❤️Dia #1❤️
El sol matinal parecía haber estado en su contra y una evidencia de eso era verlo despierto desde tan temprano.
Dormir era algo que le tranquilizaba de todas las cosas que sucedían en territorio de dioses. Anteriormente la palabra dormir no era asociada a la palabra tranquilidad era más bien asociada a la frase natural y necesario en la vida pero en definitiva el tiempo hacia que las cosas (y el significado de algunas palabras) cambiará bastante para uno mismo.
Suspiro nuevamente resignado al notar que no podría volver a dormir con tanta facilidad y por ende no podría ignorar por un rato a los demás dioses si es que se encontraba con ellos.
Saco uno de los tantos dulces que llevaba consigo de aquella canasta suya y se dispuso a comerlo. Si no podía dormir tendría que conseguir de alguna forma mantener su poca paciencia para sus contrarios (los dioses) ¿Y como planeaba conseguirlo? Comiendo varios chocolates, estaba seguro (y podría afirmarlo) de que el chocolate era capaz de animarle un poco de todo lo que viviría en un día.
-- Hmm, este sitio es bueno. --Dijo de manera calmada disfrutando de la pequeña brisa que golpeaba su rostro y de aquel chocolate en su boca.
Esa era otra forma de conseguir paz en un mal día (además de dormir, claro).
¿Que era considerado un mal día?
Bueno, que en primera el sol te haya despertado desde muy temprano no era una buena señal de un buen comienzo, luego estaba el hecho de que (literalmente) al mínimo despertarse haya surgido un pequeño inconveniente con cierto dios engañoso al percatarse de que este último quería hacerle una de sus jugarretas. Luego el casi ser llamado por Zeus para quien sepa que no era muy de su agrado y más cuando no tenía ganas de verle la cara a aquel anciano.
A pesar de todo lo que le había pasado terminar de preparar algunos de sus más deliciosos dulces y comérselos tranquilo (y sin alguna persona con quién comprarlos) era algo que solían animar sus malos días.
Podía ser un dios pero una parte de el seguía siendo humano y era por eso que cosas simples como: dormir, lugares con paz y chocolates las disfrutaba bastante.
Era reconfortante poder hacer aquello que disfrutaba en un sitio donde lo que mayormente tenía eran problemas con otros dioses.
Esa misma tarde con ganas de buscar un buen lugar para descansar por un laaargo tiempo Buddha se puso en marcha en el mundo humano buscando un sitio pacifico que le permitiera descansar un poco de todas las cosas que le habían sucedido y de las cosas que estaba seguro que le sucederían. Pedir que no le sucederían ningún incidente más era pedir demasiado aburrimiento hacia él.
La búsqueda llevo bastante tiempo del que había pensado en un principio. Los humanos habían cambiado el ambiente pacifico de algunos sitios que el conocía desde hace ya muuucho tiempo a un lugar más ruidoso y lleno de gente.
Era obvio que los humanos seguían a la perfección una frase: “Si el lugar no es bueno para ti, cámbialo para que se adapte a ti" aquello era bueno puesto que mostraba que ellos no se dejaban maltratar con tanta facilidad por lo que estuviera en su camino aunque este acto suyo siempre terminaba en que él debía de buscar un nuevo sitio con algo de paz debido a las altas chances de que el anterior halla sido destruido y cambiado radicalmente.
Cerro los ojos y apoyo su cabeza en el tronco del árbol, usándolo como almohada, decidido a sacar de su cabeza sus “preocupaciones" y empezar a disfrutar más de aquel sitio en el que estaba.
La paz llevaba reinando desde hace ya bastante tiempo y eso era algo que le relajaba bastante, eso sumado a la sombra que el árbol generaba convertía el sitio en un lugar perfecto para echarse una pequeña siesta y dormir todo lo que le había faltado debido a los molestos rayos de sol que lo despertaron temprano. Sin embargo, para su disgusto, unas fuertes pisadas empezaron a resonar a su alrededor ocasionando que el sueño se le fuera volando de un momento para otro.
| Jump, ¿Quién puede ser ahora? | Cuestionó mentalmente abriendo sus ojos y empezando a buscar al culpable de que su sueño lo abandonará nuevamente.
Los dioses que se atrevían a despertarlo eran pocos, a la mayoría le daba igual y se alejaba aunque claro por algo debía de existir Loki quien solía jugarle bromas cuando estaba muy agotado y aprovechaba para pintarle la cara como si se tratara de un niño pequeño. ¿Los humanos? Bueno, ellos ni siquiera se acercaban a él así que los sacaba de la lista de posibles culpables.
-- Allí esta. --Dijo con una voz algo sombría mirando el andar rápido del contrario que se dirigía a un árbol lejano para luego golpearlo con todas sus fuerzas.
| Parece que está igual que yo. | Pensó al ver aquella acción. Centro su mirada en el contrario queriendo saber que dios era el culpable de despertarlo.
Podía verlo a lo lejos.
Aquella figura pertenecía a el.
A aquel pequeño dios que siempre se robaba su atención además de intrigarlo sobre que sería lo que haría.
-- Zero... --Menciono al viento el nombre de aquel pequeño dios sin despegar su mirada de aquella adorable figura.
No era muy común verlo en aquel sitio.
Tenía entendido (por medio de los chismes que había entre los dioses) que el dios solían habitar en las montañas o un lugar bastante alejado de dónde se encontraba. Por lo poco que sabía el menor se la.pasaba mayormente en el antiguo hogar que tenía allí en Asia, algo cerca de las personas aunque no estaba muy seguro de este último detalle debido a las acciones que los humanos podían tomar.
Agarro otro dulce de la cesta que ya se estaba por vaciar, no sabía exactamente cuantos quedaba pero cuando hundió su mano le dio la sensación de que (a lo máximo) habían aún 10 chocolates.
Sin saber el motivo de aquella repentina acción que hizo se quedó en su sitio mirando desde lejos el andar del otro dios con mucha curiosidad.
¿Por qué al mínimo ver al otro su mano se fue directo a su cesta de chocolates? Una parte de él pensó que podía ser para poder agarrar uno de los chocolates y comérselo sin embargo aquel gran deseo por dulces se le había ido (aparentemente) hace mucho así que la posiblidad de que fuera por aquello era casi nula. Otra debía de ser la razón.
Estuvo allí pensando en lo sucedido por un rato algo corto hasta que (nuevamente) el sonido de un tronco siendo golpeado lo saco de sus pensamientos.
| Es cierto... | Pensó para si mismo, agarrando y sacando de la cesta uno de los dulces que había preparado.
Casi lo había olvidado y no entendia muy bien cómo podía suceder aquello.
Suspiró pesadamente y se levantó de su sitio agarrando en el trayecto aquella cesta que llevaba consigo, tenía la sensación de que alguien quería arrebatarle uno de aquellos dulces y la idea de “compartir con otro dios" no era una que le agradece demasiado.
-- ¡Hola Zero! --Saludo animadamente, acercándose al contrario a paso lento con una mano levantada para saludar al pequeño y la otra agarrando la cesta de dulces.
No había visto al contrario desde hace ya bastante tiempo. Las reuniones entre dioses ocasionalmente sucedían y a las que se le daba la gana asistir solían ser en las que terminaba siendo culpable de algún problema de los otros dioses.
-- Uhmp. --Bufo el contrario, mostrando su evidente enojo e ignorando el saludo del recién llegado.
Debía de admitirlo.
Aquella respuesta no era algo que se viniera venir. Era muy raro que el contrario estuviera enojado de algo, normalmente era el más alegre de todos los dioses además que solía comportarse de manera calmada y respetuosa con los otros. Algo debio de haber pasado para que (en primera) dejará su lejano hogar, (en segunda) terminará apareciendo en aquel sitio solitario y (por último) terminará despertando el enojo del albino.
Tenía que ser algo grande y eso estaba casi confirmado.
-- ¿Y ahora que te pasa? --Pregunto divertido sin despegar su mirada del contrario atento a cualquier repentina acción que pudiera tomar.
Lo admitía. Ver a Zerofuku enojado era algo que sucedía cada quien sepa cuánto tiempo pero el punto era que era muy inusual que esté enojo se pudiera presenciar.
Esto era divertido a su gusto.
-- Valla, valla. --Dijo acercándose al contrario para llamar su atención más fácilmente-- ¿Se puede saber que evento catastrófico paso para que te enojaras así? --Pregunto con diversión observando (aún algo lejos) al dios menor recién llegado.
El llamado no fue efectivo.
La ira que el de menor altura sentía le había robado su atención por un largo tiempo (tiempo en el que estuvo golpeando el tronco).
Suspiró algo decepcionado de no llamar la atención de inmediato así que se sentó. Si podía encontrar la manera era posible que conseguirá descansar un poco e ignorar lo que sucedía ante el....
¡No!
Lo que estaba sucediendo definitivamente era algo que no se podía ignorar. Su descanso tendría que ser suspendido lamentablemente.
Pensó unos minutos en alguna idea que logrará captar la atención del otro hasta que una muy simplista le vino a la cabeza.
-- Oye, toma. --Dijo ofreciéndole a Zero uno de los pocos dulces que aún le quedaban en la cesta.
La posibilidad que aquel simple llamado sirviera era muy poco, pero para su sorpresa aquello resultó efectivo.
Aquel llamado captó la atención de aquel dios que planeaba desquitar su frustración con aquel árbol.
-- ¿Que pasa? --Pregunto Zero intentando ser respetuoso y no meterse en más problemas de los que tenía.
Buddha le mostró nuevamente aquel dulce que quería entregarle al menor con el deseo de que esté lo aceptará y se calmara un poco de lo que sea que le estaba pasando.
El de menor estatura se quedó mirando al contrario un rato pensando en que debía hacer.
-- Bien. --Dijo agarrando aquel dulce para mirarlo un rato y luego abrirlo y comerlo un poco más tranquilo.
El objetivo había sido cumplido y aquello saco una sonrisa en el mayor quien decidido sentarse a los pies de aquel árbol que Zero estaba golpeando invitando al contrario a sentarse a su lado.
-- Valla que te enojaste Zero-chan. --Dijo algo burlón agarrando uno de los chocolates de la cesta y comiendoselo.
-- Lo siento Buddha. --Dijo el menor con la cabeza baja dando otro mordisco al chocolate.
-- ¿Lo sientes? ¿Y a que se debe eso Zero-chan? --Pregunto mirando el cielo.
-- Por el caos que arme. Me enoje con Apolo, Loki y otros más por algo de lo que me culparon y vine aqui a intentar estar en paz pero creo que te moleste ¿No? --Pregunto Zero sintiéndose culpable de haber arruinado el “descanso" del que alcanzo la iluminación.
-- Uhm tal vez un poco pero si lo ponemos en una comparativa con otros no hiciste prácticamente nada. --Dijo el de anteojos intentando sacarle algo de culpa al albino.
-- Pero aún así arruine tu.... ¿Que estabas haciendo aquí?
-- Estaba descansando un poco de ser compañero de ciertos entes. --Dijo con cierta ira en su voz.
-- Lamento haber arruinado tu descanso en ese caso Buddha. No sabía que no te agradaban mucho los dioses. --Comento Zero con tranquilidad, ocultando su sorpresa.
-- Digamos que se hace algo pesado tener que cumplir los caprichos que se les viene a la mente, Zero. Aquello no es mucho de mi agrado.
-- Tienes razón, a veces se hace pesado tener que seguirles el ritmo con alguna nueva locura que se les ocurra. --Secundo el albino mientras las figuras de ciertos dioses (Zeus, Loki, Shiva, Afrodita y Ares) se paseaban por su cabeza.
Si, definitivamente Zerofuku era uno de los pocos dioses (por no decir el único) con el que aceptaría compartir uno de sus preciados chocolates fue la conclusión a la que Buddha llegó con aquella pequeña charla (y el hecho de observarlo a lo lejos).
-- Buddha, gracias por el chocolate. ¡Estaba muy rico! --Agradecio con bastante alegría el dios de la fortuna mostrando una gran sonrisa.
-- No es nada Zero-chan. --Contesto el contrario agarrando uno de los pocos chocolates que quedaban para luego empezar a comerlo mientras le dedicaba una mirada curiosa a Zero-- Por cierto ¿Te gustaría llevarte este chocolate? --Ofrecio Buddha tendiendo le al albino el ante-ultimo dulce que le quedaba.
-- ¡! --Miro con sorpresa-- ¿En serio puedo Buddha? --Pregunto Zero mirando aquel apetitoso dulce hecho (literalmente) por dios.
-- Si puedes comertelo. Es posible que en medio camino te de por atacar otro árbol. Lo último que necesito es que te pongas del lado de los humanos en destruir lugares potenciales a ser mis favoritos. --Dijo Buddha de manera divertida, mientras abría el último dulce de aquella tanda que había preparado ese día dispuesto a comerlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro