CAPÍTULO 3
Eddie también guardó silencio; su mente se puso en blanco, interrumpiendo sus reflexiones. Se detuvo a medio camino antes de llegar a la puerta de entrada del edificio en el que ahora vivía. La imagen grácil de una fémina, hermosa, de un largo cabello rojizo, ojos cafés y sonrisa encantadora ocupó toda su atención. La chica, enfundada en unos ajustados pantalones de yoga y una camiseta deportiva trataba de abrir, sin éxito alguno, la puerta de entrada. La mujer llevaba sus manos y brazos repletos de bolsas de la compra y bufaba molesta ya que no podía abrir y tampoco podía colocar las bolsas en el suelo.
Eddie entrecerró los ojos e inclinó la cabeza, observando con detenimiento a la mujer, concentrando su atención en la suave curva de su espalda y en su trasero redondo y respingón. El hombre sonrió como bobo y siguió mirando embelesado a la chica que aún intentaba abrir esa puerta sin que nadie se atreviera a ayudarla.
«¿Te vas a quedar ahí parado como idiota? ¿O tomarás la iniciativa y la ayudarás?»
-¡Joder Venom! - Murmuró Eddie - Sí, le ayudaré.
«El momento es ahora... aunque, creo que se te aceleró el pulso al verla y se te paró el pi... el maldito corazón.»
-¡Ya deja de meterte en lo que no te importa! - Murmuró Eddie bastante molesto - Me desespera que saques a relucir las reacciones de mi cuerpo cada vez que sucede algo.
«Es que eres muy obvio, deberías tratar de controlarte un poco. Pareces una bestia en celo, pero ahora que lo analizo, no tenías ese tipo de reacciones desde la última vez que viste a Annie»
-¡Cierra el pico parásito! - Bufó Brock - Sabes que no debes mencionar ese nombre, ¡está prohibido para nosotros! - Murmuró y caminó con grandes zancadas hacia la chica que aún no podía abrir esa maldita puerta.
«Creo que los sentimientos han estado cambiando en estos días. Ya no te duele, la has olvidado y...»
Eddie decidió ignorarlo. Ya no tenía caso tocar ese tema que, como bien lo decía Venom, estaba enterrado y ahora formaba parte de su pasado. Esbozó una sonrisa encantadora y se acercó a la joven, abriendo la puerta para que ella pudiera pasar.
-¡Déjame ayudarte! - Dijo Eddie con voz festiva e intentando tomar algunas bolsas - Eso debe pesar una tonelada y seguramente estarás cansada...
La chica se tensó al ver a ese hombre tan cerca de ella e instintivamente se hizo hacia atrás, impidiendo que él la tocara y sin siquiera dejarlo que le ayudara. En el bello rostro de la mujer se formó una mueca de terror.
«Algo no anda bien con ella Eddie, puedo oler su miedo... ¡está aterrada!»
-¿Tiene miedo de mí? - Murmuró Eddie en voz baja y bastante confundido.
«¿Y quién no va a tener miedo de ti? ¡Eres horrible!»
-¡Mira quién lo dice! - Dijo en voz baja - ¡Parásito inútil!
«¡Yo no soy ningún parásito! ¡Retráctate!... Y por cierto, ella tiene miedo de todos los hombres, no sólo de ti.»
Eddie frunció el ceño al escuchar esa respuesta. Pero en lugar de alejarse y seguir con su camino, intentó acercarse de nuevo a la muchacha.
-Permíteme ayudarte - Exclamó con voz dulce - ¿quieres? Sólo trato de ser amable contigo.
La chica lo observó durante unos instantes. Parecía amigable y confiable. Detrás de esa cara de chico rudo y hosco, sus ojos dejaban ver la dulzura que había en él. Además, también tenía un aire de melancolía y tristeza en la mirada.
-¡Gracias! - Murmuró la pelirroja con timidez.
Eddie le dedicó una encantadora sonrisa y la chica, a su vez, también le sonrió. ¡No debería ser tan paranoica! Tenía que hacer un poco de caso a su terapeuta. Ella le había dicho que no todos los hombres y las personas en general eran iguales o como su ex novio. Que sólo necesitaba darse un tiempo para conocerlos, haciendo a un lado su miedo e inseguridades. La mujer tenía razón y, si quería demostrarle a su madre que estaba lista para vivir sola y ser una mujer independiente de nuevo; debía sacudirse el miedo y enfrentar sus demonios por sí misma.
Venus lanzó un suspiro y se acercó al sujeto que no paraba de sonreírle. ¡Era muy guapo! Y parecía que ya lo había visto en algún lado, sólo que no podía recordar en donde. ¡Sí! Su rostro, sus rasgos y esos tatuajes de sus brazos le eran familiares. Lentamente se acercó y permitió que él le ayudara a cargar las pesadas bolsas de las compras.
-Muchas gracias - Dijo de nuevo y masajeó sus brazos - Creo que estaba empezando a perder la movilidad - Murmuró y se echó a reír.
Eddie también se rió y caminó junto a ella hasta el ascensor. Ambos entraron y ella presionó el piso correspondiente donde se encontraba su apartamento. Él arqueó la ceja, ¿acaso era su imaginación o la chica era su vecina?
-No te había visto por aquí - Exclamó Brock intentado comenzar una charla - ¿Eres nueva?
«¡Obvio que es nueva! Tonto, ¿por qué hacer preguntas tan evidentes?»
-Me mudé hace un par de días a este edificio - Comentó la joven - Pero hoy tuve que salir a hacer la compra - Continuó y se encogió de hombros - Me puse muy nerviosa y creo que compré de más.
-¡Tranquila! - Sonrió Eddie - No has visto las mías, ¡son descomunales! - Murmuró y se echó a reír - Es cómo si comprara cosas para un ejército completo o para alimentar a un enorme, ¡gigantesco! parásito que devora todo lo que le ponen en frente.
Venus lo escuchó y se echó a reír a carcajadas. ¡Era bastante gracioso! Además de lindo... ¡demasiado lindo! La joven se mordió el labio y frotó sus manos sobre sus piernas. ¡Estaban sudorosas y pegajosas! Lanzó un profundo suspiro y exclamó.
-¡Me llamo Venus! - Dijo la chica con una gran sonrisa y extendió su mano.
-¡Eddie! - Sonrió el hombre e intentó tomar la mano de la joven, pero estas estaban ocupadas con las bolsas de la compra - ¡Eddie Brock!
«Y Venom, pero no me va a hacer caso porque está embobada contigo. ¡Qué malos gustos tiene!»
La chica lo miró... y él también la contempló sin siquiera hacer caso de lo que acababa de decir su compañero. Sus miradas se cruzaron y una especie de fuegos artificiales estalló alrededor de ellos. Venus se estremeció ante la sensación que recorrió su cuerpo y se ruborizó con intensidad. Él también experimentó esa sensación electrizante en su cuerpo...
«¡Wow! Eso fue muy raro, ¿lo sabías? Yo también lo sentí y fue... ¿cómo dicen? Hermoso y extraño. No sabía que podían sentir eso.»
-Yo tampoco - Exclamó Eddie sin dejar de mirar a Venus que estaba perdida así como él.
Su conexión se rompió cuando las puertas del ascensor se abrieron. Venus volvió a ponerse colorada y caminó lentamente seguida de Eddie, deteniéndose frente a una puerta que ostentaba el número 8-06.
-¡Somos vecinos! - Murmuró Eddie con emoción - Yo vivo aquí en frente - Sonrió y señaló la puerta.
Venus empujó la puerta de su apartamento para abrirlo e inmediatamente giró el rostro para observar la puerta que Eddie señalaba. ¡No lo podía creer! Eran vecinos y eso le gustaba. Porque al menos podía hacer un amigo. Mientras estuvo con él, encerrada en el ascensor, él le pareció amigable, de hecho le inspiró confianza y seguridad, sintiéndose protegida. Esa era una muy buena señal, ya que la mayoría de las personas, especialmente los hombres le inspiraban terror.
-¡Ay, no puedo creerlo! - Gritó sin dejar de mirarlo y comenzó a acariciar el rostro de Eddie, quién la miró algo extrañado - ¡Eres Eddie Brock!
«Creo que esta es más tonta que tú. Ahora entiendo porque le gustas.»
Venus se llevó las manos a la boca y dio un par de saltitos antes de arrojarse a los brazos de Eddie, quién se tambaleó, chocando contra la puerta de su propio apartamento, mientras soltaba un par de bolsas, cuyo contenido se desparramó sobre el lugar.
«¿Y ahora? ¿Qué le pasa a esa loca? ¡Aléjate de ella Eddie antes de que pueda hacerte daño!»
Venom lanzaba estruendosas carcajadas, mientras que Eddie trataba de recuperar el equilibrio, desembarazarse de la pelirroja e intentar no tirar más bolsas sobre el piso del edificio. Pero, por una extraña razón le gustaba la actitud de la chica y su cercanía.
«¡Ya Eddie! Controla ese viborón o te romperá los pantalones.»
El hombre no pudo controlarse y terminó cayendo sobre piso con Venus sobre él. Eddie la contempló un breve instante. La compra era un desastre total sobre la duela, pero eso no parecía importarle a ambos. Sin pensarlo, Brock levantó la mano y acarició con suavidad el rostro de la pelirroja, así como un mechón de pelo rojizo el cual le acomodó detrás de la oreja. Venus suspiró y tampoco perdió la oportunidad de tocar el rostro de Eddie, ¡olvidándose por completo de su timidez!
«¡Huele a mousse de chocolate! Me gusta ese olor y... ¡vaya vaya! ¿Qué es eso? ¿Por qué no la besas?»
-¡No puedo! - Gruñó Eddie en voz alta apartando a la chica con delicadeza - ¡Lo siento! ¿Te encuentras bien? Voy a ayudarte a ponerte de pie y a recoger todo este desastre...
-¡Soy una tonta! - Gimió Venus y se cubrió el rostro con ambas manos - ¡Lo lamento! Es que... ¡soy tu más grande admiradora! No me pierdo ninguno de tus reportajes, ¡me encantan! - Dijo mientras se ponía de pie y le daba la mano a Eddie para ayudarlo a levantarse.
-¡No te preocupes! - Sonrió Brock mostrando su dientes irregulares y a ella, es sonrisa le pareció divina - Limpiemos este desastre y después...
-¡Te invito a tomar un café y un trozo de pastel de chocolate!
«¡SI QUEREMOS!»
-¡Encantados! - Murmuró Eddie mientras comenzaba a levantar las latas esparcidas por el piso.
-Sí te gusta el chocolate, ¿verdad? - Preguntó Venus recogiendo más latas - Porque si lo prefieres también tengo pay de limón...
«Me ofende muchísimo que pregunte eso... aunque también me arriesgaré a comer algo de ese pay.»
-¡Tú sólo piensas en comer! - murmuró Eddie y continuó levantando las compras.
Cuando Venus y Eddie terminaron de levantar todo lo que estaba esparcido por la duela, entraron en el departamento de la chica. Ella le pidió que se sentara mientras iba a la cocina para preparar un poco de café.
«¿Por qué tarda tanto? ¿Acaso quiere matarme de hambre? El olor a chocolate me está volviendo loco... ¡Quiero comer!»
-¡Mantén la calma! - susurró Eddie - Venus no debe sospechar nada. - exclamó - No quiero que arruines este momento.
«¡Pues yo necesito comer! Y si no se apresura, esa pelirroja se va a convertir en mi cena.»
Eddie ya no respondió, se levantó del sillón y caminó hasta Venus para ayudarla con la bandeja del café.
«¿Tan poco pastel de chocolate? ¡Qué miserable mujer! ¿Acaso no podía traer el pastel completo? Una maldita rebanada no es suficiente para mí. ¡Maldita tacaña!»
Eddie hizo caso omiso a las palabras de Venom y dejó la bandeja sobre la mesa de centro de la sala. Venus se sentó frente a él y le ofreció una taza de humeante café y una enorme rebanada de un apetitoso pastel de chocolate.
-Olvidé traer una servilleta - dijo la pelirroja y se levantó para ir a la cocina - No me tardo.
En cuanto la chica abandonó la sala, Venom hizo acto de presencia y devoró las dos enormes rebanas de pastel de chocolate que estaban sobre la mesa.
«¡Delicioso! Esta pelirroja sí que sabe hacer un buen pastel, me gusta.»
-¡Por favor, Venom! - murmuró Eddie - ¡Contrólate! - bufó el hombre - ¡Me vas a dejar en ridículo!
«Yo lo único que quiero es más pastel y no descansaré hasta obtenerlo.»
Venus apareció de pronto llevando en sus manos un par de servilletas y el resto del pastel. Le dedicó una sonrisa pícara a Eddie y se sentó a su lado.
-¿Quieres más? - exclamó la chica cortando otro enorme trozo de tarta de chocolate - ¡Puedes comer todo el que quieras! - murmuró mientras observaba su plato con solo unas migas de pan sobre él.
«¡Claro que queremos más! ¿Qué se cree esta humana?»
-Con eso es más que suficiente - Dijo Eddie mientras mentalmente reprendía a su compañero por mostrarse tan ansioso con la comida - Está delicioso - Murmuró tomando un pequeño trozo de tarta.
-Aprendí a cocinar como parte de mi terapia - Respondió Venus con una enorme sonrisa - Me alegra que te guste - susurró - Durante un tiempo estuve vendiendo los postres que preparaba o donando algunos. Pero ahora conseguí un empleo como traductora y mi tiempo para cocinar se redujo...
-¡Interesante! - Comentó Eddie - Yo soy bastante malo para esas cuestiones, por lo general y también debido a mis ocupaciones, prefiero la comida ya preparada.
«¡Es verdad! Tu comida es muy mala Eddie, pero a veces es todo lo que hay»
-¡Es obvio que uno de los mejores reporteros de San Francisco no tenga tiempo para cocinar! - Chilló Venus emocionada y se cubrió el rostro con sus manos - ¡Ay! ¿Me podrías dar tu autógrafo! - Suspiró - ¡Y también una fotografía! - Exclamó poniéndose colorada - ¡Vas a pensar que soy una tonta! - Murmuró llevando nuevamente sus manos a la cara - Pero es que de verdad soy tu más grande admiradora...
-¡No es para tanto! - Sonrió Brock - En realidad no soy la gran cosa, ¡sólo soy un tipo normal! Aburrido, simplón, nada extraordinario - Dijo poniéndose de pie para tomarse la foto con la chica - Pero agradezco tus cumplidos, Venus - Respondió mientras volvía a sonreír con dulzura.
«Y cohabitas con un ser superior... ¡un Klyntar! Así que no, no eres tan ordinario»
Venus tomó su celular, se acercó más a Eddie para abrazarlo y cuando lo tocó, experimentó una vez más esa descarga eléctrica que le parecía tan placentera. A Eddie le sucedió lo mismo, ¡era raro! Había una especie de química entre ellos dos y las reacciones de su cuerpo se los hacían saber.
-¡Mi madre no va a creer que te conozco! - Dijo la joven mostrando la fotografía al hombre - ¡Y mucho menos creerá que eres mi vecino! - Sonrió arrojándose a los brazos de Eddie - ¡Estoy tan emocionada!
«Los humanos son muy extraños. Ella cree que eres un rockstar, pero el resto de la gente cree que eres una rata miserable... ¡yo también lo creo pero te tolero porque eres mi amigo! Y por supuesto, mi vehículo.»
-"Sólo me usas" - Pensó Eddie - "Y recuerda, en tu miserable planeta no eras muy diferente a mí. Y a pesar de ser una rata miserable me necesitas para sobrevivir aquí. Creo que ambos nos necesitamos" - Continuó el hombre - "Así que la próxima vez que quieras ofenderme, piensa bien las cosas, porque conozco tus debilidades y no dudaré ni un segundo en usarlas en tu contra".
«¡Cuánta agresividad! ¡Eres un marica! Pero así te amo.»
-Creo que debo irme ya - Mumuró Eddie tomando las manos de Venus - Me encantó charlar contigo, te agradezco el café y el pastel, ¡todo estuvo delicioso!
« ¡Y ella! Ella también está deliciosa... ¡huele a mousse de chocolate! Creo que deberías besarla para degustar su sabor y ver si es una buena candidata para incluirla en mi menú de la cena de esta noche.»
-¡Gracias a ti! - Respondió la joven sonriendo de manera encantadora - Me gustaría que continuáramos con nuestra charla. ¡No conozco a nadie de esta zona! Mi terapeuta me ha recomendado hacer amigos, pero nadie me parecía confiable, ¡hasta que apareciste tú! - Exclamó y lo miró a los ojos - Así que... ¿te gustaría acompañarme a cenar esta noche?
«¿Le dirás que sí? ¡Acepta! ¿Qué te cuesta?»
-¿Te parece bien si lo dejamos para mañana por la noche? - Preguntó Eddie rascándose la cabeza - Tengo que terminar unos pendientes y mañana temprano llevarlos al canal para ajustar unos detalles con...
-¡Lo entiendo! - Dijo Venus poniéndose colorada - Me parece bien mañana por la noche... ¿a las ocho?
-¡A las ocho! - Sonrió el hombre y caminó hacia la puerta - Fue un placer conocerte, Ve - Dijo antes de abrir la puerta y salir del departamento - Disfruté mucho de tu compañía - Finalizó y le guiñó el ojo mientras cerraba la puerta.
Venus sonrió como una boba y se dejó caer sobre el sillón de la sala. ¡No podía creerlo! Eddie era un sueño y mucho más guapo en persona que en la televisión; además de atento, amable y... un poco tímido, pero eso sí, ¡encantador y tan sexy! Ella lanzó una carcajada y se puso de pie, ¡llamaría a su madre para darle todos los detalles de su encuentro con Eddie!
§ § § § §
«Y... ¿qué pendientes tenemos para esta noche?»
-Recuerda que a tres cuadras de aquí han ocurrido varios asaltos y acoso a mujeres - Murmuró Eddie quitándose la chaqueta - Tenemos trabajo que hacer, Venom - Murmuró el hombre.
«Yo hubiera preferido la cena con la pelirroja.»
-Yo también - Gruñó Eddie abriendo el refrigerador para tomar una soda de cola - Pero recuerda que nuestro trabajo es primero - Exclamó y se rascó la cabeza - Y dime, ¿qué te pareció Venus? ¡Encantadora! ¿No lo crees? - Suspiró - Un poco locuaz y...
«Me agrada, ¡sí, me cayó muy bien! Pero... creo que debes tener cuidado porque, ¿cómo te lo digo?»
-¡Pues dilo! - Comentó Eddie - Ya estoy acostumbrado a tus peros, reproches, ¡nadie nunca es suficiente! - Bufó fastidiado.
«Venus oculta algo... ¡es oscuro! Y también peligroso. Debemos tener cuidado porque podrías salir lastimado. ¡No es algo físico! Es más bien de sentimientos y esas banalidades humanas.»
-Lo tomaré en cuenta - Murmuró Eddie tirando la lata de soda al cubo de basura - Sea lo que sea que esconda me encargaré de descubrirlo porque, ¿sabes?...
«¡Te gusta! ¡Ya lo sé! No es necesario que me lo digas. Te pone como toro en brama, y te despiertan los instintos más salvajes con ella ¡y qué decir tu corazón! Late como un burro sin mecate.»
-¡Yo no sé porque hablo contigo! - Se quejó Eddie entrando en el cuarto de baño - Es inútil, ¡lees mi mente! No debería tomarme la molestia de comentarte nada porque tu... - Refunfuñaba el hombre mientras desabrochaba sus pantalones y se preparaba para mear.
§ § § § §
Alexander observaba el momento en que Eddie se detenía junto a SU Ve y hablaba con ella, le ayudaba con toda su carga y entraban juntos en el edificio. Cuando desaparecieron de su vista, él se ajustó la gorra y entró en el edificio. No tomó el ascensor, decidió subir corriendo la escalinata.
-¡Piso ocho! - Repitió varias veces en voz baja.
El hombre no se detuvo ni un instante a descansar, estaba acostumbrado a esas carreras. Diario practicaba en el pequeño gimnasio instalado en la casucha donde vivía, además corría de madrugada, llevando a cuestas un costal de varios kilos de peso. Estaba preparado para todo, las mujeres muertas pesaban el doble.
Alexander llegó al último rellano de la escalera tomó un poco de aire y dobló a la izquierda para tomar el pasillo. Se detuvo de golpe y la escena que se presentó delante de sus ojos no le gustó para nada. ¡Esa zorra! ¡Esa maldita zorra! Aprovechaba cualquier oportunidad para lanzarse sobre los hombres y ahora se encontraba en el piso, encima de ese sujeto y le acariciaba el rostro.
-¡Maldita Ve! - Gruñó rechinando los dientes y apretando los puños - ¡Esta noche vas a recibir tu merecido! - Bufó Alexander y dio media vuelta para bajar corriendo la larga escalera y abandonar el edificio.
Esa noche iba a correr sangre.
§ § § § §
¡Eddie y Venus se han conocido! Y tal parece que ambos se gustan y existe química entre ellos. A Venom también le agradó la chica,aunque él pudo ver lo que ella guarda en lo más profundo de su corazón. ¿Se lo dirá a Eddie?
También pudimos notar de nuevo la presencia de Alexander, ¿qué creen que traiga entre manos? ¿Se atreverá a atacar a Ve? ¡Eso lo vamos a saber en el siguiente capítulo!
Ahora díganme, ¿qué les pareció esta parte? ¿Les agrada Ve? ¿Qué opinan de Alexander? No olviden dejar sus votos, comentarios y opiniones, son bienvenidos.
Y gracias por su apoyo a esta Fanfic.
Maria Decapitated
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro