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Viaje a Disneyland


TONY

Él y Steve aguardaban junto con los demás padres de familia en espera de la salida de sus respectivos hijos.

Ya habían planeado ir a la escuela de Peter juntos, ambos tenían un asunto muy importante que tratar.

Tony estaba tan molesto. Y no era para más después de lo que había investigado acerca del padre del tal Flash.

El hombre era todo un homofóbico de primera. Y según se veía quería inculcarles el mismo pensamiento a sus hijos.

—Ese es—el menor señaló a un hombre de estatura promedio y de a simple vista mal genio. Con tal sólo ver su cara de fastidio, supo que lo que pasaría a continuación sería aún más entretenido.

—¿Estas seguro, amor?—Steve preguntó a su lado.

—Sí, creeme, Jarvis no se equivoca, es él. El padre del  mocoso ese Flash.

—Bien, hagamos esto rápido antes de que salgan los niños.

Fueron acercándose hasta quedar de frente con él.

—¿Señor Thompson?—interrogó el rubio.

—Sí.—afirmó totalmente desconcertado por la presencia de los súper héroes allí, empezándose a sentir intimidado.

—Bueno, supongo ya sabe quienes somos, así que evitemonos las formalidades.—Tony mostró su mejor sonrisa hipócrita.—Voy a ser breve, su hijo Flash, ha estado molestando a mi hijo Peter y sepa que no lo toleraré más. Así que o toma cartas en el asunto o se apega a las consecuencias.

—Lo que quiere decir mi esposo, es que esperamos que esto no se vuelva a repetir.—Steve seguía con su semblante serio, causando gran nerviosismo a cualquiera que le llegase a ver de cerca.—Si usted tiene algún inconveniente con nuestro estilo de vida, puede hablar en este instante y aclararnos las cosas.—continuó.

—N-no, no.—negó rotundamente.—No tengo ningún problema.

¡Dios pero qué espectáculo!

Este sujeto se está muriendo del miedo.

Tony se mordió el labio para no soltar una carcajada, por más que quisiera no podía tomarse la conversación con seriedad, no cuando aquel hombre mostraba su notorio nerviosismo ante ellos.

El padre de Flash se quedó sin habla, juraba que ya hasta estaba hiperventilando,  y quién no estaría en la misma situación, después de todo  tenía a  dos de los vengadores amenazándole.

—Hablaré con mi hijo, les aseguro que no volverá a suceder.

Steve asintió satisfecho.

—Eso esperamos, fue un gusto hablar con usted, señor Thompson.

El Capitán tomó la mano de Tony dándose la vuelta para comenzar a buscar a su pequeño que ya no tardaba en salir.

Antes de alejarse por completo de él, a Tony se le ocurrió una gran y malévola idea.

—Espera, Steve. Se me olvidaba algo.—Soltó la mano del mayor y volvió a plantarle cara al padre de Flash.

El hombre pasó saliva al ver a Stark acercarse de nuevo.

—Casi lo olvidaba.—se acomodó sus lentes de sol.—Me debe seis mil dólares por daños y posibles traumas a un menor. —hizo una mueca divertida mientras veía como al padre de Flash casi le daba un infarto.

—Pero...

—Le dejo mi tarjeta personal.—se la entregó de mala forma—Allí viene la cuenta a la que puede depositar el dinero. Si tiene más dudas llamé al teléfono adjunto en la tarjeta.

Como último le guiñó un ojo e ignorando las palabras del hombre corrió hasta alcanzar a su esposo.

—¿Qué le dijiste, Tony?—Steve regresó su vista al padre de Flash—Hasta se puso pálido del susto.

Tony rió.

—Luego te cuento, cariño.


El timbre de la escuela sonó indicando el termino de las clases.

Los niños fueron saliendo de a montón corriendo despavoridos lejos de las instalaciones escolares.

Era viernes y todos anhelaban un buen descanso de la responsabilidades de la escuela.

Peter venía jugando con su amigo Harry.

Sonrió feliz al ver a sus dos papás esperarlo al pie de la salida.

Despidiéndose rápido de su mejor amigo, corrió emocionado hacia Steve y Tony.

—No me gusta que corra, se puede caer.—Steve miraba que el camino por donde venía Peter fuera seguro.

—Estoy seguro que sobrevivirá, Steve.—besó su mejilla para posteriormente recibir una mirada cargada de amor de su pareja.—Peter es fuerte.

—Supongo lo ha heredado de ti.

—¡Pops, papi!—los abrazó a ambos.—Vinieron los dos.

—Hey, cómo está mi hijo favorito.—Tony le revolvió el cabello con diversión.

—Pero soy tu único hijo....

—¡Exacto! Por eso tu papá y yo te adoramos tanto.

Steve lo ayudó con su mochila a la vez que limpiaba el rastro de pintura de su rostro.

—Acuerdate que iríamos a ver a Peggy después de la escuela.

—¡Sí, me gusta estar con ella!

—Demonos prisa, entonces.

—Y después tía Nat tiene preparada una sorpresa para ti y tus primos Wanda y Pietro.—recordó Steve.

—¡¿Qué es?!—el inquieto niño se sujetó con fuerza de las manos de sus papis.

—Bueno, creo que deberás esperar y verlo por ti mismo.

—¡Papá dime!

—No, tu tía Nat me mataría si te digo antes que ella —Steve rió mirando a Tony.

Peter  también miró hacia el castaño.

—¡Papi, Pops no me quiere decir!—tiró de su saco.

—Sé paciente hijo, tu papá siempre dice eso.

—La paciencia es una virtud fundamental—reiteró el Cap.

—Yo no quiero tener paciencia—Peter se adentró  al auto con el ceño fruncido.









**********



BUCKY

Reposaba tranquilo en la sala de la Torre.

Él, Steve y Tony habían llegado hace un par de horas. Fueron a llevar a Peter con Peggy.

La anciana cada día se veía más débil y enferma, lo que los tenía a todos muy preocupados.

Y es que a pesar de su cansancio, Peggy disfrutaba mucho de las frecuentes visitas de la familia de súper héroes.

Por supuesto que Peter ya se había encariñado mucho con ella, igual que ella con él.

Bucky temió porque esa felicidad durara poco. Peggy ya tenía una edad avanzada y aunque los médicos hacían todo lo posible por mantenerla en óptimas condiciones, bien se sabe que la muerte no perdona a nadie.

Sintió un escalofrío a través de todo su cuerpo, al pensar que él estaría en las mismas condiciones que Peggy si no fuera por todo lo que vivió.

No, no otra vez no....

Las memorias y recuerdos de su tétrico pasado empezaron a reproducirse simultáneamente en su mente.

Atormentado se llevó las manos a la cabeza para intentar disolver aquellos pensamientos.

—¿Tío, Bucky?

Bastó escuchar la voz de la gemela Maximoff, para que él volviera al presente.

Abrió los ojos de golpe, encontrándose con la niña quien se encontraba mirándolo con preocupación.

—¿Te sientes bien?—Wanda corrió hasta él y tocó su frente. Eso es lo que hacía su papi Charles cada vez que ella o su hermano enfermaban.

—Sí, linda, no fue nada.—sonrió por su presencia allí, no esperaba verla, y menos en un momento así.

—Parecía como si tuvieras un dolor muy fuerte de cabeza.

—No te preocupes, ya pasó.
—la sentó a su lado.—¿Y tus papás y tu hermano?

—Pietro se fue con Peter a jugar y mis papis están hablando con el tío Steve y el tío Tony. Dicen que tía Nat tiene una sorpresa para nosotros, ¿tú sabes qué es?

¡Claro! La sorpresa de Nat.

¿cómo se me pudo olvidar?

—Amm... me parece que ella se los tiene que decir a ustedes.

La niña hizo un puchero que ocasionó la risa del mayor.

—Nadie quiere decirnos.—dijo a manera de reproche.

—Por algo es una sorpresa, ¿no crees?

—Mmm... eso supongo.—sonrió no muy convencida, enseñando el minúsculo hueco de su faltante diente.

Bucky sonrió de vuelta al darse de cuenta de eso.

No quería admitirlo, pero indudablemente estar con Wanda aliviaba su inestable depresión.

Y por supuesto que se sentía como todo un enfermo, por estar sintiendo ese tipo de cosas por alguien tan joven como ella. Sin embargo nada podía hacer, sólo tratar de frenar ese sentimiento lo más que le fuera posible.

—¡Wanda, ve a buscar a tu hermano y a Peter, tía Nat ya llegó!—Erik gritó desde la otra habitación.

La niña inmediatamente se puso en pie dando un brinquito entusiasta.

—¡Oíste tío Bucky, debo ir por ellos!

Él ni siquiera alcanzó a responderle, Wanda ya había salido corriendo.

Para cuando regresó en compañía de Peter y Pietro, todos los adultos ya estaban en la sala reunidos. Y por todos se refería a la pareja de dioses asgardianos, Bruce y Matt, Charles y Erik, Natasha y Clint y por supuesto Steve y Tony.

Ni siquiera él se quería perder para nada la reacción de los niños con la sorpresa de Natasha. Estaba cien por ciento seguro de que la amarían.

—Muy bien niños, creo que es hora de decirles su sorpresa.—la pelirroja anunció sonriente. Los tres niños la miraban atentos esperando ansiosos.

Así sentaditos y tranquilos hasta parecen otros.....

—¡Por Odín diles de una vez o yo mismo lo haré!—Loki bramó desesperado.—Ya tienes a los pobres con un suspenso enorme.—se apiadó el dios.

—¡Iremos a Disneyland!

—¡Sí!—los niños gritaron a coro a la vez que saltaban eufóricos.

—Quiero subirme a todos los juegos.—Pietro corría de un lado a otro.

—Yo quiero conocer a Mickey Mouse. —le siguió Peter.

—¡Mejor a las princesas!—Wanda chilló de la alegría.

—¡Buu! Qué asco, princesas no.

—¡Callate, Pietro!

—Niños,  niños, no pelen o nadie irá al viaje.—sentenció Erik.

Los pequeños no podían estar mas contentos, sería el primer viaje que harían todos juntos.

Ese mismo día saldrían directo a Florida.
Todos ya tenían preparado su equipaje, no por nada se habían esmerado en preparar sus maletas y la de los niños a tiempo.

El verdadero lío fue cargar el equipaje a tiempo.

Como era de esperarse, Tony y Loki fueron los que más maletas llevaron.

Estos dos preferirían morirse antes que andar mal vestidos

Pensó Bucky al ver como Steve terminaba de subir todo el equipaje de su esposo.

En cambio él muy apenas y llevaba una maleta. Se sintió intrigado de ver todo lo que llevaban Tony y Loki, que en serio estaba reconsiderando regresar a su departamento por algo más.

Para el atardecer ya todos se encontraban abordando el avión.
Obviamente cortesía de Stark, así que tenían el vuelo para ellos solos.

Cada uno de los adultos se acomodó con su respectiva pareja; Thor y Loki, Charles y Erik con los gemelos enfrente suyo, Natasha y Clint, Matt y Bruce, Steve y Tony y por último él y Peter.

Los asientos de Steve y Tony quedaban justo detrás de los suyos.

Bucky ya estaba agotado, así que se limitó a sentarse en su lugar y esperar las indicaciones de vuelo.

—¿Todo bien, Buck?—Steve también acaba de sentarse.

—Sí, creo que será un buen viaje.

—Definitivamente lo será, Peter está tan feliz. Hace tiempo que quería ir a Disney, creo que se lo tiene muy bien merecido.—ambos miraron hacia el pasillo donde discutían Tony y Peter. Según lo que entendió, el niño se había estado comiendo las donas de reserva de su papi.

Lo dos amigos rieron.

—Creo que ciertamente será un viaje muy divertido.

El avión despegó después de unos minutos.

Se podría resumir que Bucky en verdad disfrutó mucho del tiempo allí. Mantuvo una entretenida charla con Peter y Tony acerca de los problemas en los que se metían Steve y él cuando eran niños, vio un par de películas, comió junto a los demás un refrigerio extremadamente delicioso, y como último, se durmió el resto del vuelo.

Actualmente, alguien trataba de despertarlo y él sólo quería seguir descansando. Estuvo a punto de quitarse bruscamente a quien sea que lo estaba molestando hasta que abrió los ojos.

Wanda  era quien seguía jalandolo del brazo.

—¡Ya llegamos, tío Bucky!

Talló sus ojos con fuerza y se incorporó, teniendo una mejor postura.

Miró hacia su alrededor y comprobó lo que  decía Wanda. El equipo ya estaba bajando con todo y su equipaje.

—Vamos, hermosa, no queremos quedarnos atrás.—la tomó de la mano y la guió hacia la salida.

—Te dije que si Wanda lo despertaba no se enojaría.—Natasha extendió su mano hacia Matt, como reclamando un pago.

—Joder, tenías razón.—el oji-azul le entregó una cantidad de dinero riendo.

—Te dije su no apostaras con Natasha.—Bruce pasó su mano en la espalda de su novio a manera de consuelo.

—¿Pero qué pasa aquí?—los observó sin entender de que hablaban.

—Natasha y el novio de  Bruce apostaron, Matt aseguraba que que  te levantarías de mal humor sin importar quien te despertara, y claramente, Nat supo que sería así excepto  si iba cierta personita.—Loki resumió, desviando su mirada hacia la niña.

Bucky no supo como disimular su notorio nerviosismo así que sólo sonrió, sintiéndose avergonzado por ser tan obvio.



—Es porque soy la consentida del tío Bucky, ¿no es así?—Wanda se removió a los lados con gracia.

—Claro que sí.—tomó de nuevo su pequeña mano y juntos emprendieron el camino con los demás.

El hotel disney donde habían reservado mandó por ellos su transporte. Llegaron prácticamente en cinco minutos.

El hotel temático era ciertamente muy asombroso. Los niños eran los más maravillados con todo lo que veían.

Él mismo comprobó lo espectacular de las suits una vez que acompañó a los niños a echarles un vistazo. Cada una estaba ambientada en las  películas y personajes más queridos y famosos de disney, el espacio era muy amplio como para grupos máximo de 6 personas.

Las suit familiares incluían un dormitorio con una cama Queen Size, una mesa-cama convertible doble, un sofá-cama doble, sala de estar; 2 cuartos de baño y una pequeña cocina.

Como el grupo era bastante numeroso ocuparían dos suits.

Ya en la repartición a él le tocó en la primera, junto con Charles, Erik, lo gemelos, Bruce, Matt y Clint.

Al parecer tendría que compartir la mesa cama convertible doble con el arquero.


Lo primero que llamó la atención inmediato de los niños fue la enorme piscina Big Blue Pool, inspirada en la película Buscando a Nemo. Y aunque no era la única sí era la más grande en todo el parque.

Como insistieron tanto en ir, los adultos optaron por ir a la tan aclamada alberca.

Y vaya que no se arrepintieron, ya  que pasaron uno de los mejores momentos con los niños dentro del agua.

Primero, Thor casi ahogó a una niña y Steve y Tony tuvieron que intervenir de manera dramática al rescate de la infante.
Clint y Natasha enseñaron a nadar a los tres niños, aunque para ser sinceros, al pobre de Peter, Steve no le dejó quitarse el salvavidas.

Bucky prefirió gozar de la refrescante sumergida junto a Charles, Loki y Bruce. Los cuatro veían divertidos como Erik y Matt se disputaban una carrera en natación.

Fue una competencia muy cerrada, Loki y él alegaban que Erik había sido el ganador pero por su parte Bruce también defendía a su novio.

Todo iba de maravilla, tanto que unas muy coquetas chicas se acercaron a saludar y platicar con Bucky y Loki.

Los celos del dios del trueno no se hicieron esperar y en menos de un segundo ya estaba arrastrando a su novio lejos, provocando que el mismísimo Loki tragara descuidadamente grandes cantidades de agua.

Bucky les seguía la plática a las chicas por no ser descortés, pero realmente no estaba interesado en la conversación.

Su sonrisa se esfumó en cuanto vio a la menor de los Maximoff estar a punto de romper a llorar. La niña se había orillado a una de las esquinas de la piscina para sentarse allí.

Charles a su lado, igualmente lo notó.

—Deberías ir tú Bucky, ella te tiene un cariño y confianza que ni yo puedo explicar, así como sé que a ti también te importa.

El castaño asintió en silencio, debía ser cuidadoso con sus pensamientos o Charles lo vendría matando uno  de estos días por tener esos  sentimientos hacia su hija.
Sin responderle ni una palabra y disculpándose con las chicas, fue nadando lo más rápido que pudo hasta Wanda.

—¿Qué te pasa, hermosa?—preguntó saliendo del agua para situarse junto a ella.

La niña alzó su rostro y lo miró con los ojos vidriosos.

—Tu ya no me quieres.—fue lo que dijo hipando de entre el llanto.

Sintió  que su corazón se le destrozaba en mil pedazos.

—¿Por qué dices eso, Wanda? Sabes que no es así.

—Pero yo vi que estabas muy feliz con esas chicas feas de allá.—señaló a las dos jovencitas que aún aguardaban el regreso de Barnes.

—Eso no quiere decir que yo ya no te quiera.—la envolvió con sus brazos en un cálido abrazo.

Wanda se relajó y dejó de llorar.

—Pero te vas a ir con ellas y te vas a olvidar de mí.—insistió reflejando en sus ojos suma tristeza.

—¡No! Jamás haría algo así. —besó su frente.—Creeme.—suspiró.—Yo no podría ser capaz de olvidarte. ¿Sabes por qué?

La niña negó moviendo su cabeza a los lados.

—Porque te quiero mucho y nadie puede hacerme cambiar eso.

—¿Lo prometes? —volvió a sonreír alegre, a lo que Bucky asintió sin pensarlo.

—Lo prometo.

Wanda saltó de nuevo al agua, mojando aún más al castaño.

—¡A que no me atrapas!—lo retó haciendo un esfuerzo descomunal por salir nadando.

Rió por la constante lucha de la gemela por mover sus pies y manos, tal y como le había indicado Natasha.

No importaba que dijeran los demás o lo mucho que él mismo se trataba de engañar.

No iba a permitir que lo separaran de la única razón que había encontrado para seguir viviendo.











Hola, amores

Ya ansiaba poder subir este capítulo, no lo hacía no porque no quisiese, sino por falta de tiempo.

Gracias por todo su apoyo a cada uno de los que leen y siguen la historia.




With all my love...

Missmarvel17 ❤💕

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