Festejo arácnido
PETER
Su día no estaba resultando cómo lo imaginó. Jamás esperó que su decimo octavo cumpleaños fuera tan deprimente y estresante.
Para empezar, sus padres tuvieron que partir desde temprano a una supuesta misión de rescate. Bonita forma de empezar el día. Ni siquiera los pudo ver salir o despedir, se enteró por medio de Jarvis de la repentina noticia.
Por lo menos habían tenido el gesto de dejarle el desayuno preparado.
Y eso sólo fue el comienzo.
En su camino a la escuela, no alcanzó el autobús escolar y de no ser por sus telarañas, hubiera estado perdido.
De hecho, en efecto llegó tarde a la primera clase, pues los labores del amigable vecino hombre araña nunca terminaban. Observó a la perfección como un señor había sido asaltado de manera nada grata, así que no pudo quedarse de brazos cruzados, mientras se columpiaba desde lo alto.
Para variar, su mejor amigo ni siquiera se había presentado a clases, intentó llamarlo pero lo único que obtenía como respuesta era el contestador del joven Osborn.
"Habla Harry, si desea ponerse en contacto con el apuesto chico, deje su mensaje a continuación..."
—Harry, en serio necesito hablar contigo, todo se esta yendo a la mierda... Primero, la profesora Ivonne amenazó con reprobarnos en nuestro experimento de laboratorio si no te presentas a trabajar en los próximos días, y cabe destacar que nos bajó calificación por tu ausencia en el día de hoy. Segundo, al parecer mis padres olvidaron mi cumpleaños, priorizando una estúpida misión, quién sabe cuándo lleguen a estar de vuelta, lo más seguro es que no los vea hasta la noche. Tercero, gané mi primer reporte por retardo. Y ya para finalizar, estoy jodidamente solo hablándole a un celular en los baños de la escuela, ¿por qué demonios no estás aquí sufriendo conmigo?, ¿estás bien?, ¿sucedió algo? Por favor responde a mis anteriores mensajes o regresame la llamada en cuanto puedas... chao.
Frustrado, colgó y arrojó el objeto a su mochila.
Se repetía que no era posible que sus padres olvidaran una fecha tan importante. Nunca había pasado, ¿qué había de diferente?
Analizando mejor la situación, pensó que tal vez sería una prueba. Ahora con la mayoría de edad se venían nuevas y cada vez más responsabilidades, y puede que tanto el Capitán como Iron Man intentaran probarlo para ver y estudiar su reacción.
El resto de sus clases terminaron con normalidad y con un notable aburrimiento a causa de la ausencia de cierto castaño.
Al termino de las labores escolares, decidió que no quería pasársela solo encerrado en la torre. Si todo iba mal en la vida de Peter, siempre estaba Spider-Man para equilibrar las cosas.
Se escondió en un callejón solitario, escaneado con la mirada el lugar, sacó su traje de la mochila y se lo puso.
En menos de un minuto ya se estaba columpiando de un edificio a otro.
Después de pasar un rato ayudando a la gente de la ciudad se detuvo a descansar en la azotea de un enorme rascacielos. La vista como siempre era espectacular.
Tal vez fue su subconsciente o sólo un repentino recuerdo, sea lo que fuera, las imágenes de aquel día llegaron tan frescas y vivas a su memoria que sonrió conforme las imágenes se reproducían en su cabeza.
...
—¿Qué pastel vas a querer hijo?—le había cuestionado el castaño.
—Tony, deja de presionarlo, son demasiadas opciones.—Steve miró al niño que se veía pensativo.
—Pops, es que me gustan todos...
—No sé diga más.—anunció Tony. —¡Llevaremos cada pastel!
—¡¿Estás loco?!, Tony, no voy a dejar que compres toda la tienda.
—Es por tu hijo, Rogers. Además, si vamos a tener a tanto invitado lo conveniente sería estar preparados.
No recuerda con exactitud si compraron toda la mercancía existente, pero vaya que se llevaron una considerable cantidad de pasteles ese día.
También recuerda que ese cumpleaños fue fantástico, sus padres y tíos habían aparecido en medio de la fiesta con sus trajes de los Vengadores, lo que provocó que todos sus compañeros y amigos se quedaran asombrados por la presencia de los super héroes allí. Claro, haciendo una excepción para su tío Bruce, por supuesto que nadie quería ser víctima de la ira de Hulk.
Recibió muchos regalos, y tuvo el mejor día que un niño a su edad hubiera deseado tener. Entre juegos, dulces, la compañía de sus amigos y las ocurrencias de sus tíos, vivió una de las mejores experiencias. Pero eso no fue ni por cerca lo que Peter más agradeció.
Cuando la fiesta hubo terminado y ambos super esposos se disponían a arropar al niño para dormir, éste les había hecho una sincera confesión.
El Capitán fue el primero en notar las lágrimas escurrirse por las mejillas de su hijo.
—Peter, ¿qué tienes, ¿no te gustó tu cumpleaños?
Tony también se acercó temeroso, apoyando una mano en el hombro de su esposo.
—No es por eso por lo que lloro.—limpió su rostro.
—¿Entonces qué es? —Tony lo interrogó.
—Es que los amo mucho, son los mejores papás de todo el mundo.
Sus dos papás lo abrazaron casi al borde de las lágrimas.
—Escucha Peter, tú eres la luz de nuestras vidas, porque desde que llegaste has iluminado y llenado todo de alegría y amor. Eres un niño precioso y sabes que tu papi Tony y yo siempre vamos a estar allí para ti.
—Y no lo olvides campeón, te amamos mucho, incluso si estamos viejos, o por lo menos yo, porque papi Steve tarda más en envejecer, incluso si ya eres un joven y guapo adulto, siempre serás nuestro pequeño Peter. ¿Entendiste?
—Sí. —asintió, sin dejar de aferrarse a ambos hombres.
...
Se quedó apreciando el silencio que había desde esa zona.
Nunca lo preguntó y tampoco le hacía falta saberlo, no iba a negar que a veces le daba curiosidad pero la mayoría del tiempo lo olvidaba. El misterio de cómo terminó en las vidas de Iron Man y el Capitán América había dejado de importarle.
La única y absoluta verdad era que Peter era su hijo amado y ellos sus preciados padres. Y velaría siempre por ambos, así como ellos habían hecho con él.
—¡Spidey!
Aquel grito interrumpió su armonía.
Ni siquiera tuvo que girarse para verlo, reconocía esa voz.
—Hola, Wade.
—Uff, —denotó un excesivo y exagerado cansancio.—Sabes, soy habilidoso pero no me apetece andar trepando a grandes alturas sólo para charlar contigo. La próxima vez para a reflexionar en un parque o en edifico menos alto, por favor.
—Lo consideraré ya que dijiste por favor. —sonrió.
—¿Y ahora por qué tan solitario? ¿Ya no hay problemas que resolver?
—De que los hay, los hay. Sólo me tomaba mi tiempo pensando en cosas.
—¿En qué cosas?
—Nada, no importa.
—Oh, vamos. Puedes contarme, después de lo que hiciste por mí, yo ya te considero un amigo.
—Creo que es algo precipitado decir eso, pero si así lo sientes no tengo problema alguno.
—¡Qué cruel eres!
—Tal vez a largo plazo si lleguemos a ser buenos amigos, pero no te adelantes. Apenas y hemos colaborado juntos.
—Ok, ok, entonces ¿me dirás que te ocurre o no?
—Ocurre que todos olvidaron mi cumpleaños, ni siquiera mi tía Natasha me ha llamado, lo que me hace pensar que algo realmente grave debe de tenerlos a todos tan ocupados, tal vez debería reportarme con SHIELD...
—¡¿Hoy es tu cumpleaños?!, ¿por que no lo mencionaste antes?
—Porque sería raro, además no voy a andar divulgandole a cada persona que vea: "Hola, un gusto, ¿sabe que hoy es mi cumpleaños?"
—Qué falta de consideración la tuya, ¿ahora que te voy a regalar?
—Deadpool, no hace falta yo...
—¡Ya sé, vamos por unas hamburguesas! Te invitaría también unas chimichangas pero eso mejor lo dejo para otra ocasión.
No lo quería admitir pero realmente estaba hambriento. Ya había pasado mucho tiempo desde el almuerzo y su estómago exigía más comida.
Aún con sus trajes, se detuvieron en unos de esos restaurantes de comida rápida para ordenar sus hamburguesas. Era obvio que llamaban mucho la atención, fingió no darse cuenta pero un grupo de chicos sacaron un par de fotografías. Tendría que atenerse a las consecuencias de andar con Deadpool tarde o temprano. Sobre todo frente a sus padres, pero ya luego se angustiaría por eso.
Una vez que les entregaron su comida, regresaron a las alturas y tranquilidad de una construcción que parecía estar abandonada.
Peter se levantó sólo hasta la mitad del rostro la máscara para poder comer a gusto. Deadpool hizo lo mismo.
Nunca le había visto sin la máscara, y hasta ese entonces se preguntaba el por qué.
Notó distintas llagas y heridas en lo poco que sobresalía de su barbilla y mentón. Pensó que sería inoportuno hablar de eso, Wade estaba muy serio y callado, algo inusual en él.
—Está deliciosa, ¿qué hay de la tuya? —preguntó para romper el silencio.
—No está mal, demasiados pepinillos pero le doy un ocho.
—A mí me parece bien, gracias por eso.—bebió de su soda, haciendo ruido al sorber de la pajilla. —Aunque no lo creas, me hacía falta esto. Estar tanto tiempo solo no puede ser bueno.
—¿Qué tiene eso de malo?
—No digo que la soledad sea algo horrible, supongo que cada persona lidia con ella a su modo, en lo personal no me gusta.
—Te acostumbras con el tiempo, a mí siempre me ha sentado bien estar solo.
—¿Y entonces por qué me seguiste buscando?
El mercenario terminó su hamburguesa, mirando de reojo al adolescente. Si bien había decido acercarse al chico por sus propios motivos egoístas, no iba a decirle eso.
—No lo sé, sentí que eras el indicado para ayudarme. Creo que no me equivoqué.
Peter se alegró de escuchar aquello.
Su celular empezó a sonar. Era Clint.
—¿Sí?
—Amm... Creo que tienes que venir conmigo ahora, pasaré a recogerte, ¿en dónde estás?
—¿Qué sucede?, no he tenido noticias de mis padres en todo el día.
—Demonios Peter, no te lo voy a decir por teléfono, ¿me vas a decir dónde estás?
La garganta se le secó ante el tono tan frío de su tío.
—Te voy a mandar mi ubicación por mensaje, te espero aquí. —colgó.
Wade no le había quitado la vista de encima. A sus ojos, Peter se veía mal.
—¿Problemas?
—Lo más probable, tengo que irme.
—¿Puedo ayudar?
—No, no lo creo. Todo se resolverá. —
Dijo más para sí mismo que para su acompañante.
—Bueno, me retiro, también tengo que resolver mis propios asuntos.
Antes que se retirara Peter le agradeció sinceramente su gesto con la comida. Había sido la primera persona en felicitarlo en todo lo que iba del día. Así como el primero en tener un detalle con él.
—En parte me alegra que ya seas mayor de edad, tal vez en otra ocasión te envite a beber.
—No gracias, no tomo. —bajó su máscara. Debido a que Wade conservó la suya aún sin colocarla como era debido, se percató de la sonrisa burlesca que se había dibujado en su rostro.
—Eso podría cambiar, te veo luego Spidey.
Para cuando se desapareció de su vista, el auto de Clint recién se estacionada en un costado de la calle.
No se habían dirigido palabra alguna. Ambos iban en completo silencio. Peter nunca antes había experimentado un miedo tan terrorífico como el de esos momentos. Tenía la sensación de que en cualquier instante su corazón no aguantaría con la intriga.
¿Les había pasado algo a sus padres? La sola idea le helaba la sangre.
Clint conducía como loco, hasta llegó a pasarse varios semáforos.
Para su sorpresa llegaron a la Torre. Barton le indicó que le siguiera y así lo hizo.
Al estar en el piso de su hogar, los recibió una completa oscuridad.
—¿Jarvis?, ¿qué está pasando?, ¿sigues allí?
—Hubo unos imprevistos con el reactor ARC y todo el edifico está sin corriente eléctrica. —respondió en seguida.
—Eso no es posible... ¿tío Clint? —ya no se encontraba más a su lado.
A continuación quedó cegado por el repentino regreso de la luz. Cuando terminó de acostumbrarse, entonces lo comprendió todo.
—¡Sorpresa!
Todos estaban allí. Harry, sus padres, sus primos Wanda y Pietro, y todo el equipo de super héroes.
Le habían cubierto con esos típicos artefactos que lanzan papelitos y tiras coloridas por todo el cuerpo. Se libró a duras penas de todo ese desorden para terminar por sentarse en el suelo.
—¡Oh, hijo! —Steve corrió a abrazarlo ademas de ayudarle. —Quiero que sepas que nunca estuve de acuerdo con esto, no imagino todo lo que pasó por tu cabeza.
—No tienes idea.—le devolvió el abrazo, sintiéndose mejor.
—Mi muchacho. No puedo creer que ya estés cumpliendo dieciocho. —Tony, quien estaba usando un gorrito de fiestas, se lanzó para abrazarlo también.
—¡Me asustaron horrible! —les reprochó, llevándose una mano a su pobre corazón que seguía latiendole a mil por hora.
—Fue idea de Pietro, y bueno mía también, pero eso no importa ahora.—Tony lo tomó por lo hombros orgulloso.
Del otro lado del cuarto estaba el platinado, sonriendole ampliamente.
—Espero me perdones, Pet. Fui el único que tuvo las agallas para ir por ti sin llegar a parecer sospechoso. —Se excusó Clint.
—No, no la haré. —se cruzó de brazos pretendiendo indignación. —No perdonaré a ninguno de ustedes, no saben todo lo que tuve que pasar.
Harry corrió a abrazarlo.
—¡Peter perdóname, sabes que te quiero! Fui obligado, lo juro, ¿qué hubieras hecho tú si el sargento Barnes te amenazara con abrir la boca? ¡No tuve opción!
Por primera vez en el día, rió al escuchar a su mejor amigo.
—Veo que tu padre hablaba en serio con lo de los guardaespaldas. —le susurró, al ver a los dos gigantescos y temerarios hombres vestidos de traje que estaban distantes de todo el alboroto pero sin despegarle la mirada a su amigo.
—Sí, gracias por decir lo evidente...
—Lo siento por ti, Harry.
El mencionado, suspiró derrotado.
—Si mi padre supiera que mi mejor amigo es Spider-Man tal vez cambiaría de opinión.
—O por el contrario, nos podría separar, ya sabes, hay muchos riesgos en la vida de un super héroe.
—No lo había pensado así, igual sabes que no diré nada. Cambiando de tema, ¿hablabas en serio con lo de la profesora Ivonne?
—Oh sí, más te vale presentarte o ambos estaremos muertos.
Su conversación tuvo que ser pausada a causa de las felicitaciones de sus seres queridos.
Todo el amor y cariño que no había estado presente, ya no era un problema del que preocuparse más.
Natasha no paraba de abrazarlo, mientras soltaba sin pudor lágrima tras lágrima.
—Hace unos años eras tan pequeño...
Clint le contó que había estado muy sensible, posiblemente por su condición de embarazo.
—Tía Nat, me estás sofocado...
Sus padres le llamaron de nuevo, querían hablar con él en privado.
Encontrándose los tres en el taller de Tony, Steve asintió como señalandole a su esposo que prosiguiera.
—Una cosa sí es cierta en todo este lío de día, tu Pops y yo estuvimos realmente ocupados toda la mañana.
—¿De verdad?
—Sí, hijo. —Steve confirmó.—Verás, después de mucho dialogar, y pensarlo con mucho detenimiento, hemos tomado una decisión.
—Pero antes, déjame explicarte antes de anunciarte parte de tus obsequios de cumpleaños. —intervino Tony. —Peter, no es ninguna novedad pero es necesario aclarártelo, eres mi único hijo, el único heredero Stark, y como tal en un futuro deberás de asumir responsabilidades dentro de la compañía como legítimo dueño.
Peter comenzaba a sentirse aterrado y emocionado a la vez.
—Por lo tanto...—hizo una pausa para mostrarle unos documentos.—A partir del día de hoy, tienes acceso a la red de seguridad global de Industrias Stark, además de tener la capacidad de involucrarte en las decisiones de la compañía.
—¿Hablas en serio, ¿no es una broma?
—Jamás lo haría con algo de tal magnitud.
No le dio tiempo de nada más porque se lanzó a abrazarlo. El genio estaba tan orgullo de él, no sólo era un excelente hijo, Peter era todo un prodigio y digno representante de su legado, y pese aunque aún le faltaba mucho camino por recorrer, estaba completamente seguro que haría el mejor de los trabajos.
—Y aún falta la sorpresa de tu padre.
—Tony le animó a que escuchara.
El adolescente se volvió a incorporar, sintiendo que rompería a llorar en cualquier instante.
—Sabemos que eres joven, y que te falta entrenamiento, el cual irás adquiriendo con el tiempo. Yo me encargaré personalmente de eso.
El Capitán se acercó lo suficiente como para apoyar una mano en su hombro.
—Con la aprobación del equipo y por la autoridad que me corresponde, hijo, es para mí un honor entregarte hoy esto.
Peter casi se desmaya. Su padre le estaba haciendo entrega de su tarjeta de vengador.
Peter RS, alias Spider-Man.
Decía, acompañado de una foto de él con su traje.
—Desde este día, eres y serás considero como un vengador.
—Pero Pops, yo no he hecho nada excepcional, ni siquiera me he enfrentado a un desalmado villano o salvado la ciudad.
—¿Qué no lo has hecho?, lo haces cada día, cuando sales y combates el crimen organizado de Nueva York, con cada persona que ayudas, cada anciano, hombre, niño o mujer. Y sí, tal vez no te hayas encarado con un peligro de mayor escala, pero eso no quita el enorme corazón y compromiso que tienes por lo que haces.
Permaneció mudo, no encontraba las palabras correctas para expresar todo lo que sentía.
—Gracias Pops.—casi titubeó. —Yo, no sé cómo agradecerles...
—¿Comprendes el enorme deber y responsabilidad que te estamos confiriendo?— asintió ante las palabras de Steve.—Yo sé que serás razonable para ambas partes.—aseguró.
Peter los abrazó, rebosando de felicidad.
—No los defraudaré.
—Lo sabemos, hijo. —Tony le miró esperanzado.—Ahora será mejor que subamos, Clint y Loki estaban por disputar una reta de karaoke y no me lo pienso perder.
—Eso no va a terminar bien.—declaró Steve de tan sólo imaginárselo.
—No sabía que el tío Clint cantaba.
—Claro, hasta sacó un álbum, pero difícilmente lo encontrarás en internet, después te ayudo a buscarlo.
—Tony...
En la Torre se vivía una verdadera locura.
Sus padres tenían razón, el arquero cantaba bastante bien.
Aún no sabía cómo procesar todo lo que estaba pasando. Su día había dado un giro de 180 grados tanto que ni siquiera lo que le había ocurrido en la mañana podía arruinar su dicha.
Su familia le cantó el Feliz Cumpleaños, mientras él aguardaba para soplar las velas y pedir un deseo. ¿Qué más podía ansiar? Mirando a su alrededor, viendo a sus padres alegres y a todos los demás, sonrió conmovido. Ya lo tenía todo.
Justo le estaba platicando a Harry de las tragedias que vivió en la escuela cuando le vio llegar.
No daba crédito a lo que sus ojos veían. Matt estaba allí de pie junto al ascensor con un presente en una mano.
El hombre dudaba en si dar un paso más o aguardar en ese mismo lugar.
—Ve, no seas descortés.—Tony lo animó a ir con él.
—¿Tú lo invitaste?
—¿No querías que lo hiciera?
—No, no es eso papá, de hecho, te lo agradezco.
—Entonces ve con él, ¿qué esperas?—presionó, empujadole un poco.—Los Stark nunca somos malos anfitriones.
Levantándose de su lugar, fue acercándose con timidez hasta el hombre sin miedo.
—Hola, Matt.—lo saludó.
—Hola, Peter. —el abogado sonrió al escucharle. —Feliz cumpleaños, lamento mi retraso, estuve algo ocupado.
—Me lo imagino, no debiste molestarte. —No sólo lo decía porque seguramente un hombre con una profesión tan agotadora como la suya, debía tener demasiado trabajo, sino también refiriéndose al obsequio que sostenía.
—Hablaba en serio cuando dije que podías ver en mí a un amigo, así que si no te importa por eso estoy aquí.
Peter no se sentía en la capacidad de poder responder algo. Matt a pesar de no mirarle directamente, le ponía nervioso.
—Gracias, Matt.
—Traje esto para ti.—le extendió la caja perfectamente forrada. Se preguntaba si él la había decorado o había tenido ayuda para hacerlo.
—Wow, pesa.—admitió al tenerla entre sus manos. —¿Puedo abrirla para ver qué es?
Matt asintió, sonriéndole.
—Es tu regalo, Peter. Puedes hacer lo que desees con él.
De pronto sintió que sus mejillas se habían tornado del mismo rojo brillante de la armadura de su padre.
Sin poder aguantar más, decidió abrirlo. Fue cuidadoso al hacerlo, no quería que el esfuerzo de Matt fuera en vano.
Peter ahogó un grito en su garganta. Sus ojos se iluminaron al ver la cámara profesional. La lente, el color, el tamaño, todo en ella le encantaba.
—¡Es preciosa, Matt!, ¿cómo supiste? —ya no pudo ocultar su emoción.
—Bueno, me comentaste en la boda de Bruce que te encantaba la fotografía, no sabía si ya tenías una, pero igual decidí arriesgarme. ¿Te gusta? No sabía si sería de tu agrado.
—Por Dios, Matt, claro que la amé. Sin duda alguna ésta bonita y yo tomaremos muy buenas fotos. —la sacó de su empaque.
—Me alegra oír eso.
—Debió ser muy costosa.—recapacitó, sintiéndose mal por ser la causa de un gasto innecesario para Matt.
—No te preocupes por eso.
—De verdad que no sé que decir, Matt.
—No tienes que decir nada, sólo espero que le des un buen uso. Entonces habrá valido la pena.
Ya no le importó que toda su familia estuviera allí, ni siquiera lo que pensaría el mismísimo Daredevil. Simplemente lo hizo. Le propició un abrazo mostrándole su gratitud.
Cuando se apartó de su cercanía, fue blanco de un par de miradas en la habitación pero se escudo dándoles la espalda. Matt olía a café mezclado con un ligero toque de su colonia personal.
—Yo...
—Tal vez deberías guardarla.—recomendó el mayor, con una sonrisa.
—Sí, tienes razón eso haré, pero antes ven a unirte al festejo—No sintió que tuviera que pedir permiso, se tomó la libertad de tomar el brazo del abogado y lo guió hasta sala.
Matt, rápidamente se vio rodeado por los gemelos Maximoff.
—¿Cuántos años tienes?—le había preguntado el corredor.
—Treinta.
—Wow, ¿entonces eres el sugar daddy de mi primo?
—¡Pietro!
Si estuviera más cerca de él no dudaría en lastimarlo. Quería arrojarlo fuera de allí. Wanda viendo lo que pensaba el castaño, interfirió y se llevó a su hermano lejos.
La risa de Matt amortiguó la vergüenza que estaba sintiendo.
Un día de estos estaba seguro que se vendría vengando de su primo.
TONY
Aprovechó que Bruce se había distraído con la comida para hablar con su esposo, el Doctor Johnson.
—¿Me buscabas?, recibí tu mensaje en la mañana. —le otorgó un vaso de uno de sus licores preferidos, siendo bien recibido de inmediato.
—Sí, ya sabes, el mismo asunto de siempre. ¿Se han comunicado contigo?
—Sí.—Tony miró en dirección a su hijo. Se veía contento platicando con el tal Daredevil y Harry.
—¿Y qué les dijiste?
—Que lo conocerían pronto.
—¿Y eso es verdad o planeas engañarlos?
—No lo sé, Will... ¿Habría consecuencias?
—Tú sabes que sí, podrías meterte en problemas legales y entonces sí que necesitarías a mi buen amigo Matt.—miraron con discreción al abogado.
No hubo respuesta por parte suya, no quería llegar a tanto.
—Debes hablar esto con Steve, no puedes postergar más lo inevitable.
—Lo sé, en eso estoy de acuerdo.
El médico también miró hacia el joven arácnido.
—Recuerdo bien el día que fueron por él, y lo encantador que era. Es increíble cómo ha pasado el tiempo tan deprisa.
—¿De qué hablas?, mi hijo sigue siendo encantador. —presumió, fingiendo molestia.
Disculpándose con él, se dirigió a buscar a su rubio favorito. Seguiría su consejo.
Lo encontró hablando con Bucky.
—Amor, ¿puedes venir unos segundos?—lo llamó, poniendo la más encantadoras de sus sonrisas.
Steve fue con él, asintiendo.
—¿Pasa algo?
—Hablemos en otro lugar.
Su habitación fue el lugar indicado.
De no ser porque Steve conocía bien a su esposo, reconoció que estaba realmente alterado.
—Tony, me estás asustando. ¿Qué justifica tanta precaución?
—Son ellos Steve, quieren ver a Peter.—se sentó en la cama, siendo seguido por Rogers. Por su voz era capaz de descifrar todo su pánico.
—¿Desde cuándo lo sabes?
—Hace un par de semanas se comunicaron con el Doctor William, y también conmigo.
Steve permaneció callado. Ya sabía lo que significaba.
—Tony, teníamos que decirle tarde o temprano. Más ahora que nunca, él lo entenderá.
—De verdad eso espero, no quiero perderlo.
—No será así, ya verás que estaremos bien. Además, es normal que quieran conocerlo.
—Sabes bien que no me gusta compartir, tratándose de mi hijo es el mismo caso. —se cruzó de brazos, tenía miedo ante lo que podría venir.
—Pero no podemos hacer nada al respecto...—lo consoló, atrayendolo a sus brazos. —Hicimos un trato, nos toca cumplir con ello.
—No quiero cumplirlo.
—Oh, cariño, creo que no nos queda opción. Son sus tíos.
—Pero no lo haremos hoy, sólo no hoy.—sentenció, tranquilizándose con la caricias propiciadas por su Steve.
—Ok, como tú quieras. Pero se lo diremos mañana sin falta.
—Bien.
Sabía que como decía Steve, no tenían alternativa. Que una vez cumplida la mayoría de edad en su hijo, vendrían muchas cosas buenas, así como también situaciones agridulces.
Sólo le quedaba esperar que Peter lo entendiera.
¡Hola, amores!
Estoy de regreso después de este largo hiatus. Mil disculpas por la espera.
Amo tanto esta historia que no pienso abandonarla ni en lo más mínimo.
Ya saben que cualquier duda o aclaración pueden preguntarme lo que sea.
¡Gracias por leer!
¿Qué le deparará ahora la vida a nuestro Peter?
Mientras tanto...
Vídeo inédito que buscaron Tony y Peter después de la fiesta y que prueba que Clint puede cantar:
https://youtu.be/jL2DcWB994s
With all my love,
—Missmarvel17
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