Encuentros
STEVE
No podía creer que Coulson les había enviado a una escolta personal. Tres carros blindados, negros custodiaban el traslado del auto de la pareja a la Torre.
—¿No te parece algo exagerado?—preguntó refiriéndose a la guardia de autos que los seguían.
—Tal vez un poco.—rió Tony concentrándose en el tráfico de la ciudad.—Pero es Coulson, qué más podías esperar. —viró sus ojos.
Al fin y al cabo no podía recriminarle nada, era obvio que después de que ambos estuvieran a punto de morir, Coulson estaría mas alerta que nunca. Sobre todo por el Cap.
Los autos de S.H.I.E.L.D no se retiraron hasta que los vieron entrar en el enorme edificio.
Su entrada a la Torre, era un poco más privada. Tenían un acceso para autos y su propio elevador, que comunicaban con su piso.
Steve se ocupó en cargar el equipaje más pesado, dejándole a Tony lo más liviano.
—¿Sabes? Esto es denigrante, sé que no tengo súper fuerza pero por lo menos tengo la condición suficiente como para levantar mis valijas.—arremetió el castaño al ver como su esposo se llevaba casi todas las maletas.
—¿De qué condición hablas?—Steve lo miró conteniendo una risita.—No te paras en el gimnasio desde hace tanto, y ni hablar de cuando me acompañaste en mi caminata en las mañanas.
—¡Fueron como veinte cuadras!
—En realidad fueron cinco, Tony.
El menor hizo una cara de disgusto. Era cierto que había descuidado un poco su condición física, pero eso no significaba que no podría volver a recuperarla. Además, una parte de él ansiaba poder igualar un poco su ritmo con el de Steve.
—No digas más Steve, te enseñaré que aún puedo recobrar mi condición.
—Entonces quitaré las donas con glaseados de tu menú de comidas a partir de mañana.—dijo con una amplia sonrisa y siguió en su camino a el elevador. Le fue imposible no reírse ante la cara de arrepentimiento del millonario. Sabía que Tony no aguantaría ni una semana sin sus preciadas donas.
Por su parte, el castaño, resignado caminó detrás de él. ¿Qué haría sin sus exquisitas donas? No soportaría aquello.
Menuda sorpresa se encontraron al llegar a su piso y encontrar a todos los vengadores junto con Loki, Charles y Erik.
—¡Bienvenidos!—los recibió Natasha.
Tony y Steve se alegraron de ver a otra vez a sus amigos.
—Dejame ayudarte con esas maletas, Steve.—se ofreció el corpulento dios asgardiano al ver al rubio en aprietos.
—Gracias, Thor.
—¿Cómo les fue? ¿Les gustó París?
—Fue genial, Bruce, les enseñaremos las fotos en un rato. —respondió el castaño sin poder ocultar su entusiasmo.
—Un artista retrató a Tony. Le quedó increíble.—presumió Steve sacando el enorme marco.
Los demás lo contemplaron entre sonrisas.
—Erik también hay que ir a París.—el oji-azul zarandeó a su novio.—Me gustaría tener un cuadro como éste, pero de ti.
Erik, enternecido, abrazó por la cintura a el castaño.
—Algún día.—dijo con aire de promesa.
—Te ves más gordo.—observó Loki, refiriéndose a la pintura.
—¡Qué!—Tony lo miró con reproche.
—Yo creo que está bien.—Clint le echó un vistazo rápido y miró a su novia que asentía convencida.
—También nos pintó a los dos.—Steve mostró el segundo marco.
—¡Se ven hermosos!—exclamó la pelirroja.
Entre risas y críticas hacia los retratos terminaron por ayudarlos a instalarse.
—En un placer volver a verlos, Señor.—saludó Jarvis que había estado esperando el momento de hablar.
—¡Jarvis!, te extrañé, dime que tú también o me sentiré ofendido.—sonrió el millonario.
—Bueno, me sentía un poco solo.—respondió la IA.
—Es bueno volver a oírte, Jarvis.—dijo Steve.
—Gracias, Capitán.
—¿Por qué no se quedan esta noche a dormir?—propuso Tony.
Uno tras otro aceptó la invitación. Sobre todo Charles y Erik, que nunca se habían quedado.
Cenaron ahí mismo. Estaban muy a gusto como para abandonar la Torre.
Entre las actividades que mantuvieron el ambiente en la Torre se encontraron: Ver un maratón de películas, una ardua competencia entre Tony, Loki y Clint en un divertido y gracioso encuentro de karaoke, jugaron al twister, donde más de uno excepto Natasha, terminaron con alguna parte del cuerpo adolorida, y cerraron la velada con unos buenos tragos, propiciados por los mejores vinos de la reserva privada de Tony.
Para el final de la noche los súper héroes fueron siendo testigos de los efectos del cansancio.
Y así, respectivamente, fueron eligiendo sus habitaciones.
Cuando Steve entró a su recámara junto con Tony cayó rendido en el enorme colchón.
El moreno fue recostándose a su lado, aprovechando el descuido de su esposo, para retirar su playera y demás prendas. Encontrándose ya desnudo, se acostó por completo pegándose a Steve, haciendo que éste abriera los ojos de golpe, al sentir la calidez de aquel cuerpo.
A el Capitán se le desvió la vista hasta el formado y sobresaliente trasero del menor.
—T-tony.... No.—tragó saliva, alejándolo un poco.—Tenemos invitados.
—No nos escucharan.—sonrió con malicia, incitando a Steve a que le tocara.
—¿Estás seguro de eso?—enarcó las cejas con diversión.
—Bueno, al fin y al cabo son nuestros amigos.—se subió encima del rubio, comenzando a desabotonar su camisa.
—Eso no le quita que sea vergonzoso....
—¿¡Me vas a dejar con las ganas?!—recriminó sonrojado.
¿Qué voy a hacer contigo, Tony?
—Más te vale no gritar.—le dio un sorpresivo apretón en su trasero, haciéndolo gemir.
—Mmm.... No te prometo nada.
*************
CHARLES
Erik y Charles eran los únicos que tenían cara de no haber pegado un ojo en toda lo noche. Y eso era algo que ni ellos mismo entendían. Se dieron cuenta demasiado tarde que dormir al lado de la habitación de Steve y Tony, no fue su mejor opción.
Charles, por otra parte, no se explicaba porqué Loki, Thor, Bruce y la pareja de espías, se veían tan frescos como una lechuga.
—¿Por qué se ven tan agotados?—les pregunto Banner, refiriéndose hacia los mutantes.
—¿No escucharon a Steve y a Tony?—Erik los miró a todos incrédulo.
—Ohhh, ya entiendo.—rió Clint.—Creí que Charles lo sabría.
—¿Que yo sabría qué?—el telepata no entendía que quería decir el castaño.
—Creímos que sabrían que cuando se está junto a esos dos, es mejor traer unos buenos tapones para oídos.—volvió a reír.
—O audífonos, yo dormí con ellos toda la noche.—Loki se quitó el pequeño aparato de la oreja.
—¡¿Y cómo se supone que íbamos a saber algo así?! —el enojo de Erik era evidente.
Natasha los tranquilizó, argumentando que todos pensaron que Charles ya lo sabía.
—Oigan puedo leer mentes, pero no lo hago a cada instante en cada momento.—aclaró haciendo una mueca.
—Al menos ya saben que hacer para la próxima.—los animó Thor a lo que Erik y Charles susupiraron frustrados.
Qué mala suerte...
Dejando de lado el mal momento, se sentaron a desayunar.
Todos comían una especie de licuado de frutas acompañado de un pay de queso.
Wow, Clint cocina bien, debo preguntarle acerca de cómo hizo esto.—se dijo pensando en que a Erik le gustaría que de vez en cuando se lo prepara. Pues, por lo que había visto, el rubio se acabó todo en menos de lo que tardaron en servirle.
Sintió los pensamientos de otra persona ajena a sus amigos, venir subiendo por el elevador.
—Alguien viene subiendo.—comentó llevándose dos dedos a las sienes para ver con mayor claridad los pensamientos.
—Es Coulson.—Tony apareció, respondiendo. Bajó las escaleras y lo demás le miraron expectantes.
Loki frunció el ceño.
—¿Coulson?¿Y qué quiere?
—Bueno..., nos habló hace un rato, al parecer tiene que ver con Bucky.
—¿Quién es ese?—Erik, tan sutil como siempre, quiso saber.
—El mejor amigo de Steve, a quién lanzaste contra un muro recobrandole la memoria, el del brazo metálico.—le recordó su novio.
—Ah, claro.—sonrió de lado.
—¿Y Steve?—Bruce dejó sus platos en el lavavajillas y retomó su puesto en una de las sillas de la mesa.
—Se está cambiando, igual podrían acompañarnos, si quieren. Casi lo olvido, ¿Cómo pasaron la noche? —miró sobre todo a los mutantes.
—Pues, estuvo bien,—respondió Erik.—Pero pudo ser mejor si no hubiera sido porque alguien no dejaba de repetir: "¡Sí, Steve, más! ¡Hasta el fondo! ¡No pares! "
Tony se encogió de hombros, los presentes rieron y Charles se puso colorado por las palabras de su novio.
—Erik....
—Es la verdad, Charles, y lo sabes—se excusó cruzándose de brazos.
El agente de S.H.I.E.L.D y mano derecha de Nick Fury, llegó al piso interrumpiendo a Erik y a Tony en su discusión.
Los saludó a todos y de paso se dio a la tarea de buscar a Steve.
—¿Y el Capitán? Ya tenemos que irnos.—miraba su reloj a cada minuto.
—¿Tan urgente es?—preguntó Charles.
—Sí, el director Fury, necesita informarles sobre la situación del sargento Barnes.
—¿Qué pasa con él? —siguió Tony.
—Está un poco inestable, alterado. Quiere que lo dejemos en libertad de una vez, y nosotros estamos haciendo todo lo posible, dando argumentos a su favor, para que el gobierno lo deje de considerar como amenaza y pueda disfrutar de su merecida libertad. Pero como sabrán, no es nada fácil.
Pobre hombre...
Charles comprendía un poco por lo que pasaba el soldado de invierno. Tuvo la oportunidad de ver brevemente sus pensamientos cuando estuvieron en Alemania, y con eso le bastó para comprobar lo atormentado que estaba.
Steve por fin bajó y Coulson volvió a explicar la situación por la que se encontraba Bucky.
—Vayamos entonces.—dijo el rubio, en disposición de ayudar a su amigo.
El resto de los héroes, esperaría en la Torre.
Espero que todo se resuelva pronto.
BUCKY
Ya se había cansado de estar dando vueltas en la luminosa y blanca habitación, por lo que se sentó en una esquina de ésta. El cuarto en el que estaba era todo blanco, y con paredes acolchonadas cómo en las que dejan a las personas con algún tipo de desorden mental.
No tenía mucho que decir. Algunos de sus recuerdos, en su mayoría, habían vuelto después de aquel golpe.
Recordaba a Steve y a él jugando de niños, cuando entró al ejército, y sobre todo esa trágica escena del tren.
Más así como recordaba buenos momentos, también estaban aquellos que no lo eran. Fragmentos de muertes, asesinatos, y más sangre.
Su mente sufría por borrar todos aquellos pensamientos.
¿Y si el monstruo que hay dentro de mí vuelve a aparecer?—Se preguntaba a sí mismo, torturándose.
El miedo lo consumía, ni él mismo podía asegurar y garantizar que volvería a ser el de antes. Claramente, ya nunca sería el de antes.
El que un día fue un respetable y valiente sargento al servicio de su país, ahora era uno de los asesinos más buscados del mundo.
Fue mucha su sorpresa al despertar nuevamente como Bucky Barnes y no como el soldado de invierno.
Tardó en entender en que ya habían pasado más de setenta años desde que logró sobrevivir. Tiempo en el cual sirvió a HYDRA. Y todo gracias a que lo congelaron y aparte experimentaron con él, brindándole un nuevo brazo metálico.
Habían sido demasiadas emociones e inquietudes las que tuvo que experimentar en tan poco tiempo.
También se sorprendió y en parte se alivió al enterarse que Steve aún vivía. Sólo en él se sentía capaz de confiar, o al menos eso creía.
Sus manos estaban apresadas con unas esposas demasiados fuertes y anchas, lo que le hacía imposible librarse de ellas con facilidad.
Pensaba que, en cierta parte, era injusto de todos los crímenes que se le atribuían. Ya que él nunca estuvo consiente de lo que hacía.
Pero al fin de cuentas lo había hecho.
Mató a inocentes, y sus manos quedaron para siempre cubiertas con la sangre de todas sus víctimas. Eso sería algo que le dolería y que por más que quisiese olvidar, nunca podría.
Volvió al presente, al ver la puerta abrirse de poco en poco. Entró el mismo hombre de tez oscura que lo había ayudado a ubicarse en su nueva realidad.
La realidad de un asesino.—se repitió ya consumido por la tristeza.
—Tenemos buenas noticias.—habló Fury.
Bucky, desde su rincón, lo miró con sorpresa.
—¿Me dejaran ir?—saboreó aquellas palabras con tanta alegría.
—Sí, Barnes, oficialmente quedas en libertad.
Se levantó de inmediato y las lágrimas se le acumularon al borde de sus ojos al ver a su mejor amigo detrás de el hombre con el parche.
Steve...
Lo trasladaron a otro cuarto, donde le quitaron las esposas así como el pequeño chip rastreador que llevaba en uno de sus tobillos.
Vio que Steve venía acompañado de un hombre castaño, barba de candado y profundos ojos cafés claros. Pero lo que más le llamó la atención era que lo tenía agarrado de la mano.
Cuando estuvo libre de cualquier artefacto Steve y Tony se acercaron con él.
—Steve.—pronunció casi en un susurro.—En verdad eres tú.—hizo un intento por sonreír. Después de sentirse tan miserable al fin un pequeño rayo de felicidad se colaba por su vida.
El rubio le abrazó fuertemente y él correspondió débilmente.
—Lo siento, tanto, Buck.—su voz se oía dolida.
—Nada ha sido tu culpa.
—Pero si yo hubiera llegado a tiempo a salvarte....
—No importa, ya.—lo cortó.—No quiero seguir viviendo en el pasado.
—Te prometo que te voy a ayudar, ya lo verás, estarás bien de nuevo.—dijo esperanzado.
—No sé si eso sea posible, Steve.—Bucky miró al piso y después se le quedó viendo con extrañeza al moreno.
Ese rostro le resultaba familiar.
¿Es Howard?
—¿Howard? ¿Eres tú?
Tony tosió incómodo. No esperaba que lo fuera a confundir con su padre.
—Yo...
—Bucky, te presento a Tony Stark, es el hijo de Howard, y pues también mi esposo.—Steve se le adelantó a el millonario. Les sonrió a ambos y volvió a tomar la mano de el menor.
Barnes quedó impresionado por lo que acababa de escuchar y ver.
¡¿Mi mejor amigo se casó con un hombre?!
¿Y ese hombre es el hijo de nuestro viejo amigo Howard?
—Steve creo que su cerebro va a explotar, ya puedo distinguir el humo.—comentó Tony ante la confusión del castaño.
—¡Tony! Debes entenderlo.
Bucky se alegró de ver a su amigo tan feliz al lado de aquel hombre. Ese brillo con el que sus ojos resplandecían cuando le veía, fueron la señal aprobatoria que aseguraba que Steve amaba a el moreno.
Necesito un recuento de cómo pasó esto....
¡Perdonen mi tardanza!
(ToT)
No estuve inspirada, y añadan que la escuela no me ayudaba mucho que digamos.
Como sea, ¡Bucky regresó!
Tengo muchos planes con él y su futuro, los cuales no les diré porque soy malvada y porque más adelante lo verán. ┐( ̄ヮ ̄)┌
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Ahí encontraran la siguiente comunidad:
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Se las recomiendo 😉😍 yo ya entré.
¿Interesados?
Reportense con KarlozSchmidt.
¡Gracias por su paciente espera y seguir leyendo!
(╯3╰)
Atte: Missmarvel17💗❤
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