009.
La fiesta continuó hasta altas horas de la noche, y aunque Jungkook intentaba distraerse, no podía dejar de pensar en lo que Taehyung había dicho. Cada vez que lo miraba, sentía que algo había cambiado entre ellos, aunque no sabía qué.
Por otro lado, Taehyung también estaba lidiando con sus propios pensamientos. Había hablado sin pensar, y ahora temía haber cruzado una línea.
Cuando la fiesta comenzó a apagarse, Karina ofreció que quienes no quisieran regresar a casa podían quedarse en la sala o en las habitaciones de huéspedes.
—¿Nos quedamos? —preguntó Jungkook, mirando a Taehyung mientras se quitaba el abrigo.
—Claro. Es tarde para regresar.
Lisa, Chanyeol y algunos otros amigos también decidieron quedarse, llenando la sala con colchones y cobijas improvisadas.
—¡Ok, a dormir! —dijo Karina con una sonrisa.
La sala quedó en penumbra, solo iluminada por la luz tenue de una lámpara de pie. Jungkook y Taehyung compartían un espacio en una esquina, rodeados por los demás.
Ya acostados, Jungkook rompió el silencio en un susurro.
—¿Estás despierto?
—Sí. ¿Qué pasa?
—Nada, solo... gracias por lo de hoy.
—¿Lo de hoy?
—Cuando me sacaste de esa situación con Jiwoo. Fue raro, pero... no sé, me sentí aliviado.
Taehyung sonrió en la oscuridad.
—No tienes que agradecerme. Siempre te voy a cuidar, Kook.
Jungkook se giró hacia él, sus rostros ahora a solo unos centímetros de distancia.
—¿Por qué haces todo esto por mí?
Taehyung se quedó en silencio por un momento, buscando las palabras correctas.
—Porque eres mi mejor amigo.
—¿Solo eso? —preguntó Jungkook, con un leve tono de duda en su voz.
Taehyung sintió cómo su corazón se aceleraba, pero antes de que pudiera responder, Lisa se movió ruidosamente a su lado.
—¿Pueden callarse? Algunos intentamos dormir.
Ambos se rieron suavemente, rompiendo la tensión del momento.
A la mañana siguiente, la luz del sol se filtraba a través de las ventanas, despertando a todos poco a poco. Jungkook fue el primero en levantarse, seguido por Taehyung.
—¿Quieres desayunar? —preguntó Taehyung, estirándose.
—Sí, pero primero necesito café.
Se dirigieron juntos a la cocina, donde Karina ya estaba preparando algo.
—Buenos días, chicos. ¿Cómo durmieron?
—Bien. —respondieron al unísono.
Karina les sirvió café y se unió a ellos en la mesa.
—Oigan, por cierto... anoche estaban susurrando mucho. ¿De qué hablaban?
—Nada importante. —respondió Jungkook rápidamente, aunque su rostro se puso rojo.
Karina levantó una ceja, pero decidió no insistir.
Más tarde, mientras caminaban de regreso a casa, Jungkook rompió el silencio.
—¿Tae?
—¿Sí?
—¿Alguna vez has pensado que... lo que tenemos es diferente?
Taehyung se detuvo, sorprendido por la pregunta.
—¿Diferente cómo?
—No sé. Es solo que, a veces, siento que eres más que un amigo para mí.
Las palabras de Jungkook colgaron en el aire, y Taehyung no supo qué decir. Por un momento, ambos se quedaron en silencio, el ruido del tráfico llenando el vacío entre ellos.
—Jungkook...
—Olvídalo. Fue una tontería. —Jungkook apuró el paso, sin darle tiempo a Taehyung de responder.
Taehyung lo observó alejarse, con el corazón latiendo rápido.
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