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YoonGi se encontraba sentado en una de las tantas bancas de aquel parque, el sol se iba ocultando poco a poco dándole paso a la noche. Algunos niños seguían corriendo por la arena mientras sus padres se encargaban de jugar con ellos.
Un profundo suspiro salió de sus labios, el asiento de al lado fue ocupado por alguien más y el característico olor a pinos y menta se hizo presente en el lugar.
—Linda tarde ¿No? —Preguntó el pelinegro de facciones tan similares, pero a la vez, tan distintas. YoonGi asintió.
—Pensé que no vendrías. —Susurró viendo a los niños reír.
—Siempre venimos hoy para acá, es el aniversario de ellos. —Una sonrisa triste adornó los labios del mayor. —Siempre jugábamos en aquel árbol ¿Lo recuerdas? —Señaló un frondoso árbol lleno en su mayoría de grandes y claras hojas verdes. —Eras realmente malo al escalar, pero siempre ibas para adelante; terco como una mula. —Regañó en tono divertido. YoonGi se hundió un poco en su asiento con un notable rubor en su cara producto de la vergüenza.
Realmente había sido un niño muy problemático.
—Eran buenos tiempos. —Mencionó vagamente mientras algunas pequeñas memorias se deslizaban por su mente.
—Mamá te quería más que a mi. —Se quejó el mayor.
—Papá siempre te quiso más a ti.
—No digas eso. —El mayor rodó los ojos con fastidio. —Papá...
—Papá nunca creyó en mi. —YoonGi suspiró soltando todo el aire retenido. —Siempre fuiste el hijo estrella, el inteligente, el que llevaba buenas notas, en cambio yo... —Su mirada vagó por el lugar. —Era el típico niño burlón que corría sin importarle nada, que raspó matemáticas cuatro veces, que se metía en cada pelea con JungKook y el que siempre daba problemas.
—Papá nos amaba por igual. —KiHyun mencionó sinceramente. —Solamente no te quería presionar YoonGi. Él quería lo mejor para ti. Todos queremos lo mejor para ti.
—Sentía que me apartaba. —Rió secamente. —Siempre eran papá y tú, mi mamá siempre se ocupaba de mi, las reuniones, todo.
—Mamá te tenía como el niño consentido. —KiHyun susurró mientras veía al cielo. — Papá te tenía como una luz en su vida, su tarde de verano luego de una tormenta. Lucharon mucho para tenerte ¿no lo recuerdas? —KiHyun lo vio fijamente. —Prácticamente fuiste un milagro, papá te amaba con todo su ser.
—Lo siento. —Mencionó el menor cabizbajo. —Siempre que nos reunimos, saco el mismo tema. Debes estar cansado.
—Me gusta reunirme contigo siempre que puedo, más hoy. —El mayor se encogió de hombros restándole importancia. —Son seis años desde que se fueron.
—¿Crees que estén orgullosos de nosotros? —Preguntó el menor con la voz rota. KiHyun lo atrajo en un pequeño abrazo como solía hacer de pequeños.
—Obvio que sí. —Moqueó dejando caer algunas lágrimas. —Ellos nos amaban mucho.
—¿Irás a casa? —Preguntó YoonGi separándose del abrazo. El sol había desaparecido por completo y la luna brillaba en su lugar. —JiMin tiene mal humor, tengo miedo de que me lance una chancla en lo que llegue a casa. —KiHyun no pudo contener la risa. Levantándose de la banca empezó a caminar.
—No podemos correr, pero el que llegue más rápido, paga el postre. —YoonGi sonrió y luego salió corriendo en dirección a su auto. Ellos seguían siendo unos niños de vez en cuando.
[💚]
Cuando llegaron a casa, evitaron los comentarios sobre los derrapes excesivos y algunas saltadas de luz, incluso también ignoraron el tema de algunas señales rotas. Habían llegado vivos y no habían causado ningún accidente según ellos. Eso era lo importante.
KiHyun por petición de YoonGi, fue el primero en entrar. En lo que puso un pie dentro del apartamento, un zapato volador impactó contra su cara.
—¡Min Yoon Gi! —El grito del rubio llegó hasta el pasillo. YoonGi retrocedió solo unos pasos. —¡Se puede saber porq... —La cara del rubio pasó de roja a pálida en menos de un minuto. —K-Kihyun —Susurró con la voz entrecortada. La cara del pelinegro no mostraba ninguna expresión aparte de la gran marca roja en sus cachetes.
—Quisiera decir que fue un buen recibimiento, sacando en cuenta que tenemos años sin vernos. —Exageró el mayor. — Pero... ¡Wow! ¿Un zapato? ¿En serio? —Preguntó con dolor. — ¡Yo te apoyé cuando mis papás no te querían!
—Lo siento, lo sient... —JiMin detuvo sus disculpas para luego mirarlo con curiosidad. —¿Tus padres no me querían?
—Obvio sí, solo aplico un poco de drama a mi lamento. —Movió las manos restándole importancia. — ¡YoonGi! —Llamó al menor. El nombrado solo dejó ver su cabeza por la puerta. —¡¿Por eso querías que entrara de primero?!
—¡Todos los días me recibe así! —Se quejó el menor.
—¡Mentira, mentiroso! —Gritó el rubio viéndolo. — KiHyun—Llamó al mayor cambiando el tema. — ¿Quieres una tacita de café? —Preguntó de forma cordial.
—¿No será mucha molestia? —Cuestionó viéndolo con una sonrisa.
—No. —El rubio rió acercándose. —Pase usted. —Indicó haciendo una pequeña reverencia.
—Después de usted. —Señaló el pelinegro. YoonGi iba a decir algo pero la mirada seria de su esposo lo detuvo.
—Tú te quedas afuera. —La puerta se cerró en sus narices.
Una sonrisa adornó su rostro cuando metió la llave y abrió la puerta para entrar.
—Tengo llav... —Lo que dijo se quedó a medias cuando esta vez, dos zapatos interceptaron con su rostro.
—¡Por decir mentiras sobre mi! —Se quejó el rubio con un mohín.
—¡Por mandarme solo al matadero! —Exclamó el pelinegro.
Y YoonGi solamente lloró esa noche por los crueles tratos que recibía por parte de su hermano y su adorado esposo.
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Protejan a YoonGi, please. Es un bebé, tonto, pero es un bebé.
¡Feliz sábado! Muchas gracias por leer.
¡Lean Hunter si aún no lo hacen, es gratis!👀
Igual "Pide un Deseo" 👀
¡Hasta la próxima!
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