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CAPÍTULO 4

El hombre observó desde lejos a la chica con la ayuda de unos binoculares. La había estado siguiendo durante todo el día, desde la mañana que salió de la casa de su fraternidad y se dirigió al gimnasio a ejercitarse. Después la siguió a todas y cada una de las clases en la facultad de lenguas, hasta que salió de nuevo de la fraternidad para reunirse con su novio. Caminó detrás de ellos y los esperó afuera del restaurante al que entraron, a pesar de la lluvia se quedó ahí, parado frente al edificio, sin apartar su vista de la puerta.

-¡Me la vas a pagar todas juntas, Ve! - Murmuró entre dientes y apretó los puños.

Por una fracción de segundo, mientras meditaba su venganza y repasaba su plan meticulosamente planeado, la pareja se perdió de su vista. Pero como la calle no estaba demasiado transitada, pudo darle alcance. El brazo del chico rodeaba los frágiles hombros de la pelirroja, cubriéndola con su chaqueta para que no se mojaran.

-Tu traición te costará muy caro, Ve - Exclamó Alexander sin quitar los ojos de la pareja - ¡Vas a morir!

Los jóvenes cruzaron la acera y se adentraron en un callejón donde habían dejado estacionado el auto. La lluvia ahora se había convertido en un diluvio y la calle estaba prácticamente muerta. ¡Mal día para un cita! El chico trató de abrir la puerta del auto, pero las llaves resbalaron de sus manos y cayeron al piso.

-¡Demonios! - Murmuró el joven - ¡Maldita lluvia!

Su novia lanzó una carcajada y trató de ayudarlo a buscar las llaves. De pronto, su novio cayó desfallecido en el pavimento, mientras la sangre brotaba de su cabeza. La pelirroja lanzó un grito de terror al ver a ese hombretón que empuñaba un bate de béisbol. Sin embargo, todo quedó en un grito, pues la chica también recibió un puñetazo en el rostro que la hizo perder el conocimiento.

Alexander bufó, recogió las llaves y abrió la puerta del vehículo. Después tomó a la chica en brazos y la colocó cuidadosamente en el asiento trasero.

-¡Espero que tu asqueroso novio esté muerto, Venus! - Gruñó cuando se apeó al coche y lo echo a andar. Luego volvió su rostro para mirar a la joven y se concentró en el camino, perdiéndose entre las calles de San Francisco.

Alexander condujo durante un buen rato, hasta detenerse frente a una bodega que había rentado a un tipo de dudosa reputación que para su fortuna no hizo preguntas ni observaciones. Abrió la puerta del auto y sacó a la chica que aún se encontraba inconsciente.

Primero tenía que deshacerse del auto. Después de mucho pensarlo, decidió dejarlo dentro de la bodega. Quizá lo encontraran y encontrarían también a 'Venus'; pero ya sería demasiado tarde. Él no estaría ahí y nadie sabría a dónde había ido. Se acercó a la chica, que comenzaba a moverse y a quejarse debido al dolor de cabeza.

-¿Qué hago aquí? - Preguntó la joven incorporándose de golpe.

-¡Ha despertado la bella durmiente! - Gritó Alexander y la sujetó del cuello - ¡Me parece perfecto! Porque después de ese dulce sueño reparador... ¡comenzará tu pesadilla!

La pelirroja lo miró confundida y asustada. ¿Quién era ese hombre? ¿Qué quería de ella? ¿En dónde estaba? ¿Dónde estaba su novio? Realmente estaba aterrada y comenzó a llorar de impotencia. Buscó entre su ropa su teléfono y sus pertenencias, pero estas habían desaparecido. ¡Ese tipo se las había quitado!

-¡Déjeme ir! - Le suplicó y levantó las manos, dándose cuenta que estaba maniatada - ¡Dios mío! - Gimió y lloró abundantemente - ¡Por favor!

-¡No escaparás de mí esta vez, Venus! - Gritó Alexander tirando del cabello de la chica - Ahora vas a aprender a no burlarte de mí.

-Yo no soy Venus - Sollozó la joven - ¡Por favor! Está confundiéndome con alguien más - Dijo entre lamentos.

