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❤️Día #7 ❤️

De nuevo sucedía aquello. Ya era (exactamente) la décima ocasión en la que los dioses del olimpo (Zeus, Hermes, Afrodita y Loki) se reunían en aquella habitación “privada” para hablar del mismo tema.

- Otra vez sucedió.  –Dijo Zeus, quien estaba sentado en el mejor lugar de aquella enorme mesa en la que los otros dioses se habían auto-convocado.

¿Qué estaba sucediendo? Había sido la pregunta de varios otros seres que habían visto una pequeña parte de aquella extraña reunión.  Por lo que se sabía en el Olimpo (y en los otros panteones) no sucedía ningún problema por lo que aquella reunión entre dioses se hizo extraña eso sumado a que la mayoría de los presentes NO eran un dios que pudiera ir nombre del panteón o el representante principal. Lo que estaba sucediendo era un total misterio para algunos de los curiosos del Olimpo que no entendían el ¿Por qué? De la reunión.

- Esta es ya la décima ocasión ¿No?  --Pregunto Afrodita contando inconscientemente en su mente las otras nueve veces que habían ocasionado aquella reunión de la que era participe desde hace más de 5 meses.

- Estas en lo correcto Afrodita  --Dijo Loki quien estaba levitando en aquel sitio— En esta ocasión fue personalmente hasta el mundo humano para conseguir el objeto allí. 

- ¿Qué objeto recibió?  --Pregunto Zeus con un martillo de madera cerca para poner el orden en caso de que sea necesario.

- Fuero unos adornos para el cabello –Contesto inmediatamente Hermes, quien estaba parado a un costado de Zeus.

- Muy bien, lo mejor sería ver cuáles fueron los objetos de las otras veces para ir dando una cara a esa misteriosa persona.  –Comento Zeus mirando a sus acompañantes--  ¿Qué fue la primera vez?

- Fueron los dulces de un dios.  –Dijo una voz fuerte abriendo de golpe aquella enorme puerta que bloqueaba el paso hacia la habitación donde estaban.

Ante tal intromisión la silueta de otro de los dioses del olimpo se hizo presente sorprendiendo a todos por tal entrada.

- ¿Qué haces aquí Apolo?  --Cuestiono Zeus al ver a uno de sus hijos irrumpiendo en una importante reunión.

- Afrodita me explico que ustedes deseaban averiguar la identidad de cierta persona que ha estado relacionada con un asunto que les da mucha curiosidad.  –Comento Apolo sentándose en el piso mirando a la mesa y a los otros dioses.

Por unos breves (largos) minutos los presentes se quedaron en silencio pensando en las palabras de Apolo y sobre explicarle la situación hasta que uno de los dioses tomo la palabra por sí mismo y hablo.

- Valla ¿Nos ayudaras?  --Pregunto Loki medio bromista pensando en que movimientos debía hacer para divertirse con una nueva travesura.

- Los ayudare en lo que pueda  --Dijo mirando a su padre— No hay muchas cosas que hacer en el mundo humano así que me quedare en el olimpo un tiempo.  –Mira a los demás dioses-- ¿Pueden explicarme que necesitan?

- Queremos saber sobre ciertas entregas que uno de los dioses ha estado haciendo desde hace ya más de cinco meses.  –Explico vagamente Afrodita cediéndole la palabra a Zeus.

- Desde hace varios meses ha habido un hecho que nos ha dado extremadamente mucha curiosidad debido a su rareza.  –Expreso Zeus—Después de todo ¿Es normal que un dios mande y reciba regalos de un total desconocido?  --Pregunto Zeus ocasionando que Apolo levantara una ceja ante tal pregunta.

¿Qué si era normal que un dios recibiera regalos de extraños? Bueno, si lo decía de esa forma el indudablemente respondería “Es normal. Es posible que aun tenga algún seguidor que le da ofendas de vez en cuando y como gratitud el dios le da algún que otro regalo.” Sin embargo el problema era que aquella pregunta la hacía su padre y aunque este se caracterizara por ser algo tonto y distraído (en algunas ocasiones) tenía la sensación de que había algo más oculto en todo aquel caos/ chisme del que eran participes algunos de los dioses.

Con dudas y algo confuso Apolo suspiro y decidió responder a la pregunta de su padre.

- Yo no veo problema alguno en todo eso padre. –Hablo de manera serena y calmado—Los dioses solemos recibir algunas ofrendas de humanos que en si son desconocidos para nosotros. Además, algunos dioses menores que normalmente no reciben ofrendas suelen darles las gracias a los humanos cuando reciben alguna cumpliendo alguno de los pedidos que le hacen u otorgándoles algo.

- Tienes razón en eso Apolo –Comento Afrodita—Sin embargo lo que sucede es que los objetos que se le mandan a dicho dios suelen artículos para uso personal.

- Bueno eso si es algo raro, normalmente lo que se le dan a los dioses de ofrenda suelen ser sacrificios y no eso –Dijo Apolo intentando calmar aquel extraño sentimiento que le gritaba “¡ESTO ES UNA ESTUIDEZ!”-- ¿El dios ha aceptado antes alguna ofrenda similar?  --Pregunto intentando no saber el nombre del “nuevo juguete o participante principal de los chismes de los presentes dioses”.

- Eso es lo raro hermano Apolo. El dios nunca antes había recibido ofrenda alguna, si bien era conocido él nunca las pedía es más llegaba a odiar el hecho de que le hicieran algún tipo de ofrenda como el asesinato de algún animal o ser humano. –Hablo por primera Hermes quien hasta ese entonces había estado calladito parado a un costado de su padre Zeus.

- ¿Nunca? –Cuestiono Apolo con una ceja levantada—Bueno es posible que esté interesado en el humano, es algo normal. Ha sucedido en varias ocasiones en la que los dioses se interesan en los humanos o en algún humano en especial. –Dijo Apolo con cuidado al tocar el tema, pues el dios que se le venía a la mente a cualquiera que escuchara la frase: “Un dios que se ha interesado en humanos varias veces” seria Zeus, su padre el cual estaba de manera paralela a él mirándole sin pestañear como si estuviera regañándole.

- SI, estas en lo correcto Apolo. Ese dato ya lo sabemos debido a algunas acciones raras por su parte en los últimos días.

- ¿Comportamientos raros? ¿Qué seria eso?

- Ejem –Tosió Afrodita llamando la atención de todos—Hace unos pocos días se acercó hasta donde yo estaba y me pregunto sobre mi opinión de unos chocolates que había comprado para alguien. Me dijo que se había esforzado en comprarlos y que quería saber si estarían bien para dárselos a alguien importante para él.

- A mí –Hablo Hermes—Me pregunto sobre algunos objetos del mundo humano que esta persona le había regalado. Dijo que no sabía muy bien para que eran y que quería que le explicara.  –Agrego Hermes algo pensativo, intentando formar alguna teoría o posible explicación sobre el comportamiento de aquel dios.

- A mí me pregunto sobre algunos lugares muy aburridos a mi parecer. Lo vi a lo lejos y me acerque a él para hablar con él y me pregunto “¿Conoces algún sitio que no te guste y en el que haya mucha paz en el mundo humano?” Me pareció raro pero le respondí de todas formas. –Menciono Loki flotando por aquella habitación sin alejarse mucho de la mesa.

- ¿Y a usted padre? ¿Le paso algo? –Cuestiono Apolo, curioso y algo reocupado por lo silencioso que había sido el dios todopoderoso.

- No, yo no note nada raro fuera de que últimamente parece estar pasándola más en el mundo humano. Solo eso. –Dijo Zeus, dejando el martillo del orden a un lado.

- Hmm… Ya veo. –Dijo Apolo empezando a conectar todos los puntos que los otros dioses le habían dicho.

(¡¿POR QUE ME METI EN ESTO?!)—Se cuestionó Apolo percatándose rápidamente del “objetivo” de aquella organización de dioses.

Un fuerte arrepentimiento empezó a aparecer en él al ver que muchas opciones de salir de aquel lio en el que estaba no habían. Aquello sería una lección para él sobre el meterse y hacer favores a los otros dioses que le pedían ayuda.

- ¿Están preocupados por el dios? –Pregunto aun sabiendo bien sobre la respuesta a aquella pregunta.

¿Un dios preocupándose por otro? ¿En qué mundo sucedería aquello?

Mala suerte. Eso NO en el mundo en que vivía. Si a algún dios le pasaba algo mucha suerte arreglándolo tú solo porque los demás o se burlan de ti o te complican aún más el problema.

- Puf –Se rio Loki.

- SI algo así. El dios nos preocupa un bastante porque nos agrada –Contestaron todos menos Loki al mismo tiempo.

(Mentirosos)—Acuso silenciosamente Apolo al ver lo falsas que eran aquellas palabras.

- Bueno algo como eso dudo mucho que sea algo de lo que haya que preocuparse. Repito es normal que los dioses se interesan en humanos luego de un tiempo.  –Dijo Apolo intentando pensar rápidamente un plan para salir de aquella reunión sin tener que hacer algo a cambio.

Aquella reunión seria muuuuy larga estaba seguro. Después de todo entre todos los dioses que habían era raro que Afrodita se acercara a él para mencionar el tema.

Todo había sido planeado y recién se daba cuenta. Afrodita se había acercado a él para que haga uso de sus poderes de ver tanto el pasado como el futuro y así saber mucho más fácil quien era la “parejita” que se estaba formando entre un dios y un humano.

Y bueno esta podría ser una de esas veces en las que podría suceder aquella regla de salvarse a sí mismo y lanzar al otro al fango o el ojo del huracán (en el caso de los dioses). Si no encontraba una salida de todo aquel embrollo seria molestado durante mucho tiempo, tal vez se llevaría un castigo de su padre y la desconfianza de Afrodita. Otra cosa que podía pasar era delatar al dios de la fortuna y a la otra persona, el otro dios con el que se daba regalos.

(Debí haber previo que esto sucedería si venia aquí por mi propia voluntad)—Se empezó a lamentar en silencio mientras dejaba que la charla continuara.

No volvería a ofrecerse para ayudar a alguien nunca más, claro a menos que sea su hermana o alguien que le importara como su madre.

(Mientras tanto en otro lugar)

- Toma Buddha.  –Dijo Zero entregándole al mencionado el regalo que había estado buscando por todo el mundo humano desde hace unos días.

- ¿Mmh? –Recibe el obsequio-- ¿Y esto a que se debe Zero-chan? –Cuestiono el iluminado mirando aquella pequeña caja que tenía en sus manos.

- ¡Ábrelo! Y... dime si te gusta Buddha…  --Pidió el menor con la voz algo baja, un poco asustado por la expresión que el otro pudiera poner por el regalo

(Realmente espero que le guste)—Se dijo así mismo viendo como su acompañante abría aquel obsequio con calma.

- ¿Un chocolate? –Cuestiono una vez descubierto aquel obsequio.

Con mucho cuidado tomo el objeto de dentro y deposito tanto la caja como el listón que lo envolvía en el piso mirando al albino que parecía querer decirle algo.

- ¡A-Así es! –Exclamo algo nervioso-- La última vez que salimos dijiste que te daba algo de curiosidad los chocolates de los humanos así que busque uno que te pudiera gustar. –Explico intentando no mostrar mucho su nerviosismo (Diciéndolo en voz alta aquel motivo sonaba algo tonto y mostraba lo desesperado que Zero estaba por querer darle un regalo a Buddha por lo que ese hacía por él) — N-No sabía que existieran tantos tipos de chocolates, confunden mucho –Comento para poder tener una charla con el otro y dejar en segundo plano lo que había dicho antes.

El de algunos cabellos verdes soltó una pequeña carcajada al escuchar la razón de su regalo, si era sincero ni siquiera recordaba haber dicho aquello en la salida que hizo con Zero al mundo humano. En ese momento estaba más metido en ver al menor lleno de entusiasmo por ver varias cosas que los dioses normalmente no veían.

- Muchas gracias por el regalo Zero  --Dijo agradecido con una sonrisa adornando su rostro—Bueno ¿Iniciamos con nuestra salida? Estoy seguro de que hoy podremos ir hasta otro sitio con cosas mucho más interesantes que el pueblo cerca de tu hogar.

- ¡¿En serio podremos hacer eso?! –Pregunto muy emocionado e ilusionado por aquella idea.

La idea de salir a un nuevo sitio con más cosas interesantes le atraía sin embargo si iba a suceder lo mismo que en la otra ocasión preferiría no ir a aquella salida, sin embargo si podía sumarle a esa idea la “promesa” de Buddha de ir a otro sitio con cosas interesantes estaba definitivamente seguro de ir.

- Claro que se puede Zero, solamente tenemos que pasar de llamar la atención.

- ¿Y cómo hacemos eso?

- Solo tenemos que ir a tu casa, allí te diré como conseguirlo –Dijo con una sonrisa maliciosa, la idea que tenía en mente le traería mucha diversión.

- ¿Solo hay que hacer eso? ¡Muy bien! ¡Vamos! –Contesto Zero pasando de alto aquella sonrisa llena de malicia del otro y dando saltitos para llegar rápido a su hogar.






























Estaba muy emocionado por aquella salida que en breve harían. Además de estar emocionado por poder pasar tiempo con el otro dios.

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