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No me quiero ilusionar, pero ya lo hice

Yoongi se dirigía a la puerta de la empresa, había intentado retrasar el más tiempo posible su salida, pero si lo hacía no encontraría trenes. Jimin iba parloteando a su lado, le había contado sobre su estado, haciéndole prometer que no diría nada, no quería que nadie se enterara aún.

Salieron de la empresa, el atardecer tintaba de un color bonito el cielo, Yoongi dejó de caminar haciendo que Jimin le mirara confundido. Se volvió a donde la vista de su hyung se clavaba y observó a un chico recargado en el poste de luz, era alto, con buenos pectorales y sonrisa linda.

—Mucha suerte hyung—dijo con amabilidad.

—Gracias Jimin, no le digas a nadie, por favor.

Jimin asintió. —No se preocupe hyung, no lo haré, vaya con bien.

—No te regreses al estudio, ve directo a descansar—se despidió con la mano antes de cruzar la calle.

Jimin se encogió de hombros y caminó directo a su dormitorio que quedaba cerca. Yoongi estaba nervioso, claro que intentaba no mostrarlo, Namjoon se la había pasado mandándole mensajes cuando su hora de salida estaba llegando, ahora entendía la insistencia de saber a qué hora pensaba salir.

—¿Tienes mucho esperando?

—No mucho—se encogió de hombros—. Vine a llevarte a cenar algo.

—¿Primer día de novios y ya quieres una cita? —se burló, aunque estaba seguro de que tendría un sonrojo.

—Tengo un cierto encanto—bufó.

Ambos caminaron en silencio, uno que no era incómodo, solamente no había algo que tuvieran qué decir, estaban nerviosos. Caminaron algunas cuadras hasta llegar a un restaurante pequeño, que se encontraba cerca de la estación, entraron y buscaron una mesa algo apartada.

—¿Qué tal tu día? —preguntó Yoongi jugando con el salero.

—Fue...¿Interesante? Sí, interesante, todo estaba siendo normal, hasta que recibí cierto mensaje, Jackson tardo en hacerme entrar en razón ¿Alguien alguna vez te habló de la importancia que tiene el tacto al hablar?

—¿Querías de esos globos que dicen Felicidades papá? —elevó una ceja—. No Namjoon, hay que ser prácticos.

—No, pero al menos no por mensaje—bufó.

—Para la próxima.

—Aún no nace y ya estás pensando en el próximo—soltó una carcajada.

—No seas tonto—dijo indignado—. No me refiero a eso.

—¿Cómo pasó? —preguntó relamiendo sus labios nervioso.

—Tuvimos el acto sexual en la noche de mi cumpleaños, a lo natural, al día siguiente después de gritar y actuar medio confundidos me tomé la pastilla. Pero, al parecer no funcionó.

—Eso quiere decir que somos ese pequeño porcentaje de la población que representa las fallas.

—Creo que no debí comprar la pastilla de marca genérica, pero diablos la patente era cara para una sola pastillas—se encogió de hombros—. Es gracioso—rio por lo bajo—. Con tu suerte y la mía, era de esperarse.

Se quedaron en silencio, cada uno llevando a cabo sus propios pensamientos, Namjoon estaba nervioso, porque la noticia había sido sorpresiva, Yoongi estaba nervioso porque no sabía cómo le estaba cayendo la noticia a Namjoon.

—¿Quién era el chico que estaba contigo? —preguntó con una mueca.

—Jimin, uno de los artistas de la empresa.

—Oh él es bueno, me gusta su voz.

Yoongi bufó. —No te gustaría si tuvieras que escucharla todos los días preguntando cosas demasiado obvias, hoy tuve que explicarle que el sexo telefónico no es lo mismo que el sexo oral. Es un bebé.

—Oh vamos Yoongi, tú eras igual de inocente cuando me conociste.

—No me recuerdes tus platicas pervertidas—gruñó—. Bueno, ammm..¿Qué quieres comer?

—Pues, a ti desde la mañana—le guiñó un ojo—. Pero algo de ramen está bien.

—Oh carajo, que asqueroso eres—rodó los ojos—. Yo quiero pollo frito, tu esperma fecundador me ha estado jodiendo con eso por horas.

Namjoon se quedó en silencio, porque aún no sabía cómo debería actuar, no quería decir algo equivocado o que se pidiera malinterpretar, necesitaba estar seguro de lo que Yoongi quería.

—¿Qué quieres hacer?

Yoongi le miró con una ceja alzada antes de terminar de beber su agua. —Comer y dormir, estoy cansado, hice una nueva composición para el grupo de chicas de la empresa, aún no me dicen si la tomarán, lo cual espero, así que quiero dormir.

—No hablo de eso—relamió sus labios—. Hablo de la situación ¿Qué quieres hacer?

—Oh—dijo asintiendo al comprender la situación—. Eso, pues...aún estoy confundido, parece que estuviera en una de esa películas donde los zombies te están persiguiendo, y hay un espacio en el tiempo en donde tienes que decidir por qué puerta entrar, sí, así se siente.

Namjoon no pudo evitar soltar una carcajada por la expresión dramática de Yoongi, se relajó un poco, tomando en cuenta que estaba hablando con su mejor amigo, había pensado que se enfrascaria en una situación incómoda, pero, Yoongi era más simple de lo que cualquier otra persona pudiera ser.

—Quiero que sepas que estaré apoyando cualquier decisión que tomes, soy tu mejor amigo, y estoy contigo en esto.

—Bueno...eso...gracias—dijo lo bastante nervioso por escuchar a Namjoon hablando tan serio que le parecía raro.

—Avísame cuando hayas tomado una decisión.

—Hablas como si fuera a elegir carrera profesional—soltó una carcajada—. Comamos que tengo hambre.

Namjoon asintió, dejó que Yoongi pidiera su pollo frito y comiera como si no hubiera mañana, la conversación que siguió, fueron ellos burlándose de Jin y su nuevo corte de cabello. Cosas normales, así que cuando llegaron a su departamento, él quiso tomar un baño, mientras que Yoongi se arrastraba a dormir. En la ducha fue cuando la realidad golpeó, osea iba a tener un hijo con Yoongi, bueno, tal vez.

—Wooow, si que soy bueno, eso Nam, buena puntería—rio negando.

Tal vez no era una situación muy clara, ni mucho menos convencional, apenas llevaban un día de novios y ya esperaban un cachorro. Negó, cuando salió con una toalla enredada en su cintura, se dirigió a su habitación, al entrar, vio a Yoongi acostado boca arriba sobre su cama, casi de inmediato se acercó a él y le miró confuso.

—Te estaba esperando, pero tenía sueño—se hizo a un lado palmeando su costado—. Ven.

Namjoon se acostó a su lado, mirándolo, estaba nervioso, vaya que Yoongi eres realmente lindo.

—¿Pasa algo? —preguntó cauteloso.

—No siento que sería tan malo ¿Sabes? No me molesta.

—¿De qué hablas?

—No me molesta tener un cachorro contigo, digo, está bien—le miró con suma tranquilidad, estaba seguro de que Namjoon se pondría a gritar de la emoción, pero lo paro en seco—. Igual no te ilusiones aun.

—¿Por qué no?

—Bueno antes de hacer cualquier cosa deberíamos ir al doctor a ver si las cosas están bien, ya sabes, hay veces donde las cosas son complicadas.

—Entiendo—asintió—. Deberíamos hacer una cita.

—Le pedí el contacto a Jungkook, podría pedir él día de pasado mañana—se encogió de hombros.

—Yo te acompañaré, haz que sea por la tarde—dijo con una sonrisa.

—Bien.

—¿No crees que Jungkook le dirá a Jin?

—Na, no creo. No le dije nada, sólo se  pedí el contacto.

Se quedaron en silencio, Yoongi mirando al techo y Namjoon viendo su perfil, lo vio cerrar los ojos y relajarse, él se levantó, cerró la puerta con cuidado, apagó la luz y se puso un pantalón de pijama para entrar en la cama, los cubrió a ambos, se quedó en la misma posición hasta que observó como Yoongi suspiraba y se acercaba, no lo tocaba, pero estaba cerca, sintiendo aquel calorcito se quedó dormido.

















—¿No es muy lindo? —dijo con los ojos llenos de emoción.

Jackson le miró con una ceja alzada. —¿No se supone que no tienes que ilusionarte? Casi le compras la cuna.

—No seas exagerado son sólo unos zapatitos—bufó.

Claro que Namjoon no quería ilusionarse, había pensado en lo que Yoongi le dijo, aún no había nada claro. Sin embargo, cuando estaba saliendo del trabajo un día después encontró una tienda linda a la que nunca antes le había puesto atención.

—¿Cuándo se supone que podrán ver tu producto de una noche de pasión y años de amar en silencio a tu mejor amigo?

—Hoy por la tarde—dijo con una mueca—. Diciéndolo así, parece que yo planee esto para amarrar a Yoongi a mí—soltó una carcajada.

—¿Y no? —elevó una ceja.

—Yo no soy como tú—le golpeó el brazo.

—Como digas—rodó los ojos—. Suerte entonces, me dices que suceda, para comprar alcohol y celebrar.

Namjoon negó, Jackson era así de raro. Sentía una combinación de emociones, entre preocupación y emoción, estaba feliz, pero no tanto, o era sólo que no quería mostrarlo, no hasta que pudiera hacerlo. Esa tarde, hizo un tiempo récord de regreso al departamento, pensó que encontraría a Yoongi dormido como lo dejó por la mañana, pero se sorprendió de verlo en la cocina devorando unas banderillas.

—Hola, llegue.

—Hola—dijo con la boca llena.

—Veo que tienes hambre—se burló—. ¿Cómo te sientes?

—Bien, limpié, vomite, hice la lavandería y comí. ¿Qué tal tú?

—Rompí una silla tratando de cambiar un foco, pero todo normal ¿Listo para la cita?

—No realmente, pero vamos—se levantó de la mesa y se dirigió al baño.

Namjoon tomó la banderilla que quedó y comenzó a comerla. Sí, era extraño comportarse como un novio normal con Yoongi. Cuando este salió, se acercó a él y olisqueo su cuello, se quedó quieto, sin duda, esa era una táctica que Yoongi nunca había usado, no le dijo nada, se acercó y olió su cabello, el aroma era rico, siempre le gustó su olor a mandarina.

—Vamos—dijo con seriedad.

Conocía tan bien a Yoongi que sabía que su silencio tenso se debía a que estaba nervioso o preocupado, el también estaba nervioso, por lo que no dejaba se moverse en el tren, la gente alrededor les miraba de forma discreta, tal vez a los ojos ajenos estaban haciendo un show extraño.

—Que extraño estar aquí—dijo Yoongi mientras esperaban sentados en la sala de espera de la clínica.

—Verdad, es raro, no creo alguna vez estar en un lugar así ¿Cómo te sientes?

—Nervioso ¿Tú?

—Bueno, feliz.

—Namjoon—bufó—. Te dije que no te ilusionaras.

—Perooo Yoongi—puchereo—. Es imposible no hacerlo. Ya hasta pensé en nombres para la bolita de algodón.

—¿Bolita de qué? —preguntó con el ceño fruncido.

—Es que me imagino que es pequeño y una bola, si sale pálido como tú será una bola de algodón.

Yoongi no aguantó y soltó una carcajada. —¿Y si se parece a ti? ¿Qué será? ¿Una bola de algodón tostada?

Namjoon le empujo el hombro ligeramente.  —Eres una horrible persona.

Sus risas fueron interrumpidas por la voz de la enfermera pidiendo que pasaran a la consulta, tragaron en seco, aquello si que era espeluznante.














Era mucha información, demasiada información para que cualquiera de los dos reaccionara, ahora estaban caminando a la estación, en silencio, cada uno inmerso en sus propios pensamientos, aquello había sido más shockeante de lo imaginado.

—Nueve semanas—dijo Namjoon en un susurro—. Vaya, es pequeño, ¿Lo viste?

—Claro que lo vi—puso los ojos en blanco.

Tenía nueve semanas de gestación, todo estaba bien, su bolita de algodón se había implantado a la perfección y estaba ahí creciendo sin saber nada. Ellos estaban pasmados.

—Yoongi—dijo Namjoon mirándolo de reojo—. ¿Ya me puedo ilusionar?

Yoongi rio por lo bajo. —Hazlo.

Lo detuvo del brazo y lo abrazó, Yoongi se quedó tenso por unos momentos hasta que le devolvió el abrazo.

—Yoongi, hicimos un bebé.

—Y con una sola vez, somos buenos en eso.

Namjoon tomó de la mano a Yoongi y ambos caminaron a la estación, estaban tranquilo, algo dentro de ellos les abrazaba con calor, tal vez no sea tan malo tener un bebé con tu mejor amigo novio de tres días.







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