♥️Día #2♥️
Dio un respiro profundo e inicio con todos los preparativos que ese mismo dia haría.
Se ató su largo cabello blanco con una coleta que había encontrado en su hogar, un signo que tiempo atrás le indico que los humanos habían estado entrando con regularidad, y agarro el bol dispuesto a seguir con los pasos que aquella receta para preparar dulces le decía.
-- Creo que con esto estaría bien. -–Dijo mirando toda la preparación que había estado haciendo desde hace ya un rato para luego proseguir agarrando una cuchara para sacar parte de la mezcla y ponerla en la charola de metal que tenía cerca.
Por lo que recordaba de la receta solamente le faltaba poner la mezcla e la charola, llevarla al horno y esperar unos minutos para que estuviera (nuevamente) más cerca de terminar el mini-proyecto que había estado pensando toda la noche.
Preparar dulces era algo que no hacía muy seguido, de hecho era la primera vez que seguía aquella receta pues no consideraba importante el comer dulces o golosinas.
No era importante hasta hace unas horas –frase en la cual Zerofuku estuvo viviendo durante la noche- un periodo de tiempo donde el albino se la paso mirando el techo de su habitación mientras traía a su mente todo lo que había vivido –esa era una forma de regañarse-.
Hacer todo un “berrinche” (golpear un árbol y otras cosas) por un pequeño (gran) problema que era evidente que sucedería no era una buena forma de liberar toda la furia que sentía y eso era algo que se repetía algo seguido para calmar la furia que podía llegar a sentir cuando le tocara ser la diversión de Loki, en esos momentos de mala suerte lo que uno más debía tener es la paciencia lástima que él no la tuvo.
-- ¿Otra vez….? --Pregunto mirando aquel “dulce” que había estado preparando desde hace tiempo—Todavía no me sale bien…. ¿Qué hago mal? --Cuestiono mirando nuevamente la receta que tenía delante de él.
Ya era el quinceavo intento, según la cuenta que llevaba, y aquellos dulces que tanto quería preparar volvían a tener una forma extraña nada similar a la que se mostraba en la libreta.
No entendía mucho en que parte se equivocaba, los duces que el intentaba hacer no se parecían en nada y aquello era algo que poco a poco le estaba afectando.
Tantos errores y ningún avance ¿Qué era eso?
-- Tal vez debería rendirme con esto… --Murmuro el dios dejando a un lado aquel bol que estaba lleno de masa para galletas.
Nuevamente aquel pensamiento intento apoderarse de su mente.
Podía dejar la preparación de dulces, galletas y cosas dulces que había iniciado desde hace ya unas horas sin embargo otro pensamiento cruzo y choco con la idea de dejar todo de una vez iniciando una pelea en la mente del albino.
¿Qué es lo que más le gustaría a Buddha?
Una simple pregunta con varias respuestas saco a Zero momentáneamente de la idea de tirar la mezcla que había hecho para darle un regalo al dios.
Por lo que había oído en las pocas salidas hacia las reuniones de dioses Buddha era alguien que era fanático de dulces por algunas razón, con mucha paciencia (capaz de soportar las bromas de Loki hasta un punto que parecía ignorarlas), con algunos dotes para a cocina y que, por alguna razón, parecía odiar algunos dioses del mundo humano (lugar del cual sacaba en algunas ocasiones inspiración para nuevas recetas).
Tomo aire nuevamente y sacudió su cabeza intentando apartar cualquier pensamiento de su cabeza por un momento.
Si una receta no le salía podía intentar con otra ¿No?
Aquello era algo que los humanos (y algunos dioses) solían hacer con bastante frecuencia para seguir mejorando aunque sea con algo.
-- Mm… veamos --Dijo pasando de página en página las recetas del cuaderno— ¡Esta! Esta se ve bien -Dijo leyendo todo lo que necesitaba y los pasos a seguir, analizado si esa receta estaría bien.
Apoyo el libro en la mesa y empezó buscar todo lo que el libro pedía, estaba seguro que tenía los ingredientes.
-- Muy bien hagamos esta receta. –Dijo viendo los 5 pasos para preparar la masa, el inicio de todo.
A medida que preparaba una pregunta resurgió en su cabeza.
¿Por qué a los humanos les gustaban los dulces, chocolates y etc.?
Esa era una duda que se hizo desde varios años atrás.
Por lo poco que había visto las cosas duces parecían causar algunos problemas en los humanos. Había viso que cuando consumían algunos las personas solían estar al dia siguiente muy agotadas y de mal humor.
-Los dulces hacían de mal en la vida de los humanos- Ese había sido el pensamiento de un Zero más joven que había estado vigilando a los humanos con sumo cuidado con todo lo relacionado a los dulces.
Sin embargo, la persona que le había ayudado recientemente pensaba de una manera muy diferente.
Los dulces y similares parecían ser una forma de calmar a la gente por lo que había visto recientemente en el caso de los niños.
Aunque los adultos también los consumían y eso era algo que no lograba entender.
¿Los dulces eran comidos para calmar a las personas? ¿O eran consumidos por gusto?
Si el tuviera que decidir por una de las respuestas estaba seguro de que tranquilamente podría elegir ambas y listo (aunque el asunto de los dulces aun le causaba algunas dudas).
Los humanos parecían comerlo por gusto y para calmarse de algunos problemas. En cambio Buddha parecía hacerlos y comerlos por gusto propio.
Al otro dios le gustaban mucho los dulces, sabia prepáralos y siempre le salían bastantes ricos.
Esa era una de las razones por las que llevaba repitiendo la receta que había elegido varias veces.
La personificación de la calma (palabras de Zero para referirse a cierto Dios) no se conformaba con un dulce “algo” rico. Podía asegurar que el otro siempre repetía aquella receta nueva que había hecho varias veces para asegurarse de que los dulces estuvieran ricos.
La alarma que había puesto resonó y a Zero casi se le sale el corazón al darse cuenta de que aquel “dulce” que había preparado estaba listo.
Los nervios, la emoción y un poco de esperanza se apoderaron de su cuerpo cuando saco la tapa de la sartén para poder ver con más detenimiento como había quedado el intento quien sepa que del regalo para Buddha.
-- ¡Wahh! ¡Que increíble! --Exclamo con total alegría al ver que aquello que prepara salió bastante bien— Veamos…. Ahora falta el glaseado y listo.
Con la energía recuperada Zero saco de la mesa todo lo que necesitaría para poder hacer espacio y traer los pocos ingredientes que le faltaban y así preparar el gran paso final del postre que preparaba.
-- ¡¡¡Ya está listo!!! --Grito de emoción el albino poniendo en un plato las rosquillas que salieron de buen aspecto.
El mini-proyecto había sido un éxito y aquello trajo alegría al corazón de Zero quien se la paso saltando por toda la cocina de su hogar
Buddha encontraba (de alguna manera) la forma de calmarlo y alegrarle un poco los días.
Y eso era algo que Zero admiraba.
Bastaba con la sola presencia del otro para que él se calmara y el enojo se le fuera de manera veloz.
Buddha era alguien que influía en las emociones de maneras simples y aquello era algo que a Zero le daba mucha curiosidad, además de sorpresa.
¿Cómo lo lograba? ¿Cómo conseguía hacer aquello? --Esas eran preguntas en las que podía dedicar todo su dia--
Respiro hondo y salió de su hogar rumbo a un lugar en especial con la esperanza de poder cumplir la otra parte de su proyecto. Corrió lo más rápido que pudo para llegar al bosque donde Buddha estaba el dia anterior. Tenía la sensación de que lo volvería a encontrar allí si se apresuraba.
-- ¡¡Buddha!! --Grito el albino al notar aquellos cabellos del dios detrás del tronco de un árbol.
Aquel llamado despertó a Buddha de la siesta que había decidido tomar para relajarse un poco de las bromas de Loki y las ocurrencias de los otros dioses.
-- ¿Mh? ¿Zero? –Pregunto un adormilado Buddha mirando al recién llegado para lego dar un suspiro en abandono de la idea de dormir-- ¿Pasa algo?
-- Toma Buddha. –Dijo el albino entregándole una pequeña bolsa de donas que había estado preparando todo el dia anterior.
Con sorpresa el mayor tomo aquella bolsa que se le ofrecía y esbozo una suave sonrisa antes de decir:
-- Gracias Zero-chan, se ven deliciosos --Dijo abriendo aquella pequeña bolsa para luego agarrar una de las donas y comerla— Están sabrosas --Dijo Buddha intentando ignorar el hecho de que le faltaba azúcar.
-- ¿En serio están ricas? --Pregunto Zero sin poder creerlo—Me alegro mucho de que te hayan gustado Buddha --Dijo con una gran sonrisa el albino muy alegre por las palabras del otro.
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