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CAPÍTULO 11

— Te diré algo — Saliendo de su nube de pensamientos gracias a su voz, HoSeok inmediatamente observó con atención y curiosidad la firme espalda de NamJoon, quien se mantenía de pie frente a él en el pequeño ascensor mientras descendían a la primera planta del hotel. — Lo que aceptaste, es una misión imposible — Se giró, levemente, para poder dedicarle una seria mirada que le dejó en claro al menor que no estaba tomándole el pelo con su comentario.

HoSeok pasó saliva con pesadez y una sonrisa amarga se deslizó por las comisuras de sus labios.

— Eso no me ánima en nada.

— Nunca dije que fuera a hacerlo. Te estoy siendo sincero. Conozco a Emily lo suficiente como para saber que, presentarse a hablar con su padre, es lo último que querría hacer en su vida. Es una chica muy testaruda. Demasiado para salud mental de cualquier individuo — El ascensor llegó al host y, antes de que se abrieran las puertas y que HoSeok corriera a su libertad, NamJoon volvió a hablar. — Y ten cuidado en cómo abordes a Em con el tema — Sus carnosos labios formaron una gran sonrisa que dejó ver sus blancos dientes, dignos de ser envidiados. El universitario estaba seguro de que, si no fuera por las gafas oscuras que llevaba, hubiera sido capaz de admirar el brillo de diversión que debió haberse derramado en su mirada en aquellos momentos. — Estoy seguro que, para este momento, ambos sabemos lo peculiar que es Emily — Nam soltó una pequeña risita. — Quién sabe... Tal vez se enoje tanto contigo que termine saltándote a la yugular. De cualquier forma, buena suerte — Y tras esas simples palabras que lograron cavar fondo en Jung, dio por finalizada la conversación dedicándole unas poderosas palmadas en la espalda a modo de "apoyo".

HoSeok abandonó el ascensor sin decir nada. Ni siquiera se volteó a mirar por última vez a su escolta, demasiado ensimismado en su propio mundo.

Se quedó de pie, por unos segundos, frente a las puertas del ascensor analizando lo que sucedió las últimas horas y terminó inspirando profundamente. Sintiéndose agotado con toda la situación.

«Tal vez te salte a la yugular...»

La piel se le puso de gallina ante ese pensamiento y negó.

No, no lo haría — murmuró en el mismo instante en que el recuerdo de la tienda explotando frente a sus ojos, se abrió paso entre sus recuerdos. Emily es impulsiva y... — No, ella no haría eso — repitió con voz firme, intentado convencerse a sí mismo que lo peor que podría pasar, es que la chica se terminara enfadando con él por meter sus narices en donde, claramente, no es de su incumbencia.

Apenas cruzó las puertas de vidrio del hotel, la fría brisa acarició su rostro y el vello se le erizó debido al contraste de temperaturas. Dio un vistazo a ambos lados de la acera y observó cómo la gente pasaba junto a él, todos demasiados inmersos en sus propios asuntos como para prestarle atención.

Un repentino pensamiento asaltó a su cabeza.

— ¡Mi gorra! — chilló, tocándose la cabeza y verificando que no la llevaba.

Dejó escapar un quejido de tristeza, sacudió su cabello y suspiró por segunda vez.

«Pero que lamentable perdida...»

— Supongo que... Lo primero que debo hacer es llamar a los chicos y luego... Conseguir un taxi... O ¿Llamar a los chicos desde el taxi? — bisbiseó, importándole un pepino que la gente le diera raras miradas al estar hablando solo. Nadie parecía ser capaz de entender lo que decía y nunca los iba a volver en su vida así que... ¿Qué más daba si pensaban que le faltaba un par de tornillos por hablar consigo mismo en medio de la acera?

Sacó su móvil dispuesto a marcar el número de YoonGi cuando un vehículo se estacionó frente a él. Antes de que pudiera decir o hacer algo, la puerta del copiloto se abrió y lo siguiente que sintió, fue cómo unos delgados brazos rodeaban su cuello con fervor mientras que un cuerpo más pequeño y delgado que el suyo, se apegaba a él.

— ¿Emily? — cuestionó confundido, rodeando su anatomía con inseguridad.

La puerta trasera de la camioneta, que rento JungKook cuando llegaron a Tokio, se abrió y los siguientes en lanzarse sin piedad a los brazos de HoSeok, fueron Jimin y SeokJin.

— ¡Estás vivo!

Jung rió entre dientes por aquel comentario y dejó libre a Em para poder recibir el amor de los chicos.

— ¡Creímos que te habíamos perdido! — chilló Jin, tomándolo por las mejillas para luego evaluar que se encontraba en perfecto estado.

Unos brazos le rodearon por la espalda y una frente se apoyó en su hombro izquierdo captando su atención.

TaeHyung.

— ¿Estás bien, hyung? Estaba muy preocupado por ti.

— Sí, estoy bien — Le sacudió el cabello con cariño y admiró como una aliviada sonrisa cuadrada surcaba los labios de Tae, quien se alejó a los segundos de él.

YoonGi se abrió paso entre los chicos, lo cuales habían rodeado al castaño. Le dio un fuerte y silencioso abrazo a HoSeok, demostrándole con aquel gesto lo preocupado que estuvo debido a su desaparición y el chico le correspondió con una sonrisa apenada. Vio a JungKook bajar del vehículo y unirse al grupo, pero tal como lo esperaba HoSeok, no lo abrazó ni mucho menos, solo se quedó de pie junto a Emily y cruzó los brazos.

— ¿Por qué te llevaron? ¿Qué querían de ti? — interrogó YoonGi, rompiendo el abrazo para observarlo fijamente con aquellos felinos y audaces ojos que poseía.

Se removió incómodo en su lugar, disgustado por ser el centro de atención. No podía decirles la verdad y, como HoSeok no era bueno mintiendo y mucho menos con tan poco tiempo para fabricar un engaño convincente, se tiró de cabeza por su tercera y mejor opción que era: una mentira a medias.

Decirles la verdad, pero no toda la verdad.

— Quería conocerme — Soltó formando una sonrisa falsa en sus labios, que pretendía calmar a sus amigos.

— ¿Este tipo te raptó solo para conocerte? — exclamó Jimin, indignado con un deje de fastidio en su tono. — ¿Hablas enserio? ¡¿Acaso él no podía simplemente acercarse a ti como la gente normal o...?! ¡¿ENVIARTE UN PUTO CORREO O MENSAJE PARA CONOCERTE?! ¡¿ERA MALDITAMENTE NECESARIO EL SECUESTRARTE Y PREOCUPARNOS A TODOS?! ¡ESTÚPIDO HIJO DE PUTA! — gritó Jimin con su acento de Busan, mirando el edificio con el rostro rojo como el kétchup y casi sin aire dentro de sus pulmones.

La mandíbula de Jung cayó al igual que la de los demás. Todos miraban al chico de mejillas rellenitas con notable asombro, ya que era la primera vez que su tierno ChimChim explotaba de esa manera.

Park tomó una profunda bocanada y se arregló el cabello, dándose cuenta que había perdido la paciencia.

— Lo siento. Me alteré un poco.

— ¿Solo un poco? — bromeó JungKook con una sonrisa, exhibiendo sus grandes paletas.

— Como sea.

Swag.

¿Swag? — Jin miró raro a YoonGi.

— Sí, swag. Ese tipo no le iba a enviar una carta o mensaje a HoSeok para conocerse porque eso no tiene Swag. ¿Qué mejor que raptar al novio de tu hija para darle un susto de puta madre? Entiendo el método, pero no me gustaría vivirlo, sinceramente.

— No somos novios — Negó HoSeok con rapidez, sintiendo un leve rubor en sus mejillas.

— Lo que sea... ¿Entonces... dices que WooBin solo te trajo hasta aquí para conocerte? — interrogó Jeon, mirándolo con los ojos entrecerrados, desconfiado de sus palabras he intentado ver por sobre su mentira.

Formó una sonrisa trémula y asintió, sosteniéndole la mirada y convenciéndose a sí mismo que no estaba mintiendo, que solo estaba omitiendo parte de la verdad. Una verdad que ellos no necesitaban saber.

Mantenerle la mirada a JungKook no fue tarea fácil para el chico. Los ojos de Jeon eran profundos, oscuros y parecían ser capaces de ver a través de ti, por lo que HoSeok tuvo que dar todo de sí para no desviar la mirada como un cachorrito asustado.

— Muy bien. Te creo — Asintió JungKook, retirándose de aquella silenciosa batalla entre ambos. — Ahora vámonos de vuelta al hotel por nuestras cosas.


[-]


Odiaba ser tan obvio.

Odiaba ser tan poco discreto.

Pero eso era algo que no podía evitar. Estaba en su ADN ser de esa manera y jamás había intentado o querido cambiarlo, en lo absoluto. Hasta ahora.

Era la quinta vez que Em lo atrapaba viéndola y ya no creía poder seguir consiguiendo que ella se conformara con un simple "no pasa nada". Porque era más que obvio que pasaba algo y ella lo sabía.

— ¿Qué ocurre? — cuestionó Emily con voz suave, siendo incapaz de no preguntar y creerse otra de sus mentiras. Se quitó los audífonos blancos y toda su atención la concentró en HoSeok, quien, por primera vez, odió que su asiento quedara junto al de Emily y que estuvieran a "solas" (ya que no contaba al hombre de mediana edad que se encontraba a su derecha durmiendo como un tronco).

Como los boletos fueron comprados a última hora, no pudieron elegir los mismos asientos que la última vez en el avión y a Jung le extrañó el hecho de que JungKook, no se opusiera a que HoSeok fuera quien ocupara el asiento junto a Emily y no él. El joven, simplemente, accedió a las peticiones de la chica con un asentimiento de cabeza y se largó tres puestos más atrás junto a Jimin, en silenció.

— Nada — fue su respuesta automática.

Tensó los labios ante la mirada desaprobatoria que le dio la muchacha por aquella estúpida respuesta y respiró profundamente, intentando calmarse a sí mismo y prepararse para meterse en ese terreno plagado de letreros que no decían nada más que: "Peligro, no pase".

«— ¿Qué quiere estudiar tu hermana, HoSeok? ¿Sabes cuáles son los sueños de JiWoo? — interrogó WooBin con un brillo peculiar en los ojos que le desagradó a HoSeok.

— Arquitectura — fue su única respuesta, demostrando que estaba al día con las ambiciones de su querida hermana menor.

— ¿Y dónde planea estudiar? Digo, es una chica muy inteligente y seguro que es ambiciosa.

Sus puños se cerraron con fuerza, sabiendo de inmediato a dónde se dirigía con aquello.

— Su primera opción es la universidad nacional de Seúl.

— Oh... Y crees... ¿Qué tus padres pueden costear dos carreras universitarias? — intentó responder, pero WooBin se le adelantó. — Las universidades son caras, Hoseokie. Pagar dos carreras, más el tener que mantener a flote una familia con cuatro integrantes.... — Silbó, haciendo una mueca de tristeza. — Tu padre carga un gran peso sobre sus hombros, hombre.

Él chico no dijo nada, debido a que era consciente de ello desde hace mucho tiempo. Algunos problemas económicos habían golpeado a la familia este último tiempo y era obvio que WooBin, era consciente de eso porque, al parecer, se había tomado el tiempo de investigarlo antes de tener esa pequeña charla.

La vida cada vez estaba más cara, y HoSeok sabía que lo más probable... es que JiWoo no fuera capaz de asistir a la universidad que ella tanto deseaba. Estaría decepcionada y ya podía imaginar su expresión al enterarse de que no podría estudiar en la universidad de Seúl como tanto anhelaba.

Y eso le dolía profundamente al mayor de los Jung.

— Sabes que se posiblemente te tenga rencor, ¿no? — Salió de sus propias cavilaciones y miró a WooBin. — Tú, estudiando en la prestigiosa Yonsei y ella en la Suwon... ¿Tal vez? — Alzó una de sus cejas con altivez.

— JiWoo es inteligente — la defendió.

— Pero lamentablemente eso no es suficiente — Se encogió de hombros— Ayúdame a ayudarte, HoSeok. Emily vuelve a casa y los problemas económicos de tu familia desaparecen. JiWoo asiste a la universidad que quiere y tu padre deja de preocuparse por si el dinero les alcanzará para terminar bien el mes».

¿De verdad iba a hacerlo?

Dios, tenía que hacerlo. Al menos, intentarlo.

Por su hermana y su familia.

— Em... ¿Por qué no hablas con tu padre? Él está preocupado y... — Las palabras se trabaron en medio de su garganta cuando, repentinamente, el rostro de Emily se aproximó al suyo.

Tragó con pesadez y su corazón dio un vuelco. La chica estaba tan cerca que, si se inclinaba levemente, sus narices se tocarían y, si se inclinaba un poco más, sus labios se unirían y eso le emocionó... Hasta que sus orbes se encontraron con los de ella, los cuales estaban nublados por una mezcla de sentimientos tan oscuros que le puso la piel de gallina al chico.

Él jamás había visto que unos ojos tan hermosos como los de ella, transmitieran algo tan horrible como aquello. Parecía ser odio puro. Se congeló en su lugar y su respiración se trabó cuando la boca de Emily se trasladó a su oído, para susurrar en un tono de voz tan bajo y frío, que nunca creyó llegar a escuchar de ella.

No con él.

— Eso... No es tu maldito asunto, HoSeok.

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