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-Capítulo 04: Audio-


El teléfono del español llevaba sonando un rato, a veces la mirada del mismo dueño se desviaba a esta, miró un par de veces la pantalla y luego volvió a dejarlo sobre la mesa, aunque el móvil se encontrara en silencio una pequeña luz parpadeaba indicando mensajes no leídos.

Francis se había ido hace escasos segundos en busca de Gilbert, por lo que en el salón solo se encontraban Antonio y Arthur. Ambos hablando de cosas calmadas como donde vivían antes, como conocieron a Francis... al parecer tenían más cosas en común de lo esperado.

Ambos habían estudiado medicina, Arthur dejó su carrera y Antonio la había terminado, pero no ejercía de medico. Ambos tenían hermanos mayores, aunque Arthur evitaba a los suyos y Antonio solía hablar con su hermano a menudo por teléfono ya que vivía en el extranjero. Cada cosa que tenían en común tenían un plus  en el que eran totalmente diferentes. Era algo raramente sorprentemente. Arthur vio como el teléfono volvió a encenderse indicando un nuevo mensaje, y ahí, preguntó.

— ¿Es tu novia? — En cierto modo lo dijo de broma, en otro lo dijo para comprobar si su teoría era cierta. Arthur sí le comentó en esa charla que antes tuvo un novio y que lo dejó con él a grandes pasos, pero el español no contestó con su versión como llevaban haciendo esos minutos. No sabía nada de si tenía pareja, o no. Había evitado el tema.

— ¿Novia? — Miró el teléfono, agarró este y lo apagó, evitando que se viera el mensaje en la pantalla de bloqueo. — No, no, estoy soltero. — Explicó. — Un amigo, eso es todo.

— ¿El de esta mañana? — Aquello volvió a llamar la atención de Antonio. — El del apartamento. 

Hubo un corto silencio.

— Sí... ese mismo. — Alargó la primera "e", luego solo se incorporó en el sofá.

— No suenas como si fuera tu amigo. — Arthur le dio un pequeño sorbo a su taza de café, terminándola. — Quizás me equivoco, pero contando que eres amigo de Francis espero que no te suene rara esta pregunta... — Empezó a explicar, girándose a ver al castellano. — ¿Es tu ex-novio?

Silencio, hubo un silencio únicamente decorado por una unión de ambas miradas, Arthur era alguien directo en ciertas situaciones, conocía al español de hace 2 meses, no lo veía todos los días pero solían hablar de cualquier cosa cuando Francis lo arrastraba a sus quedadas diciendo que le vendía bien hablar con gente en vez de quedarse en su apartamento llorándole a su ex. Antonio le comentó que Francis ya les dijo que se mudó por un ex-novio y seguían hablando con calma, y, si eso no era suficiente, coño, el chico era amigo de Francis, el mismo Francis que hacía chistes sobre que era pansexual porque le gustaban las baguettes (chiste que salió de la confusión de Gilbert al escuchar por primera vez sobre la orientación sexual de su amigo). En cualquiera de los casos simplemente le diría que no, que él era hetero o que no le gustaban los chicos. Pero sabía que no iba a solar algún grito o le sacara de casa diciéndole algún comentario homofóbico, aunque no sería la primera vez que eso pasaba...

Aunque vivieran en una (pequeña) ciudad, algunas zonas seguían siendo más rusticas que otras, y eso implicaba haberse encontrado con gente más cerrada de mente a lo largo de su vida. 

Al notar que no había respuesta el miedo le inundó, quizás se había equivocado, quizás lo del "Gay Radar" era una mierda que se inventó Francis por el chiste, quizás sí era homofóbico. Justo cuando iba a retractarse de su pregunta y pedir perdón el acento contrario inundó sus oidos.

— Él nunca usó la palabra "novio". — Respondió, evitando el contacto visual con el inglés. — Quizás se podría decir que es algo así como un "ex", pero ni si quiera sé si en algún punto se podría llamar a eso que tuvimos una pareja. — Aquello dejó algo confuso a Arthur, ambos se miraron durante unos segundos de vuelta. — ¿Te suena el apellido Edelstein?

Arthur asintió, como para no hacerlo, era el apellido más reconocido por la zona, una familia nativa de la ciudad donde cada uno de sus miembros destacaba en la música.

— Mi madre es una aficionada de Marie Edelstein, la violinista. — Comentó Arthur, algo confuso por la pregunta. — ¿Por qué?

— Su hijo, Roderich. — Hizo una pausa. — Es él.

Tardó un poco en entender todo y unir cabos, ahí fue cuando sus ojos se abrieron de golpe, joder si le sonaba el apellido, y vaya si conocía el nombre.

— ¿El pianista? — Antonio asintió. — No sabía que le gustaban los chicos.

— Esa es la cosa, ni él lo sabe. — Mientras hablaba este se acomodó en el sofá, apoyándose en el respaldo de este. — Llevamos años así... él se va por meses y doy por terminada la "relación", luego vuelve, me invita a quedar, pasa todo en una noche como si nada y a la mañana siguiente ya se a vuelto a ir. — Resumió, dándole vueltas a la cucharilla de su café en una taza vacía. — Oficialmente lo dejamos hace años, al parecer yo era "demasiado infantil" para él. Luego tuve otro novio pero tampoco salió bien... justo cuando estaba en el bajón de haberlo dejado con alguien a quien sentía como "Mi alma gemela" Roderich volvió durante unos meses antes de volver a irse... Ahí empezó todo esto... dice que se quedará y que le espere y luego, PUM, desaparece y me pide que solo cierre la puerta de su casa cuando me vaya. — Por cada palabra la voz del latino se iba apagando. — Francis y Gilbert dicen que lo deje, llegué a tener peleas serias con ellos, sobre todo con Gilbert, ya que a él también le gustaba en un pasado Roderich... —Hizo una pequeña pausa. — Francis me dice que soy un masoquista por eso... sé lo que va a pasar, y sé que él ahora mismo estará en un tren para el aeropuerto y se irá a otra ciudad a tocar y a olvidarse de mi con cualquier otra persona, pero sigo pensando que a la siguiente que vuelva no será así...

Hubo un corto silencio, todo aquello le cayó a Arthur encima de tal fonda que le preocupaba. Antonio lucía tan feliz siempre que verlo de golpe en ese bajón le pilló por sorpresa.

— Oh, disculpa. — Su voz automaticamente volvió a ese tono alegre, girándose a ver al inglés quien no sabía como reaccionar. — No debería haberte soltado todo eso de golpe, solo silenciaré el teléfono, seguro Francis llega pronto.

Fue un segundo en el que Antonio desbloqueo el teléfono y entró a esos mensajes, pudo ver como tecleaba algo que no llegó a mandar, quizás fue por el momento o porque Arthur, después de los dos meses que llevaba, estaba un poco arto de la gente que se comportaba de esa forma, ya mucho tenía con la existencia de Alfred, no lograba entender como alguien podría comportarse así.

Agarró sin aviso o permiso el teléfono del español, borrando el mensaje de texto y pulsando el mensaje de voz.

— Escucha Señorito "Pianista" Edelstein. Estoy seguro que mientras tú estas en la cama de alguna puta de otra ciudad gimiéndole al ritmo de la Sinfonía nº4 de Beethoven no recibes dos mil putos mensajes que no te dejan concentrarte, así que suelta el puto teléfono y deja al imbécil este que se distraiga de tu mierda de persona por una jodida vez. ¡Buenas Tardes! — Mensaje mandado.

...

Mensaje escuchado...

...

Respondiendo.

— ¡AH! 

El teléfono salió volando y acabó en el sofá de vuelta, siendo observado por ambos chicos de ojos verdes.

— ¡PERDÓN! — Se disculpó a gritos el británico.

— ¡¿Por qué hiciste eso?! — Preguntó Antonio, levantándose igual de asustado.

— ¡No lo sé! — Reprochó, viendo como la pantalla mostraba un nuevo mensaje del austriaco — ¡Lo arreglo!

— ¡No! ¡No mandes nada!

Arthur agarró el teléfono, aunque no pudo hacer mucho más ya que Antonio se tiró encima suya dispuesto a quitarle el mismo aparato, el mismo rubio pisó mal al intentar alejarse, agarrándose a lo primero que tuvo a mano, la camisa del español, cayendo ambos al suelo y haciendo un estruendo que despertaría a algún gato en la calle.

— ¡MANOS ARRIBA! ¡Soy policía! — Gritó una voz desde la entrada acompañada del golpe de la puerta.

Gilbert se quedó en ese mismo marco, viendo fijamente la situación en la que se encontraban los dos chicos.

— Gilbert ni si quiera puedes con una silla, ¿Cómo vas a ser polici-? — La voz de Francis se cortó al ver esa misma escena.

La mesa de café ladeada y con una taza de este mismo líquido volcada sobre ella, la manta del sofá caída a un lado al igual que los cojines y, como guinda, ambos chicos en el suelo, entre ambos muebles, Arthur apoyado los paneles de madera y agarrándose a la camisa de Antonio con fuerza quien se apoyaba entre la mesa y el suelo para no aplastar al rubio. Tardaron un poco en reaccionar, el primero de todos fue Francis, sacando una foto a la escena, el siguiente Arthur, totalmente rojo por aquella acción y dándole un golpe al castellano, apartándolo de encima.

— Yo no entiendo como este se logra apartar a todos... — Anunció Gilbert, restándole importancia a la situación.

— ¡NO ES LO QUE PARECE! — Gritó al instante Arthur. — ¡Se me tiró encima! — Añadió, apuntando a Antonio.

— Yo no seré policía. — Empezó a hablar Gilbert. — Pero mi hermano sí, y he visto suficientes películas para entender lo que está pasando, vamos a ver Arthur, dinos, ¿Dónde te tocó este degenerado? 

— ¡Qué no fue eso! — Esta vez saltó Antonio, levantándose del suelo.

— Otra denuncia por acoso sexual para la colección, yo creo que tienes un Récord Guinness o algo — Habló Francis, negando con su cabeza y entrando al departamento.

— ¡¿Cómo que otra?! ¡Francis, a que casa me has traído! — Gritó Arthur, levantándose de nuevo del suelo. — ¡Y este no me ha tocado! ¡Quita esa cara albino drogadicto! — La mirada de Arthur pasó a Gilbert, quien se estaba riendo de la situación.

— ¡Número uno, no tengo ninguna denuncia por acoso sexual! — Empezó a enumerar Antonio. — Mínimo que yo sepa. — Hizo una pausa. — ¡Número dos, no pasó nada raro! Roderich me mandó un mensaje y Arthur- — Fue interrumpido en mitad de la explicación.

— ¡¿RODERICH?! — Gritó, esta vez el alemán, acercándose a la zona del sofá y agarrando el teléfono de la mano de Arthur, solo lo desbloqueó y empezó a leer toda la conversación. — ¡Dijiste que le habías bloqueado!

— Nunca dije que no lo había desbloqueado... — Antonio se intentó librar de aquello, pero solo se llevó un golpe de Francis.

— ¡Ya está! ¡A partir de ahora Gilbert y yo nos encargamos de ese chat! ¡Gilbert! ¡Dime cual fue el último mensaje! ¡Vamos a responderle! — El francés se giró a ver la pantalla del teléfono, aunque solo se quedó en silencio al escuchar algunas palabras de voz ajena.

El audio de Arthur.

— Con que es tu vecino... — Habló Gilbert, dándole un sorbo a una lata de cerveza que había traído.

— Eso ahora no importa, lo importante es que ese idiota se a vuelto a ver con "Teclitas" cuando dijo que le iba a dejar definitivamente. — Interrumpió Francis, cruzándose de brazos y señalando a Antonio, quien estaba sentado en una silla mirando hacía una esquina de la casa.

— Esto me parece excesivo...

— Cuando dejes de comportarte como un niño dejaras de tener castigos de niños. — Contestó Gilbert, viendo hacía Arthur. — Definitivamente ya eres uno de nosotros: Sales a las quedadas, odias a Roderich, te has acostado con Francis...

— ¿Os habéis acostado con Francis?  — Preguntó de golpe Arthur.

— ¿Tú te has acostado con Francis? — Preguntó Gilbert.

— ¿Os habéis acostado conmigo? — Esta vez, el propio Francis.

— No, la verdad, solo nos hemos liado. — Corrigió Gilbert.

— ¿Os habéis liado con Francis? — Preguntó Antonio desde la esquina.

— ¿De que te sorprendes tú? — Habló Francis, medio ofendido. — ¿Te olvidas de aquella noche donde...?

— VALE. — Interrumpió Arthur. — Todos alguna vez, aunque odie admitirlo, nos hemos besado con Francis, en menor o mayor medida. En mi defensa lo mío fue solo un pico con 13 años, eso no significa nada. No necesitamos más detalles. 

Arthur suspiró, agarrando una lata de cerveza del montón y dándole un sorbo.

— Da igual... Prefiero cambiar de tema, no quiero saber nada más sobre Exs que ponen los cuernos o sobre la vida sexual de Francis en la que sorprendentemente todos participamos... — Aquello dejó un silencio en la sala. — ¿En serio no hay otro tema del que hablar?

— ¡OH! — Saltó de golpe Antonio, dándose la vuelta en la silla. — He visto que ha salido una película nueva, basada en un libro de esos donde dicen que es amor pero la mitad es sexo y la otra mitad odio.

— ¿En serio quieres verlas? — Francis, le miró con cierta confusión.

— Sí. Me toca a mi poner la película. — Respondió de forma cortante. — Y no me dejáis poner más películas de terror, así que os jodéis.

— Ni modo... — Habló Gilbert, agarrando el mando de la televisión. — Dime el nombre.

Holiwis (volviendo a escribir al final de los caps porque se siente raro no hacerlo), ¿qué tal? ¿os va gustando el libro?

De momento a mi me gusta como va (ahora es cuando dejo de escribir y no me volvéis a ver en 4 meses, okno). Empecé clases pero logro sacar un rato para escribir.

Pequeña aclaración: aquí en esta cuenta somos multishipers, aunque el libro sí va a fijarse en el Spuk os encontrareis otros shipeos que intervengan en la trama (principalmente como exs) por el bien del salseo. Encima, de hetalia mi ship favorito es el Spamano, pero el libro no trata de eso así que tranquilos, que sí habrá Spuk para dar y regalar.

Dicho todo esto me voy, recuerda votar, comentar y seguir la cuenta para más, nos vemos<3.

2429 palabras.

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