-¡No mientas Venus! - Murmuró y la abofeteó con fuerza, haciendo que la chica escupiera sangre - Vas a recibir tu castigo por ser tan zorra y tan fácil - Gruñó y la jaloneó con violencia del cabello - Te dije que no ibas a deshacerte de mí con facilidad - Bufó mientras la joven gritaba de dolor e intentaba defenderse - Te creíste muy lista y por un tiempo lo fuiste, porque no fue sencillo encontrarte... pero ahora - Gritó - ¡Recibirás lo que mereces!

Alexander se colocó sobre la joven, quién continuaba gritando y pidiendo ayuda, suplicando piedad a ese loco que estaba fuera de sí y le gritaba improperios. Trató de quitarse a ese sujeto de encima, pero era imposible, parecía estar hecho de piedra. El peso de Alexander la aplastó, impidiéndole moverse. Los ojos del tipo estaban inyectados en sangre y en su rostro estaba impresa la mueca de la locura y el odio.

Él comenzó a golpearla sin piedad. Ella gritaba y lloraba, pero el hombre estaba ciego y sordo ante el sufrimiento de la mujer. La golpeó hasta que la joven perdió el conocimiento y quedó sobre el piso en un charco de sangre. Alexander se detuvo, la miró como si estuviera observando a la más perfecta de las creaciones y, en medio de su locura, le arrancó la ropa, dejándola completamente desnuda.

Un suspiro brotó de los labios entreabiertos del hombre. Acarició el cuerpo de la chica y la llenó de besos.

-¡Te amo Ve! - Susurró - Pero... - gimió y cerró los ojos - ¡Tú me traicionaste! ¡Me abandonaste! ¡Me dejaste solo! - Gritó y le apretó el cuello - Y a pesar de todo, ¡te amo! Eres mía y... ¡te lo voy a demostrar ahora!

Alexander desabrochó sus pantalones. ¡Estaba muy excitado! Deseaba a Venus, ansiaba poseer su cuerpo, saciar sus ganas de ella. ¡Y así lo hizo! El desgraciado se aprovechó de la pobre joven moribunda. Esa chica desconocida que tuvo la desgracia de cruzarse en el camino de Alexander. Mientras la violaba, sus manos se cerraban con más fuerza alrededor del frágil cuello. Los huesos crujieron y la chica murió mientras él alcanzaba el éxtasis que lo sacudió con violencia y cayó desfallecido sobre el cadáver de la chica.

-Te odio, Ve - Murmuró poniéndose de pie para buscar su navaja - ¡Eres una sucia mujerzuela! - Gritó y se inclinó sobre la joven, tomándola de los cabellos - Pero nos volveremos a ver, ¡te lo aseguro! - Dijo mientras el filo del arma cortaba de lado a lado del cuello de esa chica.

Alexander se alejó lentamente. El malnacido lloraba cuando volvió el rostro y contempló el cadáver de la mujer. Sacudió la cabeza y volvió a ella para cortar un mechón de su rojo cabello, guardándolo en una cajita de madera.

-Ese precioso cabello tuyo me vuelve loco - Murmuró Alexander admirando el mechón - Es rojo, como las llamas del mismo infierno - Suspiró.

Rápidamente recogió sus cosas, tratando de borrar su huella y salió de esa bodega. Nadie sabría que él había estado ahí. Nadie encontraría a Venus hasta que él hubiese desaparecido de San Francisco... pero volvería, lo haría de todas formas. ¡Aún Venus no pagaba lo que le había hecho! Ella debía expiar su culpa, desde que huyó, Alexander no encontró descanso; ¡la busco por cada rincón! Pero ella se burló de él al abandonarlo dejándolo muy triste y solo; y desde ese momento, Venus se convirtió en su único objetivo. Su más grande obsesión.

§ § § § §

Eddie miró las flores, eligiendo un hermoso arreglo con tulipanes, stargazer, iris, lisianthus, hortensia, rosas y orquídeas. Esa noche, tal y como lo prometió, iría a casa de Venus para cenar con ella. Extrañamente se sentía emocionado. Su corazón latía un poco más a prisa de lo habitual. Estaba ansioso por volver a ver a Venus y charlar con ella.

«Lo que yo más deseo es comer de su delicioso pastel de chocolate»

-Tal vez no haya preparado un pastel de chocolate como postre - Murmuró Eddie una vez que salieron de la florería - Quizá preparó tiramisú o...

«¡Odio el tiramisú! Es asqueroso»

-No sé que tenga eso, pero no es de mis postres favoritos - Comentó Eddie entrando en una tienda de regalos - Ahora, ¿qué crees que le gustaría a Venus?

«Le encantaría ver de nuevo tu asqueroso rostro. Y por supuesto, copular contigo... aparearse y...»

-¡Ya cállate parásito! No estoy de humor para tus bromas - Exclamó Eddie mirando los aparadores llenos de muñecos de felpa.

«¿No crees que eso es demasiado ridículo? Es decir, ella está mayorcita para tener esas cosas de crías humanas»

-Te he dicho que no te metas en lo que no te importa - Dijo Eddie por lo bajo - Eres demasiado metiche, ¡ocúpate de tus propios asuntos!

«Tus asuntos también son mis asuntos... y ahora que lo dices, creo que a ti también te excita verla, sentirla, tocarla. Ayer por la noche soñaste con ella y fue algo... ¿cómo decirlo? ¡Placentero! Incluso para mí.»

-¡Basta! - Gruñó Eddie - Lo que yo sueñe no es de tu incumbencia y... ¡déjame continuar con mis compras!

«¡Puras cursilerías! Ella prefiere verte, tu compañía, y yo quiero disfrutar de ese pastel de chocolate»

Eddie ya no le respondió, pues la dependienta de la tienda se acercó a él para atenderlo. Luego de un buen rato, el hombre salió con un gran peluche de un gato gordo, naranja atigrado y una enorme caja de bombones cubiertos con chocolate.

«¿Eso qué huelo es chocolate?»

-En la otra bolsa hay varias cajas de chocolate para ti - Murmuró Eddie - Pero esta - Dijo mostrando una bolsa en color de rosa - Es para Venus.

«¡Igual se va a derretir cuando le des los obsequios! Pero ahora debes apresurarte o se hará tarde.»

Eddie subió a su motocicleta y se apresuró a llegar a su casa, se duchó en tiempo récord, arregló su barba, se peinó y se perfumó. Después volvió a mirarse en el espejo para comprobar que todo estuviera bien. Arregló el cuello de su camiseta y volvió a mirarse.

«Si los regalos no la convencen, seguro tu cara si lo hará. ¡Te ves muy bien, Eddie!»

-¡Gracias camarada! - Respondió Brock - Quiero causar una buena impresión, sabes que Venus me interesa. Desde que la vi me flechó. Esa chica tiene algo especial, algo que me cautiva y...

«Un secreto muy feo.»

-¿De qué estás hablando? - Preguntó el reportero con visible interés - ¿Cuál secreto?

«No lo sé con certeza, ella lo oculta muy bien; sin embargo, puedo oler su miedo. Venus siempre tiene miedo.»

Eddie permaneció pensativo durante un par de minutos. Reflexionando, analizando las palabras que su compañero acababa de decir. Debía entonces ser muy cuidadoso con la chica y tratar de averiguar lo que ella ocultaba ya que, al ser de naturaleza curiosa, necesitaba encontrar una respuesta.

§ § § § §

Venus se miró al espejo y sonrió. Se veía bien, su cabello rojo caía sobre sus hombros, sostenido por unas horquillas. Alisó su falda de lápiz color azul y rayas negras y se ajustó la camiseta color de rosa. Se aplicó un poco de lápiz de labios antes de calzar las zapatillas de tacón en color plata. Volvió a mirarse y ladeó la cabeza, ¿no estaba siendo muy exagerada con su atuendo? ¡Sólo era una cena!

La pelirroja suspiró y miró su habitación, ¡era un desastre! Había ropa amontonada en la cama porque no sabía realmente qué ponerse para esa noche. Venus se mordió el labio inferior, estaba indecisa, ¿tendría tiempo para cambiarse? Podía coger unos jeans deslavados, esa camiseta rosa y unas zapatillas deportivas. ¡Eso era algo más adecuado para una cena con su vecino!

El timbre de la puerta sonó con estrépito y Venus lanzó un grito agudo. ¡Eso la asustó! Después comenzó a reír por ser tan infantil y volvió a alisarse la falda para correr a abrir la puerta. Echó un vistazo por la mirilla. ¡Ahí estaba Eddie! Se veía tan hermoso y su corazón latió a prisa.

-¿Eres tú Eddie? - Preguntó Venus antes de abrir la puerta.

-¡Por supuesto cariño! - Respondió el hombre a grandes voces - ¡Perdón por el retraso!

-No te preocupes - Dijo la chica y comenzó a correr todos los cerrojos.

Eddie escuchó el sonido de varios cerrojos abriéndose. Realmente la ciudad era algo insegura, ¡pero no para ser tan paranoico! Sin embargo, también recordó lo que Venom le dijo hacía unos minutos.

«¡Te lo dije! Tiene mucho miedo y es algo paranoica.»

-¡Ya no molestes! - Bufó Eddie y esbozó una gran sonrisa cuando la puerta se abrió de golpe.

-¡Eddie! - gritó Venus y trató de arrojarse a los brazos del hombre, pero al ver el ramo de flores que Eddie llevaba en sus manos, se detuvo - ¡Por poco aplasto las flores! - murmuró - ¿Son para mí? - preguntó y Eddie asintió.

El hombre no podía hablar, estaba estático sobre el piso. Venus se veía bellísima con ese atuendo tan sexy que llevaba puesto. Eddie tenía una especie de fetiche con las faldas de lápiz y las zapatillas de tacón de aguja. Así que al ver a Venus vestida de esa forma, el pulso se le aceleró y una parte de su anatomía se endureció dentro de su ropa interior.

«¡Controla a tu amigo, viejo! Mantenlo bien resguardado o la asustarás.»

Eddie carraspeó y esbozó una nueva sonrisa, más encantadora que la anterior y entregó los obsequios a Venus. La chica estaba muy emocionada, ¡sus ojos no mentían! Brillaban encantados por los obsequios y especialmente con la presencia de Eddie.

-¡Ay, que tonta! - Suspiró la chica - ¡Entra, por favor! - Murmuró haciéndose a un lado para que él entrara en su apartamento.

-Espero que te gusten las flores - Murmuró el hombre rascando su cabeza - Y también los demás obsequios - Suspiró - Creo que soy muy malo para elegir...

-¡Son hermosas! - Dijo la chica y se acercó a él para besarlo en la mejilla - Te lo agradezco mucho.

Ambos pasaron a la sala y Venus le hizo una seña a Eddie para que tomara asiento. El hombre la obedeció y ella se excusó para entrar en la cocina y tomar la bandeja de aperitivos que había preparado para la ocasión. La chica volvió inmediatamente y se sentó junto al hombre, ofreciéndole una copa de vino y un par de bocadillos.

-Espero que te gusten estos bocadillos de mousse roquefort y nueces. - murmuró la chica con una gran sonrisa - También preparé brochetas de pollo, piña y tocino, así como pepinillos con queso crema. - exclamó mientras servía más bocadillos en el plato de Eddie.

«Deberías aprender a cocinar, Eddie. Mira que sólo pollo frito durante la semana no es algo muy saludable. Deberías casarte con ella para que nos prepare todos estos manjares»

-¿Te gustaron? - murmuró Venus - Veo que has comido todo lo que te di - exclamó mientras observaba a Eddie masticar ruidosamente y con la boca llena de bocadillos.

-Es que tengo mucha hambre - comentó el hombre, pero debía hacer que Venom se controlara un poco - Además están deliciosos, eres una magnífica cocinera Ve. - exclamó Eddie y bebió un sorbo de su copa de vino - Además de ser una excelente chef, ¿a qué te dedicas, Venus?

-Trabajo como traductora para una editorial - respondió la chica - Es un gran trabajo para mí, pues puedo trabajar desde casa y enviar mi trabajo a través del correo electrónico. - suspiró - Estoy tratando de vencer mi miedo, me aterra salir de casa ¿sabes?

«Te dije que está chiflada y que oculta algo, ¡debemos averiguarlo! Sigue preguntando.»

Eddie frunció el ceño, ¡tenía que ignorarlo! Pero quizá las palabras de Venom eran ciertas y Ve no estaba muy cuerda que digamos... ¡No tenía porque escuchar al parásito Klyntar! Tenía que darle una oportunidad a la chica, ganarse su confianza, ser amigos y conocerla...

«¡Tú no quieres ser sólo su amigo, Eddie.»

-¡Vaya! - Exclamó el reportero sin hacer caso de Venom, aunque por mucho que detestara admitirlo, era cierto - No lo habría imaginado - Murmuró - Cuando nos conocimos fue...

-En un principio te tuve miedo - Lo interrumpió Ve y llevó un bocadillo a su boca - Pero ¡no sé! Fue raro, me inspiraste mucha confianza después - Suspiró con sonoridad - Y decidí arriesgarme a conocerte y hacer amigos - Dijo y se encogió de hombros - Me da mucho miedo socializar, ¡en especial con los varones! - Gimió - Me quedo estática y no...

-¿Por qué? - Preguntó Eddie muy consternado - ¿Quieres contarme? - Exclamó con visible interés.

Ve bajó la mirada y observó sus manos. Aún no estaba lista para contárselo a alguien más. No quería revivir el horror que sufrió durante el tiempo que estuvo con Alexander y tener una crisis que, ni ella ni Eddie pudieran controlar.

-¡Por favor! - Murmuró Venus levantando el rostro para mirar a Eddie - No me lo tomes a mal pero... creo que aún no estoy lista para hablar de ello, yo...

-¡Tranquila! - Sonrió Eddie tomándola de la mano y acariciando su rostro - Está bien, no es necesario que me lo digas - Suspiró.

La chica le dedicó una tierna mirada. Agradecía la comprensión de Eddie y el no obligarla a hablar. Suspiró y se levantó del asiento.

-¿Quieres cenar? - Exclamó con emoción - Supongo que tendrás hambre y...

«¡Pensé que nunca lo diría! Esos diminutos bocadillos sólo me abrieron el apetito»

-¡Me encantaría! - Dijo el hombre siguiéndola hacia la cocina - ¿Quieres que te ayude a poner la mesa?

-¡No, de ninguna manera! - Exclamó la joven - Toma asiento que ya te sirvo.

Venus entró en la cocina y volvió con la cena, sirviendo grandes porciones a Eddie. Después se sentó a su lado y comenzaron a charlas de cosas más triviales como sus gustos musicales y ese tipo de cosas. El hombre comía con gran apetito, mientras que la chica estaba embelesada mirándolo comer.

-Y dime, ¿te gusta ser reportero? - Preguntó Venus con interés - O ¿te hubiera gustado dedicarte a otra cosa?

-El periodismo es algo que siempre me ha apasionado - Respondió Eddie limpiando sus labios con la servilleta - Creo que soy un hombre muy entregado a su trabajo; ¡lo que hago me fascina! Y creo que no lo cambiaría por nada.

-¡Eso se nota! - Dijo la chica con una enorme sonrisa - Me encanta mirar tu programa, ¡hablas con mucha emoción! Eres muy verás y profesional en lo que haces.

-Te agradezco - Murmuró él - Tarto de dar mi mejor esfuerzo, de investigar arduamente, buscar la verdad y mostrársela al mundo - Suspiró - Ahora mismo estoy muy inmerso en la ola de asesinatos de...

-¡No, por favor! - Gimió la joven cubriéndose los oídos - No hablemos de eso por ahora - Suspiró - Sé que es algo horrible, pero me da miedo...

-¡Está bien! - Sonrió él - Cambiemos de tema, ¿te parece?

-¿Tienes novia? - Preguntó la chica de golpe - ¡Ay, perdón! - Se disculpó al ver la cara de sorpresa de Eddie - No quise ser indiscreta.

-No, no tengo novia - Murmuró el hombre guiñándole el ojo - Estoy soltero por el momento.

«Tú le interesas, eso se puede ver a miles de leguas de distancia. Pero tiene miedo de compenetrarse contigo»

-Mis relaciones han sido complicadas - continuó Eddie - Quizá, en algún momento, encuentre a alguien que me acepte tal y como soy.

-¡Pero si eres un dulce! - murmuró Ve y lo besó en la mejilla - Estoy segura de que así será.

-Creo que ya debo irme - dijo Eddie y se puso de pie - La cena estuvo deliciosa y la compañía fue insuperable, ¡espero que pronto se repita! - exclamó y le dedicó una sonrisa.

«Es momento de que la beses, Eddie. Anda, no seas marica»

Eddie caminó hacia la salida seguido de Ve. La chica le tendió la mano en señal de despedida. El hombre la tomó en las suyas y la acarició, disfrutando de su calor y su suavidad. Ve se sonrojó inmediatamente y Eddie le dedicó la mejor de sus sonrisas, antes de estrecharla entre sus brazos y besarla con dulzura en los labios.

-Llámame cuando necesites algo - Exclamó Eddie y le entregó una tarjeta - Si tienes miedo, no dudes en hacerlo. - murmuró - ¡No importa la hora! Estaremos ahí para ti.

Eddie no esperó respuesta, dio la media vuelta y entró en su departamento. Ve lo miró cerrar la puerta y lanzó un suspiro. ¡Le encantaba ese hombre! La chica también entró en su departamento y se dejó caer sobre uno de los sillones de la sala. ¡Necesita vencer su miedo! Eddie era un buen partido, un hombre atento, guapo y ¡maravilloso! Tenía que ser muy fuerte y enfrentar a sus demonios del pasado si quería tener algo más con ese sexy reportero.

§ § § § §

Venom saltó por las azoteas de los edificios, la ciudad estaba muerta. Había muy poca actividad para ser un jueves por la noche. Aunque en el aire podía percibir el olor a muerte. Se detuvo y olfateó.

-¿Sucede algo? - preguntó Eddie - Has estado raro.

«¡Huelo sangre, huelo muerte»

Las palabras que murmuró el Klyntar descontrolaron a Eddie. Él podía experimentar los sentimientos de Venom. Su compañero estaba intranquilo, nervioso y de nuevo hambriento. Pero su hambre no era física, era más bien un estado de alerta. Deseaba aventuras, emoción y él también.

«Por allá»

Venom señaló una dirección y de inmediato volvió a ponerse en marcha, estaban cerca, muy cerca. Ya podía sentirlo, olerlo.

«El olor es más fuerte aquí»

Dijo el simbionte señalando una enorme puerta de un edificio abandonado.

-Hay en entrar entonces, ¿por qué nos detenemos? - preguntó Eddie.

Venom no respondió. Eddie tenía razón, así que se lanzó contra la puerta para derribarla y entraron de inmediato a esa vieja bodega. Retrocedió al ver lo que yacía en el piso. Se trataba de una joven pelirroja, ¡estaba muerta! Su cuerpo yacía en una postura extraña y en un charco de sangre.

-¡Debemos llamar a la policía! - dijo Eddie al contemplar la escena - Déjame salir para hacerme cargo.

«No, no hagas eso. Parece ser un buen bocadillo y últimamente he estado en ayuno. No debemos desperdiciar los alimentos»

-No seas irrespetuoso Venom, ¿no te causa un poquito de dolor? - preguntó Brock.

«No, pero quizá tengas razón. Llama a la policía, tal vez alguien la esté buscando»

Eddie recobró su forma e inmediatamente tomó su móvil para llamar a la policía. La escena delante de sus ojos era terrible. Una chica pelirroja torturada y ultrajada, como las dos anteriores. ¡El asesino de San Francisco había regresado!

§ § § § §

¡El asesino de San Francisco ha vuelto! ¿Qué es lo que le esperará a Ve? Alexander tiene grandes deseos de venganza, pero quizá siga cometiendo más crímenes. Por ahora, Eddie y Venom han encontrado el cadáver dela tercera víctima. Seguro aparecerán más.
Además la relación de Eddie y Ve está comenzando y es posible que pronto esa amistad que ha comenzado, se convierta en algo más intenso.
¿Qué les pareció este capítulo?
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Maria Decapitated

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