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Capítulo 10











Hoy iniciaría su plan, empezaría a acercarse a Simon Lewis, sólo esperaba que ese chico no se quedara tan atarantado como siempre lo hacía cuando ella le pedía una goma de borrar. Isabelle iba perfectamente arreglada con una pequeña falda hasta la mitad de los muslos que es le quedaba bastante ajustada y llevaba un top blanco a juego. Mientras ella recorría el pasillo los chicos se detenían a mirarla sin vergüenza y con deseo mientras que las chicas la miraban con gran envidia, la mañana pasó con rapidez e Isabelle ansiaba que llegara la clase de francés, pero justamente cuando por fin llegó el momento esperado, una Seelie cubierta evidentemente con un glamour se acercó a ella.

-Isabelle Lightwood, bien hallada seas –saludó Kaelie, aquella hada qué era camarera en el restaurant que una vez los había llevado su madre–. Sabemos que tienes contacto con la representante de los hijos de Lilith...

-Sí, es mi madre –dijo Isabelle obvia, ignorando todas las miradas envenenadas que las personas le daban al pasar, pues estaba hablando sola, o eso pensaban los mundanos–. ¿Qué pasa con ella?

-Se han encontrado tres brujos muertos cerca de nuestro territorio, necesito que se lo comuniques y dile que tú sabes quién es el responsable.

-Espera un momento ¿Voldemort lo hizo?

Kaelie la miró sin entender la referencia e Isabelle negó con fervor.

-Está bien, olvídalo, se lo diré a mi madre ¿algo más?

-Sí, esto te lo envía a la reina como regalo –dijo la chica entregándole un rollito de pergamino con olor a frescas flores.

-La reina no da regalos –gruñó Isabelle con frialdad; Kaelie sonrió de forma malévola.

-Hasta pronto Isabelle Lightwood y ten en cuenta las palabras de mi reina –murmuró antes de salir corriendo lejos del lugar; Isabelle esperó hasta qué Kaelie desapareciera de su vista para abrir el pequeño pergamino que la reina le había enviado.

Y allí en letra pulcra y elegante, estaban escritas unas palabras que la hicieron estremecer mientras que su corazón se helaba.

"No confíes en aquellos que dicen ser tu familia"









( '◔')













Isabelle caminaba sin rumbo por el pasillo, todos los planes de acercarse a Simon habían desaparecido, ella sabía muy bien que los Seelie no podían mentir.

¿Por qué debería desconfiar de su familia? Ellos eran muy cercanos los unos a los otros, incluso su tío Raphael que velaba por su seguridad.

Alec le contaba todo ¿o no?

Magnus era su mejor amigo, él no sé atrevería a ocultarle nada ¿verdad?

Su mamá era...

¡Boom!

Isabelle se estrelló con fuerza contra alguien y frunció el ceo, le había dolido el trasero, pues había caído sobre él.

- ¿Oye pero qué te pasa? –Preguntó mientras se giraba para ver a la persona que la había hecho caer. Clary Fray, pero ella ya se estaba poniendo en pie para irse–. ¿Hola? ¿Vas a pedir disculpas, Fray por lo menos? –Preguntó Isabelle pero Clary seguía ignorándola y salió corriendo hacia la salida del instituto–. ¡Oye pequeña mundana ven aquí! –Isabelle comenzó a corretear detrás de ella.

- ¡Déjame en paz Lightwood! –Gritó la chica pero su voz estaba temblorosa, era notable que se estaba esforzado por no llorar; toda la furia de Isabelle desapareció y corrió tan rápido cómo pudo.

-Oye espera ¿Qué pasa?

- ¡Te he dicho que me dejes en paz!

-En serio Clary –Isabelle tomó de la muñeca a la pelirroja–. ¿Estás bien?

- ¿A ti qué te importa? Suéltame, ya tengo que irme.

-Oye tranquila, es en serio puedes decírmelo.

-Por favor, suéltame –Clary estaba llorando–. Por favor tengo que irme, mi mamá está en peligro.

- ¿Qué pasó?

-No lo sé, me llamo, dijo que alguien la atacaba, tengo que irme, lo siento –Clary siguió corriendo; Isabelle la siguió nuevamente.

- ¿Quién la está atacando? Debemos llamar a la policía.

-No... sí... no lo sé... dijo que era un tal Valentine, algo sobre un círculo, pero no le entendí.

Isabelle se detuvo y sin saber porque, Clary también.

- ¿No me vas a ayudar? –Preguntó casi molesta la pelirroja.

El Círculo.

Todo el color desapareció del rostro de Isabelle antes de salir corriendo y tomar a Clary por la muñeca, la pelirroja se sorprendió al ver como Isabelle la arrastraba rápidamente en tacones ¿Cómo podía correr así?

-Oyes espera no, esa no es la dirección de mi casa, tenemos que ir a mi casa.

-Clary no entiendes, es más complicado de lo que piensas.

- ¡No lo es! ¡Mi mamá está en peligro! ¡Suéltame ahora! ¡Quiero ir por mamá!

- ¡Clary basta! –Isabelle se detuvo y tomó a la pelirroja de los hombros–. Esto es serio, nosotras no podemos ir las dos solas contra El Círculo.

- ¿Pero qué es El Círculo? ¿Por qué sabes que es? ¿Qué tienes que ver con eso? –La pelirroja negó con fervor–. Olvídalo, no me importa, tengo que ir por mi mamá –Clary se zafó del agarre y salió corriendo.

- ¡Clary espera!

-Si no me vas a ayudar, déjame en paz.

Isabelle se sentía dividida, era ir detrás de Clary y correr el riesgo de que les sucediera algo o dejarla ir para llamar a su madre... pero quizás fuera demasiado tarde.

No, ella era una Nefilim, con o sin entrenamiento lo era y debía proteger a los mundanos, Isabelle esperando que su madre no se enojara cuando se enterara, salió corriendo detrás de Clary, preparada para cualquier cosa que viniera.










(o)












- ¿Estás seguro Jace? –Preguntó Alec frunciendo el ceño.

-Por favor Alec ¿Cuándo no he estado seguro de algo?

El ojiazul hizo una mueca.

- ¿En serio quieres que te responda eso?

-Bueno sí, me he equivocado un par de veces.

- ¿Sólo un par de veces? –Preguntó el ojiazul arqueando las cejas.

-Ese no es el punto Alec, a lo que quiero llegar es que estoy completamente seguro, eran los miembros del Círculo.

- ¿Seguro que los viste salir de aquí?

-Bueno, en realidad no los vi salir de aquí, aquí, pero la actividad demoníaca es bastante grande y ya sabes...

-Sí, se han hablado sobre experimentos con sangre demonio, Luke me dijo algo sobre ello.

-Bien, entonces andando.

-Andando –asintió Alec antes de entrar al edificio.

Corrieron rápidamente y subieron las escaleras siguiendo los niveles altos de un sensor, siguieron subiendo hasta qué el sensor se descontroló y entraron a uno de los apartamentos; Alec y Jace quedaron completamente sorprendidos. Todo estaba hecho un desastre y allí los vieron, dos miembros del círculo estaban allí, uno de ellos tenía a una mujer en brazos, el otro empuñó su espada.

-Niños, no queremos derramar más sangre de ángel, así que lárguense.

-Por supuesto que nos iremos –dijo Jace–. Pero primero baja a la mundana y digamos que están haciendo aquí.

-Tú no sabes nada Jace Herondale.

El rubio sonrió abiertamente.

-Oh, sabes mi nombre ¿lo ves Alec? Soy demasiado popular –el ojiazul rodó los ojos–. No sabía que tenía tantos fans, aunque no es que me sorpresa.

-Sí, he escuchado mucho sobre ti y tu petulancia –el hombre miró a Alec–. También hemos escuchado sobre ti, Alexander Lightwood –el nombrado abrió los ojos de golpe–. ¿Qué? ¿En serio creíste que no íbamos a saber sobre el Nefilim criado por los asquerosos brujos?

Alec sacó una flecha y la apuntó hacia el hombre.

- ¡No metas a mi familia en esto!

-Escúchate, das asco ¿tu familia? Una bruja sin talento, un brujo y un vampiro que comparten cama y tú, novio de un asqueroso brujo.

Alec no lo pensó dos, veces arrojó la flecha clavándosela al hombre en el costado.

-Los únicos asquerosos son ustedes y sus estúpidos ideales, eso sumándole su fidelidad a Valentine, ahora, nos dirán qué hacen aquí.

El miembro del círculo que tenía a la mujer en brazos, la dejó quizás no con mucha suavidad sobre el suelo y empuñó su espada.

-Nosotros somos fieles a nuestra raza, a los Nefilim y a nuestro compromiso con Raziel, los demonios deben morir.

-Sí, los demonios, pero los subterráneos no lo son, son parte humanos...

-Y parte demonio, todo aquel que tenga sangre demoniaca ha de morir –espetó uno de los miembros del círculo mientras se sacaba la flecha de su costado–. Al igual que los traidores que protegen a esas monstruosas criaturas del infierno.

Y Alec no lo pudo soportar más, olvidándose de su arco y flecha, tomó su espada serafín y se la clavó al miembro herido en el pecho.

-El único que se irá al infierno eres tú –gruñó antes de hundir aún más la espada; el hombre cayó al suelo mientras que Jace atacaba al otro.

-Mírense niños, ustedes, dispuestos a matar a miembros de su propia raza sólo para defender a esos demonios.

-Nosotros defendemos lo justo.

- ¿Qué? ¿Me vendrás con ese cuento Jace Herondale? ¿La ley es dura pero es la ley? Estoy bastante seguro que tú no estás de acuerdo con muchos ideales de la clave.

-Nadie lo está –replicó Alec ayudando a su Parabatai–. Pero no por eso asesinamos a gente inocente.

- ¿Inocente? –Preguntó el miembro del Círculo soltando una carcajada–. Tú, amante a los subterráneos, no sabes nada de esas bestiales criaturas.

Alec miró a Jace de reojo y los dos asintieron antes de lanzarse sobre el hombre y acorralarlo contra la pared quitándole sus armas.

-Mátenme, moriré por la causa, pero Valentine triunfará, El Círculo triunfará, tenemos el espejo y la espada y estamos a punto de conseguir la copa... –Alec y Jace juntos le clavaron sus espadas al hombre–. Tu asquerosa familia morirá –fueron las últimas palabras del hombre y Alec se quedó en shock mientras Jace lo miraba con preocupación, pero antes de que pudiera decir algo se escucharon unos nuevos pasos entrando al apartamento.

Alec y Jace se pusieron en posición de ataque, listos para continuar asesinando a las próximas personas que entraran por aquella puerta.

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