
O25
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Habían pasado dos días después de que llegaron de regreso a la cuidad, las demás chicas habían podido faltar esos días a clases pero lamentablemente las que pertenecían al comité estudiantil no podían hacerlo, por eso razón estaba justo ahora en la oficina, claro, más dormidas que despiertas.
Básicamente Chaewon estaba leyendo unos documentos pero con sus ojos cerrados, Yuri se había quedado dormida engrapando otros documentos más, Yujin se supone estaba pasando la escoba pero la usó para apoyarse y estar colgando de un hilo entre dormirse o no, Wonyoung y Minju estaban platicando pero bostezaban más que hablar y sus ojos estaban ya cerrados.
Y no se pudieron salir con las suyas, pues otro de los miembros del comité las despertó para que continuaran con sus trabajos y lastimosamente tuvieron que terminarlos hasta que tocara finalmente la última hora de clases la cual cada una fue a la suya, sólo Chaewon separándose de las demás. Lo más gracioso de todo es que todas se habían dormido durante la clase y es que el viaje de regreso se había retrasado bastante por lo que llegaron casi a la madrugada, razón por la que estaban tan agotadas y no lograban mantener sus ojos abiertos por mucho tiempo.
A la hora de la salida Yuri había salido para esperar a que su hermana mayor viniera a recogerla, se dormía por segundo y despertaba rápidamente, soltando quejas porque deseaba estar en su cama y dormir, pero en lugar de su hermana mayor y su pareja, una Yena sin su uniforme pero con ropa casual y una gorra se acercó a ella riendo tiernamente estirando sus brazos hacia ella, Yuri con sus ojitos pesados no pudo hacer más que alzar sus brazos también pero sin pararse, la mayor terminó por acercarse completamente a ella y sin mucho problema logró levantarla en sus brazos, besando la mejilla de su agotada novia.
—Pobre bebé, ¿qué te hicieron hacer?.—habló con sus labios abultados por cómo Yuri no quería ni abrir sus ojos cuando encontró la calidez y comodidad en el cuerpo de su novia, pasando sus brazos por su cuello y rodeándola con sus piernas también.
—Muchas cosas unnie, ya no quiero estudiar más, enserio no puedo más, tengo tanto sueñito y si camino me desmayaré.—murmuró alargando las palabras y pronunciándolas apenas, Yena vuelve a reír encantada por cómo actúa una Yuri adormilada, acaricia su cabello y acomoda mechones tras sus orejas.
—Para eso estoy yo cielito, no voy a dejar que toques el piso hasta que lleguemos casa, ¿sí?.—le susurra pues sentía que cada vez Yuri iba quedándose más dormida que antes hasta que ya no pudiera oírla, la menor asintió sin ni siquiera preguntarle porqué había venido ella en lugar de su hermana, pero se dio la libertad de acomodarse en brazos de su novia y acurrucarse.
—Tú no tienes auto aún Yena unnie, ¿podrás aguantarme durante tooodo el camino?.—de nuevo sus palabras eran arrastradas y lentas entre sí, Yena procuró ponerse su mochila en uno de sus hombros para dejarle a su novia sin nada encima, comenzando a caminar con Yuri en brazos como si fuera una bebé.
—No seas bobita mi amor, existen los autobuses.—ríe cuando recibe un golpecito con la rodilla de su novia cerca de su costilla, besando la mejilla abultada de su novia y la dejó dormirse mientras caminaba a la parada de autobuses para llegar lo más pronto a su casa, pues también quería que su novia durmiera correctamente y dormir nuevamente a su lado, considerándolo una de las cosas más bonitas que había hecho en su vida.
Durante el trayecto en el autobús sentía las miradas de algunas personas debido a que se sentó en un asiento del autobús con Yuri sobre su regazo dormida y abrazándola, aferrándose a ella como si fuera su peluche favorito de abrazar, sin importarle lo que pensaran de ellas, Yena ignoró todo a su alrededor sólo concentrándose en mantener dormida a su pequeña y adorada novia. Para su buena suerte el trayecto fue más rápido de lo que sabía que tardaba y después de pagar logró bajar, nuevamente cargando a su novia a tan sólo unas casas de la suya en aquel vecindario, no estaba llevándola a su casa ya que durante la mañana logró hablar con Yoojung y quedar en un acuerdo de que Yuri podría quedarse con ella, el plan del que ya habían hablado las dos antes.
Introduce las llaves a la cerradura dificultadamente ya que necesitaba ambas manos pero con Yuri en brazos si acaso logró usar una, en cuanto abre la puerta entra y empuja con su pie la misma par cerrarla, saluda a Sungmin que estaba en el teléfono en el sillón y sube para dirigir a Yuri a su habitación, recostándola sobre la cama cuando finalmente llega y tapándola con las mantas sabiendo que siempre buscaba arroparse con ellas. El resto del tiempo se tomó unos minutos para ver qué tareas debía hacer su novia para el día siguiente y con la ayuda del internet pudo hacerlas, dejando un corazoncito al final de ellas, sonríe y cierra el último cuaderno al que terminó la tarea, acomodándolos todos y metiéndolos nuevamente en su mochila.
Giró sobre la silla y sonríe con ternura al ver que Yuri después de casi dos horas comenzaba a removerse alzando las mantas con sus manos e incorporándose en la cama para con sus ojitos más cerrados que abiertos mirar a su alrededor, tallando con sus puñitos sus ojos mientas se quejaba sutilmente por haberse despertado, la mayor de levanta de su silla y entre risitas se acercó a la cama para sentarse al frente de su pequeño retoño, y en el momento que Yuri aleja sus manos de sus ojos observándola, Yena casi viajó en el tiempo recordándose de la primera vez que había la visto, la primera vez que compartieron palabras, el estúpido accidente que las unió, luego las clases que comenzaban y ambas se impresionaban de estar en el mismo lugar, las primeras citas, todo.
Y le parecía toda una locura cómo llegaron a donde están actualmente, lo hizo, la chica que tanto le gustó por tanto tiempo es su novia, llevando meses de estar juntas y todo iba bastante bien para ese entonces. La observó de nuevo y negando con su cabeza se acercó y la atrajo más a ella, abrazándola cuando la rodeaba con sus brazos empezando a llenar el rostro de Yuri con muchos besitos dulces y cargados de amor que hicieron que la menor dejara escapar pequeñas risitas al sentir leves cosquillas, para cuando Yena se detuvo acuna con sus manos las mejillas de su novia y roza sus narices, riéndose al sentir lo rápido que iban los latidos del corazón de la más pequeña.
—¿Qué pasa? ¿Te estoy asustando?.—se aparta un poco y de manera automática la menor avanza lo que ella retrocedió negando con su cabeza, buscando lugar en su regazo y rodeándola con sus brazos, ocultando su rostro en su cuello, aspirando el aroma de ese lugar que desprendía su novia.
—No, es sólo que.. me sentí como si fuera la primera vez que me tratabas así, ya sabes, cariñosa.—suelta una risita leve y se acomoda sobre ella para alzar su mirada y encontrar con que su novia ya la estaba mirando, y apenas tiene la oportunidad roba un besito de sus labios.—Por cierto, ¿qué estoy haciendo en tu habitación? ¿Será que secuestraste unnie?.—ladeó su cabeza, Yena asiente sin mucho preámbulo.
—Sí, todo este tiempo he sido una secuestradora y al fin tomé la decisión de tomarte sólo para mi.—arrugó su nariz con ternura asimilando como si fuera alguien malvado pero tras oír la risita de Yuri abultó sus labios.—Oye, se supone tenías que asustarte.—murmuró con su puchero en labios, el cual luego de reír, Yuri besó rápidamente.
—Eres una secuestradora muy tierna, seguro primero pediste permiso a Yoojung unnie para secuestrarme.—seguía con esa sonrisita y a Yena no le quedó de más que asentir, la menor ríe de nuevo y besa seguidamente su mejilla más cercana.—¿Y mi ropita? ¿Mis cosas?.
—Las acomodé como si en realidad viviéramos juntas, en todos lados encontrarás tus cosas, es nuestra habitación ahora.—ambas sonríen mirándose la una a la otra.—No me mires así, harás que quiera besarte por horas seguidas.—la menor ríe y pasa sus brazos por su cuello rodeándolo, acción que más las acercaba.
—Deberíamos de comenzar a dormir juntas de vez en cuando en la casa de la otra, voy a acostumbrarme estos días y cuando deba volver a casa estaré muy triste porque no estés conmigo.—hace un mohín, Yena sonríe con encanto por lo que Yuri había propuesto.
—En pocas palabras dices que no quieres apartarte de mí.
—Efectivamente a eso me refería.
Las dos hicieron silencio, un silencio que no llegaba a ser incómodo pues sólo se tomaban el tiempo de mirarse y decirse con sus miradas lo mucho que se necesitaban siempre, habían desarrollado ese lazo que las unía y jamás querían desatarlo, estaban ansiosas por cada segundo que corría en el que sus vidas seguían cruzadas, algo que agradecían bastante porque no tenían idea de qué sería de sus vidas sin la presencia de la otra.
De un momento a otro, por primera vez era la mayor quien dejaba caer lentas lágrimas por sus mejillas mientras sus ojos se llenaban de las mismas, Yuri se alertó y rápidamente tomó su rostro entre sus manos, preguntándose qué había pasado y porque su novia estaba llorando, formando un puchero con sus labios.
—¡Unnie! ¿Qué pasa? ¿Porqué lloras?.—preguntó casi alterada pues verla llorar le estaba dañando rápidamente, efectivamente lo estaba odiando tanto que quería hacer que dejara de hacerlo, en cambio Yena, posó sus manos sobre las de la menor que sostenían sus mejillas.
—No es nada malo amor... es sólo que, míranos, de verdad estoy tan agradecida con el destino y con mi vida por haberme permitido estar contigo.—luchaba contra sus lágrimas para dejaran de fluir, le daba algo de gracia pero ternura ver el rastro de preocupación en la expresión en el rostro de su chica, ríe aunque todavía estuviera llorando y entrelaza sus dedos con los de Yuri aún en sus mejillas.—¿Tienes idea de las noches en las que no pude dormir ni un poco? Pensaba en si algún día podríamos intentarlo, estar juntas, pero mi cabeza me jugó mal una y un millón de veces diciéndome que jamás lograría estar contigo.
Yuri observó con tristeza como su novia cerraba sus ojos forzadamente y juntaba sus frentes, para ese entonces Yuri se estaba esforzando en no ponerse a llorar aunque ganas ya tenía y suficientes.
—Pero lo estás unnie, estamos juntitas ahora, soy tu novia y tú eres la mía, somos una pareja y lo seguiremos siendo ¿cierto?.—acerca sus narices y comienza a rozarlas, con sus deditos borrando cada rastro de lágrimas que salieran.
Yena asiente, pues ahora que la tenía no pensaba en dejarla al menos no por mucho tiempo.
—Claro que sí preciosa, lo que más deseo ahora es que continuemos unidas hasta que algún día, en el futuro, lleves un anillo de compromiso en ese lindo dedito anular.—dicho eso acaricia dulcemente sus dedos, la menor ríe con sus mejillas sonrojadas muy suavemente y asiente.
—Prométeme que adoptaremos un hámster, será nuestro pequeño bebé.—abulta sus labios pues por más de una vez le había pedido a su novia adoptar uno pero Yena solía negarse diciendo que podría perderlo.
—¿Nunca te cansarás de pedírmelo, verdad?.—ríe, acercándola y recostándose en la cama dejando a la más baja sobre ella, metiendo dulcemente sus manos dentro de la parte inferior del uniforme escolar de su pareja, dando suaves caricias en su cintura y espalda baja, observando a la menor negar y apoyar su mejilla en su pecho.
Pasaron unos segundos así, en los que Yena dejaba caricias en el mismo lugar con sus dedos mientras que Yuri dejaba figuritas imaginarias en el pecho de su novia, con una sonrisa en labios pues se había dado cuenta de lo mucho que Yena la atesoraba, alzó su cabeza y la miró directamente a sus ojos, Yena la mira de vuelta y ambas sonríen.
—¿Puedo..? ¿Puedo besarte?.—la pregunta de Yuri había sido algo torpe y adorable a oídos de la mayor, pues no había necesidad de que le preguntara si podía hacerlo o no pero lo dejó pasar, sacando una de sus manos de la camisa de su pareja para subirla y posarla en su mejilla suavemente, acercándose a ella hasta dejar un besito corto en sus labios robándole el aliento.
—La próxima vez que preguntes eso voy a dejarte sola hasta que aprendas a no pedirme permiso.—sentencia pero sonríe para no asustar a su novia por la seriedad en sus palabras, Yuri soltó una risita avergonzada por eso y asintió ante sus palabras.
—Sí señora.—soltó, riéndose cuando vio la reacción de Yena que demostraba lo completamente indignada que se encontraba.—¡Mentira amorcito! eres una hermosa muy muy hermosa chica joven y atractiva, por cierto, mía.—roza sus narices y Yena aprovechó su cercanía para finalmente juntar sus labios, las dos soltando un suspiro cuando pasó, como si fuera la primera vez que estuvieran besándose, Yuri rodeó el cuello de Yena y la atrajo más hacia ella, no quería que se apartara y tampoco quería apartarse mientras que Yena hacía precisamente lo mismo, con sus mano en su pequeña cintura la acercaba más, las dos sintiendo sus caras arder por oír el sonido que provocaban sus labios al separarse y volver a unirse pero sin dudas de sus sonidos preferidos.
Un sonido diferente llegó para arruinarles el momento, las dos soltaron un quejido al oír la puerta ser tocada, Yena maldijo cerrando sus ojos sabiendo con anticipación que se trataba de su hermano, Yuri ríe y se levanta para ir a abrir, encontrándose con el muchacho y sus manos en su cadera.
—Estoy llamándolas desde hace unos minutos para que bajen a cenar, ¿acaso no me oyeron?.—justamente al terminar una almohada aterrizó en su rostro.
—¡Lárgate Sungmin!.—Yena le había aventado aquella almohada, Yuri soltó una risita y volteó a ver de nuevo al chico.
—Lo siento, estamos comiendo el plato principal ahora, ¡vuelva más tarde!.—sonrió ampliamente y se despidió con su mano cerrando la puerta, escuchó la carcajada de su novia y volvió hacia ella saltándole encima, siendo abrazada de manera inmediata por ella, besando su mejilla también como si la estuviera felicitando.
—Eso es bebé, aprendes muy rápido de tu súper novia, estoy orgullosa.—las dos siguen riendo y juntan sus labios varías veces siendo pequeñitos besitos que se daban.—Siempre estoy muy orgullosa de ti, siempre.—murmura, tomando suavemente de las mejillas a su novia mirándola tan amorosamente que podía llegar a ser increíble.
—Y yo de ti, por ser siempre quien dio el primer paso para que pudiéramos llegar aquí, te quiero mucho unnie.—la miraba de la misma manera, sonriéndole a cada segundo, volviendo a juntar sus labios tiernamente y tras unos segundos más, se detiene y abulta sus labios.—Pero en realidad si tengo hambre.—Yena negó con su cabeza, aún así ríe porque las ocurrencias junto a su persona favorita eran tan adorables.
—Está bien pastelito, vamos.—acomodó a la menor sobre ella, tomando sus brazos para hacerla rodear su cuello y levantándose con su novia en brazos sonriendo victoriosa al ver la expresión de sorpresa de su novia al haberse levantado con ella.
—Me estás tratando como si fuera realmente una bebé.—agitó sus piecitos cuando su novia comenzaba a avanzar con ella en brazos sin problema alguno.
—¿Y porqué no hacerlo? eres una bebé, mi pequeña bebé.—besó su mejilla y volvió su vista a las escaleras, bajando con su novia cuidadosamente los escalones hasta lograrlo, riéndose al ver a Sungmin pasarles por un lado y casi furminarlas con su mirada, yendo hasta la cocina y sentando a su novia en una de las sillas.—Es más, mientras estés aquí no te dejaré hacer casi nada, te trataré como la bebé de Yena unnie que eres.—ríe, pues sabía que su novia no la dejaría hacerlo pero lo intentaría aún así.
—Entonces significa que mientras esté aquí serás mi mami, mami Yena.—suelta una risita cuando la susodicha deja caer la cuchara de sus manos y con sus ojos abiertamente voltea sobre sus talones para mirarla.
—De acuerdo, tú.. no vuelvas a decir eso, ¿sí?.—pidió, casi pálida incluso abultando sus labios cuando Yuri ríe y asiente, la menor sabía lo que hacía y disfrutaba de la reacción de su pareja.
—Sí mami Yena, lo prometo.—se acomodó en la silla y bajó su mirada riéndose, la mayor en cambio cerró sus ojos y aplastó su rostro contra el mesón de la cocina.
Le costaba creer que su novia cada vez crecía más y qué tal vez se estaba dejando influenciar mucho de Yujin, ¡esa Yujin! ya se las pagaría.
Bueno, si ven esto es porque claramente decidí continuarla.
Lo pensé mucho y no quiero eliminar mi comienzo en esto, básicamente comencé esta historia toda improvisada sólo porque había terminado de ver Produce 48 y cuando la final, luego quedé con ganas de más y busqué historias de ellas pero no había prácticamente nada, sólo habían guías para stanear a iz*one y unas historias de chats de WhatsApp, entonces creí que crear mi propia historia y de iz*one era buena idea por lo que sin ideas la comencé, dije que luego la eliminaría pero pasados ya los Diez capítulos habían personas que decían que continuara, que les gustaba y me agradecían por la historia, entonces fue como dar un pequeño viaje al pasado y recobrando todos esos momentos no quiero eliminarla, la seguiré y espero obtener su apoyo que es lo que me ha ayudado también a continuarla 🥺
Muchas gracias a cada una de las personas que me lee, que me dió y da apoyo aún, muchas gracias por mucho de verdad, prometo seguirla y no volver a pensar si siquiera en eliminarla, enserio, les agradezco mucho 💗
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