Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

-Capítulo 06: Beso-

— Entonces llegó a su puerta y me dice "bueno, adiós" y yo como "oh, pensaba que me ibas a invitar a dormir o algo" o va y suelta "No, si yo nunca te invito a dormir. Tú solo eres el que se duerme en la cama, ahora estas despierto y sobrio". ¡¿Tu crees que es normal decirle eso a alguien a quien le acabas de comer la boca?!

— Ese es un capullo... ojalá le caiga su propio piano en la cabeza.

Media botella de cada ya vacías y, posiblemente, una hora después, ambos chicos estaban hablando, mas bien, criticando con toda su alma y borrachera a sus exs. Lo prometido era deuda, no hablaba de amor, ya que a eso ninguno le podría llamar amar.

Antonio estaba apoyado en el respaldo del sofá en una postura dramática y con la copa en mano, Arthur no iba tan lejos de esa situación, aunque el sofá era de dos plazas por lo que tampoco estaban tan lejos uno del otro.

— ¿Y tu ex-prometido qué? — Preguntó el español, dándole un sobró a su copa.

— Pues imagínate... — Empezó de nuevo Arthur, también había hablado de Alfred en esa hora, por lo que al español se le había pegado el odio por el americano. — Se la pasó negándolo una semana aunque ya lo sabía, y cuando decido darle una segunda oportunidad llegó a nuestro apartamento y se está acostando con una chica en pleno comedor. — El asco se contagió a su voz y a la cara del español — ¡Y tiene la cara de negarlo aunque con la polla dentro de ella!

— En fin... — Antonio movió su copa un poco. — Hombres...

Aquello hizo reír al inglés, quien dejó su vaso vacío a un lado.

— Por si se te olvida, tú también eres uno. — Comentó Arthur, recibiendo un pequeño "Ujum" como respuesta. — Aunque sí, la verdad... a veces me pregunto que le veo a los hombres para ser gay... todo es culpa de los actores de películas de accio-

Mientras Arthur se servía un poco más de whisky en su vaso pudo sentir un peso en su hombro, se giró para a la causa, dejándolo helado.

Antonio había apoyado directamente su cabeza con sus ojos cerrados, respiraba de forma que se seguía notando que estaba despierto, pero tal cercanía le tomo de imprevisto al rubio.

A-Anthony? — Le llamó.

— Le hecho de menos... — Murmuró el contrario entre el efecto del alcohol y el sueño. — No entiendo porque... porque se fue...

El castaño se removió, dejando sentir una humedad en el hombro ajeno, estaba llorando.

— Tony... — Le volvió a llamar, tocando de forma sutil su espalda, casi por acto de reflejo el español se apegó a él, haciendo que Arthur cambiara el toque por caricia. — Creo que has tomado mucho... deberías... deberías quedarte a dormir aquí, puedes usar la cama...

— Si no le hubiera dejado solo... si solo se lo hubiera pedido un día antes... — Los murmullos siguieron, Arthur le miró durante unos segundos, acariciando su espalda con sutileza.

— Antonio — Le llamó por tercera vez, uniendo por fin ambas miradas mientras sus mano subía para acariciar aquellos rizos.

"Como tocar una oveja" Pensó, mostrando una pequeña sonrisa antes de continuar con aquellos masajes sobre sus rulos. Sus ojos se conectaron durante unos segundos y, sin darse cuanta, había detenido su mano.

No hubo mucho tiempo para reaccionar, quizás porque ni si quiera lo hubo. Antonio se estiró de vuelta, separándose del hombro del británico para unir ambos labios en cuestión de segundos. No hubo respuesta en un principio, y existe una alta probabilidad de que a la mañana siguiente Arthur se arrepienta, pero cuando logró entender lo que pasaba correspondió aquella acción, bajando la mano de su cabello hasta la nuca ajena.

Besaba bien y sus labios volvían el sabor del vino agradable. Eran suaves y la presión, aunque apasionada, no se sentía molesta o que impidiera respirar, lo cual, de todas formas, no estaba entre la lista de prioridades.

Ni si quiera conocía a ese chico de más de tres meses y ya le había calado. No diría que era amor a primera vista, esas mierdas solo existían en los cuentos, pero sí podría decir que la actitud alegre y extrovertida del hispano le había cautivado en poco tiempo, y se sentía mas fuerte y seguro de lo que Arthur nunca sintió con Alfred en años.

Finalmente sus pulmones reclamaron oxígeno y ambos se tuvieron que separar, Arthur todavía agarrando la nuca ajena y Antonio con sus manos en la camisa del inglés.

Silencio, jadeos y miradas fue lo único que intercambiaron, pero palabras: ninguna.

El primero en hacer presencia de otra interacción fue el inglés cuando sus sonrojos aumentaron.

— ¿Q-Qué fue eso? — Preguntó, todavía en shock.

— Un beso. — Comento el castaño en su único hilo de voz.

— ¡¿Pero por qué lo hiciste?!

— Porque... quería besarte — Respondió — No sé porque, pero quería hacerlo. — Dijo.

— ¡No debiste haberlo hecho!

— Me gritas, pero correspondiste el beso.

Silencio... es verdad, lo hizo...

— ¡D-DA IGUAL! ¡Duermes en el sofá! — Anunció, levantándose de este mismo mueble y caminando hacia la cocona con ambas botellas en manos.

"El principie estaba en duda si aquel beso era parte de los hechizos del curandero o no. Sentía que, aunque su cuerpo siempre fue humano, su alma la cual se volvió rana meses atrás se había vuelto cálida como en un inicio.

En realidad no le importaba ya si aquello era un hechizo de amor o los verdaderos sentimientos del curandero. El príncipe tenía una cosa clara mientras tocaba su labios. No llamaría a eso amor, porque él no hablaba ni pensaba de tal cosa desde la separación con aquel guerrero."

"Disculpa por lo de ayer, igualmente gracias por dejarme dormir en tu casa y por el vino (aunque el de mi país esta mejor ;) ). Como agradecimiento te preparé el desayuno. Un amigo me llamo para ayudarlo esta mañana, no he huido de ti.
Con cariño: Antonio F.C"

Esa era la nota que había quedado en la encimera al lado de un plato de tortitas con fruta y algunas tostadas, Arthur no iba a negarlo, estaba buenísimo, y no hablaba precisamente del desayuno (que también).

Francis había mandado un mensaje en el que "los tres mosqueteros", como les había apodado Arthur, estaban en traje de camarero, al parecer ayudando a Francis con la cafetería. Y sí, sus ojos fueron directamente al español quien tenía cara de resaca y se estaba ajustando unas ridículas orejas de conejo en su cabeza.

— Son idiotas... — Se Limitó a decir antes de apagar el teléfono y dejarlo sobre la mesa, volviendo su vista hacia el televisor, aunque su mente no procesaba bien lo que aparecía en la pantalla.

En su mente solo pasaba una escena, una escena que veía a medias pero lograba saber que fue lo que pasó. Tampoco estaba TAN borracho la noche anterior.

Tocó sus labios recordando la calidez del cuerpo ajeno, la textura suave de los labios levemente rosados del contrario y el sabor a vino que le empezaba a gustar si venía de su boca.

— Ese idiota... — El sonrojo se apoderó de él. Miró a otro lado, centrándose en la pantalla de su portátil que tenía el correo abierto a un lado.

Le habían aceptado el libro, tendría que presentar capítulos en un periodo de tiempo asignado. Tenía que ponerse a escribir.

Dejó a un lado el plato vacío y puso sus manos sobre el teclado y un nuevo documento en blanco. Pensó durante unos minutos y empezó a escribir, presentando un mundo de hadas y dragones, presentando al joven príncipe que, por desgracia de la realidad, tuvo que soltar la pluma y volver a su trono para hacer su papel de heredero, como se cansó de eso y, ciego por la necesidad de huir de sus padres con solo 18 años, se escapó con el primer guerrero que le prometió aventuras diarias y como, aunque no lo sabía, acababa de tachar su nombre para su familia, y su felicidad para si mismo.

No se dio cuenta hasta que el sonido del timbre se volvió molesto. Giró su cabeza hasta el reloj de la pared que marcaba medio día, había pasado toda la mañana frente al portátil y apenas llevaba capítulo y medio. Aunque eso ya era mucho a su parecer.

— ¡Ya voy! — Gritó, levantándose de la silla y caminando hacía la entrada.

Se detuvo unos segundos y se vio a si mismo en el espejo a un lado de la puerta, llevaba una camisa antigua de estilo PUNK que, aunque estuviera rota y posiblemente todo que la viera la tacharía de una prenda que tenía que tirar, era la camisa favorita de Arthur, y ni si quiera el hecho de que tuviera el estampado medio borrado y agujeros por los bordes le haría tirarla, así que pasó a esa sección de "ropa para dormir". Llevaba también un pantalón de pijama de cuadros y calcetines. No iba presentable pero, sinceramente, dudaba que detrás de esa puerta hubiera alguien en traje.

El timbre volvió a sonar, haciendo que esta vez Arthur se acomodase sus gafas y abriera la puerta con molestia, dispuesto a gritarle a quien estuviera tan aburrido como para aporrear su timbre.

What?! — Gritó molesto, molestia que pasó a vergüenza en cuestión de segundos.

Frente a él, con el pelo perfectamente peinado, la postura recta y, para su mala suerte, aunque no era un traje si era una ropa formal, había un hombre que Arthur supo al segundo quien era aunque nunca antes lo había visto en su vida.

— ¿Kirkland? — Preguntó aquel chico de ojos morados, fijando su vista en el rubio.

— Arthur. — Especificó, no sería la primera vez que alguien le llamaba Kirkland esperando a alguno de sus hermanos. — Roderich, ¿verdad? — El contrario frunció un poco su ceño. — Nuestras familias están al mismo nivel, aunque no lo creas. 

— Con esas ropas es difícil de creer. — Respondió el castaño, extendiendo su mano hacía el chico levemente más alto. — Bueno... me enteré de que te mudaste de vuelta a la ciudad y, como somos vecinos, vi correcto presentarme ante el hijo de menor de los Kirkland de parte de la familia Ede- — Fue interrumpido.

— Escucha, señorito Edelstein. A lo mejor para ti es normal lo de representar a tus padres y todo eso. — Empezó a hablar Arthur, encerrando la puerta. — Pero mis padres y yo cortamos contacto hace mucho... no por ser amable conmigo más a conseguir relaciones con la familia de médicos más famosa de la ciudad. ¿sabes? — Aquello último lo dijo con notable asco. — No tenemos porque fingir que nos llevamos bien si no surge.

— Se nota que eres amigo de Francis... — Arthur iba a protestar, pero Roderich no le dejó. — Igualmente, mi parte ya está hecha. Vivo justo en la puerta de abajo, así que, por favor... si vas a poner ese ruido al que llamas música hazlo bajo.

Sin esperar más le cerró la puerta en la cara, ¡¿CÓMO QUE RUIDO?! No por no ser precisamente música clásica lo hace ruido. Solo por eso ya odiaba al austriaco, lo odiaba tanto que sacó su teléfono, entró al chat de Francis y le escribió.

"Acabo de conocer formalmente a Roderich. Ya entiendo porque le odiáis tanto, es repelente."

Lo envió y tras algunos segundos ya estaba la respuesta en el chat.

"Así eres tú cuando te pones modo "caballero"

Dejó el mensaje en visto y salió del chat, esperó unos segundos viendo como Francis escribía algo que nunca se llegó a mandar, luego de un intervalo escaso un nuevo grupo apareció entre sus chats. No tardó en entender quienes estaban ahí.

Entró a este, "Francis te a añadido", pudo ver por la foto y la descripción donde ponía algo sobre The Bad Touch Trio, eso sí, el nombre le llamó la atención.

"¿Por qué el grupo se llama "Antonio págame los 23 céntimos que me debes cabrón" ? "

Esperó unos segundos hasta que un número desconocido le respondió, supuso que era Gilbert.

"PORQUE LLEVA 3 AÑOS PARA DEVOLVERME LOS 23 CÉNTIMOS Y SIGUE SIN PAGARME"
"ANTONIO, PA-GA-ME"
"SÉ QUE ESTÁS LEYENDO ESTO TE ESTOY VIENDO EN LÍNEA"

Mientras Gilbert mandaba amenazas de muerte en busca de sus preciados 23 céntimos Arthur entró a ver más información del grupo. Estaba el número desconocido, que por la foto de un pájaro raro, confirmó que era Gilbert, y quien al parecer, según lo que decía el propio grupo, fue quien creó el chat. Luego estaba Francis a quien ya tenía agendado y por último un número que, sin darse cuenta, no había obtenido hasta ese momento.

Miró la foto de perfil para confirmarlo, aunque era lógico. En esta aparecía el castellano con un traje que Arthur había visto en películas inspiradas en España, no pudo verle bien la cara ya que estaba de espaldas, como si la foto se la hubiera sacado otra persona en alguna fiesta casual. Se quedó un rato viendo la foto tras agendarlo, pudo notar los detalles de la noche en algún recinto donde habían luces y banderas rojas y amarillas, definitivamente era alguna fiesta en España, se veía a medias a una mujer con un vestido que hacía verse más llamativa la imag-

Oh venga, a quien engañamos, Arthur se había pasado un rato viéndole el culo a Antonio. No lograba entender como un puto pantalón negro le quedaba tan bien, quizás era eso, el pantalón, de esos típicos que te dan buena forma de por si... aunque quizás no era cosa del pantalón...

Soltó el teléfono y vio a la nada durante unos segundos.

— Demasiado tiempo con Francis... — Se dijo a si mismo, levantándose y caminando hacía la cocina.

Tenía que olvidarse de esos pensamientos y del beso de la otra noche lo más rápido posible o quizás llegaría a un problema. Pues Arthur no era precisamente disimulado, y por lo que tenía entendido, Antonio no estaba dispuesto a nada que no fuera el pretenciosos de Roderich. 

Tenía todas las de perder, pero una parte de él no podía dejar de sentirse tentada y de querer probar esos labios de nuevo...

Aquel chico tenía algo, le hacía sentir algo, algo de lo que no quería saber en mucho tiempo, pero parecía que su corazón no iba a aceptar esa elección.

No pos' a mi también me gusta el culo de Antonio pa' que mentir u_u, ¿a quién no?

Se empieza a oler el amor en el aire~, ¿Cuánto tardarán en dejar de ser amigos? ¿2 capítulos? ¿8? ¿3 temporadas? Lo sabremos en un futuro~.

Recuerda votad, comentar y seguirme para leer más de mi contenido, Gracias por leer, muack <3

2480 palabras.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro