Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 12

— ¿Qué necesitas? — fue lo primero que salió de los labios de JungKook tras abrir la puerta y toparse con HoSeok, a quien no se le pasó por alto el tono borde que empleó el joven millonario al dirigirse a su persona, además, de esa mirada que solo expresaba desagrado por su presencia.

Jung tensó los labios en una fina línea recta. ¿Cuál era su maldito problema con él?

«Tu ama de llaves es más amigable que tú, mocoso sin modales» pensó.

— Quiero saber si Emily está aquí.

— No, no está — respondió, cruzándose de brazos y apoyando su hombro derecho en el marco de la puerta doble. — ¿Para que la buscas?

— No es asunto tuyo — dijo sin pensar, causando que el entrecejo del chico se arrugara con molestia y lo apuñalara con la mirada. Usualmente, se sentiría arrepentido por dirigirse de aquella forma a alguien, pero, por primera vez, no sucedió.

Al contrario, se sintió bien consigo mismo.

JungKook no era amable ni educado con él entonces... ¿Por qué él debería serlo? Jung no recordaba haberle hecho nada malo como para que se comportara de aquella forma tan grotesca con él, y le enfurecía ser el único al que tratara así. Porque jamás se dirigió de esa manera a TaeHyung, Jimin, Jin o YoonGi... Aunque entendía que no le hablara de esa forma a Min, el chico imponía respeto.

En realidad, Jeon, era muy respetuoso con ellos y hasta amigable. Los había visto bromear durante el viaje y... ¡TODOS ELLOS SABÍAN DÓNDE VIVÍA JUNGKOOK MENOS ÉL!

Según Jimin —quien le había facilitado la dirección del ahora, castaño claro — su mansión era asombrosa y poseía un cuarto de juegos, con videojuegos de última generación y otras máquinas clásicas de árcade en las que se divirtieron por horas.

Bufó sonoramente y dio media vuelta, dispuesto a devolverse por donde vino y muy frustrado por no ser capaz de encontrar a Em. Ya había intentado llamándola y enviándole mensajes, pero la azabache, simplemente, pasaba de él. HoSeok quería disculparse por haberla incomodado en el avión y, a pesar de que la oferta del padre de Emily era muy tentadora, decidió declinarla por respeto a la relación que habían logrado establecer durante este tiempo.

No podía perder a Emily por dinero. Encontraría la forma de ayudar a su familia sin la ayuda de WooBin. No importaba si desde ahora tenía que partirse la espalda trabajando, él lo haría.

— ¡Hey! — lo llamó JungKook. Se giró a verlo con las manos escondidas dentro de los bolsillos de su chaqueta y expresión seria. — Si la ves... Dile que venga.

— ¿Por qué debería hacerlo? — cuestionó, sorprendiéndose a sí mismo nuevamente.

«Wow, me siento tan rudo hoy» Reprimió una sonrisa de orgullo que intentó salir.

El castaño frunció los labios, disgustado, y desvío la mirada al piso. Se enderezó para volver a posar sus orbes en los de HoSeok, tomando una actitud más firme que antes.

— Porque no la veo desde la noche anterior — respondió — Tampoco me contesta las llamadas y, a pesar de que siempre hace este tipo de cosas, estoy preocupado — dijo con voz sincera y suave. — Así que, por favor. Si la ves, dile que venga a verme.

Lo meditó por medio segundo y, tras visualizar la angustia en los ojos del menor, terminó asintiendo.

— Bien, yo le digo si me la encuentro.


[-]


JiWoo

Mamá dice que pases a una tienda de convivencia y traigas leche y tollas higiénicas.

Formó un mohín de desagrado mientras se dejaba caer en una banca de un parque que se hallaba a un par de calles de la universidad. El lugar se encontraba casi desierto debido a la temporada de invierno y la hora.

HoSeok

¿Por qué debo comprar eso yo?

JiWoo

No seas un bebito y ve. Mamá se enfadará si no lo haces... Y no queremos que mamá se enfade, menos cuando va a preparar la cena.

Concordó con ella en su mente. La última vez que la hicieron enojar, la cena estuvo incomible por la cantidad de sal y picante que le había puesto su madre y, la verdad, es que no deseaba irse de nuevo a la cama sin comer.

HoSeok

Muy bien, iré.

Guardó su móvil y dejó caer su cabeza hacia atrás, disfrutando de la paz que el lugar le otorgaba mientras pensaba en dónde podría estar metida Emily. La verdad, es que sabía tan poco acerca de la chica que no se le ocurría en dónde podría encontrarse en aquellos momentos y, con los últimos rayos del sol desapareciendo con lentitud dándole pasó a la oscura y fría noche, su preocupación iba creciendo.

— ¿Dónde te me...? ¡¡AAAH!! — Se quejó, reincorporándose de inmediato al percibir como un duro objeto lo golpeaba en la frente con fuerza. Su mano se dirigió a la zona afectada y palpitante mientras se quejaba y maldecía entre dientes. — Pero... ¿Qué diablos? — susurró, viendo la manzana en el suelo y luego dirigiendo sus ojos al árbol. Sus cejas se dispararon hacía arriba con sorpresa y quiso saltar de alegría. — ¡¡Emily!! — chilló al divisar a la azabache sobre una de las gruesas ramas de aquel gran y antiguo árbol.

La chica le dio una leve mirada, para después desviarla a su objetivo. HoSeok frunció el ceño confundido al verla allí arriba y siguió su mirada hasta toparse con un pequeño gatito de color blanco en la rama continúa.

«Está muy alto»

Abrió la boca para decirle que bajara de ahí, que podría lastimarse si daba un paso en falso, pero se detuvo mordiéndose la lengua.

¿De qué serviría?

Ella, de cualquier forma, haría lo que se le viniera en gana si creía que era lo correcto. Ser testaruda estaba en su sangre, le gustase o no a HoSeok.

Terminó guardando silencio y se quedó ahí, de pie, observando como la chica rescataba aquel lindo gatito y decencia con una agilidad asombrosa del árbol. Como si escalar fuera pan comido.

«Bueno, supongo que no es su primera vez escalando árboles»

Y siendo sincero, hasta este punto, creía capaz a Em de hacer muchas cosas. Era alguien peculiar y, la mayoría del tiempo, impredecible, en el buen sentido de la palabra.

— Emily — la llamó.

Verla pasar junto a él, como si no existiera, y continuar su camino con toda su atención en el animal entre sus manos, logró que su corazón se retorciera de dolor dentro de su pecho. No se sentía bien ser ignorado y, mucho menos, por la persona que te gusta.

Sabía que estaba enojada con él, pero no era para ignorarlo de esa manera, ¿verdad? Se pasó de la raya, lo sabía. Y por eso mismo es que se encontraba buscándola, para disculparse como era debido y asumir su error de meter su nariz donde no le correspondía.

Tomó una bocanada de aire y avanzó tras de ella, negándose a dejar que la muchacha volviera a desaparecer sin antes aclarar las cosas.

— ¡Emily, por favor! Tenemos que hablar.

Nada.

Ni siquiera volteó a verlo y su corazón dolió nuevamente.

Comenzaba a sentirse ansioso.

— Emily, lo lamento, ¿sí? — preguntó, acelerando el paso al ver como ella aumentaba la velocidad.

Debían arreglar las cosas, porque... Ellos eran amigos, ¿no? Y los amigos suelen discutir, sin embargo, al final del día, los verdaderos amigos también son capaces de hacer las paces. Eso es lo maravilloso de la amistad, ¿no es así?

— ¿Puedes detenerte? — rogó, agotado. La azabache se lanzó a la calle de aquella forma tan peligrosa y distintiva que tenía y, por primera vez, HoSeok la imitó. Sus ojos no se despegaban de la espalda de la chica y sus pies comenzaron a moverse más rápido al percatarse de que la distancia entre ambos había aumentado sin que se diera cuenta de ello. — ¡No estoy jugando, Emily! ¡Necesi...!

Emily oyó el bocinazo y el chillar de las ruedas de un auto contra el pavimento.

Su cuerpo se congeló y sus pies se anclaron al piso por el susto que atacó a su corazón. Se giró con lentitud sobre su propio eje y, con los ojos desorbitados, observó en cámara lenta cómo el conductor del vehículo y su acompañante, descendían del auto con expresiones de terror.

Su vista rápidamente se desvío de ellos en busca de HoSeok y su órgano vital dio un brutal salto para luego detenerse. Su respiración se estancó en medio de su garganta y la sangre abandonó por completo su rostro al ver el cuerpo de HoSeok, tendido en medio de la calle a un par de metros.

Habían atropellado a HoSeok.

Y ella tenía la culpa.    

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro