JiMin dejó lo que estaba haciendo en su habitación cuando empezó a oír voces en la casa. El lugar podía ser grande, pero gracias a lo silencioso que era, cualquier ruido era fácil de hacerse notar. Al llegar a la sala de estar, se encontró con Suni y su pareja, ambos se tardaron en darse cuenta de la presencia de JiMin ya que estaban muy concentrados en una llamada.

—Nosotros nos encargamos, tú concéntrate en tu junta, él está en buenas manos —dijo el alfa.

—De acuerdo, cuando salga me llaman —se escuchó por la otra línea, seguido del típico sonido de que la llamada había sido cortada.

Suni se levantó de su lugar, y se dio vuelta quedando de frente al menor, sin embargo, la mujer no lo había visto hasta que subió su mirada, sobresaltándose a la presencia de la que no se había dado cuenta.

—¡Oh!, por la diosa JiMin me asustaste —la mayor suspiro aún sobresaltada—. ¿Hace cuánto bajaste?, no te escuchamos.

—Lo siento, acabo de bajar —explico algo apenado, no esperaba asustar a la omega.

—Está bien, ¿estás listo para tu cita? —indago mientras se acercaba al rubio.

—Ah, sí, ¿cuándo llegará YoonGi hyung? —quiso saber al no ver al alfa.

Ambos mayores observaron con atención como los ojos de JiMin adoptan un extraño brillo al mencionar a YoonGi, era un detalle interesante.

—Él no podrá llevarte a la sesión, una junta importante se le atravesó —explicó HoSeok.

—Ou, entiendo, pero...me comentó ayer sobre una salida que tendríamos después de la sesión, ¿saben si vamos a poder ir? —el menor intentó esconder su desánimo, realmente quería pasar más tiempo con el alfa, se sentía muy cómodo y a salvo con él, le gustaba ese sentimiento.

Suni hizo lo posible por no tener una reacción evidente ante la decepción que había plasmada en aquellos bonitos ojos mieles. Primero YoonGi parecía realmente molesto al no poder llevar al omega a su sesión y ahora JiMin se veía afectado porque la salida de él y el pelicobrizo no se hiciera, ¿qué estaba sucediendo entre esos dos?, realmente estaba curiosa, de algo no se estaban dando cuenta.

—Nos dijo que hará lo posible por terminar pronto, posiblemente poco después de tu sesión él te recoja para su salida —le dijo Suni sonriéndole con calidez queriendo que aquella expresión cambiara por una más animada.

Luego de eso, los tres tomaron sus cosas y salieron de camino a la ciudad.

JiMin se mantuvo en silencio sobre la primera parte del camino, así que los mayores al notarlo decidieron empezar una conversación con él, buscando de esa forma conocerlo mejor. Le hicieron un par de preguntas para poco a poco iniciar una conversación amena entre los tres. JiMin también se dejó ser curioso, así que también indago un poco sobre la historia de la pareja.

Ambos le comentaron que se habían conocido en el laboratorio del clan, ambos no se llevaron muy bien al principio, ya que compartían formas de llevar el laboratorio, totalmente diferentes, ambos querían liderar, y hacer las cosas a su manera. HoSeok siempre fue atrevido al retar a Suni, aun cuando ella es mayor que él. Al final una inevitable química comenzó a formarse entre ellos, y sin darse cuenta, ambos terminaron cediendo al otro gracias a que Suni una noche entre muchas copas terminó por confesarse.

—Lo sé —dijo algo avergonzada la mujer—. Fue muy difícil para mí aceptarlo al día siguiente, pero al final lo hice y aquí estamos, arreglamos nuestros desacuerdos y bueno, ahora estamos esperando a nuestro primer hijo —sonrió con ternura la omega, mientras HoSeok la miraba tan lleno de amor, que logró que el corazón de JiMin se apretujaba enternecido.

Tiempo después, llegaron al conocido edificio. Estuvieron en la sala de espera un corto tiempo, hasta que JiMin fue llamado. El menor avanzó con la enfermera hasta quedar frente al consultorio de Mi-yeon. La mujer no tardó en abrir la puerta luego de que tocara.

—Hola JiMin —le saludo con una bonita sonrisa la mujer.

—Buenos días doctora Cho —JiMin hizo una ligera venía para luego entrar.

Estando ambos sentados, Mi-yeon habló.

—Bien, cómo ha ido tu semana, ¿intentaste entrar a la cocina?

—Si, pero me arriesgué al intentar hornear...

—¿No salió bien? —indago, JiMin negó como respuesta—. ¿Qué sucedió?

—Tenía todo lo necesario, pero...de un momento a otro, lo que era un recuerdo, se convirtió, en un reclamo, lo sentí de esa forma, como si estuviera traicionando a Sunmi...terminé sintiéndome tan mal que hice un desastre en la cocina.

—¿Intentaste algo más después del incidente?

—Si, YoonGi hyung me dijo que intentará cocinar, algo que hacía comúnmente, y funcionó, logré cocinar —contó con una ligera sonrisa, recordando la sonrisa de orgullo que le había regalado esa tarde el mayor.

—¿Y cómo te sentiste al cocinar?

—Bueno, me sentí bien...disfruté cocinar por mi cuenta, fue extraño —confesó.

—Entiendo, sin embargo, es bueno disfrutar de tu propia compañía, en esta vida, siempre seremos nosotros mismos los que estaremos al final para darnos ánimos, solo nosotros sabemos por lo que pasamos y las luchas que llegamos a vivir, nuestra mejor compañia siempre será la nuestra —le sonrió con calidez—. Vamos a trabajar también en eso, ¿de acuerdo?

JiMin asintió de acuerdo.

«Nosotros mismos somos nuestro único héroe», las palabras de su madre resonaron en su cabeza, reforzando el valor de lo dicho por Mi-yeon.

Tiempo más tarde, la sesión dio por finalizada, así que JiMin se despidió y se dirigió a la sala de espera, donde espero a HoSeok y Suni quienes se habían acercado a la mujer. La psicóloga les dio a entender que, por orden de Min, los avances en detalle se le serían enviados directamente a él. Ambos comprendieron, pero tampoco evitó que los dejara un poco desconcertados. Tenían que hablar con YoonGi más tarde.

Luego de despedirse, los mayores volvieron con JiMin.

—¿YoonGi hyung podrá venir? —preguntó el rubio en cuanto la pareja estuvo frente a ellos.

—Si, nos avisó que llegará en unos veinte minutos, ¿mientras lo esperamos nos sentamos un rato en el parque de aquí cerca? —dijo Suni.

JiMin y HoSeok asintieron de acuerdo.

Saliendo del edificio, los tres se dirigieron al parque que estaba cerca. Caminaron un poco hasta llegar a una banca bajo un árbol con una gran sombra, tomando asiento en esta. JiMin observó a su alrededor, encontrándose con parejas, familias y hasta personas simplemente paseando a sus mascotas o caminando, cada uno en su propio mundo. Volteando hacia la pareja que estaba con él, vio como estos hablaban entre ellos mientras acariciaban con cariño el vientre de la omega. Si, serían grandes padres, y ese bebito que vendría al mundo sería muy feliz, aquellas miradas de anheló no mentían.

JiMin volvió su mirada hacia enfrente, divisando a cierto alfa acercarse. Entonces, cómo una reacción a la que empezaba acostumbrarse, su corazón se aceleró y su mirada no se despegó del mayor hasta que estuvo frente a ellos.

—Umh, creo que aquí es donde nos despedimos —anunció HoSeok levantándose de la banca.

—Por cierto, gracias por traerlo —YoonGi les agradeció con una ligera sonrisa.

—No es nada, JiMin se está ganando un lugar en nuestras vidas, es lo mínimo que podemos hacer —Suni le sonrió, acercándose después a dejarle un suave beso en la frente—. Nos vemos JiMin-ah.

JiMin solo pudo asentir con sus mejillas sonrojadas y corazón apretado «se está ganando un lugar en nuestras vidas», ¿en verdad se estaba volviendo especial para ellos? ...él realmente no creía que fuera posible, pero la sinceridad en las palabras de la mujer lo habían tocado mucho. Se mantuvo un par de segundos perdido en sus pensamientos, intentando calmar su cabeza y las miles de ilusiones que iniciaban a formarse, debía bajarse un poco de su nube.

—JiMin, vamos, tenemos un par de cosas que hacer —hablo YoonGi, captando la atención del omega al instante, quien se levantó de su lugar y avanzó junto con el mayor.

Tiempo después, ambos se encontraban en un centro comercial. JiMin no estaba seguro de que hacían ahí, simplemente seguía al mayor, deteniéndose poco después en una tienda de ropa, el omega aún no comprendía nada. YoonGi se volteó hacía él y se acercó quedando tras él, posicionando una de sus manos sobre el hombro de JiMin. El rubio hizo hasta lo imposible por ignorar la corriente eléctrica que lo recorrió ante el contacto del alfa.

—No me molesta prestarte ropa mía que tengo de sobra, pero aun así quiero que tengas tu propia ropa que sea a tu talla y escogida por ti, ¿de acuerdo? —Min hizo contacto visual con el más bajo quien se sonrojo ante aquella mirada felina que tenía el hombre.

YoonGi sonrió para sus adentros al ver la tierna timidez del menor.

—Pero...eso significa que gastaras dinero en mí, no lo veo correcto hyung —puchereo algo cabizbajo.

El alfa se quedó mirando aquellos labios abultados más tiempo a lo debido que no respondió hasta que su cabeza decidió volver a la realidad. No debió distraerse tan fácil con un gesto tan sencillo y...lleno de ternura por parte del menor. Negando hacia sus adentros, volvió su atención al pequeño rubio frente suyo.

—Jiminie, gastar dinero es de mis últimas preocupaciones, ahora lo único importante es organizar tu guardarropa, ¿bien? —dio un rápido asentimiento, para luego empujar al menor hacía la tienda.

«Jiminie», el omega jamás creyó que un diminutivo le gustaría tanto.

Al principio a JiMin le costó mucho escoger algo sin sentirse mal, pero poco a poco gracias al pelicobrizo y su constante insistencia empezó a escoger con más confianza, sin embargo, tendía a ignorar las prendas que para él eran demasiado costosas, aun si le gustaban, las dejaba de lado ya que no quería aprovecharse del mayor, pero este no era ciego y lograba darse cuenta de las prendas que JiMin dejaba apropósito, tomándolas él para llevarlas con las demás.

Poco después de escoger lo necesario en la tienda, JiMin se dirigió al probador para medirse lo que a simple vista no sabría si le quedaría. Terminando de probarse toda la que había escogido, por fin noto las prendas que había dejado de lado anteriormente, así que decidió tomarlas y salir del probador para encontrarse con el alfa.

—Hyung... —le hablo, captando la atención al instante del mencionado—. ¿Cómo llegó esta ropa a la que me probé?, creí haberla dejado.

—Lo note, pero también note que esto —tomó un muy bonito suéter de lana beige—, te gusto mucho, si es por el precio te repito que no es problema, así que pruébatelo para ir a pagar esto y seguir con lo que falta, ¿bien? —YoonGi no espero a que respondiera y regreso al omega al vestidor.

Tiempo después ambos se encontraban saliendo de la primera tienda. Recorrieron un par más de ropa, tanto de vestir como interior, para seguir con los zapatos. Vieron varios pares, entre tenis, zapatos para salir, así como más informales, cuando tuvieron los pares del número de calzado de JiMin, el rubio se los probo, estuvo a punto de dar su punto bueno cuando los sintió cómodos, sin embargo, Min se hinco frente a él y tomó su pie poniéndolo sobre su rodilla.

Sus abultadas mejillas se calentaron y su corazón se aceleró. Esa simple acción logró que todo a su alrededor llegara a desestabilizarse, su lobo y cuerpo reaccionando al instante. Había algo creándose en su pecho poco a poco, algo que no entendía...o tal vez sí y solo no quería aceptarlo.

—¿Te molesta algo? —preguntó el mayor mirándolo a los ojos, JiMin simplemente pudo negar con su cabeza—. De acuerdo.

El omega esperaba que el alfa se parará y él siguiera con el resto de los zapatos, pero grande fue su sorpresa al ver cómo el hombre le quitaba el calzado y le pedía el siguiente a la chica que los estaba atendiendo. Entonces, con delicadeza, Min le puso el zapato, y le preguntó de nuevo sobre la comodidad de este. El menor creía que todo era irreal, que ese trato tan delicado fuera mentira. YoonGi lo estaba haciendo sentir especial...y no sabía porque lo hacía, ni tampoco las intenciones del alfa.

Estaba algo perdido y con muchas dudas, las cuales no se atrevió a expresar.

Terminando en esa tienda, decidieron ir por una bebida. Llegaron a un Starbucks y pidieron cada uno a su gusto, YoonGi un ice americano y JiMin un caramel frappuccino. Gustos totalmente opuestos.

Saliendo, caminaron un rato, ambos comentaron cosas al azar, disfrutando de la compañía del otro. JiMin tenía su mirada en sus pies, jugando un poco mientras tomaba de su bebida, se encontraba tan perdido en su mundo que no noto al gran alfa que estuvo a nada de arrollarlo, situación que logró evitarse gracias a Min, quien con su brazo izquierdo rodeo la cintura del omega y, le pegó a él para evitar el accidente.

El menor quedó lo suficiente pegado al cuerpo del mayor para lograr sentir el aroma del alfa en todo su esplendor, como consecuencia su lobo se revolcó feliz y entusiasmado. Ante la posición en la que se encontraban, YoonGi abrazándolo por la cintura y su aroma cerca suyo lo hizo sentir cómodo y totalmente a salvo.

Y así fue como el pelicobrizo se encontró a sí mismo mirando de forma amenazante al hombre que estuvo a nada de tirar a JiMin, con su brazo manteniendo apegado al menor contra sí, queriendo mantener una posición de protección. Tanto su lobo como él, se habían sentido amenazados, que alguien de su manada estuvo en peligro, ¿era acaso posible que su lobo haya acogido tan rápido a JiMin como parte de su familia?, se sentía impresionado y algo confuso, pero para nada disgustado.

En realidad, sentía una extraña felicidad.

Ambos se separaron poco después, ignorando por completo el hormigueo en sus cuerpos y sus corazones acelerados.

—Necesito comprar un par de cosas, de ahí podemos ir a comer o a terminar lo que falta, ¿qué te gustaría hacer antes? —indagó YoonGi, mientras retomaban su camino.

—¿Qué es lo que falta por hacer?

—Quiero que pasemos a tu apartamento para que tomes las cosas importantes que tengas, y bueno, creo que hoy te lo comento Mi-yeon, que es que inicies de nuevo en una nueva universidad, en estos casos poder tener un nuevo comienzo puede hacerte bien, ¿estás de acuerdo con eso?

JiMin lo había hablado con la doctora esa tarde, volver a iniciar para poder cerrar ciclos y seguir adelante, ayudaba mucho a aclarar la mente, podría ser algo positivo. Sin pensárselo mucho, aceptó, así que mientras caminaban, YoonGi le habló sobre las universidades que tenían la carrera de repostería y le explicó un poco sus planes de estudio para que así tuviera una idea más clara de una. El menor se sintió conmovido al ver que el mayor se había dado el tiempo de ver las opciones, así a la hora de que le tocara escoger sería más fácil. Estaba agradecido por eso.

YoonGi entró a una tienda de electrónicos, le explico al menor que se tardaría un poco, así que le pidió que se quedara sentado en una de las bancas cerca, JiMin no se negó y tomó asiento, notando por primera vez al guardia que había estado ese tiempo con ellos. La seguridad, ante todo, pensó el rubio.

Estuvo jugando con su teléfono hasta que una voz femenina lo hizo subir su mirada, al hacerlo un sentimiento amargo se formó en su pecho. De todas las personas en el mundo tenía que encontrarse con ellas, Karina y Giselle. Ambas chicas habían sido un dolor de cabeza tanto para él como para Sunmi, siempre las ignoraban y no les tomaban importancia a las estupideces que salían de sus bocas, pero ahora sabía que su estabilidad emocional no estaba aún lo suficiente estable para aguantarlas.

—Pero mira nada más, luego de que nos enteramos de lo de Sunmi, no esperábamos verte tan pronto —comento Karina, una chica delgada de marcadas facciones y cabello largo lacio negro, siempre con su estilo y aura elegante.

—Es triste lo que le paso, pero bueno, tampoco es que me importe mucho —comentó Giselle, quien era castaña con rostro un poco más redondo y suave—. Aunque JiMin, parece que las estás pasando bien ¿no?, digo, te vimos con un alfa que se ve de billete y con muchas bolsas de compras, ¿decidiste olvidar tu pena revolcándote con un hombre?, que bajó~ —sonrió maliciosa.

—Bueno, no me sorprende, sabes cómo atraer a los alfas como miel a las abejas, ¿verdad?, se ha de estar divirtiendo contigo —Karina soltó una risita, llena de burla.

JiMin simplemente tenía su cabeza baja, no tenía fuerzas para defenderse, ni mucho menos para pelear, ¿su confianza se había desvanecido tanto que palabras falsas lo estaban afectando?, realmente estaba jodido y eso lo estaba matando por dentro, había aprendido a jamás dejarse pisotear, y eso es justo lo que estaba dejando que sucediera.

Las chicas estuvieron a punto de seguir hablando cuando el guardia se puso en medio junto a YoonGi, las chicas se sorprendieron al ver la mirada oscura que estaban recibiendo, logrando que su lado sumiso como omegas se hiciera relucir encogiéndose nerviosas.

—Váyanse —dijo tosco.

Las omegas salieron casi corriendo en cuanto la orden fue dada.

Min se volteó, agachándose frente al menor, quien tenía su cabeza gacha, entonces escucho como JiMin sorbió su nariz, clara señal de que estaba llorando.

—Soy un cobarde...

—No lo eres —el alfa tomó las manos del rubio, con las que estaba tapando su rostro, logrando ver las mejillas mojadas. Su pecho se apretó—. Estas pasando por mucho, y todos los días estás luchando por mejorar y no es fácil, si te afectaron sus palabras es porque aún estás frágil, pero eso no significa que será así siempre, poco a poco empezaras a fortalecerte y veras que ese tipo de palabras no te afectarán más, no eres un cobarde, simplemente estás en un proceso de sanación que conlleva mucho, estarás bien, esto solo será momentáneo, lo prometo —YoonGi le dirigió una suave sonrisa cuando aquellos ojitos mieles se toparon con los suyos.

Min sintió como su pecho se calentó al ver un poco de brillo en esos ojos apagados. JiMin iba a lograrlo, confiaba en que el omega saldría de esa, y él estará ahí para apoyarlo. Tal vez esa promesa que le hizo a Sunmi comenzaba a convertirse en una personal, aun si no sabía de donde había nacido ese sentimiento.

Luego de que JiMin se calmó, ambos tomaron camino al estacionamiento.

Primero se dirigieron al departamento del menor, donde tomó fotos y algunos objetos con un significado sentimental que tenían para él, cosas como fotografías de sus padres, abuela y Sunmi y regalos que estos mismos le habían dado. Sin embargo, ese momento no fue tan tranquilo como esperaban, JiMin había tenido un pequeño quiebre al ver las fotografías.

YoonGi se encargó simplemente de abrazarlo. Mi-yeon le había explicado que iba a ver momentos así, especialmente si el menor veía cosas relacionadas a aquellas personas. Supo que serían un poco constantes al principio, y que lo mejor era dejarlo que se desahogará, que llorara todo lo que tuviera que llorar hasta que cuando vuelva a ver aquellos recuerdos, ese llanto se convierta en sonrisas y un pequeño sentimiento de nostalgia.

Todo era un proceso.

Más tarde, pasaron a la universidad que había estado como segunda opción para JiMin cuando tuvo que escoger donde estudiaría, revisó de nuevo el plan de estudios, viendo que seguía como cuando lo vio por primera vez, aunque tenía un par de cosas nuevas que le gustaron mucho. El alfa le había dado buenas opciones anteriormente, sin embargo, esa universidad ya había captado su atención antes.

—¿Estás seguro? —preguntó YoonGi solo para estar seguro de que la decisión del rubio era la correcta.

—Si, no por nada me costó escoger entre esta y en la estaba, es perfecta y tiene lo que busco —JiMin asintió con una suave sonrisa de labios en su rostro. Una verdadera sonrisa luego de tanto.

YoonGi había quedado encantado. A pesar de que no era una sonrisa completa, logró ver como los ojos de JiMin se achicaron un poco. Esperaba pronto poder apreciar una gran y completa sonrisa llena de felicidad en el omega.

Esa tarde, había pasado mucho, y posiblemente, ambos habían comenzado a crear sentimientos hacía el otro sin darse cuenta. O simplemente querían ignorarlos ante la fuerza de la verdad.

Aún había mucho que debían descubrir del otro.

he aparecido, jeje
han sido días pesados, pero aquí
les traigo capitulo nuevo :))

cómo vieron, aquí nuestros niños
se acercaron más y sinceramente
ame mucho las interacciones de este
capitulo, espero que ustedes igual <3.

prepárense que se vienen cositas 🤭.

pd. ¡no olviden hacerle stream a D-DAY!
(quedé loca, es una joya de álbum).

se les quiere <3
mena.