La melodía de cierta canción deprimente resonaban de los parlantes de la pequeña habitación al máximo volumen, aumentando el terrible y agobiante sentimiento que manejaba a TaeHyung, quien con gruesas lágrimas en los ojos sostenía una botella del vodka más fuerte a medio tomar en sus manos y otras esparcidas por la estancia y unas más a la espera de ser ingeridas. El omega se encontraba tratando de ahogar la pena y el dolor con ayuda del alcohol.

Su pecho dolía demasiado y su mente no paraba de proyectarle un sin fin de escenario para justificar la actitud del alfa para con él o de culparlo a él por la actitud de JungKook. Sin embargo, ese día, la actitud de JungKook no había tenia justificación válida y TaeHyung lo sabía. Con las gruesas lágrimas recorriendo su rostro sin control alguno, llevó la botella hacia su boca para darle un largo trago a la bebida. La sensación de ardor en su garganta por el alcohol jamás le había gustado, pero esa tarde era lo que necesitaba.

¿Por que JungKook lo estaba tratando así? ¿Acaso ya no lo quería? ¿O había sido la distancia la que había jodido su relación? ¿O es que, había otro omega en la vida de JungKook?

TaeHyung rio amargamente ante la última interrogante que rondaba en su cabeza, porque con el poco tiempo que JungKook tenia era casi imposible que tuviera a otro omega en su vida...., JungKook no tenía tiempo para sostener su relación mucho menos como para tener otra, ni tampoco para atender a un omega caprichoso como los que siempre rondaban en el entorno de JungKook.

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Jung Hoseok había manejado cual maniático las pocas calles que habían entre su departamento y la casa de TaeHyung. No importaba que solo vivieran a diez minutos de distancia, para el alfa era demasiado tiempo como para que el omega pudiera cometer cualquier locura. Y si lobo se lo decía constantemente.

Con desespero arribó en la casa del omega, en la cual ingresó sin siquiera llamar a la puerta, ya que poseía una copia de las llaves de esta; lo primero que lo recibió al ingresar a la vivienda fue el alto volumen de la música y el agrio sombra a tristeza del omega. Cerrando la puerta sin delicadeza tras de sí, se encaminó a pasos ligeros y desesperado hasta la habitación donde su omega se encontraba. La imagen que lo recibió le rompió por completo el corazón e hizo que su lobo aullara de tristeza.

El hermoso rostro de TaeHyung se encontraba manchado por el maquillaje corrido gracias a las lágrimas que desbordaban de sus ojos sin control alguno, un par de botellas de vodka vacías alrededor del omega, mientras este cantaba a todo pulmón la canción de desamor que sonaba. Sin pensarlo dos veces se acercó al dispositivo para desconectarlo y seguidamente acercarse a TaeHyung, quien no tardó en aferrarse a él.

—M-me duele..., me a-duele mucho.— el omega bisbiseó entre el llanto.—H-haz que pare, por favor.—suplico con sus palabras saliendo arrastradas de su boca gracias al alcohol.

Escucharlo en ese estado le hizo sentir impotencia, por no saber que hacer para que el dolor que su omega estaba sintiendo se detuviera. Quería convertir esa tristeza en felicidad y convertir esas lágrimas en risas risueñas. Pero, para ello debía cortar el problema de raíz, una raíz a la que TaeHyung se estaba aferrando.

—Ya pasará bebé. Ya pasará.— Hoseok susurró con un nudo en la garganta. —Solo aférrate a mi. Yo estoy aquí para ti.

Esas fueron las únicas palabras que Hoseok pudo pronunciar antes de que su lobo tomara el control de la situación y comenzará a consolar a su omega con sus feromonas y caricias.

—Déjanos ser tus alfas. Déjanos hacerte feliz.—El alfa pronuncio con suavidad contra los cabellos castaños del omega. —Por favor.—agregó. Sin embargo, no hubo respuesta alguna.

Tomando el cuerpo del omega entre sus brazos, Hoseok para llevarlo con delicadeza hasta el cuarto de baño, donde se encargó de bajarle la borrachera y quitarle el amargo aroma a alcohol con la ayuda de una ducha fría. Y a pesar de que él con sus propias manos se había encargado de desnudar a TaeHyung, su cuerpo no reaccionó ante la sensual desnudez de su omega, debido a que su mente se encontraba centrada en cuidarlo y hacerlo sentir mejor de la manera más correcta, que cualquier índice sexual habían pasado a un plano totalmente lejano. Y además, él no iba a provecharse de la situación.

Tras la ducha, también se encargó de vestirlo con una pijama cómoda, para seguidamente llevarlo hasta la cama cual príncipe. Jung Hoseok se encargó de acomodarlo bien y acobijarlo.

—Descansa mi hermosa luna.—Hoseok susurró para luego dejar un casto beso en la frente del omega antes de tomar un poco de distancia con la intención de marcharse hacia la habitación de invitados.

Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso más, una mano sostuvo suavemente su muñeca.

—Quédate conmigo, por favor.—TaeHyung suplicó al notar que el alfa tenía la intención de dejarlo solo.—Solo por esta noche quédate aquí conmigo..., te necesito.

Hoseok mordió levemente el interior de su mejilla, ¿Cómo decirle que no a su destinado?

Con una cálida sonrisa asintió a la petición del frágil omega. Y con ello fue hacia cierta parte el armario del omega en busca de un pantalón de dormir que solía tener guardado bajo la excusa "en caso de cualquier emergencia." Con el pantalón de dormir y sin camiseta, Hoseok se acercó a la cama para dejarse caer con suavidad sobre el colchón. Había tomado una distancia prudencial con el omega, para no sobrepasar los límites permitidos. Sin embargo, fue cuestión de segundos, para que su cuerpo buscara inconscientemente el calor del omega. Con suavidad de acercó más hacia el Omega y con delicadeza le acarició el rostro, quien conscientemente cerró los ojos ante la suave caricia. Ambos sabían que se pertenecía, pero uno de ellos se negaba a apostar su terquedad y aferrarse al dolor, dejándolo como un masoquista de primera; en cambio el otro tenía claro todo desde el día en que tenía

sentimientos más allá que una simple amistad por su mejor amigo y vecino de aquel entonces.

A pesar de conocer sus sentimientos hacia el omega, Hoseok nunca fue capaz de confesarse por el miedo a perderlo, por miedo a tantas que ahora le parecían absurdas y por las cuales ahora se llamaba cobarde. No obstante, el ocultar sus sentimientos y manteniéndose como un simple amigo le había permitido ser el primero en muchas cosas en la vida de TaeHyung. Fue su primer beso, que Hoseok aun podía recordar la forma en la que los labios de TaeHyung temblaban. Fue el primer alfa con el que TaeHyung paso su celo y por ende el primero en profanar su cuerpo y a pesar de que ya habían pasado años desde aquel único encuentro íntimo entre ellos, podía recordar a la perfección los temblores del cuerpo de TaeHyung, sus agudos gemidos y jadeos, así como también como tuvo que luchar contra sí mismo para no marcarlo como suyo, pues deseaba que TaeHyung fuese su omega por decisión propia.

Cuando detuvo las caricias en el rostro del menor, este se acercó hasta que fue capaz de apoyar la cabeza sobre su formidable pecho, para seguidamente enredar las piernas con las suyas. Era una posición algo intima, pero que los hizo sentir completos.

—Había olvidado lo bien que se sentía dormir contigo así de esta forma. —TaeHyung dijo levemente contra los pectorales del alfa.

—Ya extráñala tenerte de esta forma..., como cuando solo éramos unos adolescentes. Ahora duerme, necesitas descansar.

TaeHyung negó levemente con su cabeza provocando leves cosquillas en Hoseok.

—No, quiero hablar contigo..., tengo cosas que decirte.

Hoseok no quería escucharlo, no cuando sabía que cualquier tipo de confesión por parte de TaeHyung en ese estado, porque sabía que este podría olvidar sus propias palabras al día siguiente. Así que sin pensarlo dejo un casto beso en la frente de TaeHyung y comenzó a masajearle el cuero cabelludo logrando así que este cediera ante los brazos de morfeo.