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capitulo veintitrés

No podía creerlo. Sus manos temblaron cuando soltó el teléfono y cayó al suelo  sin importarle nada, cuando alzo su mirada a su omega, Harry lo sostuvo en un abrazo con sus brazos rodeando su cuello y sus labios besando sus mejillas. Louis sonrió bobamente con sus ojos cerrados, sintiendo el nudo en su garganta que escapó en un sollozo en el mero instante en que Atticus se unió al abrazo.

Era una sensación indescriptible. Todo lo que deseo estaba haciéndose presente en ese instante, su cuerpo sentía una revolución de escalofríos y su boca no podía formular una palabra. En su mente seguía reproduciendo consecutivamente las palabras del secretario de Sam “nos honra en comunicarle que usted ha sido seleccionado, ha aprobado las pruebas y lo esperamos el día viernes en punto de las seis de la tarde para la firma de su próximo contrato, bienvenido al equipo Tomlinson, felicidades por todo”.

Esta mierda era irreal.

Se separaron del abrazo cuando él sintió que no iba a desmayarse, pasó la yema de sus dedos por debajo de sus mejillas y secó sus lágrimas. Harry lo miraba con una sonrisa que remarcaba intensamente sus hoyuelos y era una sonrisa llena de orgullo, mientras que su suegro también le regalaba una amplia sonrisa como la de el omega, le impresionó conocer que él también poseía hoyuelos.

Salieron del cuarto, para celebrar destapando una botella de champán. Después Louis dijo que tenía que ir a ver a sus abuelos para darles esta increíble noticia, que tambien tendria que decirle a Zayn, que también debía saberlo Koda, pues se ha convertido en un gran amigo para él y por supuesto también tenía que saberlo Odette, si es la mujer que le ha dado tantos deseos positivos y nunca desconfió en que él iba a lograrlo.

Atticus dijo que le mencionara a sus abuelos que debían organizar una cena en esa noche para celebrar y que vinieran en la noche a la casa para hacerlo. Louis le pidió permiso a Atticus de llevarse a Harry a casa de sus abuelos para que lo acompañe a darles la noticia y después ir con Zayn, el alfa le dijo que por supuesto que sí, que los veía en la noche.

Ambos se dieron una ducha, no terminaron sus desayunos porque el apetito se había esfumado. Louis se vistio con un short negro que llegaba a sus muslos y una camisa blanca con estampados, sus tenis y tomo sus lentes de sol, Harry se vistio con una corta falda de mezclilla que llegaba a la mitad de sus muslos, con una blusita manga larga que le quedaba grande, sus zapatillas vans y sus rizos una bandana por lo largos que ya estaban quedandose.

Se fueron en la motocicleta del alfa y cuando llegaron a la casa de los abuelos, Louis fue el primero en bajarse, seguido de su omega, del cual lo tomó de la mano para entrar juntos.

─ ¡Nana Lina!, ¡Baba Brix! ─ grito Louis caminando por los pasillos hasta llegar a la sala.

─ ¿Nana?, ¿Dónde están? ─ preguntó Harry, soltando la mano de su alfa para caminar hasta la cocina, donde mayormente está la abuela cocinando o sentada en la mesa viendo en el televisor sus novelas. Louis caminó hasta donde estaba su omega, quien le negó que ahí no había nada.

Decidieron que era mejor idea ir a la habitación, ya que posiblemente estaban descansando, hasta que llegaron. Louis empujo la puerta que estaba entreabierta y al abrirla por completo, su aroma se intensificó a agrio y picoso; el alfa empezó a gruñir, tensando sus hombros y tensando su mandíbula cuando observo a la persona que estaba sentada a un costado de la cama de su abuelo.

Su padre.

Él estaba ahí mirando a mi abuelo sin decir palabra alguna, con su abuelo profundamente dormido, su pecho subía y bajaba lentamente, mientras que su abuela estaba a un lado del abuelo tomando su mano, en silencio ignorando a su propio hijo. Ella se hubiera ido de la habitación si su hijo no estuviera aquí ahogado de alcohol y con la mente nublada por las cosas que se inyecta, ya que una vez había intentado golpear a Brixton, así que no iba a dejarlo solo en ningún momento, ya que estaba dormido por el medicamento que le daba mucho sueño.

─ ¿Qué mierda haces aquí? ─ fue lo primero que dijo Louis a Ashton, el alfa de cabellos castaños que lucía ser un muerto viviente, su cara estaba escurrida, demacrada y pálida, con pocos cabellos. Esos ojos azules no poseen ningún brillo y no se sorprendió al sentir el aroma de alcohol y sus adicciones rozar su nariz.

Harry se quedó detrás de Louis, pero no tardó en darse cuenta que posiblemente ese alfa se trataba del padre de su alfa. Entendía en parte porque su alfa nunca hablaba de él, tal y como los abuelos, este alfa estaba peor que un muerto abandonado, lucía increíblemente mal.

─ Vine a ver a mi padre, ¿no puedo hacer eso? ─ dijo Ashton, levantando la mirada.

─ Hace dos años no aparecías por aquí, ¿qué es lo que quieres? ─ gruñó Louis, ingresando a la habitación para quedar más cerca de su abuela, relajando sus facciones cuando se dirigió hacia ella con un beso en su frente, ─ ¿te hizo algo, abue?

Ella negó con su ceño fruncido.

─ Lárgate, no tienes nada que hacer aquí, lo digo en serio Ashton ─ dijo Louis con su molestia reflejada en las facciones de su rostro.

─ ¿No me vas a presentar a ese lindo que está detrás de ti?, ¿es tu novio, hijo? ─ habló el alfa ignorando sus palabras.

Louis pasó su lengua por sus dientes, se atrevía a decir algo sobre Harry y era su último día de vida. Su omega entrelazo su mano para mantenerlo ahí junto a él.

─ Me enteré que estabas saliendo con un niño riquillo, todos en el bar lo hablaban, unos trabajadores de la empresa del padre del niño decían que ya te habían visto varias veces con ese niño. No perdiste el tiempo para comerte un culo bañado en billetes y oro, ¿verdad, hijo? ─ se burló Ashton.

Louis gruñó.

─ No te atrevas a decir nada sobre él ─ habló Lina, con su ceño fruncido hacia su hijo.

─ Necesito dinero ─ habló el alfa, llevando su mirada hacia Harry que lo miraba con indiferencia y esa mirada tan poderosa en la que el omega reflejaba el poder que poseía.

─ No te dare ni un puto peso ─ gruño Louis.

─ No te dije a ti, le dije a su putita ─ habló el alfa, ─ necesito unos cincuenta mil euros para mañana, debo algo de dinero y necesito pagarlo antes de que vengan por mí y me maten. Mamá me dijo que tuvieron muchos gastos por la salud del viejo, algo que de verdad no me importa. Si se muere el viejo nos estaría haciendo un favor y cobramos más rápido la herencia.

─ Mi nombre es Harry, imbécil ─ gruñó Harry.

─ ¿Cincuenta mil euros?, ¿de dónde mierda crees que voy a sacar tanto dinero para solucionar tu problema?, tus juegos, tus deudas, tus problemas. No nos metas a nosotros en eso ─ respondió Louis.

─ ¡Oh por dios, hijo!, tienes a un culo ahí bañado en billetes, ¿no sabes quien es su padre?, ¡Atticus Styles!, el jodido magnate, millonario y ceo de no sé cuántas empresas alrededor del mundo, cincuenta mil es lo que se niño puede gastar en ropa y su papi no se dará cuenta. Así que necesito cincuenta mil para hoy mismo.

Louis iba a responderle, pero Harry lo hizo primero.

─ En primera mi nombre es Harry, no de ningún insulto aberrante que brote de su sucia boca. En segunda deberia dejar de joder en esta casa, usted tiene manos, cabeza, cerebro, boca y voz para buscar un trabajo. Desconozco los años que ha vivido del dinero de los abuelos y ha malgastado a manos llenas por ser un bueno para nada, asi que le invito cordialmente a irse ahora mismo de esta casa antes de que le llame a mi padre, Atticus Styles, ¿si sabe quien es? Bueno, ahora voy a platicarle de mi tío, Maximo Styles,  primer sargento de las fuerzas especiales de inglaterra, con una llamada y él viene hasta aquí para joderlo.

Harry se mostró inmensamente enojado ya que le importó muy poco el rostro pálido del alfa.

─ No me intimidas, un omega no va a venir a responderme, sólo sirven para cargar los cachorros, ser buenos en la cama y atender a sus alfas ─ dijo Ashton, poniéndose de pie.

Louis frunció su ceño.

─ Salte con Harry a la sala, Nana ─ ordenó Louis sin quitar la mirada de Ashton.

La abuela se puso de pie con ayuda del omega, quienes obedecieron a Louis y salieron de la habitación. Aunque Harry negó con su cabeza que no estaba tan convencido de hacerlo, no quería dejarlo solo, pero tampoco iba a permitir que le hicieran daño a Louis, pero prefiere por estos momentos que la abuela esté tranquila, de verdad se sorprendió ante el manejo de sus emociones al tener a ese alfa ahí y que no dejará a su esposo, que fuerte mujer.

Louis tomó del brazo a su padre para tirarlo contra la pared que estaba más lejos de la cama y el alfa le dio una sonrisa burlona.

─ Ya te había dado el dinero suficiente la última vez para que no volvieras a molestar a mis abuelos, me partí la espalda para trabajar horas extra y no comía por días para reunir cada centavo que necesitabas para pagar tus deudas. Ya te pagué una maldita deuda de treinta mil euros, ¿de dónde mierda crees que obtendré cincuenta mil, para mañana?, estás completamente hecho un imbécil si piensas que volveré a ayudarte.

─ Van a matarme si no voy a entregar ese dinero mañana.

─ Ya nos estarían haciendo un favor el que te alejen de nosotros.

─ Soy tu padre imbécil, vienes de mi, todo lo que soy corre por tus venas, deberías acostumbrarte a eso. Serás la misma mierda de persona, alejaras a todos y quedarás tan solo que nadie te va a volver a ver ─ gruñó el alfa ─ ya me encargue de alejar a todos, la primera fue tu jodida madre, esa omega no servía para nada, no servía para cocinar, tenía un cuerpo horrible después de que te parió y no me gustaba como era en la cama, lloraba cada que la tocaba, así que después de esa paliza salió huyendo.

Louis amplió sus ojos, retrocediendo unos pasos.

─ Ella iba a escapar contigo, pero si escapaba contigo, ¿que iba a tener yo?, nada. Por eso te quedabas conmigo, dinero asegurado de tus abuelos que jamás invertí en ti.

─ Abusaste de mi madre…

─ No lo hice, Maley era mi mujer, tenía que abrirme las piernas cuando yo ordenaba.

Louis sentía una furia recorrer su cuerpo, su pecho empezó a acelerarse por las ondas de respiraciones pesadas, la mente a pensar en todo lo que su madre sufrió. Ella había sufrido por dos seguidos años al lado de su padre solo para no dejarlo a él, no quiere ni imaginar las cosas que pudo haber llorado en silencio y que sus abuelos jamás se dieron cuenta, después ella quiso huir con él, nunca deseo abandonarlo, nunca quiso dejarlo. Siempre pensó que ella no lo amaba por ser una adolescente, cuando fue siempre todo lo contrario, ella lo amaba y soportar muchas humillaciones para seguir con él, hasta que probablemente se quebró en mil pedazos y sus barreras se desvanecieron, dejándola terriblemente mal y que él deseo de huir se hiciera presente.

Por eso no llegó al juzgado, por eso siempre estaba con sus abuelos; porque eran los días que su papá… hacía eso con ella.

─ ¿Hiciste lo mismo con Ivonne también? ─ preguntó Louis, refiriéndose a la segunda mujer que llegó a la vida de ellos cuando él estaba más grande.

Su padre chasqueó la lengua.

─ Le dije que no quería más hijos y la imbécil se embarazó de gemelos. Tampoco me gustaba tanto, lloraba por todo y se había vuelto una estúpida que no servía para servirme, la engañaba con más omegas de los bares y eso no le gustó, quería ser la única y a mi esas mierdas no me van. Huyó como la otra lo hizo, nadie está a mi nivel para complacerme y servirme como lo merezco.

Louis tenía unas ganas inmensas de romperle la cara aquí mismo. No podía creer que alguien como él hubiera tenido la oportunidad de tener a dos grandes mujeres como las fueron ellas dos y que terminarán huyendo de sus garras por los malos tratos que les daba.

─ ¿Qué hace este, aquí? ─ dijo su abuelo acostado en la cama, con sus ojos abriéndose poco a poco hasta que los vio. Se sentó poco a poco en la cama y soltó un gruñido.

─ Ya se iba, ¿no es verdad? ─ dijo Louis a Ashton.

─ Lárgate, no eres bienvenido en mi casa ─ gruñó el abuelo Brixton con voz cansada pero llena de autoridad ─ no sé qué estás haciendo aquí, ni tampoco se porqué Lina te dejo pasar, pero te advertí que no te quería cerca de nosotros.

─ Necesito dinero, viejo.

─ Entonces trabaja, que para eso sirves. De mi ya no obtendrás nada de dinero, mucho menos de mi Lou, él no tiene ninguna responsabilidad ante ti.

─ ¡Es mi hijo!

─ ¡No es tu hijo, señor!, ¡no es tu hijo!, yo críe junto a mi amada esposa a este cachorro desde el primer momento en que tu lo tiraste a nuestros brazos. Yo levanté a este niño desde que empezó a gatear, vimos sus primeros pasos y palabras, su primera transformación y en cada momento que nos necesitaba, mientras que tú estabas ahogado en alcohol y en prostitutas. No es tu hijo, es mi hijo, Louis es más hijo mío que tuyo y es el único por quien siempre me sentiré orgulloso de decir que lleva mi propia sangre, ha trabajado tanto por su futuro que el día de mañana que yo no esté respirando,  espero que él triunfe en lo que desee y a ti no te voltee ni a ver la sombra.

Ashton gruñó.

─ Es hora de irse ─ ordenó Louis.

Louis empezó a jalarlo del brazo para llevarlo fuera de la habitación. Aunque el alfa se negaba, él lo arrastraba poco a poco hasta que empezaron a caminar por el pasillo y llegar hasta la sala, donde rápidamente su abuela se regresó al cuarto para cuidar de su abuelo mientras que Harry se quedaba de pie observó cómo Ashton era arrastrado hasta afuera de la casa. Louis abrió la puerta y entonces lo empujó, haciendo que cayera hacia el agrietado suelo, donde tuvo que meter sus manos para no golpearse la cara en el momento en que cayó de rodillas.

Lo odiaba, lo detestaba tanto.

Solo aparecía en su vida para pedirle, exigirle, robarle y despreciar. Había olvidado cuántas veces había mencionado que su madre lo dejó porque no lo quería y creció con esa idea, que por su culpa ellos no pudieron ser felices y ella se fue. Que si luchaba por ser un futbolista profesional serían puras mierdas de sueños tirados a la basura porque jamás lo iban a lograr y sería un bueno para nada con una carrera que tampoco le serviría.

En ese preciso momento, el auto clásico de lujo de color gris se estacionaba frente a la casa y Harry no tardó en reconocer ese auto.

─ ¡Hola cariño!, dejaste tu teléfono en casa junto a tus llaves… ─ habló Atticus hacia Harry, bajando del auto y quitándose los lentes de sol.

─ ¡Quiero que te largues!, ¡no quiero volverte a ver cerca de mis abuelos, nunca jamás!, me importa una verdadera mierda si alguien te hace daño por las mierdas en las que te metes, créeme que tus chantajes no irán conmigo, mucho menos ahora que ya estoy mayor, Ashton ─ gruñó Louis, caminando hacia el alfa que se iba poniendo de pie torpemente. Atticus miró la situación un tanto sorprendido, sobre todo cuando Harry estaba detrás de Louis, luciendo muy enojado.

El alfa se puso de pie y trató de empujar a Louis del pecho, fallando en el intento en que estaba muy débil por el alcohol. Entonces pasó una mano por su rostro para quitar las manchas de tierra que se habían pegado a causa de su mal equilibrio.

Atticus camino hasta ellos, con mucho cuidado y lleno de curiosidad por lo que pasaba. Así que cuando estuvo a un costado del cuerpo de Ashton, lo miró con superioridad, con lastima y desagrado por los aromas que emanaba, su mirada verde era fría, tratando de encontrar todos sus defectos y no tardó ni un solo minuto en entender que posiblemente esté fuera el padre de Louis.

─ ¿Todo bien? ─ preguntó Atticus.

─ Más o menos, papá ─ respondió Harry en un tono preocupado.

─ Todo bien, él ya se iba ─ respondió Louis, sin dejar de mirarlo con frialdad a Ashton.

─ ¡Pero si es nada más y nada menos que el señor Styles! ─ dijo Ashton.

─ Disculpa, ¿te conozco a ti? ─preguntó Atticus, colocándose al lado de Louis con sus brazos cruzados a la altura de su pecho, en un porte intimidante gracias a la masa corporal que tenía; sus mangas cortas hacían gran cortesía en remarcar los muslos de sus brazos y  al tensar su mandíbula duplica el dominio de sus ojos verdes tan oscuros como la noche.

─ No es nadie importante, él ya se iba ─ respondió Louis.

─ No me iré sin el dinero Louis, necesito cincuenta mil para ahorita. Ya tienes a tu maldita perra, roba alguna joya y damela, puedo empeñarla y me iré, ¡solo quiero dinero, maldito hijo de puta!

Louis se impuso frente a él, pero Atticus puso una mano sobre su pecho para detenerlo. Soltando un gruñido hacia Ashton, mostrando sus colmillos perlados.

─ Ve con Harry adentro, yo hablaré con este tipo ─ ordenó Atticus.

─ Puede hacerle daño, no, no…

─ Créeme que ni lo intentará ─ respondió rápidamente, interrumpiendo a lo que Louis intentaba advertirle. Louis no quería irse, en definitiva no pensaba en dejar solo a Atticus, pero el alfa le dio una mirada protectora, cálida y una sonrisa llena de confianza. Harry lo jalo del brazo para llevarlo adentro de la casa, dejando a él alfa ojiverde como un escudo de músculos en la puerta.

Ashton gruñó, queriendo caminar hacia adentro de la casa pero Atticus extendió sus manos frenando su paso con la palma de su mano sobre su pecho y negando con la cabeza.

─ En tu maldita vuelves a llamar perra a mi hijo, ¿entiendes?, si es que quieres seguir respirando el oxígeno que lamentablemente un ser despreciable como tú, roba. No se que tramas con estar aquí, pero no te quiero cerca de mi familia.

─ Ellos no son tu familia, es la mía.

─ Ellos son mi familia, son seres humanos increíbles, mejores de lo que tú eres. Escuché que querías cincuenta mil euros, créeme que esa es la cantidad de dinero que entra a mi cuenta bancaria cada dos horas por cada día de la semana. Te daré cien mil euros, cincuenta para tú deuda y el resto para que desaparezcas de nuestras vidas por el resto del tiempo que sigas respirando. Esos cincuenta mil te quedan libres de gastar a manos llenas, en lo que desees, puedes vivir bien por un largo tiempo con esa cantidad para que dejes de jodernos.

Ashton soltó una risa.

─ Esa es la primera opción, la segunda es que ahorita mismo llame a mi hermano y que con un chasquido de dedos, te encierre en la cárcel por unos cargos que puedo intentar. Pero de qué te jodo la vida, te la destruyó completamente.

─ Que sean ciento cincuenta mil euros.

Atticus soltó una carcajada fría.

─ Estas demente, no te dare esa cantidad.

─ Entonces olvídate de que deje de joderles la vida, imbécil. No eres nadie para intimidarme.

─ Creo que no entiendes el poder que tengo, hay clases sociales, yo estoy hasta arriba, sudando poder, ganando millones y con una familia preciosa. Tu estas por debajo del lodo, lleno de mierda y ningún perro que te llore sobre la tumba. No te acerques a los señores Tomlinson, mucho menos a Louis, te queda altamente prohibido que le dirijas la palabra o créeme que yo mismo mandaré a que te ahoguen en la laguna más profunda del país.

Atticus alzó su mandíbula y arqueó sus cejas. Sacó su teléfono de su pantalón, marcando a un número que estaba en la lista de sus contactos, mientras que Ashton observaba con detenimiento todo lo que estaba haciendo; creyendo que solo era otra palabrería.

─ Hermano, te necesito ─ dijo Atticus en cuanto se activó la línea.

─ Dime el nombre ─ respondió Maximo Styles.

Atticus arqueo sus cejas hacia Ashton, quien se puso pálido de la cara al segundo en que la sangre cortó su circulación del rostro. Empezó a retroceder, sin querer dejar de mirarlo hasta que se tropezó y cayó sentado contra el piso.

─ Ashton Tomlinson ─ respondió Atticus con una sonrisa ladina. Se encogió de hombros después de haber dicho el nombre y entonces el alfa castaño pareció haber visto el peor de los fantasmas, ya que se puso rápidamente de pie y empezó a correr lejos de ellos.

Atticus sonrió victorioso.

─ Ya lo tengo ─ respondió Maximo.

─ Solo dale un susto ─ pidió el alfa.

Una risa se escucha del otro lado de la línea.

─ Mandaré a unos hombres, ¿dos o una línea de vida?, ¿o como lo hice con ese chico de hace dos años?

Por atticus hago el gogogo

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