-Capítulo 16:Amar-
╰➝Antonio.
- ¿Como van las cosas con Arthur? - La frase por fin salió a la conversación mientras tres tazas de café se rellenaban.
- Bien - Respondí en un tono simple, ambas miradas se posaron en mi, luego Francis y Gilbert las intercambiaron. - ¿Qué?
- Contigo nunca hay un simple "Bien" - Francis soltó la cafetera a un lado, apoyándose en la barra del lugar.
- Solo... No me quiero hacer ilusiones. Quién sabe lo que pasará mañana. - Agarré mi taza de café, dándole un sorbo y dejándola de nuevo en la mesa.
- Toño... - Esta vez fue Gilbert el que me reprochó. - Suéltalo.
- El otro día el cabrón me dejó con las piernas temblando. - Conteste finalmente, captando la atención de ambos compañeros. - Mira que pensaba que no iba a poder ser pero... Dios~, sentía que en cualquier momento me derretía~, ¡Y se quedó a dormir!
Pude ver cómo sus rostros se extrañaban un poco mientras bebían de sus tazas, suspiré y solté la mis en la barra, viendo hacia ambos.
- Roderich nunca se quedaba... Y esta claro que una cita de Tinder ni pisaba mi casa... Para mí eso es importante.
- Uyyy, hablando de Roderich, el otro día vino preguntando por ti. - La voz de Gilbert me llamó la atención, seguido de sus palabras Francis le dio un golpe en el hombro. - ¡Aish!
- ¡Sh! - Le mandó a callar.
- ¿Roderich vino preguntando por mi?
Ambas respuestas se mezclaron, Francis negó y Gilbert asintió, solo los mire mas confusos mientras en silencio debatían sobre si contarme o no. Esperé algunos segundos hasta que el rubio suspiró, dándole la palabra a Gilbert.
- Vino algunas veces a preguntar si estabas, pero caía que estabas con Arthur, también fue a tu tienda pero no te encontró, así que solo nos preguntó si estabas saliendo con él... - Explicó, luego dio un sorbo a su taza, viendole de vuelta - Le dijimos que no, pero que no querías saber nada de él...
Roderich vino preguntando por mi... Si seguía soltero... Incluso se pasó por mi tienda...
- Quizás a cambiado - Intenté continuar, pero Francis me cortó.
- No, claro que no lo hizo, ¡Y ni pienses en volver a llamarle! - Su mirada se posaba fija en mi. - Ya ha pasado esto muchas veces... Sabes que no te busca para otra cosa.
- Pero... Él me estuvo apoyando cuando pasó lo de... Lo de Lovino...
- Sí, apoyándote contra su cama en vez de emocionalmente. - Me apuntó con un bolígrafo que tenía en su bolsillo con el que tomaba las ordenes de la cafetería - Antonio Fernández Carriedo... Te lo diré una sola vez. - Acercó su bolígrafo a mi. - Te quiero. Lejos. De él. - Amenazó entre pausas, lo que solo me hizo ver hacia Gilbert en busca de algún apoyo.
- Estás mucho mejor con Arthur... No vuelvas con ese idiota - Añadió, dejandome a mi sin ni una respuesta.
Puede que Roderich me hubiera dejado atrás muchas veces, pero... ¿Y si está era la vez? Arthur había tenido ciertos roces con su ex, no se enfadaría si solo le hiciera una llamada, ni si quiera tenía motivos para enfadarse... No somos nada...
Ni si quiera sé si llegaremos a algo.
Miré mi teléfono por casi una hora. Un simple "Hola" se mantenía en espera de ser leído. Era tarde. Roderich estaría durmiendo de seguro a estas horas, es de lógica que no revise su teléfono.
Miré otro chat que, al contrario, estaba en conversación. Arthur. Me había preguntado por mi día y yo le conté sobre una abuela que vino a la tienda pensando que era una frutería. Sus mensajes eran lentos pero llegaban en un par de minutos, quizás soy yo el que insiste tanto en hablar...
La pregunta que me formulé entre mis pensamientos esa tarde llegó a mi de nuevo, algo me empujó a parar la conversación.
"Oye, Arthur"
No quería pisar ese terreno, no sabía lo que me deparaba, asenté cabeza con un hombre que ahora no vive y me olvidé completamente sobre como amar. Es más, con Lovino era tan natural que nunca viví ningún rompecabezas para ocultarle mi amor o para decidirme entre él y otro, nunca hubo otro, solo él.
"¿Puedo preguntarte algo?"
No dejé de amar, es más, seguía con esa potencia de pasión, pero solo con él, con quien no está, quien se llevó mi corazón hasta día de hoy. Quizás por eso nunca me importó tanto como para pedirle algo serio a Roderich. Quizás por eso nunca me molesté en formalizar nada con Arthur. Por miedo a reconstruir ese amor y que todo fuera igual, que se fueran de la nada.
"Claro, ¿Ocurre algo?"
Él siempre me rechistaba que llegaba tarde, y eso fue lo que evitó que pudiéramos salvarlo, eso es lo que a día de hoy me mantiene lejos de los que he deseado amar. Si hubiera actuado antes quizás Arthur fuera mi pareja y no estuviera en "algo" con su ex...
"¿Antonio?"
Quizás simplemente era momento de dejar atrás el pasado de una vez...
"Tal vez suene algo raro..."
O tal vez, tengo que dejar de intentar crear un futuro donde estés.
"¿Alguna vez te has enamorado y
tanto de alguien que no lo has podido olvidar?"
Ese par de minutos paso, se sumaron a 5, llegaron a 15, y cuando iba a cerrar el chat e irme a dormir, llegó.
"Nunca voy a olvidar la primera vez que me besé con un chico. Fue un amigo de mi hermano mayor. En una fiesta, en el pasillo del segundo piso de su casa. Era rubio y tenía un lunar bajo el labio. También recuerdo al primer modelo que salió en una revista de moda que me enamoró. Y sin duda a novios oficiales... Son experiencias, nunca se olvidan sin necesidad de amor... Así que... Sí, sentí ese odio hacia alguien por enamorarme, irse y hacerme pensar en él cada noche entre llantos, durante un tiempo".
"¿Qué hiciste para olvidarlo?" - Pregunté tras aquel texto que me leí un par de veces.
"Yo nada"
"¿?" - Mandé aquel mensaje dentro de mi confusión.
"Un hechicero se encargó de hacer que me olvidase de él, ya que hasta con amor de por medio, terminó, y se volvió otra experiencia más" - Argumentó dentro de su filosofía poética.
"Para ti ese amor fue una experiencia, para mí ese amor fue mi todo".
"¿Alguna vez estuviste con esa persona en Londres?"
Lovino y yo viajamos a veces, pero nunca fuera de la zona mediterránea... Pensándolo, no yo estuve ahí por mi cuenta que recuerde.
"Nunca" - Respondí.
"Pues permíteme que algún día sea tu todo de Londres."
Enamorarse de un escritor era lo que mi corazón necesitaba, palabras como esas dichas y escritas... Era una dosis de alegría saber que me las dedicaba a mi. Era hermoso por una vez tras años hablar de amor.
Porque él me estaba haciendo volver a amar, aún con ese miedo a perderle.
¿Adivinen qué? ¡Exacto! ¡Enfermé
:'D! (Para variar.)
Si muero os dejo reescribir mis fanfics, pero sigo vivo, así que nada, me aguantais.
Hubo capítulo medio sentimental pero uis uis que se acerca el chisme~.
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1192 palabras.
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