CYJ
No podía creer lo que estaba viendo en el espejo pequeño de cartera que me dió mi madre.
¿Desde cuándo mi cabello era rubio? ¿A dónde se había ido mi cabello oscuro natural? ¿Por qué era un color chillón tan feo? Ah, quería llorar, pero no solo por el cabello, sino porque al parecer varias cosas habían cambiado y yo seguía sin tener idea. Quiero decir, tres años de mi vida simplemente quisieron largarse de mis recuerdos. Qué bonito.
——Tenemos que hablar, Yeonjun. ——La fría voz de papá se hizo notar.
——Bien. Hablen ——Bajé el espejo, desesperado por tener respuestas.
——Sé que puede parecer muy confuso y hasta imposible algunas cosas, pero estos tres años han sido muy cambiantes para ti, hijo. Todo lo que te vamos a decir es cierto.
Tenía que conocerme desde cero. Asentí sintiéndome más que frustrado.
——Primero, tienes veintiuno ——empezó papá ——. Antes del accidente estuviste estudiando arquitectura ——Eso no me sorprendía tanto porque siempre quise alguna carrera relacionada a los números, luego continuó ——. Sigues viviendo en casa, eso no ha cambiado, pero adoptamos un gatito hace un año, su nombre es Mochi ——Mi mamá de repente puso en mi cara su celular, en la pantalla estaba yo en una foto con el gatito. Oh dios, era yo con ese cabello rubio tan horrible, yo estaba cargando a un gatito del porte de mi mano. Sonreí porque amaba a los animales y era genial saber que teníamos un gatito ——Otro detalle más, hijo...
Y este parecía ser el más delicado porque mi padre se tomó su tiempo para hablar, tanto así que yo lo presioné.
——¿Qué es?
——Nada. Solo que... No sabemos cómo vas a reaccionar, hijo. En ese sentido es muy diferente.
——Bueno, no sé qué podría ser más impactante que despertar después de un año de coma y que tres años de mi vida de repente... puff. Escúpelo.
——Bueno... Soobin, el chico de cabellos morados, ¿lo recuerdas?
¿Cómo iba a olvidarlo si el insolente me besó? Solo asentí.
——Él es tu novio, Yeonjun.
Juro que mi mente hizo corto circuito.
Mi ceño cayó.
——Dijimos no bromas.
——Es que no lo es, hijo ——intervino mi madre ——. Soobin de verdad es-
——Mamá, yo estoy saliendo con Yeonwoo, no-
——Ya no es así, hijo. Hace un año que ustedes terminaron.
No podía entender como eso era posible si yo dentro de mi pecho sentía que la amaba tanto. Quería verla, llorar en su jodido pecho hasta no recordar nada de esto.
Mucho más extraño que eso fue que dijeran que ese chico era mi novio.
——Mamá, no puede ser nada mío. Tal vez mi amigo, pero, ¿novio? ——reí ——Sabes perfectamente que no soy gay.
——Yo creía lo mismo hasta que tú mismo lo trajiste a casa, cielo.
——Mamá, no soy gay ——reí nerviosamente.
No es que fuera homofóbico, pero jamás en la vida ningún hombre me había parecido atractivo o había despertado algo en mí más allá de un cariño fraternal.
——Cariño, no te estamos engañando, tú y Soobin de verdad son... fueron, una pareja muy bonita.
Dicho esto, mi madre me enseñó otra foto de su celular. Una foto que me quitó el aliento.
Se notaba que fue tomada desde las sombras porque hasta estaba ligeramente movida y mal enfocada.
Era yo con ese horrible cabello amarillo, abrazando a ese chico Soobin, mis manos enroscadas en su cintura, mi nariz arrugada en su mejilla, él riendo en la cocina de mi casa. Demasiado íntimo como para ser netamente amical.
Escalofríos recorriéndome, una horrible sensación.
Bajé el celular con mi mano, mirando a un punto muerto de la habitación.
¿Podría ser cierto? ¿Yo enamorarme de un hombre? Me hubiera reído si no me hubieran mostrado esa foto donde innegablemente el protagonista era yo.
Todo se sentía tan irreal...
——Yo... no lo recuerdo ——dije avergonzado, anonadado mirando hacia abajo.
——Lo sabemos, cariño ——musitó afligida mi madre ——. El doctor dice que t-tal vez recuperes tus recuerdos en los siguientes días...
——¿Tal vez? ——Quise reír de histeria. ——. O sea que tal vez también pueda olvidar todo.
——No sabemos, Junnie. Es por eso que debes quedarte aquí en observación ——respondió mi padre.
Asentí fríamente con la cabeza mirando a las cortinas de la ventana. Sentía que mi vida era todo menos mía. Solo me quedaba confiar y creerle a los demás.
——Una cosa más, hijo ——miré a mi padre, se veía tenso ——. Soobin está afuera. Él- él quiere hablar contigo.
Mis nervios se dispararon a más no poder. Un sabor ácido en mi boca.
——No quiero verlo, papá ——Por el estrés que sentía, arrastré mi mano por todo mi rostro, resoplé ——. ¿Qué se supone que deba decirle? Yo... es que... ——Volví a reír nerviosamente ——. No lo entiendo. No me gustan los hombres, no...
——Solo conversar, Junnie ——alentó mamá.
——Es que sé que no es así, pero yo en estos momentos no lo conozco. Es muy incómodo, mamá, entiende por favor.
——Hijo, también ponte en sus zapatos. Yo entiendo que estés confundido, pero Soobin es un buen chico, de verdad. Él... todo el año pasado ha venido a verte, todos los días, no hubo día en el que no viniera a visitarte, hablarte ——Mi madre tomó mi mano con seguridad ——. Sé que no lo recuerdas, pero ustedes son la representación más linda de amor que vi alguna vez, corazón. Además que quizás al verlo se active tu memoria.
Lo que dijo mi madre, me sorprendió dejándome estupefacto. No podía dejar de verla con sorpresa; ella jamás había dicho algo así de Yeonwoo, con quien salí casi cuatro años.
——Yeonjun, solo habla con él esta vez. Si no te sientes cómodo con su visita, ya no vendrá más, ¿entendido? ——Gracias a la presión terminé asintiendo, tragando duro a lo dicho por mi padre.
——Está bien.
——Está afuera. L-Le diré que pase.
Volví a asentir, por alguna razón sintiéndome nervioso. Recordé el beso de la mañana y no pude evitar sentirme raro e incómodo.
——Por favor se paciente, Binnie ——escuché a mi madre decir afuera.
Mis padres salieron y entonces, entonces él entró.
Entró con la mirada gacha, sin verme.
Tenía un tulipán rojo y algo envuelto en papel de regalo en la mano. El tulipán rojo era mi flor favorita, pero de seguro él ya lo sabía, ¿cierto?
En una pequeña mesa que había en una esquina de la habitación. Dejó la flor, luego volvió hacia mí y se sentó en la misma banca que estuvo ahí desde que desperté.
Cuando alzó la mirada para verme, pude ver en su tez blanca un recorrido de lágrimas, restos de estas, sus ojos estaban hinchados y ligeramente rojos. El chico había llorado, imaginar que fue por mi culpa me hizo sentir terriblemente mal, algo mi pecho hundiéndose.
——Hola ——musitó dándome una sonrisa ladina.
——H-Hola.
Un silencio se formó. Mi corazon latiendo a mil por hora.
——Yo... ——inhaló temblorosamente, y le huyó a mi mirada como si me tuviera miedo. No sabía qué pasaba por su mente ni por qué hacía gestos como apretar los labios hasta que estos fueran dos líneas o apretar los puños en su regazo hasta que sus nudillos se tornaran blancos. Eso me hacía sentir más ansioso. ——Q-Quería disculparme por lo de la mañana. N-No sabía lo de tu amnesia y estaba tan emocionado que- ——Se detuvo a sí mismo, sus hombros que se levantaron un poco por la emoción con la que hablaba, cayeron con ligereza, al igual que su mirada. ——Solo... Lo siento.
——E-Está bien.
——¿Tú... ——Sus ojos volvieron a los míos ——en serio no me recuerdas?
Volviéndome a sentir culpable cuando en realidad no era mi culpa, negué con la cabeza.
——¿N-Nada?
——Lo siento.
Lo vi cerrar los ojos e inhalar aire como para estabilizarse. Me sentía muy mal por él, de verdad.
——Y-Ya te explicaron lo que fuimos, ¿no es así? ——Me vio con dulzura y lo que podría ser tristeza.
Asentí tranquilamente, y él relamió sus labios resecos.
——Yo sé que esto para ti debe ser muy extraño y... lo- lo entiendo, pero solo necesito decirte una cosa, por favor, aunque no lo recuerdes. ——Volví a asentir, el chico tomó una profunda inspiración mientras cerraba los ojos, cuando los volvió a abrir vi que estos cobraron más brillo ——Eres lo más importante que tengo en esta vida. Te lo he dicho muchas veces, lo has vivido conmigo y lo sabes. Tenía mucho miedo de que no despertaras, tenía miedo de no volverte a ver nunca más, de perderte después de nuestro maldito accidente... ——Inspiró de nuevo, igual ——Sé que esto debe ser jodidamente extraño para ti, pero... ——Su mano buscó la mía, al sentir su tacto, retiré mi mano por inercia, la suya al ver mi reacción tembló unos segundos antes de retraerla y tomar su propia muñeca con su otra mano, como si se estuviera deteniendo ——L-Lo siento.
Me sentía muy mal por no poder corresponderle, pero no me gustaban los hombres. Lo sentía mucho por él.
No pude decir nada, solo me quedé viendo como miraba al suelo, ansioso, jugando nerviosamente con sus dedos en su regazo.
——¿Puedo preguntarte algo más? ——preguntó después de unos segundos de incómodo silencio.
——Adelante.
——¿Me permitirías ayudarte a recordar, por favor, Yeonjun? ——Me miró con seguridad, también pude detectar miedo en sus ojos.
Quería recordar, asentí. Tal vez así podría entender como diablos logré sacarme a Yeonwoo de la cabeza. Quería entender mis decisiones del pasado.
——Bien, gracias. ¿T-Tienes alguna pregunta específica?
Inmediatamente traje a colación lo que se me quedó grabado apenas lo dijo.
——Dijiste nuestro accidente. ¿C-Cómo fue que pasó? ——pregunté nervioso.
Una sonrisa ladina, pero melancólica, se curvó en la comisura su boca.
——Intentamos escapar de la rutina. Tú con un brevete nuevo y yo con un viejo auto alquilado ——rió bajito ——. La carretera no estaba en sus mejores condiciones y... Una camioneta... ——Soobin exhaló ——Fue muy difícil. Fue un milagro que salgamos con vida.
Ahí pude percatarme de que Soobin tenía una pequeña cicatriz en la barbilla, casi por el cuello, ¿sería de aquel momento?
——Entiendo.
——¿Algo más para ayudarte a recordar?
Lo primordial.
——¿C-Cómo nos conocimos?
Soobin sonrió con la mirada gacha inmediatamente después de escuchar mi pregunta.
——Es una historia bastante curiosa de hecho. Yo tenía una tienda de arte cerca de tu universidad. Un día, un chico pelinegro muy bonito se quedó mirando un buen rato los cuadros en exhibición, entonces salí y le pregunté si se le ofrecía algo. El chico, un poco avergonzado, confesó que estaba buscando qué regalarle a su novia por su cumpleaños, y simplemente me dijo que cuando vio mis pinturas sintió... algo. En especial por una peculiar pintura de un campo de flores rojas y naranjas con el cielo más celeste.
«El chico al final quiso comprar mi cuadro, pero como solo estaba de paso, me dijo que había olvidado su billetera. Como el chico era tan bonito, le presté el dinero, me dijo que me lo devolvería... Nunca lo hizo ——contó entre risitas ——. Tuve que volver a verlo cruzar por mi tienda para seguirlo esta vez. Cuando le dije de mi dinero, el chico me pidió disculpas y me dijo que se había olvidado por completo, luego me dio las gracias porque su novia amó el cuadro. Dijo que tenía mucho talento y se fue.»
La voz de Soobin era agradable, narraba con tanta fluidez que se sentía como leer un buen libro, imaginando.
——¿Eso es todo?
Él negó con la cabeza sonriendo.
——Creí que nunca volvería a verte. Pero dos semanas después, entraste a mi tienda para pedirme ayuda. Resultaba ser que eras estudiante de arquitectura. No pude evitar reírme cuando me pediste el favor de que te ayudara con tus maquetas y dibujos de geometría, que me pagarías por ello. Quería decir, no éramos amigos ni mucho menos, no me pagaste por casi un mes y mi tienda no prestaba precisamente esos servicios. Entonces tú me dijiste "Oh vamos, por favor. Alguien que pinta así de bien, puede dibujar y hacer lo que sea. Además, es dinero honesto" ——Soobin volvió a reír un poco ——. Honestamente no sé porque acepté. El dinero me tentó, pero había algo más, ¿sabes? En ese momento no pude descifrarlo, pero ahora lo sé... Luego de eso, acudías a mí cada vez que te dejaban un trabajo o dibujo, te intenté enseñar a hacerlos, pero nunca fuiste bueno ——rió ——. Aunque ayudabas a veces, y debo decir que era muy tierno ——Sentí a mis mejillas colorearse por el cumplido ——. Nos hicimos muy amigos rápidamente, y luego... ——Soobin se detuvo un momento y exhaló, su sonrisa desapareció ——Y luego pasó lo que pasó, la razón del porqué estoy aquí sentado ahora ——finalizó con una sonrisa de labios cerrados.
Con que esa era la historia.
Asentí con la cabeza sin saber que decirle.
——¿Has podido recordar algo con lo que te he dicho?
Negué.
Soobin se vio muy decepcionado, se relamió los labios y luego asintió con pesadez.
——¿Quieres recuperar tus recuerdos, Yeonjun? ——preguntó casi ansioso.
¿Sí? ¿No? Tenía tanto miedo. ¿Cómo es que me podía gustar un hombre o que me gustó un hombre? Jamás de los jamases me había pasado por la cabeza. En mi corazón seguía tatuado el nombre de Yeonwoo, a quien quería ver con desesperación también.
Quería seguir con mi vida, con Yeonwoo, no quería enamorarme de alguien de mi mismo sexo, no le veía sentido. Pero también me frustraba olvidar tres años de mi vida, no quería sentirme perdido.
Tenía miedo de que los supuestos sentimientos que tenía por aquel chico volvieran y me hicieran cambiar tanto, porque el Yeonjun de quien me contaba mi madre, no era yo.
Al final asentí, recordar... Era lo correcto.
——Yo volveré mañana, ¿sí? ——Me sonrió ladino, con timidez. El cuadro que tenía en la mano, me lo extendió. ——Iba a dártelo después de nuestro viaje, pero lo del accidente ocurrió y... Bueno.
Tomé el cuadro envuelto entre mis manos y lo sostuve de la manera más delicada posible, lo observé un momento antes de mirar a Soobin.
——Ábrelo, mi a- ——se calló y exhaló frustrado ——. Es para ti.
Lo hice, rasgué el papel sin saber qué esperar.
Cuando vi el lienzo y entendí la pintura, un suspiro abandonó mis labios.
Era hermoso. Jamás había visto una pintura tan bella.
Era un bosque, la profundidad que se veía en el cuadro era mágica y absorbente, casi irreal. Muchos tonos verdes, marrones y grises, era misterioso.
De seguro Soobin ya sabía lo amante que era de la naturaleza.
——Es hermoso... ——Salió desde lo más profundo de mi corazón.
——Fuiste mi musa, para cada obra ——Mis mejillas empezaron a arder de la vergüenza de nuevo. Todavía se sentía raro para mí que me hablara con tanto cariño cuando para mí no era más que un extraño con el que coincidentemente cruzamos caminos alguna vez.
No respondí, en cambio admiré aquel bosque, mis yemas acariciando lentamente las texturas, deseando estar en él.
Soobin me estuvo mirando, varios segundos, a mí y al cuadro, podía sentirlo.
Luego carraspeó de pronto y no permitió que lo viera a la cara cuando dijo:
——Espero que te haya gustado. Tal vez regrese mañana.
Dicho esto, salió de la habitación y cerró la puerta con fuerza, como si huyera. No pude evitar ver hacia su dirección con lástima. No se veía como un mal chico; no era justo que sufriera así por... mí.
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