
capitulo veintiuno
Veintiuno de julio llegó y todos tiraron los exámenes a la basura, muchos se despidieron al momento en que sabían que no iban a regresar para dar paso a su futuro y otros festejaban el hecho de que seguirán avanzando en el colegio. Harry estaba feliz, ya que avanzaría al segundo año de su carrera, con la insignia de alumno destacado al obtener el cien por ciento de su calificación y también porqué Louis aprobó con el ochenta y ocho por ciento a su último grado.
Pero, no estaban del todo convencido si terminaría este último ciclo, ya que los resultados de las convocatorias también llegarán prontoy ahí se definiría si Louis seguiría estudiando al no quedar y seguir con su vida o tendría que dejar sus estudios para enfocarse de lleno al deporte, ya que no iba a perder ni un solo segundo en el instante en que pusiera su firma en el contrato junto a él mejor equipo de su país.
Después de esa vez, no lo habían vuelto hacer. Algo sorprendentes para el par de chicos que parecen ser alfa y omega en celo cada día de la semana, pero Harry estaba muy ocupado con varias cosas, como preparar el discurso para despedir a los de último grado y Louis tuviera que pasar sus días en el hospital cuidando de su papá Brixton.
Había sido un susto para todos.
El abuelo del alfa se había enfermado de una pequeña tos, fue al médico y le recetó medicinas. Días después, la tos no podría ser controlada, acelera su corazón y los dolores de cabeza vienen de la mano, así que fue una madrugada donde su abuelo se desmayó en el pasillo para ir al sanitario y su abuela lo llamó a altas horas de la madrugada para contarle lo que había pasado. Louis no sabe cómo es que pudo estar en menos de cinco minutos en la casa de sus abuelos, pero lo hizo. Su abuela lucía afectada por todo, así que nunca la dejó sola, pero tenía que ir de aquí, para allá en el hospital para ver cosas de su abuelo que le llamó a la única persona que sabe que lo apoyaría.
Su omega.
Harry salió de su casa en cuanto recibió la llamada de su alfa, junto a Atticus que no lo iba a dejar solo y dijo decidido a que estaría dispuesto a ayudar en lo que fuera necesario. Así que llegaron al hospital y la abuela Lina se tranquilizó al estar acompañada por el omega de su nieto, Harry se quedó a su lado hasta que la mujer quedó dormida en el sillón de la sala de espera y él la cuidó en todo momento mientras que Atticus ayudaba a Louis a movilizarse, ya quien parecía también tener la cabeza en blanco por todo ello.
Horas más tarde pudieron estabilizar al alfa y la abuela fue la primera en pasar a verlo. Mientras que Louis se quedaba en la sala de espera agradeciendo a su omega por venir a ver por su abuela y no dejarla sola, solo tardó unos minutos para que Louis se quedará dormido en los brazos de su omega y poco a poco se deslizó hasta quedar con su cabeza recargada en sus piernas y su cuerpo en el resto del sillón. Atticus fue por desayuno para todos, diciéndole a Louis que subieran a su abuelo a una de las mejores habitaciones del hospital y que el director del lugar era su amigo, así que sería el encargado de ver por el señor Brixton.
Louis volvió a agradecerle por todo.
Tres días después regresaron a casa, con el señor Brixton sintiéndose mejor que antes y con la señora Lina agradeciéndole a Atticus por todo el apoyo. Harry se quedó para ayudarle a varias cosas a las cuales Louis también ayudó y todos se fueron dejándolos solos para que pudieran reposar de estos agitados días en el hospital.
Fueron a la casa del omega rizado y se quedaron ahí ellos dos. Con Atticus regresando a la empresa y ellos dos quedándose solos al saber que Althea estaba de vacaciones temporales.
Así que estarían solos.
Y de verdad pensaron en hacer muchas cosas en la habitación del omega rizado. Pero Harry estaba actuando demasiado raro, muy raro. Louis conocía perfectamente a su omega, pero verlo andar de un lugar a otro en la casa queriendo subirse a los sillones y bajarse, ir a la cocina por una manzana para nada más para enterrar sus colmillos y regresa a sentarse a su regazo para darle besitos.
Era raro.
Harry estaba sentado en el sillón de la sala, mordisqueando un pedazo de cojín y Louis lo miraba raro.
─ Nubecita ¿qué es lo que tienes? ─ preguntó Louis quien lo miraba con atención. Se acercó para quitarle el cojín y el omega soltó un gruñidito arrebatando el cojín de sus manos para seguir mordiendo.
─ Me duelen las encías y siento demasiada ansiedad por querer andar mordiendo las cosas, tengo ganas de estar saltando ¡y yo odio mover el más pequeño músculo! ─ dio un chillido agudo, lanzando el cojín a otro lado y cruzó sus brazos a la altura de su pecho para formar un mohín en sus labios.
Louis frunció su ceño.
Dolor de encías, ansiedad e hiperactividad.
─ Nubecita, ¿ya te has transformado antes?
Harry lo miró con ojitos de cachorrito y negó rápidamente con su cabeza.
─ Nunca me he transformado, papá me llevó por mucho tiempo con diferentes doctores y todos decían que era debido a que mi lobito creció triste por la ausencia de mamá y que papá casi no se transformaba por estar todo el tiempo ocupado… así que jamás lo hice de cachorro. Soy un omega retardado en su transformación.
─ ¿Y… por qué hasta ahorita?, quiero decir, ¿estás sintiendo la necesidad de hacerlo ahora?
Harry se encogió de hombros.
─ Desde que empezamos a salir mi lobo ha estado muy inquieto, después de que lo hicimos todos los días me levanto con la imagen en mi cabeza de un lobo blanco, ¿tú eres un lobo blanco? ─ preguntó y su alfa se sentó a su lado para atraerlo hacia él. El omega dio un ronroneo cuando los brazos de su alfa lo abrazaron y entonces tomó su brazo para mordisquear sin necesidad de enterrar sus comillitos.
─ Si, soy un lobo blanco, toda mi familia somos de lobos blancos ─ respondió Louis quien tenía a su lindo omega mordisqueando su brazo.
─ ¿Y duele transformarse? ─ preguntó Harry un poco o muy asustado por todo ésto.
─ No, no sientes dolor… o eso recuerdo. Me transforme cuando era muy pequeño, creo que fue a los cuatro años, mi abuelo insistía mucho en hacerlo y me llevó con sus amigos del ejército que ya eran retirados como él, fuimos de cacería, todos se transformaron en grandes e imponentes lobos que yo quería ser como ellos, así que solo tarde una hora en poder transformarme y correr junto a ellos. Cuando regresamos yo era una bola de pelos cubierta de lodo, mi abuela me baño tres veces hasta quitar el lodo de mi pelaje y en la ducha fue que me transforme en niño otra vez.
Harry se imaginó a pequeños lobitos blancos corriendo.
Fue lindo.
─ Iré por un poco de agua para nosotros, quédate aquí, nubecita ─ acarició Louis los cabellos rizados de su omega y se puso de pie para ir hacia la cocina. Dejando a Harry sentado en el sillón mordiendo el cojín, sus colmo picaban mucho y su nariz también, así que la arrugaba cuando sentía que un estornudo se avecinaba.
Harry dio un fuerte estornudo que lo hizo cerrar los ojitos y dar un pequeño salto en su lugar. Segundos después, sintió una corriente eléctrica atravesar su espina dorsal y no sabía lo que estaba sintiendo, porque no deseaba abrir sus ojos para nada. Sintió que algo estaba pasando, porque la ropa empezó a desgarrarse y sintió que iba cayendo poco a poco del sillón hasta que el golpe de su cuerpo se sintió contra el piso frío… pero no sintió frío, abrió sus ojos y se miró. Toda su piel era cubierta por un suave y sedoso pelaje blanco, sus manos ahora eran patitas cortas con motas rosas cubiertas de pelaje, sus pies eran igual que sus manos y su cola era larga y esponjosa, la veía porque estaba sentada arriba de ella y sus ojos observaron un largo hocico con nariz rosa y alrededor también había pelaje.
Era un lobito.
─ ¡Oh mierda!, ¡mierda, mierda! ─ dijo Louis quien estaba de pie detrás del sillón mirándolo. En sus manos sostenía los vasos de agua que rápidamente dejó en la mesita del centro para acercarse a Harry, quien lo miraba con su cabecita ladeada y sus orejitas moviéndose sin parar. ─ ¡Eres un lobo!
El lobito blanco intentó ponerse de pie y falló en el intentó, así que Louis se puso de rodillas para sostenerlo del tronco de su cuerpo. Era un pequeño cachorro, algo que nadie jamás imaginaría que pudiera pasar con un adolescente de diecinueve años y que su lobito pareciera un lobito de pocos meses.
─ ¡Eres una bonita nubecita blanca! ─ gritó Louis con una amplia sonrisa cuando observó a su omega en su forma de lobito.
Harry soltó un aullido agudo para escurrirse de las manos de su alfa y empezar a caminar poco a poquito. Louis lo miró con una amplia sonrisa, su omega parecía estar irradiando felicidad por haberse convertido por primera vez en lobito, ya que corría de un lado a otro, aunque terminará deslizando todo su cuerpo en el piso al resbalarse por sus torpes patitas.
Corría de un lugar a otro por la enorme sala que Louis lo iba cuidando mientras que le sacaba alrededor de unas cinco mil fotos y varios videos.
Que grabó el momento exacto donde Harry iba corriendo tan feliz con sus ojos cerrados que no se fijó en los grandes ventanales donde terminó estrellándose y pegándose en la cabeza, acción que lo hizo aullar muy alto y terminó cayendo sentado en el suelo, ocultando su cabecita debajo de sus patitas.
─ Debías correr con más cuidado, pudiste haberte lastimado peor amor ─ dijo Louis, acercándose para acariciar su cabecita. Harry quitó sus patitas de su cabeza y dejó que su alfa fuese quien le diera pequeños masajes.
Louis sonrió y dejó un beso en su cabeza.
Harry se levantó como si no hubiera pasado nada malo y caminó hasta las escaleras, las cuales fue subiendo poco a poco, una por una donde primero subía la mitad de su cuerpo y Louis le ayudaba con el resto. Fueron subiendo poco a poco hasta que Harry llegó a la puerta de su habitación y Louis fue quien giró la manija. La habitación era muy grande, demasiada grande. Una enorme cama con muchas almohadas, un candelabro de cristal colgando en medio de la cama como una lujosa linterna, las paredes eran de rosa pastel, el tocador era una pared completa de espejos con un tocador de mármol blanco con cien productos acomodados a la perfección.
El omega corrió hasta donde estaba la puerta de cedro y el alfa fue detrás de él, llevándose una mano a su boca en el instante en que observó que esa puerta era un jodido closet con paredes altas repletas de zapatos, ropa de en dos paredes detrás de ventanas de cristal y espejos en cada sitio, tal y como una pared donde habían maniquís con collares, maniquíes de manos con anillos y pulsos, los cuales brillaban por la luz.
─ ¿Qué estás haciendo, lobito? ─ preguntó Louis quien quería en el marco de la puerta recargado.
Harry no le prestó mucha atención, porque estaba muy ocupado jalando sábanas limpias que había en el closet, tomándolas con su hocico e ir las arrastrando hasta que salía de su closet. Repetir la misma acción varias veces hasta que Louis juro que había sacado todas sus sábanas.
Cuando su omega quedó en el espacio de su habitación, se subió a su cama y bajo todas las almohadas, no dejó ninguna y las dejó cerca del montón de sábanas. Las cuales empezó a acomodar con sus patitas delanteras y terminaba pasando la punta de su hocico y restregaba su cabeza.
Louis arqueó sus cejas.
Harry estaba anidando.
Su omega estaba construyendo su primer nido.
Todos los omegas a la edad de Harry ya han construido muchos nidos a lo largo de sus vidas desde el primer momento en que se convierten por primera vez en lobos, ya que buscan su propósito espacio en donde sentirse seguros. Mayormente los alfas hacen su nido en sus propias camas, ya que son su lugar seguro, de hecho, Harry fue el primer omega en entrar hasta su habitación y quedarse a dormir en ella; porque antes de él ningún omega había entrado hasta su habitación.
Observar a Harry hacer su primer nido, era la escena más linda del mundo.
Louis no evitó pensar en el momento en que su omega llegaría a hacer un nido para los cachorritos que llegarán a tener.
Harry tardó un largo rato acomodando su primer nido, era redondo y todas las sábanas estaban impregnadas de su aroma, las almohadas eran el arco perfecto y el omega rodó varias veces para que el aroma a frambuesas caramelizadas permaneciera ahí.
Después, se salió de su nido y mordió el pantalón del alfa, jalándolo hasta el nido.
─ Es tu primer nido, Harry, no puedo entrar.
Harry ladeó su cabecita de lobito con sus orejitas dobladas hacia abajo.
─ ¿Quieres…que entre contigo?
El lobito blanco dio un pequeño gruñido y entró a su nido, esperando sentadito a que Louis entrará. El alfa se quitó sus zapatos, los dejó a un lado y cuando iba a meter el primer pie, Harry lo mordió y dio una vuelta en su propio eje.
─ ¡Auch!, que filosos colmillos tienes lobito travieso ¿Quieres que me transforme contigo, nubecita?
Harry dejó de morderlo y asintió con su cabecita. Louis retrocedió unos pasos, no suele transformarse frente a nadie más, de hecho jamás lo ha hecho con ningún amigo, solo con sus abuelitos, a excepción de Zayn cuando lo agarro de sorpresa en su departamento cuando el alfa corría de un lado a otro siendo una bola de pelos blancos. Así que Harry se quedó esperando hasta que observó que su alfa se quitaba toda la ropa, ya que no llevaba nada más, de lo que llevaba puesto y en unos breves instantes un gran lobo estaba frente a él.
Era enorme.
Harry abrió su boca al observar que Louis era como cuatro veces más que su tamaño. Louis después le explicaría que con cada vez que se vaya transformando sus lobos van creciendo, después de diez veces es cuando los lobos llegan a su tamaño adulto y con el que se quedarán para toda la vida. Louis llevaba muchos años transformándose ya que a sus dieciséis ya era de los lobos más grandes, casi del tamaño de su abuelo.
El gran lobo blanco ingresó al nido y Harry le hizo espacio. Louis se recostó y Harry se acurrucó a su lado, el pelaje de él alfa era mucho más largo, esponjoso y abundante que el omega lo utilizó como una almohada en donde sentirse calentito.
Louis empezó a lamer la cabeza de Harry, quien soltó un gruñidito al dejarlo todo despeinado. Internamente el alfa se había carcajeado por eso, así que solo se acostó, utilizando su esponjosa cola para cubrir el cuerpecito del lobito de su omega.
Un largo rato después, se quedaron dormidos.
Ninguno de los dos se percató que Atticus, los observaba. Él había llegado y no los encontraba por ningún lado, hasta que el alfa mayor decidió que era buena idea subir a revisar la habitación de su hijo.
No podía creer que su hijo se había transformado por primera vez. Y en un precioso lobo blanco, como lo era su madre, ella había sido una preciosa loba blanca y él un lobo gris.
No podía creer que su hijo había hecho su primer nido. Él le había hecho incontables nidos a lo largo de su vida ya que su cachorrito jamás había entendido como hacer uno.
No podía creer que estuviera derramando lágrimas al observar que su cachorrito dormía por primera vez en su nido acompañado de su alfa. Si, le había costado al principio comprender y aceptar que Harry ya había encontrado a su mitad de luna, pero estaba feliz de que fuera un gran chico como Louis.
Tomó una fotografía y después salió de la habitación cerrando la puerta. Dejando a dos lobos durmiendo en el nido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro