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III

Jongin despertó temprano, los primeros rayos de luz dieron contra su rostro y abrió los ojos con la sensación de querer estar ahí donde estaba y no solo porque su cama fuera cómoda o porque su almohada estuvieran muy esponjosas, él quería estar en dónde se encontraba porque Sehun se hallaba entre sus brazos, con su cabeza descansando en su pecho.

Es que Sehun le hizo cambiar su perspectiva de la vida, esa que tenía hace algunos meses.

Probablemente si se tratara de hace seis meses, se hubiese despertado mientras se insultaba mentalmente por no ser capaz de dormir durante días enteros para así no sentir nada.  Hubiera querido meterse debajo de las sábanas para que el sol no le diera y no le recordara que estaba vivo y caminando, con un alma que se sentía como demasiado aunque su cuerpo se negara a expresarlo. Sin Sehun seguiría arrastrándose un luto pesado.

Quizás todo cambió muy rápido desde que Sehun se metió en su corazón o quizás no. Depende desde que ángulo se analice, de todas formas lo bueno es que algo cambió para bien; Jongin y sorpresivamente Sehun cambiaron para bien.

El mayor aprendió que llorar por lo que no regresará no es necesariamente malo, por lo menos no se sentía malo si junto a él estaba Sehun sosteniendo su mano y escuchando sus historias sobre su hermano, porque para Jongin esa era la forma más fácil de desahogarse, con el menor a su lado y compartiendo historias que más nunca se repetirán pero que Sehun le ha hecho comprender que seguirán siendo bellas.

Noche tras noche Jongin le habló sobre Taemin hasta que dejó de ver con tristeza sus recuerdos y supo que los tenía que ver con amor porque Taemin vivo era una persona amorosa y el mejor hermano mayor del mundo, no valía la pena hacer de su recuerdo todo lo contrario a su personalidad.

Jongin encontró en Sehun el apoyo y las palabras adecuadas para seguir, nada de palabras lastimeras ni de abrazos cargados de tristeza, todo lo que Sehun decía eran palabras verdaderas, algunas muy directas pero necesarias y los abrazos eran de amor, esos que esperas recibir una y otra vez porque hacen que tu piel se sienta cálida, alegre y tu cuerpo un poco más fuerte. Sehun era el pequeño empujón que necesitaba Jongin para salir de su agujero de negación.

El menor estaba para Jongin siempre que lo necesitaba y lo entiende de una forma en la que más nadie lo va a entender, lo motiva de una forma que nadie nunca conseguirá replicar. Ambos conocen los secretos de querer a alguien de verdad.

—¿Sucede algo, Jongin? —preguntó Sehun con voz adormilada y la vista del moreno cayó sobre la de su chico con hermosos cabellos despeinados mañaneros.

—Solo tenía ganas de verte dormir y de ver el reflejo de los rayos del sol y de sentir tu cabello haciendo cosquillas en mi pecho, solo tenía ganas de disfrutar de pequeñas cosas —le dijo con una sonrisa en el rostro—, aunque ahora que lo pienso, ¿suena un poco creepy lo de verte dormir, no? —preguntó esbozando una sonrisa.

Sehun se despegó de su pecho y se arrastró un poco hacia arriba para tomar una posición de medio lado en donde su cabeza quedara reposando en su mano para poder apreciar mejor el rostro de Jongin. Le encantaban los rizos mañaneros que se le formaban al moreno, lo hacían lucir más tierno y menos intimidante. Le daban un aire de niño inocente.

Jongin observó a su novio por el rabillo del ojo y luego adoptó la misma posición que él, quedado ambos cara a cara. No tenían nada que decirse y no lo necesitaban, disfrutaban ese silencio en donde lo único que hacían era leer sus ojos.

Durante todo el tiempo que llevaban juntos Jongin había descubierto que la apariencia natural de Sehun era aún más misteriosa que su apariencia en los pasillos de la universidad. Esos ojos casi negros, esa cicatriz que Jongin encontraba sexy, la pálida piel y la delicada estructura conformaban una pieza de arte mejor que cualquier otra y tenía una historia tan cautivadora como las demás.

—Cuando me hablas parece que estuvieras pintando con palabras, lo haces artístico —dijo Sehun, porque de verdad le encantaba la forma en la que Jongin le hablaba últimamente.

—Tú me haces ser artístico.

Y Sehun sonrió y cerró sus ojos, y aspiró el aroma de Jongin, y guardó sus palabras.

Nunca pensó que el ex casanova de la clase y él, el extravagante, terminarían juntos, siempre pensó que todas las miradas que alguna vez habían compartido no eran más que reacciones naturales de ambos, que se dejaban llevar por la vida como su fuera una fiesta y querían que todo el mundo cayera ante ellos.

Es cierto que Sehun no tuvo una especie de anhedonia como Jongin, tal vez nadie notaba cambios en él, tal vez dedicó mucho tiempo a ajustarse a la personalidad que lo hacia mejor persona y le funcionó, y le gustaba ser de la forma en que era, pero con Jongin aprendió que no está bien guardarse los sentimientos, aunque fueran pequeños, de esos que crees que no tienen mucho valor y a pesar de que él no lo hacía, algunas veces lo acosaban recuerdos de su juventud que lo agotaban mentalmente y nunca había encontrado a nadie con quien pudiera hablar de esas cosas pero con Jongin parecía que era un acuerdo mutuo y que era seguro.

Ambos eran su lugar seguro. Y estaba enamorado de su lugar seguro.

Jongin se convirtió en la primera persona a la que Sehun le contó que la cicatriz del ojo se la habían hecho en secundaria cuando se enteraron que era gay, que lo tuvieron amenazado durante sus dos últimos años de clases para que les hiciera los deberes a dos matones a cambio de que no dijeran nada. Fue un niño con miedo y que no podía ser él mismo. Por eso las gafas y por eso el afán de ser él mismo en la versión más elevada que puede ahora.

Y lloró hablando de eso, pero Jongin lo abrazó toda la noche en esa misma cama donde ahora estaban.

El mayor abandonó la cama primero, Sehun siempre reposaba un rato más y eso no le molestaba, más bien ese día lo encontraba conveniente porque tenía un regalo para él.

Fue a su closet a buscar ropa, vio la de Taemin al fondo y recordó lo que Sehun le había dicho hace un tiempo.

"Está bien para andar en la casa, pero no está bien cargar con el peso de los recuerdos a todos lados"

Sacó una camiseta de un grupo que no detestaba tanto y se la puso junto con unos pantalones sueltos llenos de manchas de pintura. Ya no valía la pena tratar de quitarlas, de todas formas siempre los iba a ensuciar porque siempre los usaba para pintar.

Y cuando estaba listo, bien despierto y con café en su organismo, @se dirigió a su pequeñísimo estudio que no estaba ni recogido ni organizado y lo que más resaltaba era el caballete con lienzo que estaba cubierto por una sabana. Cerró la puerta con seguro detrás de él y por fin pudo quitar la sabana de la pintura que estaba por terminar. Era un trabajo para una clase, pero para él significaba más que eso.

—"Pinten algo que revolucione su ser con solo verlo".

Eso había dicho el profesor y fue así como Sehun fue lo primero que apareció en su cabeza y luego llegó cada pequeño detalle de él, lo que le gustaba y después llegaron todos los detalles de Sehun que lo ayudaron a convertirse en una mejor persona. Era más que claro que Sehun era la persona que estaba revolucionando su vida, aquella persona que lo mejoraba sin quitarle la esencia. Un complemento, su complemento.

El rostro natural de Sehun estaba plasmado en el lienzo, un primer plano, sin maquillaje y sin sus lentes raros. Se podía ver su cicatriz miniatura y se podía ver su cicatriz enorme, su boca pálida entreabierta y sus ojos, su secreto más bonito, te miraban directamente. Cualquier persona se hubiera quedado sin aliento delante de semejante retrato, pero eso no era todo. Desde hace algunas semanas atrás Jongin había adquirido el hábito de quitarle los lentes a Sehun y colocarselos él, era como un mundo nuevo y no por los lentes, porque ellos solo eran unos lentes extraños en apariencia, era porque lo hacían pensar como Sehun. Es por eso que en el cuadro de Jongin el retrato realista de Sehun destilaba parte de la personalidad del chico, era "realista" a su manera.

Estaba pintando con colores pastel y también predominaba un azul agua como el color de los lentes, la mayoría del rostro de su novio estaba pintado con un lila pastel muy muy claro y la cicatriz estaba mucho más roja de lo que en realidad era y si te acercabas lo suficiente podías ver pequeñas letras que formaban una oración a lo largo de la gran hermosa cicatriz de Sehun, prácticamente las letras eran la cicatriz.

"Todos somos trozos"

Eso era lo que colocó Jongin, porque esa fue una de las mejores lecciones que le enseñó Sehun.

—Todos somos trozos, todos estamos hechos pedazos y debemos mantener cada pedazo de pie y eso, solamente depende de nosotros pero debemos dejarnos ayudar.

Nadie nos rompe, solo mueven nuestra inestable base y solo nosotros decidimos cuando y cómo acomodar nuestros pedazos. Sehun fue el manual instructivo que Jongin necesitó.

Jongin solo retocó unos detalles del cuadro y al final ni siquiera estampó su firma porque él solo era el artista y Sehun el arte en sí, y Sehun no le pertenecía, para nada y el cuadro era enteramente Sehun, el nuevo acompañante de su vida, su solecito de todos los colores porque uno solo no le hacía justicia.

El moreno terminó con la pintura y se dio la tarea de acomodar un poco su sitio de trabajo para que Sehun no tropezara con su desastre.

El mayor regresó a la habitación y Sehun se encontraba durmiendo como si de un niño pequeño con frío se tratase, así que Jongin lo despertó con un beso en la oreja para que le dieran cosquillas.

—Innie —se quejó Sehun abriendo los ojos nuevamente—, te voy a hacer cosquillas en la parte de abajo de barbilla como venganza.

—Oh sí Capitán Corea, primer vengador, harás lo que quieras pero ahora necesito que veas algo.

Sehun sonrió y se colgó del cuello de Jongin para estampar un beso en sus grandes labios.

—Está bien —dijo soltándose y buscando sus pantuflas teñidas por el suelo. Todas sus cosas eran tan él.

Jongin frotó sus manos ansioso y Sehun le dedicó una mirada de extrañeza, Jongin solo sonrió de medio lado para su novio porque eso le encantaba.

—Después haré el desayuno —advirtió Sehun saliendo de la habitación seguido por Jongin—, yo no quiero otra vez huevos revueltos crudos.

Jongin bufó y correteó hasta abrazar a Sehun por la espalda para entrar los dos a su estudio, pero cuando llegaron a la puerta, justo antes de entrar, Jongin pasó sus manos de forma demasiado cariñosa desde el torso del menor hasta llegar a su cara, para luego tapar sus ojos.

—Es una sorpresa —murmuró pegado a su oreja.

—Me haces cosquillas, idiota —se quejó Sehun y Jongin mordió el lóbulo de su oreja, sacándole un quejido al menor.

—¿Ya no son cosquillas, cierto? —preguntó divertido ante la situación el moreno y se ganó un gruñido por parte de Sehun—, Vamos abre los ojos —dijo metiéndolo a la habitación de una vez antes de que se quejara.

—Amor, los tengo abiertos pero si no quitas tus manos igual no veo —Jongin se sintió tonto y solo atinó a reírse de la forma infantil que hacía a Sehun rodar los ojos.

—Tienes razón.

—Como siempre, bebé —respondió divertido Sehun, exponiendo una sonrisa burlona que se esfumó rápidamente cuando Jongin quitó las manos que cubrían sus ojos.

Un instante viendo la pintura que había hecho su novio fue suficiente para que se sintiera tan abrumado por un montón de sentimientos que burbujeaban en su interior, estimulando a su cuerpo de una forma tan fuerte que lo dejaba incompetente.

Jongin observó con curiosidad a su novio, no estaba teniendo la reacción que él esperaba, su cara mostraba una emoción que Jongin nunca había visto antes.

La sonrisa que Jongin había mantenido comenzó a decaer y ese gesto no pasó desapercibido para Sehun quien inmediatamente tomó la mano de Jongin  y le dio un apretón y una mirada llena de significado.

—¿Cómo conseguiste hacer esto? —preguntó Sehun acercándose para detallar más la pintura, mostrando esa expresión que Jongin no podía descifrar.

—Pensando en ti, siempre en ti.

Las palabras de Jongin entraron en la cabeza y en el corazón de Sehun como un suave abrazo sin contacto pero con todo el sentimiento del mundo. "Siempre en ti", la frase no se repetía pero se plasmó en su cabeza así como la impresión de ver la pintura de Jongin, le creía todo lo que decía pero no entendía por qué era así, con tanta fuerza hermosa.

—¿Realmente soy así de... hermoso? —preguntó el menor con cautela.

Jongin abrió sus ojos como platos, tomó a Sehun por los brazos y lo acerco a su cuerpo hasta que se estaban abrazando, hasta que el olor de Sehun cosquilleó en su nariz y el hermoso sentimiento en su pecho, con el que hizo su pintura, le estaba haciendo caricias en el interior, estaba en su apogeo.

—Tú, sí, eres así de hermoso y aún más, —le susurró Jongin al oído—, Tú, liberas en mi esta emoción, estas sensaciones, que me ayudaron a pintarte. Tú liberas en mi una emoción tan arrolladora y hermosa, una que nunca había sentido, una que me ha sacado de ese estado de insensibilidad, estaba desmotivado y ahora, gracias a ti  estoy mejor.

La fuerza de las palabras de Jongin recorrieron como una corriente eléctrica el cuerpo de Sehun. Era una corriente de felicidad, satisfacción y amor. Porque había un chico que sentía cosas tan hermosas por él que eran indescriptibles. Había un chico que lo estaba abrazando y que con la forma en que lo hacía, lo completaba.

—Entonces sacarás la nota máxima, me has hecho a mí, y yo siempre saco la nota máxima —dijo Sehun con su peculiar tono divertido que rozaba lo presumido pero no de una forma molesta sini de la forma que todo el mundo sabe que es él, solo Oh Sehun puede usar ese tono—, pero asegúrate de traerlo de regreso sano y salvo para colgarlo en mi casa, porque lo amo casi tanto como a ti, me hace sentir lleno de emociones. —eso lo dijo con dulzura—, Si soy así de hermoso debe estar en mi apartamento, todo el mundo debe saber que soy así de hermoso, incluso sin mis lentes —volvió a su tono usual e hizo como si se fuera a arreglar los lentes, de forma un poco petulante como siempre hacía pero no los estaba utilizando y fue algo más o menos tonto que los hizo reír a ambos— y todos deben saber que lo hiciste tú y es mi regalo favorito.

Y luego de eso, se besaron, corto y cálido, con sonrisa al final. Estaban felices.

—Hoy es el concierto, bebé —le dijo Jongin a Sehun quien se había volteado entre sus brazos para mirar otra vez la pintura.

—Lo sé, ¿esta vez estás emocionado?

—Como nunca, ¡Son Day6! —dijo Jongin en un tono un poco alto que enterneció a Sehun—. Deberíamos... Tú sabes... Tomar una ducha para estar listos a tiempo.

—Es muy temprano aún.

—Podemos tomar juntos una ducha larga —Jongin se pegó más a Sehun y este, "sin querer" también se empujó más contra el cuerpo de moreno.

—Claro, eso me encantaría.

(...)

Dieron las seis de la tarde y aunque el concierto iba a ser un par de horas después, primero se iban  a encontrar con los chicos, comer algo y luego ir al concierto todos juntos.

Sehun y Jongin se integraron al grupo que los esperaba en un McDonald's, como era de suponerse, Baekhyun estaba pegado a Chanyeol, arreglandole la camisa y el cabello, porque Baekhyun siempre terminaba arreglando a Chanyeol, y Kyungsoo estaba sentado al lado de ellos rodando los ojos y gruñendo por lo bajo; Junmyeon estaba extrañamente cabizbajo pero les regalo una sonrisa cuando se sentaron de su lado.

—¡Que lindo todo esto! —expresó Jongin—, Todos vamos con nuestras parejas a un concierto que promete ser expactacular.

—No todos —murmuró Junmyeon triste.

—¿Ah?

—Está berrinchudo porque terminé con él —aclaró Kyungsoo viéndose las uñas.

—¡¿Qué?! —gritaron Sehun y Jongin al mismo tiempo.

—Terminé con él solo por hoy. Para que aprenda la lección y está haciendo un drama innecesario por eso.

—¿Yo estoy haciendo un drama innecesario? ¿Seguro, Kyungsoo? —preguntó Junmyeon ofendido—. Tú eres el que decidió terminar conmigo por hoy porque te dije que Yixing, mi mejor amigo, solo eso, solo somos eso, tiene una camisa igual a la tuya y que a él le queda mejor porque es más alto.

—Eso es muy malo, Kyungsoo debía dejarte por una semana, no solo por un día —agregó Baekhyun y se ganó una mala mirada por parte del mayor.

—No estás ayudando, mi amor —le dijo Chanyeol.

—No me contradigas, mi amor —le respondió entre dientes y Chanyeol decidió no interrumpir más.

Jongin le dio un golpe a la mesa y llamó la atención de todos

—¡No discutan! Disfrutemos, eso es lo que tenemos que hacer, tomar este momento, el que viene, el del concierto y disfrutarlo al máximo, y Chanyeol besará a Baekhyun, Junmyeon también besará a Kyungsoo y este lo va a perdonar y va a aceptar que fue un exagerado y lo besará otra vez mientras le susurra una ligera amenaza para que no lo compare con Yixing nunca más y yo voy a besar a Sehun y será de las mejores noches de nuestras vidas.

Todos se callaron por unos segundos, pero luego en los rostros de los amigos de Jongin y de su novio aparecieron sonrisas grandes.

—Tienes razón Jongin. —dijo Chanyeol—, Ahora ve y pide por nosotros, comencemos la noche de una forma perfecta, comiendo.

Jongin se levantó y asintió satisfecho para luego irse a ordenar.

—Sehun —llamó Chanyeol al chico de los lentes raros, lentes que no estaba usando—. Gracias, todos de verdad te queríamos dar las gracias.

—Por devolvernos al Jongin que conocemos —agregó Kyungsoo.

—Y por sacarle sonrisas incluso más grandes —esa vez habló Junmyeon.

—Gracias por estar para él —habló Chanyeol otra vez.

—En serio, gracias, todo ha mejorado y también agradecemos que ahora seas nuestro amigo, porque ahora todo es más... Feliz y correcto... Incluso tú te ves más feliz. —el último en hablae fue Baekhyun—, Nosotros también estamos más felices.

Sehun se sintió bien, realmente bien, feliz, enamorado y estaba aferrándose a ese momento y cuando vio a su chico sentarse otra vez a su lado, le dejó un beso en la mejilla, se sintió más enamorado de él y sintió mucho y eso estaba bien, estaba dejando fluir cada emoción como nunca, como le dijo a Jongin.

No sólo el ayudó a Jongin, ese amor que el mayor y el compartían también lo ayudó de cierta forma y eso estaba perfecto. Ese amor lo hacía todo más bonito y completo. Y sobretodo, feliz.













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