27
NamJoon
~ Te juro, Jackson, que hoy estoy bastante ocupado con lo de la propuesta, ¿Es muy urgente lo que tienes que decirme?
~ Por favor ven, es muy importante n-no puedo decirlo por teléfono.
~ Vale, estoy afuera en diez minutos...
Me estiré para tomar las llaves del auto y me coloqué el abrigo lo más rápido que pude, tenía alrededor de una hora antes de que me encaminara a recoger a Jin.
—¡Hyung! —Jimin corría escaleras abajo como un loco desesperado, tropezó con los últimos escalones así que cerré lo ojos esperando el impacto que nunca llegó, cuando los abrí Jungkook lo había sostenido por la cintura, lo cargo poniéndolo en el suelo como si de un bebé se tratara y luego se alejó. Yo no tenía tiempo para ver cómo ese par se amaba u odiaba así que salí del dormitorio dejándolos atrás.
Conduje hasta el departamento de Jackson mirando de vez en cuando el reloj en la pantalla, no tenía tiempo que perder, aparqué el auto frente a su edificio y note que el de cabellos rubios me esperaba de pie frente a la puerta, nuevamente una luz me cegó por unos instantes, ¿eran mis nervios por la propuesta? O realmente había cámaras en todas partes.
—Dijiste que era importante así que aquí me tienes. —Jackson dio un paso hacía mí tomando mi muñeca y luego colocó algo sobre ésta, abrí la mano lentamente sintiéndome confundido por unos instantes, era el mismo anillo que planeaba darle a Jin.
—Ken vino a verme diciendo que quiere recuperar a Jin y necesitaba mi ayuda. No seré parte de esto.
Jodido idiota, y más idiota yo por creerle eso de la cena de reconciliación con Sandeul.
—No dejes que le lave el cerebro a Jin.
—No le creería de cualquier manera.
[...]
Y era la décima vez que me rechazaba la llamada en los últimos diez minutos, habían pasado cuarenta minutos desde que fui a buscarle, nadie abrió la puerta del departamento de Ken, según Yoon Gi tampoco estaba en el dormitorio así que sólo había un lugar en donde Jin sabía esconderse creyendo que nadie lo encontraría, el karaoke. Recorrí los karaokes más concurridos buscándolo sin tener éxito, estaba a punto de salir del que considera mi ultima esperanza hasta que escuché a la trabajadora en turno hablar de un chico guapo del que no sabía si se estaba riendo o asfixiando, le pedí que me guiara hasta la habitación donde se encontraba y vi la imagen más ridículamente tierna de Jin en todo el tiempo que llevaba de conocerlo.
Estaba medio dormido en el sofá con el micrófono en mano y una botana de algas en la otra, sus mejillas estaban completamente rojas y suponía que todo se debía al efecto del alcohol, tenía sus ojos ligeramente hinchados y lo que yo rogaba que no fueran mocos, como dije, adorable.
—Ah de verdad. —Camine rápidamente hasta el lugar donde yacía la bella durmiente y toque repetidas veces sus mejillas, no movía ni un sólo músculo. Pague la cuenta de todo el desastre que había hecho Jin y luego lo saque del lugar en brazos, le acomode en la parte trasera del auto y emprendí el camino de regreso al dormitorio. Todo el camino era silencioso y tranquilo, todo hasta que Jin se despertó.
—¡Bajan, bajan!
Frene el auto de inmediato y mire por el retrovisor, Jin abrió la puerta —y por abrir me refiero a que casi la tumba— y salió corriendo despavorido hacia la banqueta, el resto no era necesario contarlo.
—¿Estás bien?
—Te odio. —Se dejo caer sobre la acera con los brazos cruzados y la mirada en el suelo, estaba molesto, no, estaba más que eso.
—No te he hecho nada malo.
—¿Entonces por qué sigues viendo a Jackson ah? ¿Estás jugando conmigo? ¿Por qué segui...
Solté un enorme suspiro mientras rebuscaba en el bolsillo de mi abrigo, me puse de rodillas frente a él y coloque la cajita frente a sus ojos.
—Jin, ¿Quieres casarte conmigo?
—Estoy harto de We got married.
—¿Cómo te explico que te amo y el programa me viene importando poco? —Y me esperaba todo tipo reacción excepto que comenzará a llorar, las lágrimas salían y salían como pequeñas cascadas de sus ojos, me dio un tirón de la camiseta abrazándome y después de un "sí quiero" que alivio mi corazón el chico cayó rendido en los brazos de Morfeo.
Jungkook
Jin no estaba, no había comida ni tampoco la billetera de NamJoon cerca, me iba a morir de hambre.
Me sentía solo, como un juguete abandonado en el rincón más oscuro de la casa, todos estaban ocupados con sus propios asuntos pero estar solo nunca se había sentido tan deprimente. Taehyung pasaba todo su tiempo con Hoseok, Jin con NamJoon y yo había perdido a mi consejero ahora que pasaba su tiempo detrás de Jimin, sí, era triste. Estaba dando vueltas en la cocina de un lado a otro como si eso pudiera hacer que una enorme pizza apareciera sobre la mesa, sabía que no funcionaría pero no tenía nada mejor que hacer.
—Pareces un lobo enjaulado, ya basta.
—Min Yoon Gi me ha dirigido la palabra, me siento bendecido.
—No me faltes al respeto.
—¿Qué se le ofrece? Hyung.
—Creo que bien sabes de qué vengo a hablar contigo. —Y claro que lo sabía, el asunto media menos de un metro ochenta y manos regordetas. —¿Por qué lo hiciste?
—¿Hacer qué?
—¿Mandaste bien lejos a Jimin para dejarme camino libre?
—Él no me interesa y lo que decidas hacer respecto a tu vida amorosa tampoco, ¿quedó claro?
Yoon Gi permanecía quieto apoyando sus manos sobre cabeza, por un momento creí que había vuelto a dormirse de no ser porque murmuraba cosas que no lograba entender del todo.
—Jimin te prefiere a ti.
—Una pena.
—¿Por que no dejas tu maldito orgullo a un lado y admites que también te interesa? —Porque me juré no caer por Jimin desde que comencé a sentirme así, admitirlo sería perder, y yo odio perder.
—No hay nada que admitir, ¿Yo y Park? —Y como si de invocación se tratara el de cabellos rubios entraba lentamente al comedor junto con el par de enamores detrás —Nunca.
—¡NamJoon Hyung por fin lo ha hecho! —Taehyung sonrió y nos mostró a todos los mensajes de texto en su móvil —¿Que le habrá dicho Jin?
—Que sí.
—Que lo ama.
—Que no.
—Me da igual.
—Apuesto la próxima cena a que Jin le rechazó.
Sin duda éramos el grupo más unido de todos, nos apoyamos entre nosotros, nos queremos, sí, tan lindos como siempre.
t;w
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