Capítulo 26
- ¿¡Qué hiciste qué!? –Preguntó Catarina furiosa mientras caminaba hacia Ragnor como un tigre acorralando a su presa; el brujo tragó grueso.
-Es que no creí que fuera a hacer eso...
- ¿¡Y porque cuando lo estaba haciendo no lo detuviste!?
- ¡Intenté hacerlo pero no me dejó hablar y cuando lo intenté por última vez Asmodeus me calló!
- ¡Es tu culpa Ragnor Fell! –Gritó la bruja completamente furiosa–. ¡Tú lo hiciste sentir terriblemente mal! Le hiciste sentir que no pertenecía a la familia y ahora ¡felicitaciones! Ya no está y no sabemos dónde está, por cierto en caso de que lo encontremos ¿de qué servirá? ¡No nos recuerda! ¡No recuerda que somos su familia! ¡Ni siquiera sabe que somos brujo! ¿Qué estabas pensando? –Vociferó la bruja.
-Lo siento... estaba dolido, estaba triste, estaba enojado, le dije cosas que no quise...
- ¡Pues mira lo que ha pasado! ¡Porque no te controlas un rato he perdido a uno de mis pequeños! Y casi que a los dos, porque ahora Magnus está sin recuerdos...
-En realidad Alec le pidió Asmodeus que sólo quitara los recuerdos con él, el demonio nos aseguró que eso haría, que nos recordaría a todos lo demás... bueno a Jace no porque él está muy ligado a Alec, pero nos recuerda, lo confirmé cuando salimos de Edom, hablé con él, recuerda cuando lo criamos y recuerda todo lo que vivió con nosotros, recuerda a Isabelle pero no recuerda que ella tuviera un hermano y no recuerda que ese hermano fuera su novio, para Magnus, Alec ya no existe...
Catarina en un ataque de ira, tomó un sartén, agradeciendo que estuvieran en la cocina, y se lo estrelló al brujo con fuerza en la cara.
- ¡Eres un idiota Ragnor Fell! ¡Vas a solucionar esto! ¡Lo vas a hacer! ¡Me vas a traer a mi niño de vuelta! ¡Vas a hacer que Alec y Magnus estén juntos cómo deben estar! ¿¡Entendido!? –Preguntó Catarina molesta; Ragnor asintió con fervor.
-Sí, yo también quiero recuperar mi niño.
Catarina miró con tanta frialdad al brujo, que éste prácticamente se congeló en tu lugar.
- ¿No habías dicho ya que no era tu niño? –Espetó molesta antes de retirarse de aquel lugar.
(ಥ_ಥ)
- ¿Estás bien Alec? –Preguntó Simon mirando al ojiazul mientras caminaba hacia la casa del chico.
Asmodeus había retirado todos los recuerdos del mundo de las sombras de Alec, el problema es que el chico se había criado con brujos, por lo cual toda su vida había desaparecido por completo, sólo recordaba su nombre, Alexander Lightwood, recordaba que tenía dieciocho años, pero por lo demás, su mente había quedado en blanco.
¿Tenía familia?
¿Tenía amigos?
No lo sabía.
Había vuelto de nuevo al principio, un chico que miraba cosas extrañas, el problema era que al ser un niño para Alex habían sido fantasías, ahora realmente pensaba que estaba loco. Simon había encontrado a Alec mientras éste huía de un montón de criaturas con cabellos de colores y orejas puntiagudas que lo perseguían con grandes sonrisas. Seelies que habían sido sus amigos pero que ahora el chico no lo recordaba; Simon lo había calmado cuando Alec estaba completamente alterado y ahora lo llevaba a su casa. El chico había llamado a su madre y le había preguntado si un amigo suyo se podía quedar unos días allí, le había explicado lo que pasaba, le había revelado que se había encontrado a un joven bastante perdido sin recuerdos, sin nada y su madre había aceptado que Alec se quedara en su casa sin problema alguno.
El ojiazul estaba realmente agradecido con Simon, pues al menos había encontrado alguien que le tendiera la mano cuando se sentía completamente perdido.
(❀◦‿◦) Un mes después (◕‿◕✿)
Encontrar a Alec no había sido tan fácil como hubieran querido ya que Asmodeus le había puesto un bloqueo para que ningún tipo de rastreo de brujo o Nefilim funcionara. Al final lo encontraron de la forma más estúpida posible.
Clary le había prometido a Jace que seguiría ayudándolo a encontrar a Alec, pero el rastreo no había sido fácil ya que ni siquiera por la runa Parabatai el ojiazul era localizable, ya sabía que su hermano estaba vivo, lo sentía, la runa había vuelto a tomar un color negro, de nuevo estaba activada, Alec era nuevamente un Nefilim pero era un Nefilim que no tenía idea del peligro en el que se encontraba, hasta ahora había tenido suerte, mucho más porque lo Seelies permanecían protegiendo mientras se burlaban de los brujos y de los Nefilims por no encontrarlo.
La pelirroja había salido a comprar unos cómics con Simon intentando hacer algo normal, aquel chico no sabía nada del mundo de las sombras y Clary no lo veía tan seguido como le hubiera gustado.
-Me tienes muy abandonado Fray –se quejó Simon–. Me siento muy solo.
-Bueno, tú también has estado ocupado.
-Ya te dije que estaba ayudando a un amigo.
- ¿Y cuando conoceré a ese amigo?
-Cuando tengas tiempo, ahora mismo voy a ir a una cafetería donde trabaja.
- ¿Trabaja en un cafetería? –Preguntó arqueando una ceja–. Ha de ser un nerd –se burló Clary.
-No es un nerd y están trabajando allí para ayudar con los gastos a mamá, ella dijo que no tenía que preocuparse, pero él no quiere ser una carga.
-Espera un momento ¿ese amigo tuyo está viviendo contigo? –Preguntó Clary sorprendida–. Simon no me habías dicho que te gustaban los chicos.
-No me gustan los chicos –refunfuñó Simon–. Ya te dije que me gusta tu amiga –señaló rodando los ojos.
-Sí, bueno, a todo el mundo le gusta Isabelle –dijo Clary divertida.
-Lo sé –Simon parecía deprimido por eso–. En, es solo que los hemos ayudado, no tiene a nadie, ni siquiera recuerda antes de que lo encontrara en el parque tirado.
-Espera un momento ¿Simon encontraste tirado a un chico en el parque y lo llevaste a tu casa? ¿Pero qué te pasa? ¿No entiendes lo peligroso que puede ser eso?
-Sólo estaba siendo un buen judío –señaló Simon–. Y Alec es un buen chico.
-Pero Simon es demasiado peli... espera ¿Qué? ¿Cómo le llamaste?
-Alec, así se llama, es lo único que recordaba, su nombre.
Clary sintió su corazón detenerse antes de que empezara a latir con fuerza.
-Simon, llévame a la cafetería donde trabaja tu amigo.
-Pero creí que tenías que hacer cosas y...
- ¡Simon! –Gritó Clary–. ¡Llévame a la cafetería!
El chico parpadeó rápidamente antes de fruncir el ceño y asentir.
-Está bien Fray, contrólate, pero te advierto creo que es gay, así que no te ilusiones con él, además no creo que esté listo para una relación, está muy...
- ¿¡Quieres callarte, dejar de decir estupideces y llevarme con Alec ahora mismo!?
Simon rodó los ojos pero asintió y comenzó a caminar junto con la chica hacia la cafetería donde trabajaba Alec. Y allí cuando entraron estaba Alec, detrás de la barra atendiendo las personas con una sonrisa tímida pero encantadora.
Clary sintió sus ojos humedecerse.
¡Por fin lo encontrado! Después de un mes de búsqueda estaba allí.
La pelirroja sin poder evitarlo y sin siquiera pensarlo, corrió hacia Alec y con la habilidad que solo los Nefilims podían tener, saltó la barra sin problema alguno antes de tirarse los brazos de Alec.
- ¡Alec me siento tan feliz de haberte encontrado! No sabes lo mucho que te he buscado, todos te hemos buscado.
Alec se sorprendió y no correspondió el abrazo, parecía realmente incómodas.
-Disculpa ¿tú eres...?
.( •̥́ ˍ •̀ू )
- ¿Recuerdas más cosas? –Preguntó Catarina después de enseñarle todas las fotos a Magnus.
Así habían pasado el último mes, haciendo referencias hacia el ojiazul, mostrándole cosas a Magnus para que poco a poco fuera recordando y así había funcionado. El amor de Magnus hacia Alec era tan grande que ni siquiera el hecho de que Asmodeus haya intentado borrarle los recuerdos había funcionado, poco a poco Magnus se había dado cuenta que en su vida había existido alguien supremamente especial, alguien que hacía que su vida fuera más valiosa, no recordaba quién era, pero aquel día se había despertado soñando con un bello ojiazul mientras se besaban en Central Park, eran unos niños. Magnus había recortado su primera cita con Alec y la bruja se dio cuenta que era la hora.
- ¿Se te hace familiar? –Preguntó enseñándole las fotos que tenían de Alec; Magnus asintió.
-Lo he visto, en mis sueños pero lo he visto, Alexander ¿verdad?
-Exacto –Catarina asintió–. Alec Lightwood, aunque tú siempre le has llamado Alexander.
- ¿Qué pasó con él? ¿Quién es para mí? ¿Por qué no está conmigo?
-Ustedes tuvieron un problema de pareja, Alec cometió un gran error de cuál se arrepentía tremendamente, pero tú estabas muy enojado... y con razón, luego tu padre te llevó a Edom...
-Lo recuerdo, el necesitaba mi inmortalidad para alimentar el reino.
Catarina asintió.
-Exacto, Alec te ama demasiado y ofreció su inmortalidad a cambio de la tuya.
- ¿Está muerto? –Preguntó Magnus sintiendo su corazón romperse; Catarina negó con fervor.
-No, él fue un Nefilim, luego fue un vampiro y le quitaron su inmortalidad, pero Alec está vivo, solo que no lo hemos encontrado.
- ¿Por qué no lo rastrean? –Preguntó Magnus confundido.
-Es más difícil de lo que crees, mi niño –musitó Catarina acariciándole la mejilla al moreno–. Tu tío Ragnor y tu tío Raphael lo han buscado por todas partes, pero no lo encuentran, hay rumores que dicen que los Seelies saben dónde está, pero siempre que les preguntamos por Alec se ríen y salen corriendo, ellos debe saberlo.
- ¿Y si voy con la reina Seelie?
-No, ella te pedirá algo a cambio...
-Vale la pena si lo encontramos.
Catarina rió.
-No lo conoces, pero quieres encontrarlo.
-No lo conozco pero siento que lo amo –musitó el brujo–. Y quiero recuperarlo.
-Su amor es muy grande, el daría lo que fuera por ti y tú por él, nunca en mi vida había visto amor tan puro como el de ustedes, se criaron juntos pero nunca fueron hermanos, siempre se amaron de una forma tan fuerte y distinta, siempre estuvieron el uno para el otro...
-Exacto –Magnus asintió–. Y no lo abandonaré ahora.
-Él estará bien, no te preocupes.
- ¿Pero y si le pasa algo malo?
-Me he comunicado con Jace Herondale.
- ¿Quién es él?
-El Parabatai de Alec, él dice que puede sentirlo bien.
Magnus asintió.
- ¿Está vivo?
Catarina sonrió.
-Por supuesto que está bien, él es un guerrero...
-Pero él no lo sabe...
-Pero su instinto sí.
-En caso que lo encontremos... –empezó Magnus–. ¿Podrá recordarme?
La bruja negó.
-No debe recordar mucho, al quitarle la inmortalidad a un ser, olvida todo sobre el mundo de las Sombras, pero Alec se crió con nosotros, así que quizás su mente esté en blanco.
- ¿Entonces...?
-Tú lo recuerdas porque su amor es muy fuerte, cuando te vea, puede que no todos los recuerdos vuelvan de golpe, pero lo harán lentamente, ustedes van a estar juntos mi niño, yo me aseguraré de eso.
Magnus abrazó a su madre con fuerza.
-No quiero perder a mi Alexander.
Catarina sonrió y negó.
-No, no lo harás mi amor. No lo haremos.
(⊙o⊙)
- ¿Así que no estoy loco? –Preguntó Alec sorprendido; Clary asintió riendo.
-Exacto, aquellas criaturas qué dices que te seguían en el parque, son Seelies y bueno, te adoran, eres un héroe Alec Lightwood –señaló Clary.
-No lo soy...
-Sí, sí lo eres, salvaste a muchas personas de una manera muy justa y noble, salvaste a todo el mundo subterráneo, brujos, vampiros, hadas, lobos...
-Lo que dices no tiene sentido –murmuró Alec.
-No, no lo tiene, pero es real, todas las leyendas son ciertas, tú eres Alexander Lightwood, un Nefilim, un cazador de sombras, luchas por lo justo, defiendes a los subterráneos oprimidos, eres la persona con el corazón más puro que haya existido, matas demonios, cuidas mundanos.
- ¿Qué son mundanos? –Preguntó Alec.
-Personas como Simon, ordinarias.
- ¡Oye! –Simon pareció ofendido–. ¡No soy ordinario!
Clary rodó los ojos.
-Por supuesto que no, no lo eres –dijo palmeándole la espalda.
- ¿Por qué sólo yo las veo?
-No sólo tú –señaló Simon–. Yo también los veo, pero creí que eran clases de cosplayers.
- ¿Tienes la visión? –Preguntó Clary sorprendida; Alec y Simon la miraron sin entender–. Es algo que te permite ver a través del mundo de las sombras, pocos mundanos la poseen, los Nefilims nacen con ella, no sabía eso ¿por qué no me habías dicho nada?
-Ya te dije, creí que eran cosplayers.
Clary miró a su amigo exasperada.
-Sólo tú podrías pensar algo así, pero es excelente puedas tener la visión.
- ¿Por qué? –Inquirió Simon.
-Porque ya no tendré que ocultarte cosas, Isabelle es una Nefilim...
-Sabía que era muy perfecta para hacer una simple humana.
Clary soltó una risita.
- ¿Quién es Isabelle? –Cuestionó Isabelle.
-Es una de las mejores guerreras de nuestra generación... y es tú hermana –señaló Clary.
- ¿Tengo una hermana? –Preguntó Alec sorprendido; Clary sonrió abiertamente y asintió.
-Tienes una hermana y un hermanito llamado Max que te adora y te extraña... y tienes un Parabatai que es tu mejor amigo y prácticamente tu hermano.
- ¿Paraba qué?
-Parabatai –explicó Clary y se acercó a Alec–. ¿Puedo? –Preguntó señalando su camisa, el ojiazul se removió incómodo pero asintió y se sonrojó hasta las orejas cuando Clary alzó su camisa–. ¿Ves? Esto no un tatuaje...
-Sí lo es, me desperté y lo tenía, creo que es producto de una borrachera muy grande.
-No, no es un tatuaje, se llaman runas, nos dan nuestros poderes a los Cazadores de sombras, diferentes runas hacen diferentes cosas, éste en especial es un lazo muy importante, muy fuerte que sólo la muerte puede deshacer, tienes un amigo que tiene una runa exactamente igual, es mi novio...
- ¿Tienes novio? –Preguntó Simon sorprendido; Clary se sonrojó.
-Debí decírtelo.
-Sí –Simon chasqueó la lengua–. Debiste hacerlo Fray.
-Bueno... –interrumpió Alec–. ¿Y él es mi hermano?
-Es tu hermano de guerra, su lazo es muy fuerte y Jace... ¡oh, por el Ángel! ¡Tengo que llamar a Jace para decirle que te encontré!
-Jace... –Alec suspiró–. Siento que lo conozco...
-Por supuesto, él va a estar encantado de verte, si estás listo.
Alec asintió seguro.
-Sí, quiero verlo.
La chica sonrió abiertamente antes alejarse para hablar por teléfono con su novio.
- ¿Puedes creerlo? –Preguntó Alec llevándose la mano al lugar donde tenía su runa Parabatai.
-Sí –Simon resopló–. Tiene novio y no me lo había dicho –murmuró ofendido; Alec lo miró con exasperación.
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