Una vez entrego todos los documentos que tenia pendiente a NamJoon y de haber finalizado el caso que había llevado entre manos por varios meses, gracias a que ambas parte aceptaron llegar a un acuerdo. JungKook bajo hasta la recepción donde se encontró con varios colegas, quienes no tardaron en felicitarlo y desearle prosperidad a su matrimonio, así como también le deseaban una agradable luna de miel. 

Tras despedirse de la recepcionista y de sus colegas, abandono la firma por la puerta principal, para posteriormente cruzarse la calle y así llegar a la pequeña cafeteria donde TaeHyung lo esperaba.

Tomando una bocanada de aire se obligó a sí mismo a ingresar al local. Y al hacerlo, buscó con la mirada al omega de cabellos castaño. A decir verdad no le tomó  demasiado tiempo encontrarlo sentado en una de las mesas del fondo, casi cerca de una de las pequeñas ventanillas que daban vista hacia la calle.

A pasos ligeros se aproximo a la mesa.

—¿Esperaste mucho?—preguntó una vez tomó  asiento frente a TaeHyung.

El omega negó levemente sin siquiera girarse a verlo. 

JungKook soltó suspiro antes de llamar al mesero, para ordenar un café y un chocolate para TaeHyung. El pedido no tardo en llegar. Sin embargo, fueron varios minutos de incomodo silencio entre ambos, y es que ninguno de los dos sabia por donde comenzar o al menos JungKook no sabía como comenzar a explicar todo lo ocurrido y como disculparse.

Buscando las palabras correctas, para iniciar la conversación, JungKook se aclaró la garganta, para disponerse a hablar, pero antes de siquiera hacerlo fue interrumpido por el omega.

—¿Fui un juego para ti?—TaeHyung pregunto con su tono de voz coloreada por el rencor y dolor.

—No. Nunca lo fuiste.—JungKook respondió con sinceridad.—Yo nunca planee que las cosas entre Jimin y yo llegaran a este punto. Lo nuestro fue tan espontáneo que cuando menos lo esperé ya lo miraba más que un amigo.—murmuró.—Cuando lo conocí jamás espere que un dia se convertiría en mi amigo o siquiera que terminaría casándome con él..., Lo siento, TaeHyung.

JungKook podia notar la tristeza en el rostro de TaeHyung y como luchaba contra sí mismo para no derramar las lágrimas que se había acumulado en sus ojos e inevitablemente su corazón se contrajo por la culpa y el remordimiento.

—Hay muchas cosas por las que tengo que disculparme contigo, TaeHyung.—dijo.—Una de ellas fue el no terminar lo nuestro cuando mis sentimientos por Jimin comenzaron a florecer. Así que me disculpo de todo corazón.

Hubo un pequeño silencio entre ambos, hasta que TaeHyung se atrevió a hablar.

—Sino fui un juego para ti, ¿Entonces porque?—preguntó-

—Las cosas entre nosotros siempre fueron complicadas. Y es que, todo empezó mal cuando decidiste que nuestro noviazgo fuera un secreto. Todo era complicado.—comenzó a hablar.—Te quería demasiado que incluso acepte a no se nada para ti ante los demás. Me obligue a tratarte como un extraño ante los demás y hacer tratado de la misma forma..., pero llegó un punto en el que me case. Y lo sabes, porque nuestras peleas siempre fueron porque no quería seguir siendo un secreto y porque deseaba gritarle al mundo que eras mi novio y cuanto te quería.

—Eso no es lo que pregunte.—TaeHyung dijo con el entrecejo fruncido.

JungKook suspiró.

—Lo sé, pero déjame terminar.—TaeHyung asintió.—Luche por nuestra relación por mucho tiempo, pero tu estabas tan enfocado en tu carrera que ni siquiera notaste que nuestra relación se estaba deteriorando. Ni siquiera te opusiste cuando decidí mudarme a Busan por mi trabajo, lo único que dijiste fue era lo mejor para poder seguir mantenido nuestro noviazgo en secreto.—JungKook hizo una pequeña pausa para darle un sorbo a su café.—Jamás entendí porque querías mantenernos en secreto, pero en fin..., tontamente llegue a pensar que al final ibas a recapacitar y pedir que me quedara contigo, pero nunca lo hiciste. Los meses pasaron y nuestro noviazgo en lugar de mejorar solo se deterioró más. Las peleas aumentaron y cada vez eran mas constantes que...

—Que búscate refugio y consuelo en alguien más.—TaeHyung interrumpió.

JungKook solo rio levemente mientras negaba.

—No. Jams busque refugio en alguien más. Siempre te respete hasta que Jimin llegó a mi vida.—el alfa volvió a darle un sorbo a su café.—Nuestras peleas eran tan constantes que me sentía ahogado y ofuscado por no saber como mejorarla. Por mucho tiempo no tuve a quien contarle mis pena o pedirle un consejo, hasta que Jimin llegó.

TaeHyung limpió la lágrima traicionera que había desbordado de su ojo.

—Las cosas entre Jimin no comenzaron de la manera más agradable. Que jamás espere que mi predestinado seria ese omega que me había acusado de pervertido en un tren y que mando a la estación de policía.

TaeHyung frunció el entrecejo sin comprender.

—Sino hasta tiempo después en el que por casualidad nos encontramos en un par donde nos dimos la oportunidad de conversar. Esa tarde tú y yo habíamos tenido una pelea donde entre gritos te había dicho que estaba cansado de ser tu secreto y un extraño para ti ante los demás y donde tu solo dijiste que para nosotros no había otra opción.—el corazón de TaeHyung se oprimió ante el recuerdo de esa pelea y su lobo soltó un gemido lastimero por la culpa.—Esa noche pude desahogarme y obtener el consejo de un completo desconocido que poco a poco fue convirtiéndose en un amigo.

TaeHyung recordaba a la perfección esa discusión y como esa tarde la voz de JungKook se había escuchado entrecortada y dolida e inevitablemente la culpabilidad lo embargó. Y las palabras de su cuñado ahora lo abofeteaban con justicia por haber sido y ser un egoísta. Siempre había pensado que mantener su relación en secreto ayudaría a que esta dudará y que así nadie podría interponerse entre ellos, pero había sido demasiado ingenuo, porque por culpa de su absurda decisión suya ahora JungKook se encontraba casado y unido con otro omega. Un omega que no tenia miedo de gritarle al mundo cuanto amaba a su alfa.

—Mi relación con Jimin empezó como una simple amistad, pero de un momento a otro me di cuenta que ya no miraba a Jimin como tal y que lo quería más allá de una simple amistad; así que no me di cuenta del inicio de mis sentimientos hasta que ya eran irreversibles.—JungKook dijo.—Un dia ya no nos despertamos como amigos..., y ese dia me dije que debía termina lo nuestro, por ello fui a Daegu a hablar contigo.

TaeHyung cerró los ojos cuando a su mente llegó el recuerdo de este día en la que JungKook lo visitó diciendo que tenia algo importe de que hablar, pero que él simplemente ignoró y restó importancia diciendo que no tenia tiempo para conversaciones tontas, para luego marcharse dejándolo con la palabra en boca.

—Sé que debí insistir en hablar contigo y acabar con lo nuestro. Pero supongo que fue mi error no hacerlo. Y me disculpo por todo el dañó que te cause.—TaeHyung comenzó a limpiar las lágrimas que ahora adornaban su rostro.—Probablemente lo mejor hubiera sido terminar por mensaje, pero no quería ser un idiota y al final terminé siendo aún mas idiota.

Una vez aclararon todo lo que había quedado sueltos ambos soltaron un pequeño suspiró antes de hacer el amago de levantarse, para tomar caminos diferentes direcciones desde ese día, donde TaeHyung por su parte esperaba no topearse con JungKook hasta asegurarse de haber superado sus sentimientos por este.

—Espero que tu matrimonio vaya de maravilla y deseo que...,—TaeHyung de desearle prosperidad en el embarazo de Jimin hasta que recordó que JungKook no estaba enterado del estado de su omega.—Espero que la salud de tu omega sea prospera para que tenga una linda cachorra, obviamente en el futuro.

JungKook asintió con una expresión indescriptible en el rostro.

—Espero que te des cuentas que pasan a tu alrededor y puedas ver el amor de tu vida y tu alfa esta frente a tus ojos.—JungKook susurró.—Trata de ser feliz TaeHyung.

El omega asintió con una pequeña mueca.

—Lo haré y adiós Jeon JungKook.—dijo antes de hacer una pequeña reverencia para posteriormente caminar hacia la salida.

JungKook por su parte a pagar la cuenta, no sin antes pedir un trozo de tarta de fresa con otros dulces más que iban destinado a su esposo que últimamente se habían vuelto adictos a dichos postres.

இ ; fin.