I
—Jongin, ¿te apuntas hoy al concierto de Day6? —le preguntó Baekhyun a su amigo quien claramente no estaba prestando nada de atención a la conversación que tenían las cuatro personas frente a él sobre lo que harían el fin de semana—, ¡Jongin!
Baekhyun dejó caer con fuerza un par de libros sobre el escritorio, espantado así a Jongin.
—¿Qué quieres?—preguntó el menor entre dientes, visiblemente molesto por lo que acababa de hacer el rubio.
—Pregunté si te gustaría acompañarnos hoy al concierto de Day6, hemos estado hablando sobre eso la última hora pero al parecer no te interesa nuestra salida —se quejó Baekhyun y Jongin se encogió de hombros.
—La verdad no me interesa, no tengo ganas de ir —dijo tranquilamente Jongin, cosa que exasperó a su hyung.
Optando por una posición paternal de brazos en la cintura, como si estuviera a punto de echarle una bronca a Jongin, Baekhyun procedió a acribillarlo con la mirada y a hablarle en un tono que hacía que más de una persona se diera la vuelta para verlos con curiosidad... Pero claro, la gente notó que era Byun siendo el mismo y todos siguieron su camino.
—Hemos estado muriendo por la sobredosis de exámenes y solo queremos divertirnos una noche sin preocuparnos por más nada.
Jongin entendía que planeaban todo eso para salir a despejarse y que desde el punto de vista de sus amigos él debería hacer lo mismo. Lo que pasaba es que no se sentía animado por ello y siendo sincero en ese momento ni siquiera sentía cansancio por los examenes.
El menor terminó suspirando exageradamente y quitó la mirada de su hyung gritón.
—No me apetece y no quiero gastar dinero —dijo neutro.
El mayor solo tenía unas ganas inmensas de sacudirlo a ver si la neutralidad se iba de su tono de voz y cara.
—¡No puedo contigo! —exclamó el pequeño llevando las manos al cielo—, ¡No puedo con él! —le dijo a los demás mientras se iba del salón con Chanyeol arrastrando.
Junmyeon y Kyungsoo, que hasta ese momento habían estado callados contemplando la escena, se mirarom entre ellos y después a Jongin. Estaban un poco preocupados por su amigo.
—Sabemos que has tenido un semestre duro —comenzó Junmyeon con su voz suave—, creo que necesitas salir un poco más.
La voz suave de Junmyeon le molestó mucho al menor en ese momento y luego tan rápido como llegó la emoción también se esfumó, dejándolo con un vacío que lo colocaba algo intranquilo.
—No necesito nada, Junmyeon, estoy bien, solo no me apetece salir de fiesta y eso está bien —dijo algo cansado Jongin, ya sabía que dirección iba a tomar la conversación, lo vio en la mirada que le dio Kyungsoo a Junmyeon.
Les dio aproximadamente cinco segundis antes de que Kyungsoo mencionara los disparates que leía en internet que rayaban la línea entre lo parafraseado de un libro de psicología de bachillerato y un test de buzzfeed sobre sentimientos.
—Se está poniendo peor —confirmó Junmyeon.
—Pierdes el placer por salir de fiesta, eso es algo inusual, es efecto de tú anhedonia —apuntó Kyungsoo como si fuera un experto y esa la palabra más normal del mundo.
Ahí iban otra vez ese par con su teoría de que Jongin tenía algo que se llamaba anhedonia. Habladurias que eran normales en ellos, quienes siempre han sido predicadores de la palabra de lo que sea que les saliera en los primeros dos links de busqueda de google (además de un poco metiches).
Jongin era sincero consigo mismo, cuando buscaba en su mente señales "raras", las encontraba. Había perdido el interés en algunas cosas y el placer en realizar muchas otras. Pero eso no era algo tan anormal desde su punto de vista.
Ya no le apetecía comer tanto como antes y tampoco disfrutaba de las endemoniados fiestas a las que lo arrastra Baekhyunn tampoco encuentra divertido su show favorito de la TV, pero eso es solo porque está madurando.
Uno madura cuando pasan cosas irremediables y algo así pasó en su vida, pero eso era todo, ya aceptó lo que pasó. Con el tiempo sabe que subirá sus notas otra vez y que su inspiración para pintar volverá.
—Se ha reducido la dopamina en tu cerebro, por eso estás así —dijo Kyungsoo y Jongin bufó.
—Tú estudias historia del arte —dijo apuntando a Kyungsoo—, y tú estudias artes visuales. —le dijo a Junmyeon— Ninguno de los dos tiene alguna pequeña relación con la psicología y el cualquier pelagato escribe artículos en internet hoy en día.
Dicho eso, Jongin finiquitó la conversación y tomó sus cosas para salir del aula.
—Anhedonia —murmura para si mismo—, que ridículos.
(...)
Jongin terminó escabullendose hacia la azotea porque no tenía ganas de hacer nada durante ese periodo. No quería entrar a la clase debido a que su profesor le preguntaría una vez más la razón por la que sus pinturas carecían de creatividad, cosa que ni el mismo sabía concretamente. No se encontraba inspirado y no veía en el lienzo las posibilidades de un mundo nuevo, él simplemente veía en el lienzo el interminable blanco.
El moreno no sabía con exactitud cuando fue que sus emociones se comenzaron a comportar de forma diferente. Podía deberse a muchas cosas, tal vez fue ya que la última vez que viajó para ver a sus padres, estos le pidieron que por favor les ayudara en la tarea de sacar y catalogar las cosas de Taemin, su hermano. A Jongin le gustaría creer que no era eso.
Su hermano mayor habia muerto hacía más de un año. A él le tocó ser fuerte por sus padres y ser fuerte por Taemin. No lloró, simplemente lo superó.
Encontraba un poco ridículo pensar que después de tanto tiempo la pérdida le estuviera afectando, él no era un niño pequeño, él era un adulto que no se podía permitir poseer la sensibilidad de un infante, y sin embargo cuando recordaba la ropa de su hermano, el olor de su perfume, las ridículas cartas que guardaba en una caja que alguna vez que cuando era un adolescente un tal Minho le envió... cuando recordaba las pequeñas cosas que poseía se sentía sin ganas de hacer absolutamente nada. En el momento en que recordaba esas cosas aparecía en su mente la explosiva y alegre personalidad de su hermano y eso lo hacía extrañamente sentir un vacío.
«La anhedonia es un síntoma claro de depresión» la ñoña voz de Kyungsoo resonó por su cabeza. Él no estaba deprimido, él no tenía eso, él simplemente estaba cambiando porque eso pasa cuando creces.
Cansado de darle vueltas a las cosas en su cabeza, suspiró profundamente y se imaginó a si mismo tomándose por los hombros y dándose un buen sacudón. No había tiempo para pensar tanto en una misma cosa. No había tiempo que desperdiciar.
Sacó de sus pantalones una pequeña cajetilla de cigarros y encendió uno. Antes se sentía relajado cuando fumaba, lo único estresante era tener a Baekhyun detrás regañandolo por hacerlo; que si era malo, que si se estaba jodiendo los pulmones, que a la final sería todo menos placentero. Desde su punto de vista lo único malo de fumar eran las quejas de Baekhyun y la exagerada tos que fingía Junmyeon para que dejara de hacerlo. Irónicamente en ese momento debía darle la razón a su hyung quejumbroso, no se sentía nada placentero, y lo hacía sentir como una tetera vieja llena de humo.
Tiró el cigarro al piso cuando apenas iba por la mitad. Incluso se planteó tirar toda la caja la próxima vez que pasara cerca de un contenedor de basura. Ya ni siquiera se siente relajante.
—¡Jongin, el medio ambiente!
Un grito lo hizo levantar la vista, él conocía esa voz vitamina que nutría tu cuerpo ya que era muy carismática.
—Quiero que te levantes y recojas ese trozo de muerte del piso —le ordenó la singular voz.
Justo frente a él se encontraba Sehun parado con un lienzo bajo el brazo y mirándolo por encima de sus raros lentes, que estaban a medias entre los goggles de un protagonista de digimon y unos anteojos de diseño pijo, básicamente iba desprendiendo extravagancia.
—Creí que estaba solo —le dijo Jongin quien no podía quitar su vista de los curiosos lentes de Sehun.
—¿Eso quiere decir que cuando estás solo te gusta contaminar el ambiente? ¡La madre tierra te va a castigar! —Sehun podía ser un poco escandalosos también—. Vamos, mueve tu trasero y recoge eso —le ordenó a un Jongin que levantó una ceja—. No me mires así, te estoy haciendo un favor.
—¿Qué clase de favor es ese? —preguntó Jongin mientras recogía el cigarro con un papel y lo guardaba dentro de su mochila porque no había otro sitio donde tirarlo.
—La tierra es tu hogar, te estoy ayudando a mantener limpio tu hogar —respondió Sehun mientras acomodaba su lienzo en el piso, justo al lado de Jongin—. ¿Te molestaría quitarte la ropa? —preguntó casualmente el chico, cambiando radicalmente de tema.
No era que Sehun estuviera loco, tampoco era que Jongin hubiera hecho eso antes, pero había que tener en cuenta que esa era su forma de ser con todo el mundo. Sehun hablaba contigo como si te conociera de hace muchos años y esa era una de las características que todo el mundo apreciaba de él. Había que admitir que se trataba de una cualidad que en otra persona hubiese resultado un poco molesta pero en Sehun no era el caso, su confianza era atractiva.
Jongin no era un ciego, le parecía demasiada atractiva la personalidad del menor porque era como un personaje de cómic indie, había una rareza casi adictiva en él.
—¿Le pides a todas las personas que conoces que se desnuden?
—Claro que no, Jongin —dijo con gracia—, solo a las personas que están calientes.
La boca de Jongin cayó unos centímetros. Sehun era muy descarado y eso hacía que Jongin no se sintiera aburrido para nada, se sentía como si pudiera hacer una broma de esas que hacía mucho que no le salían.
—Entonces pinta el sol, no hay nada más caliente que eso —le dijo a Sehun y este lo observó sobre sus lentes. Jongin diría que algo molesto.
—No es tan mala idea después de todo —dijo y puso su lienzo en forma vertical para después sacar un montón de frascos de pintura de su mochila—. Ahora dime, Jongin ¿Por qué no estás en clases? Tú no eres un muchacho malo o tal vez me esté equivocando —las palabras de Sehun le removieron el interior y lo hicieron sentir avergonzado, había una lascividad innecesaria en ellas.
El moreno decidió ignorar la pregunta y comenzó a contemplar la forma en que Sehun pintaba delicadamente el paisaje que tenía frente a él, o algo así, porque el chico estaba cambiado las tonalidades de todas las cosas, algo que raro que era usual en cada pintura que presentaba. Así lo veía él todo porqué sus lentes tenían el vidrio azulado.
—El sol no es verde —dijo y Sehun se detuvo.
—Tú no usabas esa ropa, tampoco te saltabas las clases y mucho menos te negabas a asistir a un concierto.
—¿Cómo sabes...
—Lo que quiero decir —le cortó—, es que las cosas pueden ser diferentes, Jongin.
El mayor observó su propia ropa. Él solía vestir de una forma diferente, una más estilizada. Ahora estaba usando las camisetas de Taemin porque no dejó que su madre las donara y, para su mala suerte, su hermano amaba demasiado sus camisetas de boybands. También contemplaba el hecho de que estaba tirado en el suelo de la azotea. Él amaba sus clases porque le parecía asombroso poder estar estudiando lo que tanto deseó, pero no tenía inspiración últimamente y ya no podía sentir la calida alegría que lo invadía cuando estaba pensando en como su carrera era su sueño.
Las palabras de Sehun lo hicieron sentir qu su anhedonia eran tan cierta y a la vez tan falsa. No sabía como lograba el chico de los lentes raros eso pero tenía la certeza de que era la única persona que lo podía hacer.
— Tú eras un poco más atrevido, no tanto como yo pero tenías un no se qué que hacía que todos te vieran más de dos veces. Ahora te ves desanimado, ya ni siquiera le gustas a mi amigo Tao —Jongin recordaba claramente como el chino lo observaba por cada esquina, y estaba mucho mejor sin tener a un espía.
—No estoy desanimado.
Por un rato Sehun solo se dedicó a pintar y Jongin seguía repitiendo en su cabeza lo que acababa de decir y le estaba comenzando a molestar que no podía parar aunque eso era lo que quería.
—¿Estás jugando conmigo? —dijo de pronto el menor muy molesto—. Te he observado muy bien, sabes a que me refiero, eres un chico inteligente, no seas infantil y acepta que te pasa algo —la firmeza con la que pronunció cada palabra hizo que el corazón de Jongin se encogiera.
Diez minutos con Sehun lo hicieron sentir muchas cosas, no se podía decir que eran buenas porque la verdad cuando había demasiadas emociones juntas se sentía lastimado sin embargo Jongin intentaba que no le afectara y se concentró en el hecho de que se sentía vivo y con emociones por primera vez en mucho tiempo.
El mayor se levantó y aunque Sehun solo fingía observar su pintura como si no le interesara lo que iba a hacer, tenía que admitir que se mordió la punta de lengua, esperando no haberla cagado con Jongin. Por alguna razón le preocupaba como reaccionaría el chico a sus palabras y eso era raro porque a él solo le importaba decirlas.
Se dio cuenta que falló en sus predicciones cuando Jongin no se fue, al contrario, hizo algo que lo dejó sorprendido y casi, casi sus lentes se caen porque se resbalaron en el puente de su nariz debido a la expresión de sorpresa que puso, pues Jongin se estaba quitando la camisa y por un momento Sehun contuvo la respiración.
—¿Es esto atrevido para ti? —preguntó Jongin y elevó el tono más de lo que pretendía—, ¿esto me hace ser menos aburrido? — continuó, lanzando su camisa a quién sabe dónde—, ¿no lo es? —Jongin sentía una revolución en su interior que estaba contenta de poder dejar a Oh Sehun sin palabras—. Ya veo que no lo es —comentó e hizo un gesto que puso a Sehun alerta, Jongin se llevó las manos a la bragueta de su pantalón y la bajó ya después de desabrochar el pequeño botón metálico—. ¿Qué tal ahora Sehun? ¿Ya dejé de actuar extraño, aburrido, diferente? —soltó lo último molesto con él mismo y mientras empujaba sus pantalones hasta sus tobillos—. Vamos, pinta mi cuerpo de forma atrevida.
Sehun estaba consternado y sabía que Jongin se daba cuenta de eso por lo que el chico trató de ignorar el cuerpo del mayor y se concentró en sus ojos por un momento.
—No estás siendo atrevido, estás siendo un demente —expresó y dejó que su mirada viajará por el cuerpo de Jongin. Su firme pecho, sus piernas, el color de su piel... aceptó que no podía ignorar semejante cuerpo y se aprovechó de que el moreno no podía ver el recorrido que hacían sus ojos ya que sus lentes estaban siendo el aliado más fiel—. Estás casi tan delgado como yo y eso me da algo de razón.
—¿Qué razón? —preguntó Jongin inclinándose hasta quedar cerca de Sehun.
Maldita sea, pensó el menor mientras intentaba razonar su respuesta pero solo quería quitarse los lentes para poder observar mejor a Jongin.
Este chico... Este chico es tan único. Eso se encontraba pensando Jongin al observar al de los lentes raros de cerca, definitivamente quería quitarle los lentes para poder ver la verdad en sus ojos, por más loco que sonara estaba buscando su verdad en los ojos de otro chico porque ese chico hacía que todo dentro de su cuerpo se sintiera agitado, como antes, mejor que antes.
«Click»
Escuchó Jongin y dejó ir a sus pensamientos; a pesar de que estaba frente a Sehun no se percató cuando este sacó su cámara. Definitivamente le estaba pasando algo.
—Me pone nervioso que estés desnudo conmigo en la azotea —confesó Sehun mientras observaba la foto que logró sacar del moreno—. Eres la primera persona que me pone nerviosa con su desnudez.
—¿Significa eso que has visto a muchos chicos desnudos? —preguntó Jongin y Sehun detectó en su tono algo de ¿resentimiento?
El menor había aprendido algo muy importante con los años, luego de que decidió cambiar su forma de ver la vida, y eso era que lo más fácil que se podía hacer con los sentimientos de una persona era usarlos en su contra.
—¡Oh Claro! ¿Quieres ver la foto que tengo de Johnny aquí en mi cámara? —Jongin colocó una expresión de horror y Sehun sintió que tenía el control de la situación en sus manos otra vez—. Las tengo por fines artísticos querido.
—Fines artísticos... —murmuró Jongin molesto y comenzó a recoger sus cosas.
¿Por qué tiene que agacharse estando en ropa interior? pensó Sehun mientras se mordía el interior de las mejillas aturdido. Quiero morder sus muslos.
—¿Vas a andar desnudo por ahí? —fue lo que preguntó, ignorando us pensamientos.
—¿Eso es suficientemente atrevido para ti? —preguntó una vez más el chico mientras dejaba a Sehun solo en azotea.
Definitivamente algún día voy a morder un muslo de Jongin pensó volviendo finalmente a su pintura. No podía permitirse pensar tanto en Jongin, no era bueno estar tan preocupado por alguien con quién no te relacionas tanto aunque te llame mucho la atención. Siempre se corre el riesgo uno no llame la atención o no importe.
(...)
—¡Kim Jongin! —Baekhyun siempre estaba listo para perturbar la mente de Jongin (un poco más) —¡Te saltaste una clase!
—¿Y?
—¿Como qué... ¡Kyungsoo ven acá! —Kyungsoo acababa de entrar al aula seguido de Chanyeol y Junmyeon—, ¡Este chico no entró a una de sus clases!
—No deberías hacer eso, Jongin —comentó el mayor de todos con un rostro de preocupación genuina—, también nos contaron que estuviste caminando desnudo por los pasillos.
Jongin se sonrojó, rodó los ojos y apretó sus labios con impotencia. No sabía que decir y verdaderamente las emociones que expresaban sus amigos no llegaban a él, aunque buscará dentro de sí una razóna verdad era que no podía sentir nada, ni reaccionar por lo que le decían sus amigos. Sentía que no le importaba.
Kyungsoo se acercó más a Jongin y lo tomó por los hombros—. Amigo, tus actitudes ya son demasiado extrañas, lo discutimos de camino hasta aquí, y queremos que busques ayuda en serio.
Jongin sintió que su estómago se revolvió, él no necesitaba ayuda de nadie, solamente necesitaba que la gente dejara de hacerle ver que le pasaba algo porque una parte de él ya estaba creyendo eso y lo último que necesitaba Jongin era que algo le sucediera de verdad.
—Vamos Jongin, el primer paso para superar un problema es aceptar que hay uno —dijo Baekhyun y esa fue la gota que colmó la paciencia de Jongin.
—¡Me gusta Oh Sehun! —exclamó por impulso y no le importó quien lo escuchara—, y por eso actúo de esta forma, porque me siento incapaz de conquistarlo —sentenció y salió del aula sin mirar antes a sus amigos.
La forma más efectiva de ocultar una verdad era decir otra que deje atónitos a todos los presentes. Más o menos con eso se consolaba Jongin por lo que había dicho aunque no funcionaba del todo bien.
No mentí, dije una verdad a medias. Sé que dije una verdad a medias pensó Jongin mientras se alejaba cada vez más del aula donde dejó a sus amigos.
Los muchachos que observaban al menor desaparecer a pasos firmes se quedaron en un silencio que nadie parecía capaz de romper. Lo que había dicho Jongin era sorpresivo y los tomó por desprevenidos, además de que ciertamente sentían que había algo raro con su declaración.
Finalmente y como suele pasar, Baekhyun rompe el silencio.
—Tengo que decirle esto a Sehun —comentó Baekhyun haciendo que todos dejaran de mirar el sitio por donde había salido Jongin.
—Debes estar bromeando —le dijo Chanyeol pero abrió impresionado sus ojos al ver que Baekhyun estaba sacando su teléfono.
—Si salir con Sehun logra que Jongin se mejore entonces Oh Sehun tiene que salir sí o sí con nuestro amigo —sentenció el pequeño mientras enviaba a Sehun un mensaje que luego marcaría la vida de Jongin.
"Vas a salir con Kim Jongin
y tienen que tener la mejor cita de sus vidas.
Sé que no te puedes negar a mi petición
y no te preocupes, Jongin no se va
a negar cuando lo invites a salir"
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