CAPÍTULO 13
Alexander se frotó las costillas, ¡le dolía todo! Suspiró un par de veces y caminó rumbo a la salida del callejón. Miró a los transeúntes en la calle, nadie se percataba de su presencia ni era tomado en cuenta. La gente estaba absorta en sus propios asuntos. El hombre metió las manos en las bolsas de su chaqueta y comenzó a andar un poco más a prisa, sin levantar la cara. Caminó durante un buen rato por la calle, hasta que detuvo un taxi en una esquina, lo abordó y pidió al conductor que lo llevara hasta la zona donde Venus y Eddie vivían.
Alexander pagó al conductor y bajó del taxi. Por suerte, el tipo lo había dejado en la calle contraria. Así podía subir por la escalera de incendios y no ser notado por los vecinos. Se echó a andar y subió rápidamente los escalones. Conocía muy bien la zona, los edificios, ¡incluso sabía quién vivía en cada departamento! Los conocía a todos y por supuesto, la distribución de cada vivienda. Sabía que si subía por la escalera de emergencia, entraría a la casa por la cocina.
Sin perder más el tiempo, aceleró el paso, deteniéndose frente al departamento de Eddie Brock. Miró por la ventana, la cocina estaba vacía, pero a sus oídos llegaron los murmullos de las voces de dos personas. Lentamente empujó la ventana y esta cedió ante el empujón. ¡Estaba abierta! Casi grita de felicidad, no pensó que pudiera estar abierta.
Sin hacer ruido, el hombre entró a la cocina y cerró la ventana cuidadosamente. En la encimera pudo ver un par de platillos con restos de comida, además de un par de tazas de café.
-¿Lavaste los platos? - La voz de una mujer hizo que se sobresaltara y rápidamente se ocultó debajo de la mesa.
-¡Lo olvidé! Lo lamento - Murmuró un hombre - Iré a hacerlo, ¡no me mires así querida!
-Sólo recuerda que esta no es tu casa, Arnold - Dijo la mujer - No podemos dejar la casa de Eddie así de sucia.
-¡Lo sé, mujer! - Murmuró el hombre - ¡Pero ya voy a lavar los platos!
Alexander no se movió de donde estaba escondido. Vio que la luz de la cocina se encendía y escuchó los pasos de alguien que se acercaba a la mesa para recoger los platos y llevarlos hasta el lavavajillas. Lentamente, el sujeto salió de su escondite y tomó un cuchillo que se encontraba sobre la encimera para acercarse con el mayor sigilo al padre de Venus.
-¡Cállate o te mueres! - Murmuró Alexander pegando el cuchillo en la garganta de Arnold.
El padre de Ve se tensó, pero guardó silencio. ¡No iba a moverse! Ese rufián seguramente deseaba robar o...
-¡Por favor! - Gimió el hombre - ¡P-puedes llevarte lo que...!
-¡Oh! - Rió Alexander - ¿Estás seguro que puedo llevarme lo que quiera?
-¡Sí! ¡Todo lo que quieras! - Balbuceó Arnold - Pero por favor, ¡No nos hagas daño!
-¡De acuerdo! - Murmuró Alexander y tomó una botella de vino para golpear la cabeza del padre de Ve.
Arnold cayó inconsciente al piso de la cocina con un gran estrépito. Alexander bufó, molesto ante el ruido mientras escuchaba la voz alarmada de la mujer.
-¿Arnold, está todo bien? - Preguntó Sarah caminando velozmente hacia la cocina - ¡Ten más cuidado! O dejaremos a Eddie sin vajilla.
La madre de Ve entró en la estancia y lanzó un grito agudo al mirar a su esposo en el piso, sobre un charco de sangre. ¿Acaso estaba muerto? ¿Qué había sucedido? Se preguntó angustiada la mujer, mientras llevaba sus manos al rostro.
-¡Hola suegrita! - Saludó Alexander con una sonrisa burlona.
-¡Alexander! - Gimió la mujer y se hizo hacia atrás - ¿Qué estás haciendo aquí? - Gritó - ¿Qué es lo que quieres?
-¡He venido por algo que me pertenece! - Dijo el hombre sin borrar esa sonrisa de su cara - ¡He venido por Ve! - Gritó - Y más te vale entregármela o si no...
-¿O si no qué? - Gritó Sarah y se lanzó sobre el hombre para golpearlo.
Alexander la recibió con una patada en el vientre, lanzando a la mujer por los aires. Sarah fue a parar contra la encimera, golpeándose la frente con el mueble y quedando inconsciente inmediatamente. Alexander sonrió satisfecho de su fechoría, ¡eso había sido pan comido! Ahora tenía que buscar a la idiota de Venus y llevársela.
§ § § § §
Venus se sobresaltó al escuchar un grito y despertó de su sueño. Se incorporó de inmediato y encendió la luz, buscando a Eddie con la mirada. ¡Estaba sola! La chica se estremeció al darse cuenta de ello, se levantó de la cama y caminó hacia la salida. A sus oídos llegó el rumor del televisor. Quizá Eddie se encontraba en la sala con sus padres y también era muy posible que ese grito proviniera del aparato.
La chica suspiró un poco más aliviada, abrió la puerta y caminó velozmente hacia la sala. Al llegar ahí, se detuvo, sorprendida y un tanto confundida. ¡El lugar estaba vacío! ¿Dónde se encontraban sus padres y Eddie? Se preguntó la joven. Su mirada se paseó por la estancia y se detuvo en la cocina, ¡la luz estaba encendida! Y hacia allá se dirigió, mientras pensaba que Eddie y sus padres ya estaban preparando la cena.
-¡Eddie! - Exclamó la chica - ¡Amor! ¿Están en la cocina? - Preguntó un tanto temerosa pues un mal presentimiento se apoderó de su mente - ¡Mamá! ¡Papá! - Gimió pero no obtuvo respuesta.
-¡Aquí estoy cariño! - exclamó una voz masculina que intentaba parecer seductora.
¡Esa no era la voz de Eddie! ¿Quién podría ser? Se preguntó la chica y no se movió mientras traba de reconocer ese timbre de voz que le parecía conocido. Ve comenzó a temblar cuando reconoció esa voz. ¡Era Alexander! Pero... ¿Qué hacía ahí? ¿Y dónde estaban Eddie y sus padres? ¿Y si Alexander...? La mujer lanzó un grito de horror al imaginar lo que el desgraciado de Alex les había hecho a sus seres queridos.
Venus caminó con lentitud hacia la cocina, no quería llegar a ese sitio y encontrarse con una escena escalofriante, pero también le preocupaban sus padres y Eddie. La chica quería saber si ellos se encontraban bien o si Alexander se había atrevido a hacerles daño. Al llegar a la entrada de la habitación, lo que vio la dejó paralizada. En el piso se encontraban sus padres, ambos inconscientes, además, también había rastro de sangre.
-¡Mamá, papá! - Gritó la chica presa de un ataque de histeria - ¿Qué les hiciste malnacido? - Preguntó llena de ira.
-Están tomando un pequeño descanso - Respondió Alexander con burla - Sólo están cansados y decidieron tomar una siesta, en un rato van a despertar.
Venus no respondió, se acercó su madre y la acarició, mientras buscaba a Eddie con la mirada. Sin embargo, no había rastro alguno de él.
-¿Dónde está Eddie? - Preguntó Ve llena de angustia - Te juro que si le hiciste algo yo...
-¡Eso idiota ni siquiera estaba aquí! - Gruñó Alexander acercándose a la chica - Tu noviecito huyó como una rata cobarde y los dejó solos, a su suerte.
-¡Eso no es verdad! - Gritó Venus mirándolo con odio.
-Entonces, ¿cómo explicas su ausencia? - La cuestionó Alexander mientras se inclinaba y le sujetaba el rostro.
Ve lo miró sin verlo. La chica se preguntó dónde estaría Eddie. Se suponía que él iba a cuidarla y no iba a separarse de ella. ¡Se lo había prometido! Sin embargo, no había rastro del reportero. ¿Dónde demonios se había metido?
-¡Estás sola, Ve! - Gruñó Alexander - Tu amado reportero te abandonó y seguramente se fue con otra - Rió de manera burlona - ¿Acaso crees que Brock iba a ser feliz a tu lado? Al lado de una mujer miedosa e insegura como tú...
-¡Cállate! - Gritó la joven y lo golpeó en el rostro - ¡Eddie me ama! Y no le importa mi pasado, ni mis miedos o inseguridades.
-¡Eso es lo que te hizo creer! - Volvió a reír - Seguramente él...
-Eddie va a encontrarte - Murmuró la chica llena de ira - Y va a darte tu merecido.
-¡Eso es lo que quiero ver! - Gritó Alexander mientras tiraba del cabello de la chica - Ahora debo irme, ¡y tú irás conmigo! - Exclamó mientras tiraba con más fuerza de ella.
La chica gritó de dolor, pero no se movió. Esta vez no se lo iba a poner tan fácil, lucharía contra Alexander, trataría de defenderse y así poder dar tiempo a que Eddie llegara a casa y pusiera en su lugar a ese asesino. Ve lo golpeó, le clavó las uñas en el rostro y le lanzó un par de patadas. Pero Alexander era fuerte y parecía no sentir ningún tipo de dolor.
-Si te resistes, ¡no te irá nada bien, Ve! - Murmuró el hombre - Vas a recibir un castigo y, ¡ya sabes cómo me pongo cuando me enojo!
-¡No me importa! - Gritó Ve, desembarazándose de Alexander - Esta vez no va a ser tan fácil.
Alexander lanzó un alarido de frustración. ¡Esa mujer se estaba resistiendo! Pero él no lo iba a permitir. Esta vez Ve no se iba a salir con la suya, ¡pagaría caro su traición! Alexander corrió tras ella, impidiéndole que tomara el teléfono para llamar a Eddie y golpeándola en la cabeza con el aparato. La pelirroja lanzó un grito agudo y cayó desmayada en el piso de la sala. El hombre sonrió triunfante y tomó a la chica en brazos para salir de la casa por dónde había entrado.
§ § § § §
Venom corría velozmente ocultándose entre las sombras. Era presa de un extraño sentimiento; un mal presentimiento lo acechaba. Sin embargo, había cumplido exitosamente con su deber, salvando a esa mujer de las garras de ese enfermo sexual. Ahora él se encontraba satisfecho, su barriga estaba llena y la ciudad se había librado de un loco... pero no de Alexander.
El simbionte trepó a un edificio y de ahí saltó hacia otro, descolgándose por la escalera de emergencia para entrar en el departamento de Eddie. La habitación estaba vacía, ¡Ve no se encontraba en la cama! Eddie apareció y de inmediato la buscó en el cuarto de baño, pero ella no se encontraba en la habitación. Quizá se encontraba en la sala con sus padres. El hombre salió del cuarto y caminó por el pasillo, deteniéndose al escuchar los sollozos de Sarah.
-¡Mi pobre niña! - Gimió la mujer - ¿Dónde podrá estar mi pequeña? - Murmuró ocultando el rostro en el pecho de su esposo.
-Ya he llamado a la policía - Murmuró Arnold acunando a su esposa - Ellos vendrán pronto para ayudarnos a buscarla.
Eddie los observó confundido, temiendo lo peor. Arnold tenía un vendaje ensangrentado en la cabeza, mientras que Sarah mostraba un moretón en su mejilla. ¿Qué carajo había pasado? De inmediato entró a la sala y se reunió con los padres de la joven.
-¿Qué ha sucedido? - Preguntó con preocupación - ¿Dónde está Ve?
-¡Eddie! - Exclamó Sarah - Gracias a Dios estás aquí - Murmuró la mujer - ¡Se la llevó! - Gritó y se echó a llorar.
-Pero, ¿quién? - Preguntó Ed, bastante confundido...
«¡ALEXANDER! Esta casa huele a él... ¡no debó dejarlo escapar!»
-¡Alexander! - Chilló Sarah y fue presa de un ataque de histeria.
Arnold hizo lo posible para tranquilizar a su mujer, mientras que Eddie se paseaba por la sala, presa de la desesperación.
-¡Fue una muy mala idea, Venom! - Gruñó Brock - Te dije que no lo dejaras ir.
«¡Pero esa mujer también necesitaba nuestra ayuda!»
-Podías haberlo desmembrado y dejarlo así en el callejón - Bufó el reportero - A nadie le iba a importar, ¡y nada de esto hubiese sucedido!
«Sé que me equivoqué... pero también sé que puedo enmendar mi error, darle su merecido a ese canalla y salvar a Venus.»
-Entonces, ¿qué estamos esperando?... ¡vamos por él!
Eddie caminó velozmente hacia la salida. El hombre estaba dispuesto a todo con tal de salvar a la chica y de terminar con Alexander. Venom estaba muy nervioso y preocupado, pero también compartía los de seos de su anfitrión.
-¡Eddie! ¿A dónde vas? - La voz de Arnold lo obligó a detenerse a la mitad del camino.
-¡Voy por Venus! - Respondió el hombre - Ella corre peligro, ¡tengo que encontrarla y salvarla!
-Pero ya reportamos a la policía - Murmuró Arnold - Ellos llegarán en cualquier momento.
-Perdón Arnold, pero no me interesa la policía - Dijo Eddie dando media vuelta - Alexander es un loco demente y es capaz de todo...
-¿Cómo sabes que fue él? - Preguntó Sarah - Nosotros no te hemos dich...
-¡Es demasiado obvio! - Gruñó Eddie y abrió la puerta - Ya lo habíamos visto en el restaurante y la amenazó, ¡él iba a venir a buscarla!
Eddie salió del departamento y se echó a correr hacia la calle. Venom hizo acto de presencia y trepó hasta la azotea del edificio. El viento llevaba consigo muchos olores, pero el tufo característico de Alexander era apenas perceptible. Sin embargo, con eso era suficiente para poder seguir sus pasos, ¡pero debía apresurarse! Antes de que este desapareciera completamente, opacado por los aromas de la noche.
§ § § § §
Venus despertó y abrió los ojos, pero esa horrible punzada en la cabeza le impidió tenerlos abiertos por más tiempo, así que volvió a cerrarlos. La chica trató de moverse, pero no pudo hacerlo, el dolor en sus brazos también era insoportable, pero aún se encontraba desubicada y muy adolorida a causa de ese golpe. La chica lanzó un profundo suspiro y volvió a abrir los ojos, mirando aquel lúgubre lugar en el que se encontraba. El sitio apestaba y se encontraba a media luz.
Ve intentó moverse de nuevo, pero se dio cuenta que no podía hacerlo, estaba atada de pies y manos. ¡Ahora comprendía su inmovilidad! Venus volvió a suspirar, intentando mantenerse calmada, pero esa ráfaga de viento frío que recorrió su cuerpo la hizo estremecer. Con un poco de dificultad levantó la cabeza y se dio cuenta que se encontraba completamente desnuda.
-¡Veo que ya ha despertado la Bella Durmiente! - Exclamó Alexander acercándose a Ve.
La chica chilló e hizo lo posible pasa soltarse, pero de sobra sabía que era imposible. Alexander se lamió los labios y estiró su brazo para recorrer con su palma el vientre de la chica. Venus cerró los ojos con repulsión. ¡Ese tipo la asqueaba! No le gustaba la manera en que sus manos le recorrían los muslos.
-¡No me toques! - Gritó Ve.
Alexander descargó un fuerte golpe en la mejilla de la chica. Unas gotas de su sangre salpicaron la mejilla del hombre y este llevo su mano a su rostro, limpiándosela mientras esbozaba una sonrisa burlona.
-¿Así es cómo me tratas? - Preguntó - después de todo este tiempo de estar alejados, sin vernos, sin hablar... ¡sin hacer el amor! - Gimió - ¡Me abandonaste, Ve! - Murmuró y su lengua recorrió el cuello y la mejilla de la joven - ¿Por qué? ¡Yo te trataba como a una reina!
-¡Yo era tu prisionera, Alexander! - Exclamó la chica - Me humillaste, ¡acabaste con mi autoestima! Me alejaste de todos a los que amaba y por ti yo renuncie a todo. ¡Te di mi vida! - Gritó - Pero no fue suficiente para ti, ¡tú querías asesinarme!
-¿Matarte? - Preguntó el hombre arqueando una ceja - ¡Estás equivocada, Ve! - Sonrió con amargura - He matado a otras, ¡pero a ti jamás! Mis intenciones nunca fueron asesinarte... - Gimió y le apretó los senos - Yo siempre quise que estuvieras a mi lado - Suspiró y apretó con más fuerza, haciendo que la chica se quejara - ¡Pero me abandonaste! Huiste de mi lado y me rompiste el corazón - Gruñó soltándole y apretándole el cuello.
Venus forcejeó, Alexander apretaba con fuerza, impidiéndole que el aire llegara a sus pulmones. La chica volvió a sacudirse, mientras miraba aterrada al sujeto que la contemplaba con odio. En los ojos de Alexander había un brillo asesino. La chica cerró los ojos para no ver esa horrible mueca en el rostro del hombre. De pronto, este la soltó y se incorporó.
-Sin embargo, ¡he cambiado de opinión! - Exclamó Alexander con voz tétrica - Ahora mis intenciones contigo son otras, ¡te lo hice saber en el restaurante! - Murmuró y se echó a reír - ¡Te vas a morir Venus! Pero tu muerte va a ser muy lenta y dolorosa, ¡vas a suplicar por tu vida! Y me pedirás perdón - Susurró - Voy a disfrutar asesinándote - Dijo mientras se alejaba hacia una mesa que se encontraba a la izquierda de Venus.
El terror se reflejó en los ojos de la muchacha al mirar aquella mesa. Sobre ese mueble se encontraban diversas pinzas, un martillo, una picana eléctrica, navajas, una pequeña sierra eléctrica, tijeras, tenazas, y demás instrumento de tortura. ¡Alexander estaba cada vez más enfermo!
-A-alexander - Balbuceó Ve - Por favor, te lo suplico...
-¿Ahora suplicas, perra? - Gritó el hombre mientras la abofeteaba - ¡Pues quiero que supliques más! Exclamó dándole un nuevo bofetón.
Ve se echó a llorar. Estaba a merced de ese loco y nadie podría hacer nada para salvarla. Esperaba que Alexander terminara con su vida en poco tiempo, pero estaba claro que ese tipo sólo deseaba su sufrimiento.
-Y ahora - Rió Alex - ¿Por dónde empezamos? - Preguntó mirando los instrumentos que estaban sobre la mesa - ¿Qué te parece si te corto un dedito? - Murmuró mostrándole un bisturí - ¿O qué tal si te cortó las tetas? - Preguntó esbozando una horrible mueca - ¡Sí, sí! - Dijo entusiasmado - ¡Voy a cortarte las tetas y después te sacaré los dientes! - Gritó y tomó unas pinzas de dentista - Así el imbécil de Brock ya no te va a querer - Exclamó y estalló en carcajadas.
Ve estaba temblando de miedo. Le esperaba una horrible y dolorosa tortura. Pero lo peor de todo era que moriría sola sin poder ver de nuevo a sus padres y a su amado Eddie.
-Ya no llores - Murmuró el tipo y le jaló el pelo - ¡Nadie vendrá a ayudarte! Nadie sabe dónde estás - Gritó mientras la besaba con lascivia - Sólo se van a enterar cuando los perros callejeros vengan aquí para devorar tu cuerpo muerto o la peste de la carne descompuesta inunde el vecindario - Exclamó y comenzó desabrocharse el pantalón - Pero primero me voy a divertir con tu cuerpo, Ve - Rió Alexander haciendo caso omiso a los gritos y súplicas de la chica.
§ § § § §
Venom se detuvo a escasos metros del edificio abandonado. ¿Así que ahí se ocultaba Alexander? No le había costado mucho encontrarlo. De un saltó entró en el lugar y comenzó a buscar. Ahí no había nadie, sin embargo el olor era más penetrante y se mezclaba con un tenue aroma a mousse de chocolate.
«Ellos están aquí, Eddie. Y Venus está sufriendo... ¡tiene mucho miedo! Debemos acabar con ese maldito de una vez por todas.»
-¡No debimos dejarlo ir! - Exclamó Eddie con molestia - Pudimos acabar con Alexander hace unas horas en el calle...
«¡Reconozco mi error, Eddie! Me equivoqué y es por eso que estamos aquí para matar a ese asesino degenerado y poder salvar a Venus»
-¿Crees que llegamos a tiempo? - preguntó Eddie - ¿Notas algo extraño?
«Ella está bien, por ahora. Pero no tenemos mucho tiempo, en cualquier momento Alexander hará de las suyas con ella»
Eddie estaba a punto de decir algo, cuando el grito de una mujer rompió el silencio de la noche. Venom corrió hacia una habitación rompiendo la puerta.
-¡Carajo! - gritó Alexander - ¿Quién anda ahí?
-Deja en paz a Ve, maldito hijo de puta - gritó Eddie apretando los puños - ¿por qué no te metes con uno de tu tamaño? - preguntó - Anda, te estoy esperando.
-¡No, Eddie! - gritó Ve - No lo retes, ¡va a matarte!
-¿Estás seguro, reportero de quinta? - Preguntó Alexander acercándose a Eddie - Porque no te tengo miedo.
-¡Pues deberías! - Gritó Eddie y se abalanzó contra Alexander para golpearlo en el estómago.
Eddie se encontró con un trozo de hierro cuando lo golpeó. El hombre era muy fuerte, se notaba en esos músculos de acero que se marcaban debajo de su camiseta. Alexander sonrió, ¡nada mal para un debilucho como aquél! Sin embargo, el hombre no quería perder tiempo peleando contra Brock, así que le atestó un par de puñetazos en el rostro, haciéndolo escupir sangre.
-Voy a terminar contigo también, Eddie - Rió Alexander - Sólo me estorbas - Murmuró y blandió el bisturí contra la cara de Eddie.
-¡NOOOOOOO! - Gritó Ve al ver que de la mejilla de Eddie brotaba un hilillo de sangre.
Brock se quejó, la delgada hoja había herido su rostro y dolía un poco. Pero no le preocupaba. El Klyntar se encargaría de sanarlo, sólo necesitaba distraer a Alexander para poder acercarse a Ve y rescatarla. Eddie estaba muy preocupado por ella, estaba ahí sobre esa cama de hierro, desnuda e indefensa, además su rostro estaba enrojecido, muy seguramente a causa de los golpes que ese bastardo le había dado.
«No pierdas tiempo Eddie, sólo déjame salir y ¡terminemos con este bastardo!»
Eddie asintió y volvió a lanzarse contra Alexander, volvió a golpearlo con fuerza y lo arrojó contra la pared. Alexander dio un traspié, su cara dio de lleno contra el muro, quedando aturdido por unos instantes. Mientras Eddie intentaba soltar a la chica para que ella pudiera ponerse a salvo.
-Quiero que cuando te desate salgas de este lugar, ¿de acuerdo? - Preguntó el hombre - No te preocupes por mí que yo estaré bien.
-¡Eddie, no! - Gimió la chica - ¡No me dejes sola! ¡Tengo mucho miedo!
-Eres una chica muy valiente, Ve - Murmuró Brock y la besó en los labios - Sé que lograrás conseguir ayuda - Dijo al tiempo que le entregaba su teléfono - Llama a la policía - Le ordenó, dales tu ubicación y... - Se despojó de la chaqueta - Cúbrete con esto.
Ve asintió y le ayudó a desatarse los pies. ¡Por fin era libre! Así tendría tiempo para correr y salir de ese lugar. Le haría caso a Eddie y llamaría a la policía. La mujer marcó el número de emergencias y esperó a que contestara la operadora.
Alexander se incorporó y le dedicó una mirada de odio a la pareja. ¡Ese desgraciado! Ni Brock ni Venus se iban a escapar, los iba a matar, ¡primero torturaría a Brock! A Ve le encantaría ver cómo su amado Eddie moría lentamente y después haría de las suyas con esa pequeña puta pelirroja.
Ve lanzó un grito al ver que Alexander se incorporaba y se arrojaba sobre Eddie, golpeándolo numerosas veces. Eddie trató de desembarazarse de Alexander, pero era imposible, el sujeto era poseedor de una fuerza descomunal. Volvió a intentarlo, pero un objeto agudo se clavó en su estómago.
-¡Muérete de una vez, desgraciado reportero! - Gritó Alexander clavando el arma una y otra vez en el estómago de Eddie - Cambio de planes.
Ve volvió a gritar al contemplar esa horrible escena y se echó a llorar. Su amado Eddie iba a morir a manos de ese loco. En ese momento, su llamada fue atendida por la operadora. La chica, rápidamente les explicó su situación y les dio su ubicación exacta. La mujer hizo el reporte de inmediato.
-Enseguida enviaremos varias unidades a su rescate, señorita - Exclamó la mujer - Por favor, trate de mantenerse a salvo.
Ve corrió para tratar de salir de esa habitación, pero la mano ensangrentada de Alexander le sujetó el tobillo, logrando que la chica cayera al piso.
-¿A dónde vas, puta malagradecida? - Gritó Alexander lleno de ira - ¡Vas a morirte! Y acompañarás a tu novio al infierno.
Ve gritó y lanzó una patada al rostro del hombre para intentar escapar. Pero Alexander no iba a darse por vencido tan fácilmente. No la soltó, al contrario, apretó con más fuerza su tobillo y Ve gritó de dolor.
-Llora, llora nenita - Murmuró con burla - Porque vas pagar por todo lo que me hiciste sufrir - Gruñó.
Por otro lado, Eddie se quejó y rodó sobre el piso. ¡Necesitaba proteger a Ve y por supuesto, eliminar a Alexander!
«Te dije que me lo dejaras todo a mí. ¡Pero te querías ver cómo un héroe! Y ahora pareces colador, ¡lleno de agujeros!»
Las heridas de Eddie sanaron a la brevedad, al tiempo que el hombre tomaba la forma de Venom. Ni Venus ni Alexander se dieron cuenta de lo que sucedía a sus espaldas. Ella intentaba desesperadamente de escapar y él la sujetaba con firmeza, aplastándola con el peso de su cuerpo.
-¡Vamos mi amor! - Gruñó Alexander - ¡Dame un besito! - Murmuró intentando besarla.
Ve se retorció asqueada, pero el peso que la aplastaba desapareció. La chica abrió los ojos y vio con horror a ese monstruoso alien que sujetaba a Alexander, levantándolo un palmo del suelo. Por su parte, Alexander gritaba atemorizado y pedía ayuda agritos.
«Me doy cuenta que eres el ser más desagradable, asqueroso y cobarde que he visto en mi vida.»
Alexander temblaba de meido, mirando los enormes dientes de ese ser. ¿Cómo había llegado hasta ahí? Se preguntó. ¿Y dónde estaba Brock?
-¡Té comiste a Eddie Brock! - Gritó Alexander, mientras Ve contemplaba la escena, inmóvil y muy aterrorizada.
«¡Yo soy Eddie! ¡Eddie es yo! ¡NOSOTROS SOMOS VENOM!»
La mitad del rostro de Venom desapareció para mostrar una parte del rostro de Eddie, quién esbozaba una sonrisa. ¡Alexander estaba horrorizado! Brock era ese monstruo, ¡era algo increíble! Ve también estaba atónita. No podía creer que su amado Eddie fuera parte de ese ser tan horrible y descomunal. ¿Por qué se lo había ocultado?
Alexander lanzó un alarido de dolor cuando las manazas de Venom sujetaron sus brazos y comenzó a tirar con fuerza de estos.
«Te gusta el sufrimiento, ¿no es así? ¡Pues disfruta del tuyo!»
El hombre lanzó un alarido agudo pues ese horrible monstruo tiraba de sus brazos con gran fuerza, haciéndole daño. Volvió a gritar cuando sintió como sus huesos se desprendían y sus ligamentos se trozaban. El dolor que eso le causaba era insoportable.
Ve también gritó, observando cómo Alexander era torturado por Venom. Pero en el fondo también sentía algo de alivio al ver que alguien por fin terminaría con ese desgraciado.
Alexander cayó al piso. Estaba pálido, ya no sentía dolor, pero una mueca de pavor apareció en su rostro al darse cuenta que sus brazos desaparecieron de su cuerpo y que la sangre brotaba a borbotones de su cuerpo. Pero lo que le causó mayor pavor fue ver que Venom aún los conservaba en sus manos.
Venom arrojó los miembros de ese desdichado y lo sujetó del cuello, mirándolo fijamente a los ojos.
«¡Eso te mereces por causar sembrar el miedo en las mujeres! Por torturarlas, mancillarlas y arrebatarles la vida de una forma tan cruel y sádica. Te dejé ir una vez, ¡pero ya no más! Te arranqué los brazos y ahora seguirán tus piernas, y después me comeré tu cara directo del cráneo. ¿Entendiste?»
Alexander gritó. ¡Estaba viviendo! una horrible pesadilla. ¡Ya no tenía brazos y ahora ese ser despiadado lo iba a devorar.
-¡Por favor! - Balbuceó - ¡Por favor! - Suplicó, pero fue ignorado.
«...y serás una cosa sin brazos, sin piernas y sin cara, ¿verdad? Rodando por la calle Como mierda en el viento... ¿comprendes?»
Alexander lloraba, ¡estaba perdido y a merced de ese descomunal ser! Iba a morir de la forma más terrible y sin haber logrado su venganza. ¡Eso era lo que más le dolía! No haberse podido deshacer de Ve.
«Aunque pensándolo bien.»
Venom sujeto con fuera la cabeza de Alexander. Este cerró los ojos y volvió a gritar de manera desgarradora. Las garras de Venom se cerraban con fuerza sobre su cabeza, la cual crujía cada vez que este apretaba. Un dolor terrible atravesó su ser, sacudiendo su cuerpo. La sangre manó por su frente, cayendo en gruesas gotas sobre el piso mugriento de ese edificio. El dolor se intensifico y de pronto todo se oscureció. Alexander ya no supo de sí, su cabeza estalló y partes de su cerebro también cayeron al piso.
Ve lanzó un terrible chillido y se cubrió el rostro con ambas manos. No pudo soportar esa horrible visión y se desvaneció creyendo que su fin también estaba cerca al ver que Venom se acercaba a ella.
-¡NOOOOOO!
Eddie tomó en sus brazos a Ve antes de que cayera al piso. ¡Habían sido tantas emociones! Pero finalmente todo terminó. Alexander estaba muerto, ¡la amenaza había sido neutralizada! Ahora podrían descansar en paz, especialmente Venus, quién ya no corría peligro.
El reportero acarició el hermoso rostro de la joven y la acunó entre sus brazos, esperando a que llegara la policía, pues el tenue rumor de las sirenas podía escucharse. La sacudió con suavidad, intentando despertarla.
-Ve, mi amor - susurró él - Despierta, cariño, es hora de irnos. ¡Ya todo terminó!
La chica abrió los ojos lentamente. ¡Fue una terrible pesadilla!
-¡No! - Gritó Ve y empujó a Eddie, apartándose de él - ¡No me toques! Eres un monstruo...
-¡Pero Ve! - Gimió Eddie - Yo... ¡Déjame explicarte, por favor!
-¡No! No quiero explicaciones - Chilló la mujer - Sólo quiero que te alejes de mí... ¡eres un ser peligroso! ¡Y repugnante!
Eddie dio un par de pasos, tratando de acercarse a Venus. Estiró su brazo para tocarla, pero ella dio un salto hacia atrás y corrió para huir de él.
-¡No te quiero cerca, Eddie! - Murmuró y le arrojó unas pinzas - ¡Vete! ¡Largo de aquí!
Eddie y Venom sintieron que su corazón se rompía en pedazos al experimentar el rechazo de Venus. Ellos creyeron que quizá la chica los trataría con amabilidad después de que la salvaran de las manos de ese loco psicópata. Sin embargo, la chica estaba muy asustada, era presa de la paranoia, el miedo y la histeria.
«¡Déjame hablar con ella! Le diré que se equivoca, ¡que no quiero hacerle daño!»
-Ya es tarde, compañero - Murmuró Brock, apesadumbrado - Ha llegado la policía y...
«¿Vas a dejarla así? Sin explicaciones, ¿sin nada de nada?»
-¡Ella no nos quiere ahora! -Bufó el reportero - La buscaremos cuando se haya pasado el susto y ella esté más tranquila, ¿de acuerdo?
«¡Déjame intentarlo! ¡Dile que sólo tienes un parásito y...»
-No es nada malo, Ve - Exclamó Eddie tratando una vez más de tranquilizar a la joven - Él quiere hablar contigo - Murmuró con suavidad - Venom es un tipo rudo, ¡sí! Quizá cause miedo y tenga una manera muy peculiar de comportarse pero... ¡Él te ama! Así como yo...
-¿Me ama? - Preguntó Ve arqueando las cejas - ¡Qué ridiculez! No, no puedo soportarlo, ¡no quiero! No quiero verlo, ni hablarle y... ¡largo, te dije!
-¡Es inútil, Venom! Ya la escuchaste - Dijo con tristeza - Será mejor que nos vayamos y dejemos que la policía se haga cargo... Gimió - Venus estará bien.
Venom ya no respondió. Eddie dio media vuelta y saltó por la ventana del lugar, tomando la forma de Venom y corrió a través de las sombras, triste y desilusionado por el rechazo de Ve.
§ § § § §
¡Y así concluye este episodio! No puedo creer que estemos a dos capítulos del final.
Alexander está muerto, Venom lo asesinó y creo que fue un poco misericordioso con él. ¿Qué les pareció la muerte de Alexander?
Por desgracia, Venus no logra concebir el hecho de que Eddie y el Klyntar sean uno solo. Ella se ha vuelto presa del miedo y los ha rechazado. Sin embargo, ¿logrará entrar en razón?
¿Qué creen que suceda ahora? No se pierdan el siguiente capítulo en el que conoceremos las respuestas a estas interrogantes y, por supuesto, no vayan a perderse del gran final.
Por favor, déjenme sus comentarios e impresiones sobre este nuevo capítulo y por supuesto, no olviden votar.
¡Hasta la próxima!
Maria Decapitated
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