Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1.La número uno.

Si la obsesión por la perfección tuviera un nombre sería definitivamente Im Nayeon. Que si no fuera por esa manía de ser la mejor en todo, la chica no habría ingresado a uno de los institutos de élite más importantes.

Aquel programa de JYP el cual especializaba a sus alumnos a partir de los diecisiete o dieciocho hasta los veintiuno en agentes del NIS, El Servicio Nacional de Inteligencia (principalmente) de alto calibre, hasta han habido casos de alumnos que llegan al FBI, CIA o Interpol.

Así que, como se podrán llegar a imaginar no era fácil llegar a ella.Las sedes que trabajan en esto son bastantes escasas y una de ellas está en Corea del Sur, específicamente en Seúl.

Im Nayeon no era una niña mimada, no era millonaria, no tenía a sus papis que le compraban todo lo que quería. Su madre le había enseñado que todo se conseguía a base de esfuerzo puro y duro. La señora Im, era todo un ejemplo a seguir para Nayeon.

Es decir, no es que Nayeon no amara también a su padre que era un hombre totalmente contrario a su madre. Él era calmado, se ganaba la vida escribiendo para periódicos sobre temas políticos o corrigiéndolos pues era ya un veterano en la labor.

Sus padres eran polos opuestos, eso lo tenía claro. Su mamá le parecía mucho más impresionante y genial.

Ella era una agente del NIS, de no tan alto rango, pero sí uno más que decente para darle algún que otro capricho a ella y a su hermano mayor, quien optó por viajar al extranjero y continuar con sus estudios allí.

Rara vez hablaban y cuando lo hacían a penas le daba detalles de sus estudios, pero en fin ¿quién era Nayeon para juzgar?

A parte de ser la estudiante de su escuela con mejores notas y llena de becas, premios y seguida por la población masculina-femenina. Ella era una chica decidida a cumplir sus años de estudios en JYP especializados en el sector de criminología.

La confianza no le faltaba, sabía que sin confianza en uno mismo no se llega a ningún lado. Por eso, muchos tachan a Nayeon de egocéntrica. Sin embargo, ella no se autodomina así, Im sabe que no está nada malo darse cumplidos a uno mismo y quererse tal y como es.

Quererse con su cara no tan delgada sino con sus mejillas regordetas que le daban ese toque adorable junto a sus dientes característicos de conejo. Y tampoco es que tuviera las mejores curvas y cintura del mundo, pero a ella le gustaban. Le gustaba todo.

—¿Otra vez mirándote en el espejo? Lo vas a romper —bromeó Jihyo.

Jihyo era su mejor amiga, la mejor de todas. Ella era tan dedicada como Nayeon en los temas estudiantiles, sabía lo que era tener que estudiar sin descanso y al igual que su mejor amiga, ella quería llegar a la cima de ese JYP al haber sido aceptada.

Park Jihyo era la hermana que nunca tuvo, la que sus padres nunca quisieron darle. Su amistad se basaba en la competencia, desde el primer día ya se desafiaban por ver quien hacía cualquier cosa más rápido y mejor.

Tenían una amistad de amor odio, Jihyo era muy esquiva y Nayeon muy cariñosa. Un dúo perfecto. O mejor dicho trío.

—Si lo rompe grábalo —una chica más alta volvía con un vaso de limonada en su mano derecha.

—Sois idiotas, estoy aprovechando su bonito espejo Jeong.

Yoo Jeongyeon, esa chica era todo lo contrario a buena estudiante. Era la que incitaba a hacer locuras en el grupo, no se esforzaba mucho en el ámbito escolar. Ella se preocupaba por disfrutar las cosas a su alrededor y era sumamente deportiva, ganándose así el título de "girl crush" de su viejo instituto.

Si había conseguido entrar fue gracias a las relaciones de su padre con los socios de JYP. Básicamente fue enchufada, pero a Yoo eso no le preocupaba. Jeong deseaba descubrir ese mundo, el deseo de ser entrenada en JYP fue contagiado por sus otras dos mejores amigas.

Así que sí, las tres habían sido admitidas y ahora se dedicaban a probarse el uniforme élite de la escuela. Iban a discutir por a quien le quedaba mejor el uniforme cuando unos toques en la puerta interrumpió su discusión.

Una hermosa mujer se asomaba por la puerta con una sonrisa de oreja a oreja.

Tocaron la puerta y Nayeon salió, dando vueltas y su madre le sonrió. Im Soohyang, la mujer que tanto admiraba.

—Hola señora Im —saludaron las dos chicas con una reverencia.

—No seáis tan formales, estamos en confianza chicas —la mujer observó a su hija con una gran sonrisa —Estáis guapísimas.

—Ya lo sé mamá, siempre lo estoy —se regocijo la Im menor con la cabeza en alto.

Sus amigas negaron con la cabeza y Nayeon dio vueltas luciendo el dichoso uniforme. Soohyang soltó una risa nerviosa y luego tragó saliva.

—Venía a decirte que ya voy a salir a trabajar —anunció y la chica con aspecto de conejo paró en seco mirándola.

Se suponía que esa semana estaría con ella para aconsejarle y ayudarle con su nuevo instituto. Pero por lo visto no sería así.

—¿Cuándo vuelves? —preguntó algo desanimada notando las miradas de pena de sus amigas.

—En una semana, verás como se pasa rápido.

—Te acompaño al coche —la siguió saliendo de su habitación.

Caminaron por el pasillo y Nayeon suspiró mirando a su madre. Ese era el precio, la única parte negativa de su trabajo. Sin embargo, sabía que era importante y que no se podía poner a llorar como una niña pequeña para impedírselo.

—Alegra esa cara Nayeon, te llamaré todos los días para preguntarte a ver qué tal.

—Lo sé. Por eso mamá, verás como llego al puesto número. Seré la mejor, te lo prometo.

Los ojos de Nayeon desprendían llamas, lo había dicho de forma tan sincera que si madre no tenía dudas en que lo lograría. Cuando se proponía algo lo lograba sin importar el qué. Quería hacer sentir a su madre orgullosa, quería ver brillo de orgullo en sus ojos. Después de todo era una Im.

—Confío en ti. Sé que eres capaz —y sin decir más la abrazo quedándose fundidas en un abrazo maternal.

Un coche pitó interrumpiendo el momento y la mujer acarició la mejilla de su hija.

—Recuérdale a papá hacer la compra y no cocinar tanta comida basura.

—Lo haré —rió la coneja viendo a su madre desaparecer en cuanto se metió en aquel coche.

Jihyo y Jeongyeon llegaron un poco más tarde posicionándose a un lado de la coreana. Duraron así en silencio hasta que Park encontró las palabras.

—Sabes que va a ser difícil, ¿verdad?

—Escuche que los entrenamientos son inhumanos—trató de asustar a la más mayor que solo se giró hacia ellas.

—Seré la número uno cueste lo que cueste, no habrá nada que me obstruya el camino.

Y estaba tan decidida, afirmando que haría lo que hiciera falta para llegar a la cima. No habría cosa que obstruyera su camino, o eso pensaba.



















🖇🖇














El primer día en JYP llegó, la tan deseada presentación. Las tres caminaban algo pérdidas por la enorme instalación. Estaba sumamente vigilado y se notaba que era un instituto de gente con dinero. Sus instalaciones eran impresionantes y ni hablar de lo amplio que era. Por esto,
se habían perdido al tener esta numerosos pisos y escaleras.

—Es en el último piso —avisó Jihyo subiendo las escaleras a toda velocidad.

Ya iban tarde el primer día. Genial.

—A mi ya es que me da igual —se encogió de hombros Jeong.

Nayeon frunció el ceño y se negó a ello, hizo un sprint subiendo las escaleras de dos en dos dirigiéndose hacia su nueva clase.

Iba tan rápido que no se fijo en el cuerpo contrario que estaba en el pasillo que daba con la clase. Su anatomía se chocó contra algún desconocido, dejándola patidifusa al caer al suelo como consecuencia. Im suspiró frustrada y rápidamente miró a quien acababa de chocar.

—¿Estas ciega? Fíjate por dónde vas —gruñó la chica levantándose.

Tenía rasgos finos, un pelo mucho más oscuros que el suyo y lunares perfectamente colocados en su piel. Una mirada fría sin ninguna duda y el uniforme lo llevaba perfectamente planchado.

Nayeon tenía como opción pedirle perdón mas al escuchar eso la hizo cambiar de opinión rápidamente.

—Y tú no deberías de ponerte en medio.

—La que va por los pasillos como si fuese una carrera de atletismo eres tú —dijo levantándose sin siquiera tenderle la mano.

Se limpió sutilmente el uniforme mirando por encima a Nayeon.

—Deberías de cuidar tus palabras, estas hablando con la próxima reina número uno de todo JYP.

La adolescente contraria levantó una ceja y luego mantuvo su cara sin siquiera mostrar emoción alguna. Tomó aire y se dio la vuelta, demostrando de nuevo que no tenía ni un mínimo interés en Nayeon.

—Yo no estaría tan segura, Im.

La mencionada levantó ambas cejas sorprendida, ¿como sabía su nombre?

—¡Tú...!

Sus amigas la habían llegado para callarla al ver que se quería lanzar contra la desconocida.

—Cálmate, es solo el primer día y ya estas peleando —regañó su mejor amiga.

—Esa de ahí, es un pedazo de —Jeongyeon tuvo que taparle la boca esta vez.

El trío miró a la chica que había sacado de sus casillas a la mayor. Sorprendentemente, entró en la misma clase en las que ellas se encontraban no sin antes recibir un abrazo por parte de dos chicas, que se colgaban de ella.

—Minaa, ¿por qué tenías tanta prisa? ¡Ni tiempo tuve para desayunar! —se quejó una rubia.

—No estoy de humor, Sana. Ya me han arruinado la mañana.

—¿Que le has hecho Momo? —juzgo con la mirada a su fiel compañera que abría los ojos.

—¡Yo nada! Solo le di su abrazo y beso de buenos días.

—¿Entonces?

La muchacha negó con la cabeza cruzada de brazos mirando por la ventana. Esa tal Im la había sacado de quicio. Y ya verla entrar por la puerta seguida de dos amigas la hizo querer perder la cabeza. Ni se molestó en disimular en que la estaba mirando.

Sus miradas chocaron y la tensión se sintió inmediatamente.

—¿La conoces? —cuestionó por lo bajo Yoo a la enfadada Nayeon.

—No, ni quiero —giró su cabeza de manera indignada y Jihyo rodó sus ojos.

"Antes muerta que querer involucrarme con esa" pensó nuestra protagonista. Y aquella sería la primera mentira que desarrollaría todo lo demás.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro