Capítulo 11: Sombras de un futuro incierto.
Habían pasado algunas semanas desde aquella noche en la que Louis y él habían compartido su máxima intimidad, aunque al menor le costó un poco poder sentirse seguro pudo aprender a disfrutar del momento. Con Louis pegado a su oído recordándole lo hermoso que era mientras le hacía el amor.
La frecuencia en la que se veían había aumentado. Louis salía de trabajar y pasaba por Harry en la universidad, caminaban por el parque, dormían en el departamento del menor o simplemente compartían un café en aquel lugar que los unió. Aún tenían baches, cruces, discusiones que terminaban en un abrazo y una disculpa. Habían aprendido a convivir otra vez, aunque sea por cortos períodos de tiempo.
Aunque no todo era según lo planeado.
Harry comenzó a notar cambios en su cuerpo: un cansancio abrumador, náuseas matutinas y una sensibilidad inusual a ciertos olores. Al principio, pensó que era el estrés de la universidad y su lucha constante con la recuperación de su anorexia. Pero cuando las náuseas persistieron durante más de una semana, decidió visitar a un médico.
La respuesta lo dejó helado: estaba embarazado.
Mientras sostenía el resultado de la prueba en sus manos, sintió que el mundo se desmoronaba. No podía imaginarse como padre, no en ese momento de su vida, no con Louis, que todavía estaba luchando por mantenerse sobrio y lidiando con sus propios demonios.
Harry pasó días debatiendo si debía o no contarle a Louis. Finalmente, decidió que él tenía derecho a saber, aunque no esperaba que respondiera de manera positiva.
Una tarde, mientras caminaban por el parque, Harry reunió el valor para decirlo.
—Louis, hay algo que necesito contarte —comenzó, su voz temblorosa.
Louis lo miró con preocupación.
—¿Qué pasa?
Harry respiró hondo antes de soltar las palabras.
—Estoy embarazado.
Louis se quedó inmóvil, su rostro una mezcla de sorpresa y confusión.
—¿Embarazado? —repitió, como si necesitara confirmarlo.
Harry asintió, sintiendo que las lágrimas amenazaban con caer.
—No lo planeé, obviamente. Pero... aquí estamos.
Louis pasó una mano por su cabello, visiblemente abrumado.
—Esto... esto es demasiado, Harry. No puedo... no sé cómo manejar esto.
—¿Crees que yo sí? —respondió Harry, su voz elevándose ligeramente—. Estoy tan perdido como tú, pero pensé que al menos intentarías apoyarme. Después de todo lo que prometiste...
Louis no respondió. En lugar de eso, simplemente se levantó y se alejó, dejando a Harry solo en el parque.
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Durante las semanas siguientes, Louis se mantuvo distante. Aunque no cortó completamente el contacto con Harry, sus respuestas eran frías y breves. Cada vez que Harry intentaba hablar sobre el embarazo, Louis cambiaba de tema o evitaba la conversación por completo.
Finalmente, un día, Harry explotó.
Intentó invitarlo a la primera ecografía del bebé, pero Louis solo hizo como si no hubiese escuchado.
—No puedo seguir así, Louis —dijo, enfrentándolo en su apartamento—. Si no quieres ser parte de esto, dilo de una vez.
Louis miró hacia el suelo, incapaz de sostener su mirada.
—No sé si puedo hacerlo, Harry. Ni siquiera sé si quiero.
Las palabras de Louis cayeron como un golpe.
—¿Eso significa que quieres que aborte? —preguntó Harry, su voz llena de incredulidad.
—No lo sé —admitió Louis, su voz apenas un susurro—. Lo único que sé es que tengo miedo.
—¿Y crees que yo no? —respondió Harry, sus ojos llenos de lágrimas—. Pero al menos estoy intentando enfrentarlo.
Sin decir más, Harry se dio la vuelta y salió del apartamento, dejando a Louis solo con sus pensamientos.
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
En su siguiente sesión de terapia, Harry habló sobre su discusión con Louis.
—Siento que estoy solo en esto —dijo, limpiándose las lágrimas—. Louis no está listo para asumir ninguna responsabilidad, y yo... no sé si puedo hacerlo solo.
La terapeuta lo escuchó atentamente antes de responder.
—Es normal sentirte abrumado, Harry. Pero recuerda que tienes el poder de decidir qué es lo mejor para ti y para tu bebé. Louis puede necesitar tiempo para procesar esto, pero tú también necesitas cuidarte.
Las palabras de la terapeuta resonaron profundamente en Harry. Aunque todavía estaba inseguro sobre lo que debía hacer, comenzó a considerar que tal vez podía manejar esto por su cuenta, si fuera necesario.
Louis pasó las semanas siguientes sumido en un conflicto interno. Por un lado, sabía que estaba siendo injusto con Harry. Por otro, el miedo a fallar como padre lo paralizaba.
Una noche, mientras revisaba las notas que había tomado en sus reuniones de rehabilitación, una frase llamó su atención:
"El miedo no es una excusa para abandonar a quienes amas."
Louis se dio cuenta de que, aunque no se sentía listo, no podía seguir evadiendo la situación. Decidió que era hora de enfrentar sus miedos y hablar con Harry.
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Louis apareció en la puerta de Harry una tarde lluviosa, luciendo cansado pero decidido.
—¿Podemos hablar? —preguntó, sosteniendo un paraguas mojado.
Harry dudó por un momento antes de dejarlo entrar.
—Dime, ¿qué quieres? —preguntó, cruzándose de brazos.
Louis respiró hondo antes de responder.
—Sé que he sido un idiota. Y sé que no tengo derecho a pedirte nada después de cómo te he tratado. Pero quiero intentarlo, Harry. Quiero estar aquí para ti y para el bebé.
Harry lo miró, tratando de leer su sinceridad.
—¿Por qué ahora?
—Porque me di cuenta de que el miedo no puede seguir controlando mi vida. Quiero ser mejor, no solo por mí, sino por ti... y por nuestro hijo.
Aunque todavía sentía dudas, algo en las palabras de Louis lo hizo querer darle una oportunidad.
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Los días posteriores al reencuentro de Louis y Harry fueron como caminar sobre vidrio. Había pasos hacia adelante, pero también dudas constantes, heridas abiertas que apenas comenzaban a sanar. Louis se esforzaba por demostrar que sus palabras eran sinceras, mientras Harry intentaba equilibrar sus emociones con el peso del embarazo. También el cambio repentino de su cuerpo, ligado a sus problemas alimenticios que estaba tratando en terapia.
Louis empezó a asistir a las citas médicas con Harry. Aunque no siempre entendía los términos que los médicos usaban, se esforzaba por prestar atención, haciendo preguntas y tomando notas en un pequeño cuaderno que había comprado.
En una de las citas, escucharon el latido del corazón del bebé por primera vez.
—¿Ese es...? —preguntó Louis, sus ojos brillando con una mezcla de asombro y miedo.
—Sí —respondió el médico con una sonrisa—. Es el corazón del bebé.
Harry miró a Louis de reojo. Por un momento, vio algo diferente en él: un atisbo de esperanza.
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
A pesar de los pequeños avances, los problemas persistían. Habían decidido volver a vivir juntos luego de que Harry tuvo algunos dolores que lo llevaron a emergencias, Louis no estaba con él esa noche y tardó cuarenta minutos en llegar desde la casa de su tía.
Louis seguía luchando con su sobriedad y, en ocasiones, su comportamiento errático volvía a generar discusiones.
—No puedes desaparecer durante horas sin avisarme —dijo Harry una noche, cruzando los brazos—. Necesito poder confiar en ti.
—No estoy acostumbrado a esto, Harry —respondió Louis, frustrado—. Estoy intentando, pero no sé cómo hacerlo.
—Pues aprende —replicó Harry, con firmeza—. Porque no estoy dispuesto a pasar por esto solo para que tú sigas huyendo de tus responsabilidades.
La discusión terminó con ambos en silencio, cada uno reflexionando sobre lo dicho.
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Un día, Louis apareció en el apartamento de Harry con una bolsa llena de alimentos saludables y libros sobre embarazo.
—No soy bueno en esto, pero... pensé que tal vez podríamos cocinar algo juntos —dijo, su tono nervioso.
Harry lo miró, sorprendido, antes de asentir.
—Está bien. Vamos a intentarlo.
Pasaron la tarde cocinando, riendo torpemente cuando algo salía mal y compartiendo pequeñas historias. Fue uno de los primeros momentos en meses donde ambos se sintieron conectados, aunque fuera de manera fugaz.
El progreso entre Louis y Harry no fue suficiente para evitar que los traumas de ambos emergieran en los momentos más inesperados.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro