»This is chapter numer thirty-three
Las fiestas pasaron calmadas para Nico, pasó navidad con su familia y mucho Skype con su novio. Año Nuevo fue una fiesta enorme en casa porque celebraron con sus primos y tíos. Las parejas de sus primos también estaban ahí, para sorpresa de todos, Thalia llevó a Reyna a la cena. Jason y Piper estuvieron con él toda la noche para que no extrañara tanto a Will, quien volvería a Nueva York el 13 de enero. Aunque no lo extrañaba tanto como en los primeros días.
Will le mandaba muchas cosas de lo que veía en Florida o los lugares que visitaba con sus amigos. De hecho hasta se sorprendió un poco cuando vio que Año Nuevo lo pasó con ellos en un club nocturno. Él siempre lo ha pasado en familia y aunque para el no tuviera mucho significado, quizás si no lo pasase en familia, no lo celebraría.
Igual habló con Jamie y Jacob seguido y se veían cada que había oportunidad. El embarazo iba viento en popa y los dos se veían muy felices.
Actualmente Nico yacía en su cama, viendo un documental sobre asesinos seriales. El clima seguía siendo una perra helada y su pereza estaba por salir volando de la ventana por el frío que congelaba sus pensamientos.
Bajó el teléfono y miro fijamente en dirección a su armario. Sería tan fácil solo levantarse por una colcha y volver a la cama para continuar su tarde. Y sin pensarlo más se levantó y sacó con lo que iba a taparse. Al estar de nuevo en la cama se ayudó con sus pies para quedar completamente arropado y se encontró con la grata sorpresa de que esa exacta colcha era la que había usado el último día que vio a Will.
Al hundir su nariz y aspirar profundamente, un gemido se escapó.
Esa manta olía a mucha acción pasada, pero sobretodo estaba perfumada por Will, y llevaba casi un mes sin oler a su novio, aunque también recordó lo que había pasado aquel día.
Will había ido a su casa para pasar su ultimo día en Nueva York con él, Nico le había vendido a sus padres la posibilidad de ir con él pero ellos le habían dado un rotundo no por respuesta. El Omega le contó esto al rubio y este solamente lo había acurrucado en sus brazos. Estuvieron acostados un gran rato en lo que se le pasaba el coraje al menor.
—No quiero que te vayas...— se quejó mientras escondía su cara en el cuello de Will.
—No va a ser para siempre, ni siquiera va a ser un mes.— explicó Will acariciando el cabello de Nico.
Es fácil para ti decirlo, pensó Nico. Desde que su relación había iniciado estaban juntos casi siempre y se tenían cerca, esta iba a ser su primera vez estando tanto tiempo separados. Nico no sabía si iba a sobrevivir la ausencia de Will y sus feromonas.
—Pero está cerca de serlo...
—¿Quieres que haga algo por ti, amor?
—No ir.
—¿Algo aparte de eso?
Derrotado, Nico se incorporó un poco para ver los ojos de Will. Esos hermosos ojos azules.
—Quiero que impregnes algunas cosas... y a mi.
—¿Tanto así me vas a extrañar?
—Más si te soy sincero.
—Bueno, dame todo lo que quieras que perfume.
Nico se levantó a la velocidad del rayo y mientras buscaba cosas en su armario le dijo que empezara por la cama y las almohadas. Will no se hizo de rogar y esperó ansioso viendo todas las cosas que su pareja sacaba de su armario, desde ropa suya o de él, peluches e incluso otra cobija.
—Creo que esto será suficiente...— dijo casi después de vaciar su armario.
Lo bueno es que son pocas cosas, pensó Will mirando todo lo que Nico lanzó a la cama.
—Quiero poder olerte hasta que vuelvas, ¿okay?
Will tomó suavemente la cara de Nico entre sus manos y besó su nariz.
—No prometo que dure tanto, pero lo intentaré.
—Por eso te di tantas cosas. Para usar algunas hasta que hayan perdido completamente tu aroma pero aún tendré mi reserva.
—Ese es un plan absolutamente magnífico—dijo Will sin más dándole más pequeños besos—, aunque me sentiré celoso de pedazos de tela.
—Nono, nada de eso— Will se acomodó mejor en la cama para darle el espacio justo a Nico para acomodarse en su regazo mientras perfumaba todo—, ¿así está mejor?
—Mucho mejor, sí.— Nico aprovechó la ocasión para frotar su nariz contra el cuello de su novio.
Desde que habían hecho la decisión consciente de dejar de lado su vida sexual con Will, ambos habían empezado a ir a terapia. El Alfa por esos problemas sin resolver con su ex y Nico porque... aunque no lo sintió en el momento exacto, últimamente se sentía muy cansado y hablando con su terapeuta se dio cuenta qué tal vez no se había dado el tiempo suficiente para procesar todo lo que vivió ese año.
"¿Muchas cosas impresionantes han pasado en estos últimos meses, no es así?, había dicho su psicóloga, "desde que te mudaste de tu país de nacimiento, encontraste a tu pareja destinada, te reencontraste con miembros de tu familia que no veías desde hace años, casi vuelves a ser abusado sexualmente y empezaste tu vida sexual después de un evento traumático... ¿no crees que eso es demasiado?"
Y de verdad si era demasiado. Nunca lo había pensado de esa manera hasta que una profesional lo dijo en voz alta.
Al fin tenía un poco más de tiempo para procesar todo lo vivido, claro, ya era consciente de ello.
Había hablado de eso con Will y él también se había enterado un poco del avance de su novio. Como Will desconfiaba de si mismo sin importar que tanto tratara de controlarse. No había querido insistir en enterarse más por no meterle presión a Will y mucho menos culpas.
—¿En que piensas?—preguntó Will dejando cuidadosamente una sudadera al lado de ellos.
—En que te voy a extrañar mucho.
—Pero sabes que volveré... vamos, déjame olerte un poquito...— Will se había detenido de perfumar las cosas de Nico y lo sujeto por las caderas, sin intentar nada, solo darle un mejor punto de soporte.
Nico sonrió y empezó a liberar su aroma pero a diferencia de Will, él no sabía hacerlo moderadamente e ir incrementando la cantidad; empezó a liberar sus feromonas como cascada.
—Wow, hacía mucho tiempo no te olía así.
—¿Desde mi celo, no?
—Desde tu celo, así es— Will enterró su cara en el cuello de Nico y respiró profundamente—, lo cual es una lastima, hueles tan bien.
—¿De verdad?
—Sí, es algo tan dulce y lindo... como tú.
—Will, tienes mejores halagos que ese.
Will rio, una estruendosa risa que Nico tenía el privilegio de escuchar seguido. Era un sonido contagioso que también lo hacía reír.
—Tienes razón, tienes razón... pero no puedo pensar en mucho ahora...— su voz era levemente ahogada por la cercanía de su boca a su cuello—, tu aroma me nubla los pensamientos...
Eso era algo normal, pensó Nico. Su mente igual se nublaba cuando llevaba mucho tiempo oliendo a Will y la cercanía de sus cuerpos no ayudaba en lo más mínimo.
—Tu igual...
—¿Puedo besarte?—preguntó Will acariciando la mejilla de Nico, mientras este cerraba los ojos ante el tacto. Sin poder articular palabras, solo asintió con la cabeza antes de que sus labios se encontraran con los de Will.
Puede que hayan dejado la vida sexual en espera, pero besarse y abrazarse con un poquito de intención estaba aún totalmente bien y Nico agradecía la cercanía. La mano del rubio se alejó de la mejilla de Nico para ahuecarse en su nuca, profundizando un poco más el beso. Las manos del Omega jugaban con los sedosos cabellos de Will, quien gruñó ligeramente ante el pequeño tirón en su cabello.
—MmmWill... — gimió suavemente Nico cuando sintió las manos frías de su novio aventurarse dentro de su camisa, tocando la suave piel de su abdomen.
—¿Estás bien?
—Sí, es solo que tus manos están frías... pero no te detengas...
Will hizo exactamente eso, con suavidad tocó la piel de su espalda sintiendo con ternura como Nico cerraba un poco sus labios ante la sorpresa, pero él no lo pensó dos veces y tomó el cobertor que le había dado a Will para perfumar y la puso sobre ellos. Sus aromas combinados era algo tan abrumador como placentero que quería seguir oliéndolo por siempre.
Will rio y se tumbó en la cama, Nico quedando a horcajadas en su cadera. Pero no se quedó así mucho tiempo porque con habilidad dejó el cuerpo de su novio debajo del suyo.
—Wow...— Will estaba entre las piernas de Nico y se abalanzó a sus labios. Para sorpresa del Omega el beso no fue algo frenético ni intenso, todo lo contrario, fue lento y tierno. Hubieron pequeños besos en sus mejillas que se fueron encaminando a su cuello, donde dejó un mordida suave.
Oh, pero esa mordida detuvo el mundo entero.
—Will... eso fue maravilloso...
—¿Te gusta?—preguntó rozando sus dientes en donde había dejado la mordida.
—Mmm... sí, se siente bien.— Nico separó un poco el cuerpo de Will del suyo para morderlo también en ese espacio entre el cuello y el hombro. Una mordida suave y pero que igual provocó una reacción en el Alfa.
—Wow...
El sentimiento era casi como ser alcanzado por un rayo, sentir pequeños choques eléctricos por todo el cuerpo que dejaban pequeños estremecimientos cada uno de los nervios del sistema. Nunca pensó que algo así pudiera sentirse tan bien.
—Por favor, continúa...—dijo Will exponiendo su cuello ante Nico. Él siempre pensó que sería al revés, usualmente era el Alfa quien marcaba al Omega con una mordida.
Debajo de la colcha entre mordidas, besos y palabras de afecto, los dos se estaban volviendo locos. Específicamente Nico, quien llevaba muchísimo tiempo sin tener ningún tipo de interacción sexual con Will, tenerlo así de cerca, dándole mordida tras mordida, sintiendo como cada segundo que pasaba estas se iban haciendo más y más fuertes solo lograban quitarle muchos de sus sentidos.
Will no era la excepción, también estaba perdiendo la cabeza, sentía cómo cada célula viva de su cuerpo rogaba por Nico y rogaba por hacerlo suyo, en mil maneras diferentes y una de ellas está al alcance inmediato de su mano. Quería marcar su nuca, quería sellar su unión con algo más fuerte y primitivo que el matrimonio.
Las tiernas mordidas de Nico solo hacían que las encías de Will empezarán a tener un dolor que muy pocas veces había sentido. Mientras sentía el suave aleteo de las pestañas del omega en su cuello, pensó en lo fácil que sería marcarlo. Solamente tendría que agarrar con firmeza la cabeza de Nico y morderlo lo suficientemente cómo para sacar sangre y estaría hecho.
Movió su cabeza y tomó la nuca de Nico, quien solo se quejó un poco antes de sentir los dientes de Will entre su cuello y hombro. La cabeza de ambos daba vueltas y ninguno realmente estaba pensando en nada, pero solo sabían que ninguno de los dos debía de dejar de liberar feromonas a pesar que por el cobertor encima de ellos estuvieran casi ahogándose en ellas.
—Will...—gimió Nico cuando la mordida que lo hizo estremecerse; había dolido, pero se había sentido tan bien que casi grito.
Pero el Alfa no hizo caso, siguió dejando besos y mordidas mientras que el omega se removía debajo de su cuerpo, al mismo tiempo que sujetaba el cabello y cabeza de Will para que no se detuviera. El aire alrededor de ellos era denso, empaquetado a reventar con feromonas haciendo que sus cabezas estuvieran en una olla de presión a punto de estallar.
Wil gruñía el nombre de Nico contra su piel, cada vez deseando más morderlo más fuerte, quería morderlo y aislarlo de todo al menos unos días y que cuando volvieran, todos supieran con quien había estado. Tomó la cabeza de Nico, quien parecía estar casi en un trance, él mismo se sentía en uno. Mientras más se acercaba a la nuca de su novio más le costaba respirar y más le costaba pensar en algo que no fuera Nico di Angelo.
Will iba a morder a Nico, no podía pensar en nada más. Sonrió y tomó la cabeza de su novio para sujetarlo fuertemente y cuando se disponía a clavar sus dientes en su cuello, escuchó un pequeño gemido proveniente de Nico y eso fue suficiente cómo para despertar de esa ensoñación febril y casi se lanzó de la cama para alejarse de él.
Nico sintió cómo velozmente el cuerpo de Will se había retirado de encima de él y estaba abriendo la ventana de par en par.
—Wow...— jadeo Nico en voz baja.
—Eso fue peligroso...— dijo Will asomando la cara a la ventana, dando grandes bocanadas de aire fresco.
—Bastante...— Nico se enderezó y miró a Will con grandes ojos—, ¿estás bien?
—Sí... no te preocupes, es solo que me estás volviendo loco.
Nico sonrió y se volvió a tumbar en la cama, arropándose con la colchas. Él también apreciaba que Will haya reaccionado, quizás era una reacción más explosiva que la que había esperado, pero ahora al menos podía ocultar más su obvia erección.
—Voy al baño, ahora vuelvo—le dijo suavemente Will no sin antes darle un beso en la frente del pelinegro. Cuando finalmente escuchó el seguro de la puerta activarse, salió de la cama cómo un resorte y se acomodó los pantalones para disimular. Después fue a su armario a guardar la colcha, pensando que quizás ya debía de estar lo suficientemente perfumada como para sobrevivir las fiestas.
Cuando Nico se vino, mordió un poco la colcha para ahogar cualquier ruido que pudiera escapar de él y cerró los ojos. Si usaba mucho su imaginación y el olor de Will, casi podía sentirlo a su lado. Lo extrañaba tanto que quizás se volvería loco, era la primera y última vez que le permitía irse por tanto tiempo; la próxima vez se metería en alguna maleta.
—Dios...— suspiró Nico poniéndose de pie—, al menos ya falta poco.
***
Una mañana la familia di Angelo se encontraba descansando y disfrutando de la compañía mutua en la sala de estar, viendo películas navideñas solo para reírse de lo ridículas que son, incluso nonna se había unido a burlarse de lo melosamente ridículas que eran las películas americanas.
—Es una tontería— había dicho como sentencia final—, la película no fue a ningún lado y solo hay cosas cursis sobre navidad.
—Bueno, nonna, es una película de navidad...— dijo Bianca a su lado. Su hermana no se había separado de su celular desde que Tony se había ido a Oregon por las fiestas—, pero bueno, lo mejor es que ya se acabó.
—Creo que tiene secuela.—dijo Hazel mirando a su abuela rodar los ojos y dramáticamente fingir un desmayo.
—¡No, por el amor de Dios! ¡No le hagas esto a una anciana cómo yo, cualquier cosa menos estás películas de porquería!
—Mamá... no creo que la segunda pueda ser peor.— empezó María y una hora más tarde se arrepentiría de sus palabras.
Nico escuchaba a su familia discutir sobre la calidad actoral de la secuela y él reía con los comentarios de su abuela hasta que alguien tocó el timbre.
—¿Pidieron comida?—preguntó Hazel mirando por encima de su hombro.
Hades, quien tenía a su mujer recargada en su hombro, se estiró un poco.
—No hemos pedido nada...— dijo con un tono de sospecha en su voz.
—Yo voy.—Bianca se puso de pie y fue a la entrada de la casa.
—¿No crees que deberías ir con ella?—preguntó María a su esposo—, ¿qué tal si es alguien malo?
—No creo que alguien con malas intenciones vaya a tocar el timbre... creo.
Un agudo chillido surcó los aires mientras que toda la familia se preparaba para salir en defensa de Bianca.
María y Hades habían sido los primeros en responder, pues ya estaban en caminó a la puerta, Nico detrás de ellos y Hazel ayudando a nonna a ponerse de pie. Todos se habían preparado para alguna escena morbida frente a ellos, pero con lo que se toparon fue algo completamente diferente: Bianca estaba acurrucada en los brazos de Tony, quien sostenía su cabeza con sus manos enguantadas.
—¡Dioses, Bianca casi me das un infarto!—exclamó Hades recargándose en su esposa, quien solo veía a la pareja abrazarse con una sonrisa.
—Tony, pasa.— dijo finalmente María; el mencionado se contoneó dentro de la casa, aún con Bianca aferrada a su cuerpo y cómo Nico conocia tan bien a su hermana, podía estar casi seguro que debía estar llorando.
—Buenos días, familia di Angelo, perdón por no avisar que iba a venir... era una sorpresa...—la cara de Tony estaba totalmente sonrojada y una sonrisa incómoda se dibujó en sus labios.
—No te preocupes por eso, hijo. Es bueno ver a Bianca fuera de su celular.—dijo nonna negando con la cabeza.
Nico sintió una oleada de celos sanos. Él también quería que Will lo sorprendiera así, él también quería devuelta a su novio. Los dioses saben que cuando él vuelva no los podrían separar por al menos tres días.
—Por cierto, feliz navidad y año nuevo...—dijo sonriendo a la familia de su novia; Nico le sonrío de vuelta y Tony se iluminó, siempre era muy agradable ver a ese chico.
—Igualmente, Tony, ¿quieres comer algo? Tenemos bastante comida que sobró de las fiestas...—empezó diciendo Francesca di Angelo.
—Mi abuela dice si quieres comer algo...—tradujo Bianca alzando la mirada antes de darle un beso en la frente a Tony.
—Oh... sí, me encantaría... yo hubiera traído algo, pero toda mi familia es de muy buen comer y me temo que no sobró nada.
—No te preocupes, quizás algún día puedas cocinar para nosotros. —María sujetó los hombros de Tony y sonrió.
Acompañaron a Tony a la cocina para darle de comer mientras todos trataban de ponerse al día con el chico, preguntándole sobre su familia, el lugar dónde vivían, que tan diferente era de dónde vivía actualmente y dónde prefería estar; él trataba de contestar lo que podía mientras en su brazo tenía a Bianca simplemente gozando la compañía de su novio. Nico podía ver cómo su hermana se veía más feliz e incluso un poco más calmada de lo que había estado en las fiestas y él creía entender un poco, no había nada cómo la compañía de alguien a quien amas.
Tony pasó toda el día con los di Angelo gozando de compañía de su familia política, quedando un poco impresionado al escuchar cómo eran las conversaciones entre una familia italiana. Nico y Bianca servían de intérpretes para Tony y Hades, o al menos Hades, quien si parecía parte de la conversación, mientras que el más joven solo aportaba pequeños comentarios que eran prontamente aplastados por María y Francesca.
—¿Están enojados?—susurró Tony a Hazel.
—Nah, así conversan.
—¿Segura?
—Sip, te irás acostumbrando... y solo espera a que Nico y Bianca se unan a la conversación.
Casi por arte de magia los italianos restantes se unieron a la conversación, que gradualmente empezó a ser más y más fuerte. Hazel parecía totalmente calmada ante toda la estruendosa conversación; Tony de hecho sabía un poco de español por uno de sus tíos y muchas de las palabras altisonantes que usaban eran muy similares lo cuál sólo alimentó la idea de que alguien estaba siendo desheredado en esa conversación.
—¿Entiendes algo?—preguntó de nuevo. Hazel asintió con la cabeza y siguió tomando de su limonada.
—Ya tendrás tiempo de aprender más italiano.
Después de un gran rato, después de todos los gritos, todo terminó con un acuerdo casi pacifico y pasaron a otro tópico. Al ir cayendo la noche, Bianca empezó a insistir que Tony debía quedarse a dormir; Hades no estuvo opuesto a la idea y fácilmente accedió.
Hazel le comentó a Nico algo sobre tener que dormir con audífonos y este solo se sonrojo y le dijo que durmiera en su cuarto. Nonna le reclamó de inmediato que de ninguna manera iba a permitir eso y que esa noche, Hazel dormiría con ella.
Nico no se opuso a la idea, pues él mismo quería pasar toda la noche hablando con Will y con Hazel ahí se iba a sentir culpable si no la dejaba dormir.
—Bueno, niños, creo que cada uno de ustedes son perfectamente capaz de cocinar algo si tienen hambre...—empezó diciendo María, quien ya tenía a su marido abrazándola por la cintura, lo que solo significaba que tenía sueño y quería ser mimado por su mujer—, confio en ustedes para no quemar mi casa, ¿de acuerdo?
—Sí, mami, cálmate. Creo que la mayoría de nosotros vamos a dormir.—comentó Francesca antes de abrazar a Hazel.
Nico estaba en su habitación, pensó mucho en volver a sacar la colcha pero después de pensarlo mejor, solo sacó una de las sudaderas de su novio y se lanzó a la cama.
La llamada puntual de Will llegó y Nico lo saludó.
—Hola, guapo.
La risa del rubio era algo que siempre lo hacía sonreír.
—¿Y eso que me llamas así?—preguntó Will.
—Te extraño mucho.
—Aww... yo también te extraño mucho.
—No, créeme que yo te extraño más... Hoy llegó Tony para sorprender a Bianca.
—¿De verdad? ¿No estaba en Oregon?
—Sí, pero llegó antes.
—¿Cómo sabes?
—Porque Bianca estaba genuinamente sorprendida cuando lo vio— Nico se removió en la cama y se estiró, para después reír un poco—, debiste haber escuchado el grito que soltó. Mi nonna y papá casi mueren de un infarto.
—Me puedo imaginar, deberías cuidar a tu padre, se ve que es de corazón frágil.
Nico rio y negó con la cabeza.
—Y justo pensaba en llegar mañana con una banda para cantarte serenata.
—¿También ibas a venir en un caballo?
—Uno blanco, para ser exacto, se llama Manfred
—Hablando de blancos, ¿cómo está Terry?—la abuela de Will tenía un jack russell terrier que vivía desde que él era un niño pequeño. Todas las vacaciones le mandó fotos de Terry.
—Bien, aquí está, de hecho—Will solicitó cambiar a videollamada y rápidamente aceptó. Ver de nuevo la cara del rubio hizo que el corazón de Nico se detuviera por un segundo; se veía tan guapo y tan familiar que solo hizo que lo extrañara más—, oh, cómo extrañaba tu cara, mi vida.
—Yo también te extraño, amore... sabes, cuando vuelvas, no te dejaré ir por al menos una semana.
—¿Es una amenaza o una promesa?
—Tomalo cómo quieras, solo quiero estar contigo.
—Me parece bien, espero ansioso el día.
—¿Seguro que si vas a volver para mi cumpleaños?—preguntó apreciando a Terry, quien yacía dormido sobre Will.
—Sí, amor, el boleto ya está comprado.
—¿No sabes adelantar el tiempo?
—Yo también quisiera saber, mi cielo.
—Es que falta mucho para el 13...— se quejó Nico.
—Falta menos de menos de una semana, amore—faltan diez días, pensó Nico. Will se rascó la frente y suspiró—, pero, yo igual quiero verte.
—¿Qué comiste hoy?
—Salí con Ray y Theo, comí una hamburguesa en tu honor.
—Uyy, me siento tan amado.
—Espero que hayas comido mucho de la cocina de tu abuela en mi nombre.
—Oh, no te preocupes, todos hemos comido a más no poder. Creo que he subido de peso por todo lo que he comido.
—¿De verdad? Bueno, no importa.
—Mi abuela ha estado cocinando mucho en estos días, parece que está muy feliz.
—Manténla feliz hasta que yo vuelva, igual quiero comer.
—Oh, no te preocupes, cuando vuelvas vas a hacerla muy feliz.
—¿De verdad?
—Oh sí, más porque estás haciendo a su nieto muy feliz.
—Awwww, eso fue muy cursi.
—Estoy haciendo el esfuerzo de conquistarte todos los días.
—Nico, eso lo haces con mucho éxito.
El nombrado sonrió y al ver la imagen en su celular, Will se veía tan guapo sonriendo con tanto amor que no pudo aguantarse las ganas de tomar una captura de pantalla para guardar a la posteridad.
—Ohh, cierto. Ray me enseñó un poco más de guitarra, ¿quieres escuchar?
—¿Bromeas? Siempre, amore.
Will dejó el celular sobre la cama y se levantó suavemente para no alborotar tanto a Terry, escuchó un poco de ruido y el sonido suave de la guitarra. Prontamente el celular fue agarrado y colocado en el escritorio y ahora podía ver a su novio perfectamente, quien solo usaba unos pantalones de chándal y ya.
—¿No tienes frío?—preguntó Nico mientras veía a Will afinar la guitarra.
—El frío no está tan malo cómo allá. Lo cuál se agradece, si te soy sincero.
—¿Quieres ver cómo estoy?—preguntó Nico.
—Siempre, bebé.
Nico acomodó su teléfono en su escritorio para modelar su atuendo de esquimal alérgico al frío: estaba usando dos pantalones, uno térmico y uno más grueso, llevaba puesta una playera térmica y una de las sudaderas de su novio. También usaba calcetines gruesos.
—¡Wow! ¿tanto calor tienes?
—Oh sí, estoy sudando, nunca había tenido tanto calor en toda mi vida.
—Se ve, amor, se ve... bueno, voy a empezar, ¿listo?
Nico se sentó en su escritorio y apoyó su cabeza en sus manos para apreciar el show. Will empezó a tocar unas cuantas notas que conocía pero esta vez con más destreza y agilidad.
El omega amaba escuchar a su novio tocar, siempre imaginaba que era una composición exclusiva de Will que le dedicaba e incluso algunas pequeñas canciones que le tocaba eran hechas por él.
Las notas sonaban dulces en sus oídos y las palabras de su novio eran hermosas, tanto que parecían poesía pura, pero no podía saber cuánto de eso era verdad o simplemente su masivo enamoramiento con el chico que tocaba la guitarra.
Will alzo la mirada y el corazón de Nico casi se detuvo. Esa guitarra y esa sonrisa eran de sus más grandes debilidades, cómo la criptonita.
—No puedo dejar de extrañarte...— cantaba Will haciendo sin querer que los ojos de Nico se llenaran de lágrimas. Nunca habían estado lejos tanto tiempo y quería que esta fuera la última vez.
Pensó en lo divertido que era extrañar a alguien con todas las comodidades que gozaban, si extrañaba su cara simplemente podían hacer una videollamada o pedirle una foto, si extrañaba su voz podía escuchar una nota de audio.
Para cuando se dio cuenta la canción estaba en su finalización y los azules ojos de Will lo miraban con tanto amor que se sentía desarmado.
—¿En que pensabas?
—En como es fácil no extrañar a alguien.
No fue hasta que esa frase salió de su boca que se debió cuenta de lo mal que sonaba.
—¡No es que no te extrañe! ¡Te extraño muchísimo!...
—No parece...— dijo Will con un dramático suspiro.
—¡No, me refería a que si hubiéramos nacido en los '40 no podría verte mientras tocas la guitarra!
—Ese es un ejemplo terriblemente específico.
—Fue mi mejor manera de ejemplificarlo.
—Claro que sí, mi amor, yo lo entiendo. Amo tus ejemplos.
—¿Te estas burlando de mi?—preguntó Nico haciendo un puchero.
—Por supuesto que no, mi vida, es solo que fue algo que salió muy de la nada.
—Tu canción suena muy bien.
—Cuando vuelvas tendrás a un chico country a tu lado.
—¿Country?
—Mi mamá es originaria de Texas.
—¿De verdad?
—Sí, de hecho mucha gente dice que su acento sigue bastante marcado.
—¿Tu mamá tiene acento?
—¿Nunca lo has escuchado?
—Realmente no. Todos los americanos me suenan un poco igual...
—¿¡De verdad?!
Nico asintió con la cabeza y sonrió cuando Will lo miró con tremendo asombro.
—Eso es increíble...
—De hecho tu y tu madre suenan bastante similares.
Los ojos de Will se abrieron de par en par y sonrió.
—Me encantas.
—¿Y ahora que hice?
—Todo y nada, solo quería que lo supieras.
Will y él hablaron un poco sobre cómo se extrañaban y cómo se amaban tanto así que al agente del internet que los estaba espiando le dio diabetes de todo el azúcar que escuchaba.
—Mañana iremos a la playa.
—Te odio.
Will rio y lo miró con ternura.
—Cuando pueda, te juro que te voy a traer.
—Más te vale que el próximo invierno me lleves a algún lugar donde no haga tanto frío o que no te separes de mi hasta que el clima esté decente.
—Es un trato. Mañana te mando fotos de la playa, ¿te parece?
Nico asintió con la cabeza y bostezó, casi sin querer.
—¿Tienes sueño?
—Creo que sí...
—Ve a dormir, mi amor, descansa.
—¿Seguro?—preguntó Nico mientras trataba de quitarse todo el sueño que sentía.
—Claro que sí, amor, ya falta poco para que vuelva y por unos pocos días no valen la pena para que te desveles.
Después de otros diez minutos llenos de te amos y te extraños, Nico finalizó la videollamada y apago su celular.
Le daba muchísima flojera volver a bajar y quería cerrar los ojos y dormir para que el tiempo pasara más rápido y prontamente ver a Will.
¡Holaaa! Han sido mil años desde que publiqué, lo sé. No tengo remedio.
Por si alguno de ustedes no sabe, hace una semana o algo así me robaron mi teléfono, entonces perdí bastantes de mis cosas ahí.
De igual manera, haciéndoles una actualización de mi vida: estoy trabajando. Pero ahora en un hotel grande 💃💃
Pero igual es más fácil aclimatarse aquí y por eso volveré a escribir con un poco más de frecuencia.
Espero les guste y si siguen aquí, de verdad quisiera agradecerles. Me tienen muchísima paciencia.
Los quiero mucho.
Nos leemos luego.
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