
28.¿Vale la pena la venganza?
Los nudillos de la japonesa impactaron con fuerza la madera haciendo temblar los platos de la mesa, sintiéndose frustrada. Estaba intentando convencer a su equipo por tercera vez de que unieran fuerzas y lo intentaran.
Quería que la banda que asesinó a su hermana sufriera el triple de lo que su equipo y sobretodo amigas del alma estaban sufriendo.
—No habéis visto lo que acaba de pasar, como líder os lo prohíbo. Aquí no hay democracia.
—Es lo mejor Sana —apoyó Dahyun.—Tema zanjado.
—Ya es suficiente —asintió Jeongyeon —Chaeyoung y Tzuyu han conseguido por fin quedarse dormidas.
—No paran de tener pesadillas —concordó Momo mirando a su mejor amiga.
—¿Ellas tambien? —cuestionó Nayeon en voz alta.
Siendo ésta la primera vez que hablaba dentro de la discusión.
Usualmente, Nayeon era quien insistía y no callaba. Sin embargo, había estado más decaída y apenas decía algo a lo largo del día.
Daba paseos largos que más bien lo usaba para comunicarse con Jennie e informarse de lo que se le venía encima.
Con o sin el apoyo de su equipo lo haría. Ella podía hacerlo.
—Creía que éramos un equipo —se levantó Sana dejando a todas sin palabras.
—Buenas noches a ti también —fue la única en responder Momo.—Estará bien, ahora mismo esta más enfadada que triste
Las chicas confiando en las palabras de Momo continuaron su estancia en la sala de estar por unos minutos más hasta que el sueño las atacó.
Poco a poco se fueron marchando hasta dejar solamente a Momo y Nayeon.
—Conmigo puedes dejar de hacerte la fuerte —tomó su mano Hirai.
—De qué hablas Momo —negó rápidamente.
—Sé que tratas de ocultar tus sentimientos para no preocupar a las demás —Molo abrió sus brazos y le sonrió —Tu secreto estará aguardo conmigo, ni a Sana le contaré que has llorado.
El labio de Nayeon tembló y aceptó el abrazo aferrándose con fuerza a la anatomía de Momo.
Tuvo que cerrar los ojos un momento y aspirar profundamente, sintiendo una sensación conocida por el tipo de brazos fuertes que la tenían sujeta rodeándola. Se sentía casi igual.
Eso era. Solo tenía que cerrar los ojos por un instante.
—Te quiero...—masculló Nayeon apretando aún más.
Momo acarició con cariño el cabello de Im y sobó su cabeza unos minutos sintiendo como el llanto disminuía con el paso del tiempo.
De un momento a otro la coreana se separó y miró con algunas lágrimas aún deslizándose por sus mejillas a la japonesa que se mantenía en silencio y atenta a sus movimientos.
—¿Mejor? —le preguntó acercando su pulgar para limpiar las dichosas lagrimas.
Momo iba a apartar su mano, cuando Nayeon negó con la cabeza y la tomó para después inclinarse lentamente mientras cerraba los ojos.
La japonesa mayor tragó saliva y miró hacia otro lado debatiendo consigo misma por unas milésimas de segundo.
—No lo hagas...—la tomó Hirai por los hombros deteniéndola. —No es justo ni para Mina ni para ti.
—Momo, yo...
—¡No estoy diciendo que no quiera besarte! Ósea tampoco digo que sí, eres guapa, tu sonrisa también y eres,eres...¡ah no sé cómo explicarlo! —se tensó la extranjera mientras sus mejillas se teñían de rojo —¡Lo siento!
—No, no yo lo siento. Creo que me voy a dormir —se levantó queriendo verse madura y dejando a Momo gritando al cojín.
Le dio una sonrisa coqueta antes de ir a su habitación, no obstante en cuanto llegó se dio una bofetada mirándose en el espejo.
—¿En que estaba pensando? ¡Qué vergüenza! —chilló haciendo una pataleta.
Pataleta interrumpida por los numerosos mensajes que llegaban a su teléfono, que no dejaba de vibrar.
—Será Jennie —dijo con cierto fastidio.
Ahora que se comunicaba más con las cuatro chicas no le caían tan mal. Jennie era completamente otra persona fuera del mundo del espionaje.
Era muy dulce y cariñosa con sus compañeras.
Lo mismo le pasó con Irene, líder del grupo de cinco de la SM. Era graciosa y algo timida al principio, pero eran demasiado ruidosas esas cinco.
Era cierto aquello de que las apariencias engañaban.
Aunque por muy bien que se estuvieran llevando tenía que seguir con la mentalidad de que eran sus rivales. Esa "venganza" sería solo una excepción.
Se moría de ganas de enfrentarse en una situación contra alguna de ellas y ver quien ganaba.
"Pues yo podría" pensó Nayeon egocéntricamente para ver los mensajes.
—¿El señor Yang?
Le pareció curioso el hecho de que le hubiera mandado un mensaje simple, pero confuso "ánimo"
¿No se lo había dicho ya lo suficiente a su grupo?
👄👄
Espero a que todas estuvieran profundamente dormidas para tomar las cosas necesarias, salió de la habitación en completo silencio sin remordimiento alguno.
Sana camino preparándose mentalmente de lo que iba a hacer, siempre había teñido ciertas reglas dentro de su moral, pero nunca perdonaría a los asesinos de su hermana.
Iba a incumplir las normas y ya poco le importaba.
Estaba a cinco minutos de la entrada cuando sintió una presencia a su espalda, si no hubiera prestado suficiente atención no sabría que la venían siguiendo desde hacía un buen tiempo.
Esa persona debía de ser muy buena como espía.
—No puedes ir Sana —Momo llamó aproximándose.
—¿Por qué no? Tomare venganza por mi propia mano.
—Mina no haría lo mismo, piensa en lo arriesgado que es...no estás recuperada del todo.
—Ya he tomado una decisión y no hay vuelta atrás.
Iba a continuar caminando cuando Hirai se adelantó cortándole el paso.
—Sí que hay vuelta atrás, solo tienes que girarte, imbecil ¿tengo que devolverte la razón a golpes?
Al finalizar la frase Hirai avanzó lanzando una patada que fue bloqueada por Minatozaki.
—Momo...no podemos pelear y menos como tienes la mano.
—Tengo dos. No tengo miedo.
—Entonces no tengo opción, eres una cabezota —suspiró Sana para luego sonreí sarcásticamente —siempre me he preguntado cuál de las dos es mejor, Momorin.
—Aunque seas mi mejor amiga, no seré amable, Sana-chan.
Tras decir esto, fue la japonesa menor quien atacó primero intentando derribar a su mejor amiga con una patada directa a la pierna.
Pero Momo no caería tan fácil y antes de que la patada llegara, soltó otra contraatacando.
La cosa no sería fácil y Sana lo sabía, así que debía de hacer uso de su velocidad para lograr al menos hacerle una llave.
Sana sería más veloz, pero Momo podía anticipar todos y cada uno de sus movimientos, bloqueando o haciendo lo posible para hacerlo.
De un momento a otro la pelea se había tornado de un combate de escapar o esquivar golpes a darse puños directamente.
Iban tan rapido los golpes de ambas que se estaban empezando a marear.
Minatozaki había notado como Momo hacía uso solo de una mano para lanzar sus ataques así que se aprovecharía de ello para dar el golpe definitivo.
—Ya casi te tengo —alcanzó a rozar con sus nudillos su mano buena.
Tenía la victoria tan cerca, solo debía de inmovilizar la mano con la que peleaba y sería pan comido.
Gran error por parte de la japonesa menor pensar así.
Momo reunió todo ese tiempo para que su mano se acostumbra un poco al movimiento bloqueando esos golpes. Ahora se sentía preparada para pelear al cien por ciento.
Hirai lanzó el golpe perfecto, toda la energía se transmitió desde suelo, a través de las piernas, pasó por los glúteos y subió por el core y sus músculos de la espalda.
Llegó al hombro y al tríceps para finalizar en el puño que cerró con tantas fuerzas como pudo.
Definitivamente le había dado de lleno logrando que Sana se tambaleara y se apoyara en sus piernas tratando de recuperar el equilibrio.
No había perdido el conocimiento con suerte. Todo le daba vueltas.
Sin embargo, el esfuerzo y ese golpe definitivo le había pasado factura a Momo también que se empezaba a encontrar cansada, Minatozaki también le había dado guerra y algún que otro buen golpe.
—Eres débil, Sana —soltó su última respiración cayendo de rodillas para desmayarse del sobre esfuerzo apretando su mano malherida.—Así que no vayas...
No debió de utilizar toda su fuerza en esta.
Para su suerte Im Nayeon que llegaba justo a tiempo, corrió con todas sus energías inclusive tirándose prácticamente para tomar el cuerpo derrotado de Momo en sus brazos.
—¿Era necesario esto? ¿Qué mierda estabais pensando?
—Déjala en mi habitación —se limitó a responder quedando ella aún en pie.
—Luego hablaremos de esto, estáis locas.
Esta vez Minatozaki se miró su puño y después escupió sangre para finalmente soltar una risilla. Era frustrante.
—Pelee con todas mis fuerzas y aún así Momo con una mano herida...
Le dolía bastante la zona donde la había golpeado, nunca se imaginó que la fuerza bruta de su mejor amiga llegara hasta ese nivel.
Pero no era momento de pensar en ello, la estaba esperando.
Ahora tenía una misión o más bien venganza que cumplir.
🤝🤝
El hombre suspiró soltando un poco su corbata mientras miraba como su mano derecha iba de un lado a otro. Había terminado finalmente con sus papeleos y planes a futuro.
—¿Cómo crees que se es fuerte?
—Pero señor...tendremos más problemas si esto se sale de las manos.
—El dolor. Esa es la clave.
Siguió hablando consigo mismo el señor Yang, anticipándose a los hechos.
—Además puedo confiar de sobra en Im Nayeon. Sé que hará lo que le pida, hasta ahora ha hecho todo como he querido.
Ahora solo debía de esperar a que las mejores agentes, sus agentes elegidas personalmente por él. Las cuatro chicas poseían los rasgos que necesitaban. Y ahora debía dejar que se ocuparan de ello.
Suponiendo claro esta y viéndose venir, que Nayeon se sumaría a la causa.
😎🤙🏼
Me salió como un mojon el capítulo y pido perdón <\3
Perdón también por si hay alguna falta ortográfica. Me da pereza editarlo.
El siguiente ya es fire :)
(O eso intentaré)
Momo y Sana:
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro