Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7: La línea entre el cuidado y la codependencia.

Una tarde, Harry decidió invitar a Louis a almorzar en su departamento, al que había decidido mudarse apenas unas semanas atrás, prometiendole a sus padres que sería el lugar ideal para poder estudiar y concentrarse; o el lugar perfecto para escapar de ellos. Era un intento de incluirlo en su mundo, aunque sabía que sería complicado.

Louis llegó tarde, como siempre, y vestido con su habitual chaqueta desgastada y jeans rotos. Al entrar, miró alrededor con una mezcla de asombro y resentimiento.

—Vaya, esto es... elegante —dijo, dejando caer su chaqueta sobre una silla.

Harry sonrió débilmente, sintiendo la tensión en el aire.

—No es gran cosa. Solo un departamento.

Louis arqueó una ceja, pero no dijo nada más.

La comida transcurrió en silencio al principio, pero eventualmente comenzaron a hablar de cosas triviales. Sin embargo, la paz no duró mucho.

—¿Cómo es que alguien como tú se preocupa por alguien como yo? —preguntó Louis de repente, su tono más desafiante que curioso.

Harry lo miró fijamente, sintiendo cómo la pregunta golpeaba un nervio.

—Porque creo que todos merecen una oportunidad.

Louis soltó una risa amarga.

—Eso suena bonito, pero no es verdad. Hay personas que no valen la pena. Yo soy una de ellas.

—No digas eso —replicó Harry, su tono más firme de lo habitual—. No tienes idea de lo que vales para alguien.

Louis no respondió de inmediato, pero sus ojos estaban llenos de una mezcla de emociones que Harry no pudo descifrar.

A pesar de sus diferencias, había algo en ellos que los mantenía unidos, aunque ambos sabían que no era saludable. Harry seguía intentando ayudar a Louis, pero empezaba a darse cuenta de que estaba poniendo en peligro su propia poca estabilidad.

Por otro lado, Louis estaba empezando a depender de Harry de una manera que lo aterrorizaba. No estaba acostumbrado a necesitar a nadie, y mucho menos a alguien tan diferente a él.

La línea entre el cuidado y la codependencia se volvía cada vez más borrosa, y ambos sabían que estaban jugando con fuego.

||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||

El invierno se asentaba con fuerza en Londres, y con cada día que pasaba, la conexión entre Harry y Louis se volvía más difícil de manejar. Aunque ninguno de los dos lo admitiría, estaban profundamente entrelazados, como dos ramas torcidas que se sostenían mutuamente. Pero la tensión aumentaba, y ambos sabían que estaban caminando por una cuerda floja que podría romperse en cualquier momento.

Harry estaba sentado en un pequeño café cerca de la universidad, tratando de concentrarse en un ensayo sobre macroeconomía. Sin embargo, su mente seguía volviendo a Louis. Habían discutido la noche anterior; Louis había llegado borracho a su apartamento, insistiendo en que no necesitaba a nadie y que Harry debía dejarlo en paz. Ambos sintieron ganas de llorar pero ninguna lágrima cayó hasta que ambos estuvieron solos en sus propias camas.

Harry suspiró, cerrando su cuaderno. Estaba agotado. Se preguntaba si estaba haciendo más daño que bien al intentar ayudar a Louis.

—¿Puedo sentarme?

La voz familiar lo hizo alzar la vista. Louis estaba parado frente a él, con una expresión seria. Parecía menos destrozado que la noche anterior, pero todavía había un rastro de culpabilidad en sus ojos.

Harry dudó por un momento, pero finalmente asintió. Louis se sentó, jugando nerviosamente con el anillo en su dedo.

—Quiero disculparme por lo de anoche —dijo, evitando la mirada de Harry—. No debí... decir esas cosas.

Harry lo miró fijamente, tratando de leer más allá de las palabras.

—No me importa que te disculpes, Louis. Lo que quiero es que dejes de sabotearte.

Louis soltó una risa seca, inclinándose hacia atrás en su silla.

—Eso es fácil de decir, ¿no? Pero no sabes lo que es estar en mi piel.

—Tal vez no —admitió Harry, su voz calmada pero firme—. Pero sé lo que es sentirse atrapado en tus propios pensamientos, como si no hubiera salida.

Por un momento, Louis no dijo nada. Luego, finalmente levantó la mirada y, por primera vez en mucho tiempo, pareció realmente escuchar.

Esa tarde, Louis acompañó a Harry de regreso a su apartamento. No era algo planeado, pero ninguno de los dos quería despedirse aún. Cuando entraron, Harry puso la tetera al fuego, mientras Louis observaba la habitación, su mirada deteniéndose en una pila de libros sobre el escritorio.

—¿Siempre fuiste tan... estudioso? —preguntó, intentando aligerar el ambiente.

Harry sonrió débilmente.

—No exactamente. Pero estudiar es lo único que puedo controlar.

Louis asintió, comprendiendo más de lo que quería admitir.

—Control. Suena bien.

Mientras el té se servía, la conversación fluyó de manera más natural. Louis habló un poco más sobre su infancia, sobre cómo su madre trabajaba dobles turnos mientras su padre desaparecía por días enteros. Por su parte, Harry compartió cómo había crecido en una casa enorme, pero llena de silencios y puertas cerradas.

Por un momento, parecía que estaban construyendo un puente entre sus mundos opuestos.

Pero las cosas nunca eran tan fáciles. Una semana después, Harry recibió una llamada en medio de la noche. Era uno de los compañeros de piso de Louis, diciendo que lo había encontrado inconsciente en el baño. Harry se vistió rápidamente y corrió al hospital, con el corazón latiendo con fuerza.

Cuando llegó, encontró a Louis despierto, pero débil. Su rostro estaba pálido, y había una tristeza abrumadora en sus ojos.

—¿Por qué? —fue lo único que Harry pudo decir, su voz quebrándose.

Louis desvió la mirada, incapaz de enfrentar la decepción en los ojos de Harry.

—No lo sé. No quería... no quería hacer esto otra vez, pero...

Harry se sentó junto a él, tomando su mano.

—No puedes seguir así, Louis. No puedo seguir viéndote destruirte.

Louis apretó los labios, pero no dijo nada. Sabía que Harry tenía razón, pero no sabía cómo cambiar. Nunca tuvo la oportunidad de cuidar de algo o alguien, no cuando siempre se dispuso a destruir todo a su alrededor. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro