda que tu.
—Amo tu guarida ¿sabes? Es muy heavy, porque no logro distinguir entre la decoración de Halloween y la del resto del año —comentó Lu con risa.
—Por si no lo sabías cuñadita —respondí sarcásticamente mientras crucé mi brazo con el brazo de Rebe—. Rebe tiene excelentes gustos de elegir una decoración para una fiesta de Halloween, y el trabajo de las chachas —mire a Cayetana con una sonrisa falsa—. Es solamente hacer lo que nosotros pidamos, como fregar los pisos.
—Si, la verdad es que está de puta madre, tía —prosigue Rebe siguiéndome la corriente—. El problema es que no ha quedado como los chorros del oro. Las chachas no afrotado como debían —Rebe miró por igual a Cayetana con la misma sonrisa falsa mientras nos miraba con preocupación como si ya sabemos de su secreto.
—¿Me acompañas por un trago, Cari? Me urge —comentó Lu con aburrimiento debido que no se encontraba mi hermano por ningún lado, Cayetanita la sigue hasta perderla de vista.
—Bien hecho, princess —comente con victoria mientras una pareja se iba acercando hacia a nosotros y un chico moreno vestido con un traje apretado con medias negras y una peluca negra abrazó a Rebe por sorpresa. Supuse quien era porque venía con Ander: era Omar y el hermano de Nadia
—Pero ¿qué pasa? —preguntó Rebe alabando de alegria.
—¡Que fieston! —comentó Omar mientras se separaban y me miró con cierta sorpresa—. ¡Joder! Vos eres Alice.
—¡Al fin se me hizo el milagro de conocerte! —comente con satisfacción dándole una sonrisa mientras le di un beso en las mejillas—. Nadia me ha hablado mucho de ti, amo tu disfraz Drag queen de Rocky Horror Show.
—¡Amo está chica! —comentó Omar mientras abrazaba a Rebe, a mí por los hombros—. Ella si sabe. Amo tu disfraz chica, pero falta tu Tiffany.
—Mi boy no pudo esta noche, así que pude tuve que tomar su lugar —comente con mucha diversión y observé a Ander, parecía que no estaba de buen humor pero su disfraz me parecía genial a pesar de que estaba disgustado—. ¿Que me dices Ander? Esta mola tu disfraz.
—Tío, pero ¿Como te dejas? —dijo Polo divertidamente observando a Ander que solamente venía disfrazado con unos pantalones cortes dorados.
—¡Está guapísimo! —dijo con lujuria Omar mientras Ander se mostraba apenado.
—¿Seguro que eres gay gay? Venga, una foto —comentó Rebe mientras nos reunimos los cuatro para tomar una fotografía, mi canción favorita resonó más fuerte bailando, tomando una copa—. Joder, acaba de llegar el Samu, iré a buscarle.
—Dime Alice —dice Omar tomando asiento mientras Ander tomaba una copa—. ¿Así que eres hermana de Marina y Guzman?
—Si, lo soy —comente mientras daba un sorbo de mi copa mirando a Omar—. Y tu el hermano de Nadia y el mejor amigo de mi mejor amigo.
—Nunca te había visto por aquí.
—Habia llegado hace poco tiempo antes de que comenzaran las clases en Las Encinas, vivía en Nueva York.
—Nadia me tomó por sorpresa cuando me comentó que Marina tenía una gemela idéntica a ella, eres igual a ella pero diferente. Lamento mucho lo que le pasó —me comento con una mirada apenada borrando su sonrisa.
—Descuida, la última vez que la mire con vida fue hace un año y jamás le conté esto a nadie —baje la mirada sosteniendo la copa con ambas manos—. Hablé con Marina días antes de su muerte y si sabía realmente que estaba esperando un crío, yo estaba tan feliz por la noticia y la última vez que hablé con ella, me dijo que se iría con el padre de su hijo a otro país, no me perdono que no hice mucho por ella. Y ahora lo sabes.
—Girl, no estás sola —comentó Omar abrazando mi hombro—. Nos tenéis a mi y a Rebe para ayudarte y nos tenemos el uno al otro.
—Gracias Omar, eres una Drag Queen —mire a Omar con tranquilidad y en agradecimiento bese sus labios como agradecimiento.
—Y tu una Chucky Girl, salud —alzó una copa e hice lo mismo para brindar con mi copa.
—Salud —chocamos con nuestros haciendo un hilo de sonido del cristal y después tomando nuestras bebidas.
—Pues si flipas con lo femenina que voy, mira tu colega —comentó Rebe con cierta seriedad a Samuel quien miro el disfraz de Omar y ella se había alejado.
—Hostia —ambos se rieron mientras nos poníamos de pie—. ¿De que drag queen vas? ¿Una de las del programa de RuPaul?
—No, voy de Rocky Horror Show —negó con diversión.
—Un poco horror de más —respondió Ander con mucha seriedad mirando hacia a otro lado.
—Pues a mi me mola —entono Samuel.
—¿Que me dices de mi Samu? Te olvidas por completo de mi —pregunte con una sonrisa malicia y Samu se giró a mi, mirándome estupefacto.
—Joder ¿Alice? —asentí—. Carajo que no te reconocía hace un momento ¿Vais de Chucky?
—Así es. Tengo mi cuchillo a la mano listo para apuñalar culos —comente con diversión mostrando mi cuchillo falso con sangre falsa.
—Hostia —negó divirtiéndose.
—Ahora debo ir con Rebe porque tenemos un plan y va a estar de gilipollas —me despedí de Omar, Samu y Ander mientras me perdía a través de los invitados, Samuel y yo no podíamos hablar de Nano frente a ellos porque se llevarían una enorme sorpresa.
Podía decir que Nadia esta enterada de la relación que tengo con Nano, podía confiar en ella a pesar de que está enamorada de mi hermano Guzman, no se había aparecido toda la noche y eso era extraño, no tuve la oportunidad de preguntar a Omar
Buscaba aún a Rebe pero, no tenía éxito hasta que me la encontré en la barra de bebidas.
—¿Lista para el plan B? —pregunte ansiosa y emocionada tomando una copa.
—Claro baby, tu sígueme la corriente —la seguí hasta donde había dos asientos antiguos decorados con varias espadas en la parte de atrás junto con una calavera en medio—. Venga, fuera música. Esto es un puto coñazo. Muévete, David Bowie —dijo mientras el chico le entregaba su cetro.
—Gracias Merlina Addams —le agradecí a una chica que me entrego mi cetro por igual y la música iba disminuyendo logrando captar la atención de los invitados mientras nos sentamos en nuestros respectivos tronos.
—Para bailar bien, hay que beber cómo cosacos —comentó Rebe mientras Lu y Cayetana se iban acercando y mi espalda se recargaba en la espalda de Rebe—. Así que vamos a jugar a un "Yo nunca".
—¡Ay no! ¿En serio? —comentó Cayetana con aburrimiento, de lo que no te vas a esperar Barbie falsa— ¿Que tenemos, diez años?
—Cállate Jackie Kennedy, que esto estar de teta, ya lo verás —respondi guiñándole un ojo, no mentiré que aún sigo con mi amenaza hacia a la Barbie falsa y a Lu.
—Sabeis como va, ¿no? —preguntó Rebe a los invitados—. Uno dice algo que nunca hecho...
—Y el que si lo haya hecho pues bebe —concluyó el final y los invitados asintieron
—Vaya pero nos vamos a meter todos —comentó Lu con seriedad—. No creo que haya hecho algo que no hayamos hecho ya. O dime ustedes, babys
—Pues mejor, baby —responde Rebe con sarcasmos sosteniendo su centro—. Así nos conocemos antes.
—Y mejor para no haber malos coñazos.
—Venga, empiezo yo. Yo nunca he sido pobre —comentó Rebe observando a la Cayetanita con seguridad esperando que responda la oración de Rebe—. Y como yo he sido pobre, pues bebo.
—Voy a hacer otra. Que me da que no estamos siendo de todo sinceros —comente cómo la Cayetanita observaba a sus lados esperando a que comenzaran a sospechar de ella—. Yo nunca he fregado la casa de otra —Cayetana nos miro con cierta preocupación mientras los demás que están a nuestro alrededor lanzaban risas.
—¡Que aburrida son! —comento Lu con aburrimiento ignoradola por completo viendo cómo Cayetana comenzó a entrar en pánico e hicimos miradas de cómplices, nuestro plan está funcionando—. Yo tengo una mejor. Yo nunca me he lidiado con el novio de mi mejor amiga. Vaya zorra —se burla y mi hermano aparece con mucha seriedad hablando y viendo cómo se desaparecían entre los invitados.
—Ahora es el turno de Rebe, como vas baby —comente continuando con el juego.
—Va chica, yo nunca he mentido sobre mi vida y de mis viajes —Cayetana aun con preocupación y el resto de los invitados nadie bebió a mi juego—. ¿Todos son unos hijos de puta? Ni se esconde.
—Creo que tengo otra mejor Rebe —dije mientras movía la copa con mi mano y la otra mano con mi centro apoyado en el suelo—. Yo nunca he robado cosas que no son mías ¿Nadie mas? —pregunte mirando a mi alrededor cuando Rebe bebió de su copa.
—Va otra —comenta Rebe fingiendo aburrimiento teniendo su mirada hacia al suelo—. Yo nunca me he hecho pasar por nadie que no soy yo ni de coña.
—Ya basta —comentó Cayetana luego de que se levantó rápidamente escuchando las risas de los invitados—. Nos estamos aburriendo un poco, ¿Verdad? ¿Me acompañan un segundo?
—Uy, Caye ¿tienes algo que decirme? —pregunta Rebe ignorando su pregunta.
—Por que no lo dices aquí de una vez por todas, Kennedy —comente apuntando con mi centro apuntando a todos lados—. Hasta nos podía interesar. ¿O no se puede enterar toda esta gente?
—Yo me voy. Esto ha decaído.
—¡No seas tonta, cari! ¡Vente! —comentó Rebe viendo cómo la Cayetanita se estaba por irse— ¡esto es mazo diver! Toma, Bowie —dijo entregando su cetro y haciendo lo mismo con la Merlina Addams para buscar a Cayetanita, gracias a Dios que Sandra la detuvo en las escaleras
—¡Y tu, nena, pero que fina vas! Seguro que hoy mojas —dijo Sandra parada en los últimos escalones sacudiendo su cuerpo con diversión—. Venga. Preséntame a tus amigos. Sobre todo a los más guapos. Hola, niña —saluda a Cayetana tratando de evitarla pero Sandra bloqueó su camino.
—Hola —correspondió su saludo bajando la mirada.
—¿Tu como te llamas? —pregunta Sandra pero Cayetana sale corriendo entre los invitados que por poco la descubre Sandra impresionada al reconocerla—. Anda, coño, pero ¿está no es...?
—Venga, mamá, súbete arriba —Rebe comentó con seriedad a su mamá—. Que nos estás cortando el rollo —su madre hizo caso y se fue subiendo a las escaleras, Rebe ordenó que volvieran a poner la música y todos volvieron a bailar poniendo el ambiente más divertido. Nos dirigimos hacia donde se fue Cayetana.
—¿Porque mientes Cayetana? —pregunte cuando ingresamos al guardarropa y se giró hacia a nosotras.
—La que limpia en el cole es tu vieja ¿No? —dijo Rebe con disgusto a ella—. Sólo se trata así de mal a una madre.
—Me tenían a tiro, ¿por que no habéis rematado? —preguntó Cayetanita con cierto enojo.
—Porque aquí no hay una mierda de persona como ahí —responde Rebe.
—¿Que ganas con eso Cayetanita? —pregunte mirándola fijamente con desdén—. ¿Quedar bien con ellos? ¿Fingir ser como ellos? Nos das mucha pena.
—Yo no finjo —niega bajando la mirada—. Yo soy como quiero ser.
—Una es lo que es cuando está a solas. Y tú, a solas, friegas suelos —comenta Rebe con sarcasmo contando sus verdades—. Y encima tienes el santo coño de mirarme por encima del hombro
—Yo a solas... era una niña que creía en los cuentos de princesas. Y como nunca apareció un hada madrina a convertirme en una, lo he tenido que ser yo misma y yo veo que yo no era única —Rebe se gira a otro lado tratando de ignorarla por completo—. Pero, claro, a ti si te ha tocado la lotería.
—Por si no sabías Cayetanita, lo que estás haciendo en estos momentos estás fingiendo ser otra persona —comentó con desdén mirando directamente a ella—. Si fuera tu, no me avergonzaría de nada como Samuel y Nadia. Rebe también fue pobre aunque es rica ahora, eso no significa que es otra persona y ella sigue siendo la misma Rebe antes de que le tocara la lotería. Aunque soy rica, no desprecio a los demás por ser diferentes a nosotros.
Cayetana se quedó callado lo que había comentado, salió del guardarropa y nos quedamos a solas, Rebe lanzó un bufido molesto.
—Venga, vamos a la habitación que deseo quitarme lo súper femenino —salimos del lugar, dirigiéndonos por las escaleras, realmente necesitaba un poco de tranquilidad cómo Rebe que se mostraba furiosa—. Encima la gilipollas tiene razón.
—No hagas caso —comente con tranquilidad al ingresar a su habitación—. Tarde o temprano se le caerá el teatro —la puerta se cerró tan fuerte que me giré por completo al igual que Rebeka, había entrado un chico con una máscara de Michael Myres.
—Cuidado con Michael Myres. A ver, enséñame el cuchillito —comentó con diversión Rebe.
El tío se iba acercando tan rápido y se quitó la máscara por completo, me quede helado al ver su rostro mientras mi pulso se fue acelerando rápido y el vaso se me cayó de las manos produciendo un ruido que todos ignoraron.
—¿Que pasa Rebeca? —preguntó con voz ronca.
—Pues nada, aquí, ya ves. —responde Rebe que camina hacia al tocador, Nano me observa por unos segundos mientras se acerca rápidamente hacia a mí para besarme en los labios y lo correspondí por unos segundos.
—No tengo mucho tiempo, así que voy al grano. Quiero que dejes en paz a mi hermano —dice Nano a Rebe.
—¿Como? —pregunta confundida.
—Que rompas lo que tengas con el.
—Yo con tu hermano no tengo nada, chulo, porque él no quiere.
—No no quiero que siga trabajando para ti.
—¿Cual es tu problema, Nano? ¿Que vaya ganar más que repartiendo rollitos de primavera? —comenta Rebe con seriedad.
—No soy gilipollas.
—No. sé cómo funciona.
—¿Como? —preguntó con cierta curiosidad.
—Cuando pasa algo, el primero que se va a la mierda es el peón, y no la reina.
—Mira, figura. Soy la única piba del mundo que de un hermano macarra y una toldo, se enamora del tolai. Y encima me visto de princesa para que me mire y el otro va y me vacila. Para mí, tu hermano no es un peón. Para que te enteres, en la puta vida permitiría que le pasara nada malo. Así que no me cuentes tu vida y mejor cuéntaselo a tu novia que está aquí conmigo —Nano se quedó sorprendido al igual que yo, confesó realmente lo que sentía por Samuel, no dijo una palabra y lo tome del brazo para hablar.
—Ni te preocupes chica, que aquí pueden hablar y no delato —dijo Rebe lo último antes de cambiarse.
—¿Que haces aquí? —pregunte con preocupación tomándolo de su rostro.
—Vine no solo para hablar con Rebe, también quería verte —me volvió a besar en los labios pero lo corte.
—No puedes estar aquí ¿Y si mi hermano te ve y te mata de un golpe? —hable rápidamente ansiosa—. Me habéis prometido que harás lo que te diga Samu
—Me iré rápidamente y voy a estar bien, te lo juro —dijo con voz ronca de nuevo besándome en los labios— ¿Tenéis 10 minutos para mi? —preguntó interesado y fije mi dirección en caso de alguna señal de Rebe y nos miró con una sonrisa.
—Los cubro —dijo Rebe desde lejos—. Hay condones en el cajón
—Vamos —lo volví a besar mientras reía a carcajadas.
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