Namjoon

     Era viernes por fin y me encontraba recogiendo las invitaciones impresas en compañía de Jungkook, no eran realmente tantas personas, sólo nuestros amigos cercanos y "familia", familia muy entre comillas porque el padre de Jin no estaba nado contento y conforme con la noticia. Emprendimos el camino a entregar personalmente las que me parecían importantes, las demás las enviaría la empresa.

—¿Estas seguro que Jin esta de acuerdo en que lo invites?

—Cuando terminé con él fue algo que me pidió.

     Estábamos subiendo directo al departamento donde vivía Jackson y yo esperaba no encontrarme con ningún otro chico que no fuera él, no tenía un buen recibimiento de los demás. Tocamos la puerta y en segundos nos abrieron la puerta.

—¡Namjoon! ¿A que se debe tu visita? Ah, hola Jungkook.

—¿Está Yugyeom?—Preguntó sin mucho interés.

—No, sólo yo y Mark.

     Sentí una pequeña punzada en la espalda y Jungkook comenzó a reír agradeciendo de todos modos.

—Es para ti, como lo prometí. —Extendí la mano para que logrará tomar la invitación.

—Sabes, siempre pensé que tendría que ser yo quién le entregará la invitación de nuestra boda a tus chicos, cuantas vueltas da la vida, demandaré a We Got Married.

     Conversamos unos cuantos minutos y después de una rápida despedida tomé a Jungkook del brazo para regresar al departamento.

—Ah, ¿No te dio hambre? Me me apetecen unos cuernitos para desayunar. —Bien sabía a lo que se refería, Jungkook no se aguantaba las risas, que desvergonzado. —Pero nunca me hizo caso.

—Uy, lo lamento joven relaciones estables. —El niño simplemente cerró la boca mientras me quería matar con la mirada.

Jin

     Sólo quería poder portar mi anillo en paz y salir aunque fuera a pasear a la esquina sin que miles de rumores se expandieran por el Internet, faltaban unos pocos meses para la boda y la presión nos estaba cayendo encima que "eramos mal ejemplo" "deberíamos cuidar nuestras posturas ya que somos idols", nosotros podíamos aguantar hasta cierto punto sin embargo, me ponía a pensar en Taehyung y Hoseok, si algún día quisieran salir sin tanto preámbulo, si quieren casarse algún día, les van a llegar los golpes de cualquier parte.

     Taehyung aún era muy joven y detrás de esa gruesa y ronca voz, era el chico más tierno del planeta, no quería ni imaginarmelo pasando por esta situación. Es ahí cuando me preguntó, ¿te van a destrozar la vida sólo por enamorarte? Quizá en este país sí.

—¿Qué se siente estar planeando tu boda de verdad? —Taehyung se la había pasado todo el día husmeando en el papeleo que tenía que organizar, como la comida, el lugar y cosas así, al mismo tiempo que me daba su opinión.

—Extraño porqué en un punto de mi vida me visualicé siendo el novio.

—La verdad es que yo no puedo imaginarte siquiera, ¿Cómo usted sí? —Un impulso de querer soltarle un golpe se apoderó de mí mientras que el chico se hundía en risas.

—Taehyung —Me gané su atención —, ¿has tenido en cuenta el matrimonio?

—Cuando eres el primer hijo varón prácticamente es una ley, que quizá estaba obligado a seguir con el linaje y bla bla.

—¿Y cómo vas a afrontar eso?

—No me preocupa, si a nadie le parece entonces esta bien, nadie va a venir a decirme como vivir mi única vida, además —Sacó su móvil del bolsillo y me mostró las miles de fotos que tenia de Hoseok y con Hoseok —, ¡míralo es un papucho!

     Aunque a veces estos hombres parecían no madurar en ciertos aspectos y actos, vaya que tenían bien definido a donde van y de donde vienen, o tal vez su época es totalmente diferente a la nuestra.

—Jin tengo hambre.

—¿Hyung de donde sales? —Taehyung se pegó un susto al ver a Yoon Gi detrás de nosotros.

—Del estudio, ¿de dónde más?

—De las puertas del infierno.

     Cuando empezamos a notar la relación entre Yoon Gi y Jimin creímos que veríamos al primero mencionado sonriendo las veinticuatro horas o pasando más tiempo con el jovencito de cabellos rubios, pero no era así, en realidad pasaba todo el tiempo en el estudio y si lo vi sostenerle la mano a Jimin o teniendo muestras de afecto, tres veces fueron muchas.

     El timbre de la puerta retumbó en nuestros oídos y Yoon Gi se dirigió a atender, oh sorpresa, Namjoon llegó en compañía de Jungkook y una docena de bolsas.

—Hyung... —Yoon Gi dejó la puerta abierta e inmediatamente retomó el camino directo al dormitorio. —Creo que no debí venir, Jin aquí tiene sus invitaciones y las muestras de decoración.

—Jeongguk.

—Los veo en las prácticas.

     Y tal parece que la suerte no estaba del lado de Jeon Jungkook pues cuando abrió la puerta se encontró cara a cara con un Park Jimin atónito sosteniendo la tarjeta de acceso.

—¡Kookie!

—Jimin...

—Mis niños recordé que necesito ramen para la comida, ¿pueden ir por ella? ¿Sí? Que amables son.

     Los tome a los dos del brazo y luego de unos cuantos empujones saqué a ambos del departamento cerrando la puerta detrás de ellos.

—¿En verdad necesitas ramen? —preguntó Namjoon mientras me miraba no muy convencido.

—Nah. Cómo sea —rodee el cuello su cuello con mis brazos y me acerque lo más seductoramente que pude hasta él. —, que opinas si tú y yo...

—Aja? —Alzo una ceja.

—Yo y tú, bueno, la comida va a tardar un rato seguramente y...

     En menos de cinco segundos terminé siendo arrastrado hasta el interior del enorme closet donde los chicos lanzaban todas sus pertenencias cuando ya no querían lidiar más con ellas.

—Namjoon.

—Uh?

—No cabemos. —Admití en algún punto de tanto calor y roces nada accidentales.

     Los botones de mi camisa estaban siendo un problema para los dos, así que simplemente la afloje un poco dejando ver mi torzo desnudo, ¿mis pantalones? No tenia idea de donde habían terminado, solo veía los de Namjoon en el suelo.

—Joon de verdad no cabemos.

—¿Ah no? —Y bum, fui cargado por sus brazos hasta la altura de su cintura y acorralado contra la pared.

—Ah...

—Pensé que el novio quería esperar hasta después de la boda.

—Cómo si no hubiéramos hecho esto antes...