-Capítulo 12: Roces-
╰➝ Arthur.
Los labios de ambos se habían juntado al instante y aquellos besos acabaron poco a poco en el interior del apartamento. En un principio pensaba que serían dos besos y un "Buenas moches", pero lo único bueno aquí era aquel hombre que tenía en mi cama junto a mi.
Definitivamente sentir un poco de contacto humano después de tanto tiempo no venía mal.
De una forma u otra acabamos atrayendo los besos hacia al cama, sentía cada centímetro del cuerpo ajeno sobre el mío y como sus cálidas manos se colaban entre mi camisa. La mayoría de ropa seguía presente, pero que estuviera bien colocada o no ya era otro tema... Posiblemente nada estuviera bien colocado en estos momentos.
Por desgracia, aunque todo aquello parecía el cielo, estábamos en la inmunda tierra donde el oxígeno existe y tras un tiempo que no supe si fue poco o me engañaron aquellos labios, tuvimos que separarnos.
No hubieron palabras, solo jadeos y una regulación de respiraciones que intentaban volver en sí lo más rápido posible antes de juntar nuestros labios de nuevo...
— Oye... — Le escuché murmurar — Tienes las manos heladas.
— ¿Ah...? — Fue en ese preciso momento en el que noté que no eran solo sus manos posadas en mi cadera, si no que las mías se habían enredado en su pelo y cuello. — ¡A-Ah! ¡Pe-perdon!
Fue entonces cuando, por desgracia, nos separamos, quedando uno al lado del otro, yo sentado y Antonio tumbado boca abajo junto a mi.
— ... O-oye Ammmm... Vale, tal vez... me estoy anticipando, pe-pero ahh... — hice una pequeña pausa antes de verle. — No soy de acostarme con al gente en la primera cita.
Nuestras miradas se juntaron en pleno silencio, espere unos segundos antes de que él empezará a reír... Genial Arthur... No sirves ni para una cita, ¿Cómo es que estuviste apunto de casarte con alguien? Dios... Vale, Arthur... Es momento de finalizar esta noche...
— Di-disculpa~ — Habló, sacándome de mis pensamientos. — No estaba seguro de que tal lejos iba a llegar esto~ — Luego de eso hubieron unos segundos donde relajo su estúpida y adorable risa — No quería... Molestarte.
— ¡N-No! ¡No me molestas! E-Es solo... Ahmm... Bueno, desde lo de Alfred no he vuelto a tener ningún... Roce romántico... — Enhorabuena Arthur... Hablando de tu ex en la primera cita...
— ¿Alfred? Oh... Sí, Francis no para de criticarle. — Vi de reojo como se giraba y se acercaba a mi, volviendo a tener su dulce y cálido tacto en mi mejilla. — Pero él no está aquí ahora... Y yo sí.
Volví a sentir sus labios sobre los míos, esa calidez, ese sabor al cóctel de antes... Un beso lento, romántico, calmado... Nada podía arruinar este momento.
— ARTHUR IGNATIUS KIRKLAND, OPEN THE DOOR! — Aquellos gritos resonaron junto a los golpes de la puerta...
Solo existía una persona con un acento y un tono de voz tan alto que lograse hacerse escuchar por medio de paredes de ladrillo...
— ... No puede ser cierto...
— ¿No le pagaste al casero? — Bromeó el castaño, haciéndose a un lado mientras que yo me veía forzado a levantarme y arreglar mi ropa lo más rápido posible.
— Ojalá fuera un casero enfadado por un par de billetes... — Murmuré, cruzando el marco de la puerta— A-Amm... — Me giré a ver al latino, levantando un dedo indicándole un minuto de espera, pude ver su mirada y su sonrisa de diversión en el asunto mientras asentía— Gracias ... — Susurré, yendo hacia la puerta principal.
Un solo hombre en este mundo era capaz de generar tanto ruido, un solo hombre que me llama por mi nombre completo... Aparte de mi madre... Pero tampoco iba tan alejado se la realidad...
Abrí la puerta antes de que fuera derribada, quedando cara a cara con aquel hombre Pelirrojo y de rostro enfadado.
— Allistor... — Frente a mi, señoras y señores... Mi hermano mayor, Allistor Kirkland...
— Ignatius... — Me nombró con mi mismo tono demandante... A veces me replanteo cuanto le pagaron a mi madre por aceptar que me pusiera ese nombre. — ¿Vuelves a la ciudad y no dignas ni a llamar a tu familia?
Sin pedir permiso alguno, Allistor entró al apartamento, haciéndome cerrar la puerta.
— Vivís como a 3 horas en coche... ¿Esperabas una invitación? — Le Reproché, viendo cómo los ojos del pelirrojo pasaban por todo el salón. — Aunque tampoco creo que la necesites...
— Me alegra saber que no estás en un vertedero viviendo. — Anunció, girándose de nuevo hacia mi. — ¿Te pasó algo?
— ¿Por qué?
— Está mas despeinado de lo normal...
— Ejercicio.
— Te he visto ahogarte subiendo escaleras.
— Por eso mismo.
Hubo un segundo de silencio, mi hermano y yo habíamos decidido años atrás no compartir más de tres frases cortas a no ser que fuera algo de vida o muerte, y esta conversación ya habia agotado todas aquellas palabras... ¿Podría denunciarlo por romper una orden de alejamiento no física?
— Bueno... Ya has visto que no vivo rodeado de alcohol y basura... — Hablé lo más calmado que pude, llegando a su lado. — Ahora... Fuera.
— ... ¿Qué ocultas? — Preguntó de forma inmediata.
— Nada.
— Vale, reformuló la pregunta... — Hizo una pequeña pausa — ¿A quién ocultas?
— ...
Nuestras miradas se juntaron en cierto debate no verbal sobre si debería decirle o no, para que mentir, ninguno quería hablar sobre el tema, principalmente porque Allistor sabía perfectamente que si ocultaba a alguien no iba a ser precisamente una mujer que entre en el canon de belleza...
Ser el menor de una familia te quita todo derecho, una vez que el mayor niega tus peticiones solo queda una solución...
— Voy a llamar a mamá. — Anuncié, buscando mi teléfono en el pantalón. — ... — Pase mis manos a la chaqueta, bajo la mirada de mi hermano.
— ¿Y bien?
— ... Tengo el móvil en mi cuarto...
— Bueno, voy yo a por él. — respondió, caminando hacia el pasillo que unía la puerta del dormitorio y del baño.
Justo en ese momento corrí más de lo que mi profesor de Educación física siempre hubiera deseado. Colocándome frente a la puerta y viéndole con molestia.
— ¡N-no! Estaaaa... Desordenado... — Intenté detenerlo.
Por desgracia, Allistor siempre fue mas fuerte que yo, simplemente me levantó del suelo, dejándome a otro lado y abriendo la puerta... Tal vez estaba a tiempo de mudarme a Hong Kong...
¿Sabéis que es peor que tu hermano mayor descubra que tienes pareja? Bueno... Pareja, un ligue, alguien en tu dormitorio con el que tienes cierto interés romántico... Pues sencillo...
— ¡Nunca pensé que mi hermano saldría de su caparazón! Siempre tan amargado y encerrado en sus tonterías de Magia y hadas... ¡Y al parecer no dura ni un mes soltero!
Qué se hagan amigos.
Ahora mismo estaba sentado en el sofá, agarrando mi taza de té, deseando que estuviera envenenada o algo. Allistor y Antonio se encontraban a mi lado, el primero en un sillón independiente a mi izquierda y el segundo directamente a mi derecha, hablando ambos animadamente como si se conocieran de años. Allistor era experto en joderme a mi la vida, pero ser don carisma con los demás... Pido el divorcio de hermanos...
— ¿Cómo es que nunca te habíamos visto por aquí? Una cara como la tuya no se olvida fácil. — Preguntó el pelirrojo tras un rato de burlas hacia mi.
— Oh, me mude hace unos años con mi madre y mi hermano. — Contestó de forma resumida. — Mi madre volvió a Valencia y mi hermano se mudó a Oporto, así que dirigió yo la floristeria solo.
— A ver si hay suerte y me acerco algún dia a verte, con suerte hasta encuentro a Arthur allí~.
— Callate. — Ordené, mirando con cierto odio hacia el mayor, este solo rió y le dio un sorbo a su taza.
— Bueno, yo tengo que irme ya... Mañana abro temprano y me vendría bien dormir un poco. — Anuncio Antonio, levantándose del sofá y dejando su taza con cuidado sobre un platito en la mesa. — Un gusto conocerte Allí.
— Igualmente~, ojalá algún día quedar cuando tengas más tiempo, te puedo presentar a los demás~, somos una familia grande. — Respondió Allistor, viéndome levantarme y acompañar al castaño a la puerta.
— Sí, sí, a la abuela ya de paso...
Me detuve en la puerta tras abrirla, Antonio salió, quedándose en el pasillo, yo me puse a su lado, sin llegar a cerrar de todo la puerta del apartamento, aún agarrando el pomo.
— Disculpa por... Eso... Ya sabes. — Indiqué, viendo hacia cualquier lado que no fueran esos ojos verdosos que tanto me hipnotizaban.
— No es nada~, si supieras cuántas he llegado a casa y mi madre estaba como si nada en el salón ... — Aquello provocó una pequeña risa en ambos. — ¡Fue divertido conocer a tu hermano!
— No dirías lo mismo si llevarás conociéndolo 25 años... — Contesté, provocando una pequeña risita suya antes de un corto silencio, por desgracia, está vez si había despedida...
— ¿Puedo...? — No terminó la frase, aunque ya me hacia una idea.
Solté el pomo de la puerta y me acerqué a él, agarrando con cuidado sus mejillas y dándole un tierno y corto beso que duró lo suficiente antes de que mi cuerpo pidiera más. Al separarnos compartimos una pequeña sonrisa antes de cada uno tomar cierta distancia.
— Nos vemos otro día — Indicó él, a lo que asentí. — Descansa~.
— Igualmente~.
Tras aquella despedida oficial volví a entrar a mi apartamento, cerrando la puerta lentamente y apoyando mi cabeza en ella. No pude evitar suspirar y soltar una pequeña risa, vale, parecería una adolescente hormonal... Pero ese imbécil me hacía sentir así y... Dios... Como amaba volver a sentirme como el primer amor...
— ¿Consultando el nombre de vuestros futuros hijos con la puerta? — La voz burlona de Allistor me sacó de aquellos pensamientos, haciendo que me girase para verle darle un sorbo a su taza con aquella picara mirada de joderme con esto el resto de mi vida.
— Oh, callate.
Holo~, volví~ (mas o menos). Como ya sabemos mi salud no es la mejor se todas y mi genética a decidido joderme más, pero ando mejorando (eso espero).
Por fin encontré momento para introducir a la familia de Arthur :D, el único problema es que como sus hermanos son personajes "recientes"/menores en el manga pues apenas hay información de ellos y tengo que tirar de los datos del Fandom, como el nombre se Escocia.
Pero bueno, ya saben, votad y comentad si les ha gustado que ayuda mucho, síganme para mas libros y disfruten del contenido~. Gracias por leer <3.
17735 palabras.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro