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Jimin puchereó para si mismo mientras sentía las pataditas de su bebé. Quería comer papitas fritas y tenía todo para hacerlas, el problema era que ya pisaban las tres de la mañana y su alfa dormía libremente en el sofá de la sala.

Estaban molestos el uno con el otro y no iría a pedirle nada. 

Pero su pequeña cachorrita no opinaba lo mismo, ya que lo despertó de su muy acogedor sueño.

— Quieres que le hable a papi, pero no le hablaré. — Negó mientras sentía las patadas del bebé. — Es un estúpido, me dijo que me iba a consentir toda la noche, que lo haría lento y bonito pero terminó haciendo un estúpido plano para Kihyun. 

Suspirando sonoramente se bajó de la cama y trató de abrir la puerta en silencio. Hace mucho tiempo que no cocinaba solo porque según YoonGi, sería capaz de incendiar el apartamento, y aunque él no se creía capaz de eso, la verdad es que si tenía sus dudas. 

— Huh, estúpido. — Llamó acercándose al mueble. YoonGi tenía la ropa que había usado para ir a trabajar aun puesta y se le veía bastante incómodo. Una pequeña punzadita de dolor lo atravesó. 

Está bien, quizás haber mandado a su pareja a dormir al sofá después de un día fuerte de trabajo no había sido buena idea. 

Ninguna de tus ideas son buenas, con suerte el alfa sigue con nosotros. Jimin frunció el ceño ante la voz del lobito que solía habitar dentro de él, el animalito era listo y testarudo como él, pero un auténtico dolor de cabeza cuando trataba mal a su pareja. 

— Yoon. — Volvió a llamar, esta vez haciéndose un pequeño espacio para sentarse junto al mayor. YoonGi siguió dormido. — Amorcito. — Susurró con la voz rota antes de tocar el brazo del mayor y moverlo con lentitud. Casi saltó del susto al sentir la alta temperatura en el cuerpo del alfa.

YoonGi tenía fiebre y no, no era el celo. 

Alarmado completamente se levantó del mueble para ir con rapidez hacia la cocina y buscar los tecitos que solía darle. 

Podía vivir haciéndole niñerías al mayor, pero la verdad era que amaba al alfa y siempre se encargaría de cuidarlo, así que con mucho cuidado llenó una pequeña ollita con agua para luego agregar la infusión y cuidar que no se calentara de más. Su mirada vagó hasta el último cajón que estaba demasiado alto para su gusto. YoonGi había guardado las pastillas ahí porque el omega siempre solía tomar pastillas por cualquier dolor.

— Si me subo en una silla quizás... — El omega se mordió el labio dudoso mientras contemplaba aquella idea. Si no estuviera embarazado, lo hiciera fácilmente, pero ahora la idea le causaba mucho terror, una caída a estas alturas de su gestación sería muy peligrosa. — Le daré solo el té y luego le diré que busque las pastillas. — Sonrió mientras volvía a ver el té que estaba preparando.

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— YoonGi. — Llamó con delicadeza mientras acariciaba la cabeza del mayor. — Alfa. — YoonGi frunció levemente el ceño antes de abrir poco a poco los ojos. El rubio le sonrió con dulzura mientras lo ayudaba a sentarse. 

YoonGi realmente se sentía mal y el omega lo notaba en el semblante caído del mayor. Se sintió mal por no haberse dado cuenta, quizás YoonGi lo había ocultado para que él no se preocupara.

— Cuando te sientas mal, solo dime. — Puchereó. — Está bien, reconozco que soy dramático y exagerado, pero yo te amo, ¿entiendes? — Sonrió mientras acariciaba la cara del mayor. — Te amo mucho y no voy a poder hacerlo sin ti. 

— Claro que puedes. — Susurró con voz ronca. — No digas eso. 

— Sabes que si te vas yo también me iré, tonto. — Rió.

— Pero no me voy a morir Jimin, solo es una fiebre. — El omega negó.

— ¿Y si mañana no amanecemos vivos? — Preguntó de repente. YoonGi empezó a reír antes de abrazar al omega. 

Jimin ni siendo serio dejaba de exagerar. 

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¡Hola! ¿Cómo están? 💖 Espero que bien.

Este Jimin-ssi no cambia.

Muchas gracias por leer, votar y comentar. ¡Se los agradezco mucho!

Ya estamos cerquita de los 40k y sería mi segunda historia en llegar a esa cifra. 

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¡Hasta la próxima!

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