-Capítulo 15: Despertar (+18)-
Advertencia:
El siguiente capítulo contiene contenido +18 explicito, lemmon, yaoi hard, el delicioso u otras formas que tengan para llamar al contenido sexual you know.
Si no te gusta este tipo de lectura pasa adelante, y si te gustan pues disfrute el capítulo.
Gracias por su atención <3
╰➝Arthur.
¿Había vuelto a ver a Alfred? No. ¿Mis pensamientos sobre él estaban ahí? Cada puta noche, o más bien cada noche que estaba lejos de Antonio, por algún motivo su simple presencia me hacia olvidar del otro, eso hablaba a favor de él.
Desearía explicar como llegamos a esta situación, no solo a la general: Yo en una ciudad que jure nunca más pisar, huyendo de mi ex-prometio y un pasado de fracasos para estar a dos pasos de publicar un libro basado en el chico de piel canela del que me enamoré... Si no también de cómo acabamos en su cama, envueltos en besos y caricias algo subidas de tono.
Originalmente iba a comprar una flores, acabe subiendo a tomar algo y entre pasos torpes y risas confundimos la cocina con la habitación, y si a alguien culpo es a li segunda adolescencia con estas hormonas que me está lanzando.
Sentía sus labios contra los míos, su mano enredando y jugando con mi pelo a la par que parte de nuestros torsos juntos, aun separados por las prendas de ropa, pero eso no me terminaba de bastar, mi cuerpo expuesto al invierno me pedia calor y no precisamente de una estufa o una manta.
Aquel beso que habíamos prolongado se rompió entre quejidos, juro que casi se me sale el corazón a escuchar un suave y tenue gemido escaparse de sus labios en modo de reproche. No sabría decir si me excita o me enamora, no sabría decir si es él o sus acciones la que lo cumplen.
— ¿Puedo? — Pregunté en un tono bajo, evitando romper la atmósfera que se había formado. Mi mano se posaba en la parte baja de su abdomen, habiendo levantado la camisa y rozando el borde de la ropa interior que sobresalía de sus vaqueros.
Asintió aún sin dejar de juguetear con mi pelo. Desabroché su pantalón y con un solo pero lento tirón logré sacarlo junto a la ropa interior y parte de su ayuda. ¿A dónde iba a llegar esto? No lo sabía del todo, pero estaba dispuesto a descubrirlo.
Mi mano izquierda pasó por su miembro de forma lenta, posiblemente tortuosa, pero por sus jadeos placentera. Cubrí desde la base hasta la punta con aquellas caricias acompañas de esos entre ambos que cortaban sus sonidos. Fue corto el tiempo que pasó hasta que con mi índice pude notar el líquido pre-seminal saliendo indicando que tenia que detener el vaivén.
Me acomodé mas entre sus piernas, lo justo para tener más movimiento con mi mano y poder bajarla hasta su entrada.
Apreté lo justo en busca de una leve estimulación, pero el sentir como mi dedo entraba con mas facilidad de la prevista me sacó un poco del momento.
Seguramente mi mirada de duda fue demasiado clara, pues tras segundos de aquello el acento hispano me contestó a la silenciosa pregunta.
— Yo también quiero algo de diversión de vez en cuando... — Susurró con su boba y estúpida sonrisa recordando su rostro, al instante se la retiré introduciendo un segundo dedo en su interior. — ¡Umh~!
— Espero que no haya sido con cierto austriaco que yo conozco... — Propuse, empezando un movimiento a la velocidad justa que quedaba entre la tortura y el placer.
— O-Oh no, te-tenlo por seguro que con él no hay nada~ — Su voz sonaba temblorosa por mis movimientos. — C-Con él ya se... Ya se acabó to-toDOo!— Dio un pequeño salto justo cuando toqué ese punto exacto en su interior, haciéndolo temblar.
— Así me gusta... — Finalicé, sacando mis dedos de su interior y ganandome una mirada de cierto odio.
No hacía falta decirlo, o no a mí parecer, pero todo aquello había sido estímulo suficiente para sentir la presión en mis pantalones. Me tuve que levantar un poco para quitarme los, a la vez que dejaba a un lado la camisa tirando las prendas a un suelo y preocupándome luego por diferenciar cual es de cual.
Un beso lleno de lujuria los volvió a unir, bajé mis labios a su cuello, un simple roce fue mas que suficiente para indicarme que ahí estaba ese punto sensible que lo volvería sumiso, punto que no tarde en llenar de besos y de alguna que otra marca mas profunda mientras sus manos recorrían mi cuerpo y mi pelo. Adoraba sentirlo, adoraba esa presión en mi que en vez de alejarme me acercaba, adoraba que por primera vez en años el sexo (o lo que iba a serlo) no fuera simplemente llegar, meterla e irse, adoraba a aquel chico.
Había estado trabajando en la floristería, tenía ese olor a plantas y flores, a lavanda y margaritas, incluso un leve toque a madera... Definitivamente también adoraba ese Aroma mezclado con su colonia, pero a su vez deseaba quitarse lo y dejarle el mio propio... Deseaba marcarlo más que nunca.
Me acomodé de una vez entre sus piernas y lentamente, para evitarle dolor, entre en él. Estaba apretado, no pude avanzar mas de la mitad, pero eso me dio tiempo de sobra para juntar nuestros cuerpos y dejar pequeños besos en su mejilla y cuello. Poco a poco esa presión desapareció, dejándome introducir la mitad restante de una estocada. Solté un tembloroso jadeo mientras que Antonio mordió su labio, lo cual me sacó un poco del trance de placer.
— ¿E-Estas bien? — Pregunté aún tembloroso, sintiendo como se volvía a apretar. — ¿Salgo? — Por un segundo recordé que estaba tratando con una persona, que no todo era placer en esto momento, si no también la comodidad, haciendo pensar que deberíamos detenernos.
— No... — Negó, respirando de forma lenta. — Solo... Déjame acostumbrarme...
Acepté su petición con otro beso, agarré su mano a un costado acariciándola lentamente a la vez que su cuerpo se relajaba. Poco a poco empezaba con levantas embestidas para acostumbrar el espacio, lo último que queria ahora mismo era dañarlo.
En cuanto los gemidos se hicieron cada mes más continuos la velocidad aumentaba, poco a poco hasta llegar a ese punto donde nuestras manos, antes entrelazadas en caricias, se agarraban una a la otra en busca de cierto soporte. Veía su cuerpo moverse en cada embestidas, su voz soltando palabras en su idioma nativo lo cual solo me atraía más a él. No quería soltarlo. Ni por esto, ni por nada más.
Poco a poco su interior se apretaba y unas gotas de semen se acumulaban en la punta de su miembro. El clímax estaba cerca. Volví a centrarme en aquel punto interno, un par de embestidas fijas ahí fueron suficientes para que aquello terminase. Sus piernas temblaron los primeros segundos del clímax, marchando su abdomen y el mío debido a la cercanía. Tuve que esperar un poco para sacarla, mas que nada porque todavía seguía apretado hasta pasado unos segundos donde tuve que aguantarme, aún así algo de la corrida acabo en su interior, la mayoría en el interior de sus muslos y posiblemente algo cayó en las sabanas.
Me apegue a su pecho, a él, ambos recuperando la respiración y la cordura. Sentí una pequeña presión en mi mejilla, giré a ver al causantes quien dejaba algunos besos por esta de forma leve, me giré para poder unir nuestros labios antes de separarme y tumbarme a un lado de la cama.
— ¿Como ha estado? — Pregunté, agarrando de nuevo sus manos y entrelazando nuestros dedos. — Hacía mucho que no estaba yo arriba... Je...
— Dios santo... — Fue lo único que dijo, pero la sonrisa en su rostro y unos tics en sus piernas fueron mas que suficiente para indicarme que lo disfrutó.
Acerqué su mano a mi rostro, dejando un pequeño beso en esta mientras me levantaba.
— No sé si podré acompañarte a la puerta... — Rió. Su rostro cambió un poco al girar a verme, solo me había puesto mi ropa interior y hacia dejado el resto de la ropa en una silla a un lado.
— ... Ah, ¿N-no la dejo ahí? — Pregunté, dispuesto a volver a agarrar el montón.
— No, no es eso... — Contestó, posiblemente más confuso que yo.
Devolví la ropa a la silla, tampoco montamos, Antonio dejaba SIEMPRE ropa en esa silla. Sus ojos me siguiendo hasta el baño, agarré una toalla y volví junto a él, limpié su abdomen junto al mio, sus piernas y un poco de lo que había caido en la sabana.
— ¿Te vas a... Quedar? — Preguntó por fin tras haberme mirado atentamente. Asentí a su pregunta.
— ¿Tienes algo para mañana? — Negó. — Yo tampoco. Así que listo.
Dejé la toalla en un cesto para la ropa sucia, seguido le puse ropa interior limpia que saque de su armario a Antonio antes de caer rendido a su lado.
— Arthur... — Me llamó mientras yo nos cubría con las sabanas. — Aunque esto, lo nuestro, no funcione... Te amo...
Hubo un espacio de silencio, termine de ponernos bajo la sabana y le abracé, apegándome a su cálido cuerpo que, por desgracia para mi subconsciente, ya tenia mi olor.
— ... Y yo a ti... — Finalicé antes de que ambos acabáramos en los brazos de Morfeo.
╰➝Antonio.
Me desperté y mentiría si dijera que no lo hice con miedo. ¿A qué? A girarme y que no estuviera.
Era tanta era rutina que ya ni me moleste en hacerlo, no necesitaba ni hacerme a la idea de que estaba ahí. Era todo una falsa ilusión. Ya uno lo sabía.
Me levanté de la cama dispuesto a ducharme, tirando un poco de las sábanas que se sentían mas pesadas que se costumbre. Di un tirón más antes de sentir como algo agarraba mi mano, haciéndome girar dispuesto a recitales el Padre Nuestro al fantasma que me estuviera atormentando. Ya decia yo que el piso estaba demasiado barato...
— Ummh... Deja la manta... Hace frío... — Pero no, puede que tuviera mal humor y fuera pálido, pero no era ningún fantasma. Si no Arthur.
— ...
Por si acaso le toque la cara, puede que un poco más fuerte de lo debido ya que este se quejó, soltando mi mano y girandose.
— ¡AISH! ¡Oye! ¡¿Qué te pasa?!
— Te quedaste... — Respondí ante mi incredulidad.
— Si quieres me voy... Aish... Oye que sé que en tu país le pegaís a árboles con palos y eso, pero la fuerza de neandertal guardarla para luego...
Ignore lo que dijo solamente sonreí al ver cómo en efecto era ese Arthur gruñón de las mañanas. Me acerqué a él, añadiendome al burrito entre las mantas que se estaba haciendo... Si él seguía aquí podía dormir un poco más...
Y cogieron. Dandole al público lo que desea.
Como dato: No dormí nada :'D por favor, denle amor o les mato a alguien.
Ni modo, voten, singame, comenten, esas cosas o Antonio muere. Besitos <3
1829 palabras.
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